Partida Rol por web

Barrabás paseó por el mercado, buscó la manera de vender algunas armas y armaduras que había ido consiguiendo y buscó de igual forma otros aventureros con los que poder volver a la taberna con sus nuevos compañeros para completar la caza del presunto druida malvado de Loto.

Se acercó a un armero y luego a un peletero, habló con un par de vendedores de abalorios interesándose por el precio de algunas joyas que brillaban algo más que el resto, y aunque hubiera querido comprar alguna, su bolsa de dinero aún estaba demasiado vacía para poder comprar algo significativo

Observó como el lánguido hombre de la túnica se alejaba y escuchó las palabras del elfo. Después se dibujó una leve y casi malvada sonrisa en su rostro.

- Ankus nos habló de árboles, así que entiendo que habrá más de uno. Pero si vamos con ese grupo de descerebrados seguro que los terminan por matar todos...- dijo a Kenshi -...ahora sabemos que necesitaremos uno o dos tipos bien fuertes, pero será imprescindible un druida o alguien conocedor de la naturaleza. No veo otro modo de extraer los materiales sin fracasar- 

Aquel paladín metálico le parecía que tenía aires de grandeza, se coronaba jefe y señor del grupo, como si el resto le debiesen más de lo que él podía recibir de ellos. Zila no era buena agachando la cabeza, así que no pensaba seguir a ese tipo sin sangre.

Alguien más hizo aparición en la plaza, un orco enorme. La muchacha dio un suave codazo a su compañero.

-Mira ahí, justo lo que necesitamos, alguien fuerte y no muy listo- No conocía a aquel orco, pero la fama precedía a su raza, fieros y lo suficientemente estúpidos como para correr en dirección al peligro. 

Sí, justo lo que necesitamos.

El orco llegaba fácilmente a los dos metros y podía pesar cerca de ciento cuarenta quilos de músculo verde, el pelo oscuro le caía por los hombros, mezclándose con el greñoso pelo que sobresalía de sus axilas. Avanzaba por el mercado con cuidado y cautela. En su espalda llevaba una pequeña mochila y un espadón, y sobre sus hombros una cadena armada que parecía no necesitar con las gigantescas manos que tenía, en las que llevaba unas túnicas y una cimitarra a las que parecía estar buscando comprador.

Kenshi escuchó a Zila, sabía que algo no le gustaba del otro grupo pero era cierto lo que decía y que él había olvidado. No lo dijo en singular sino en plural. - ¿Ves como debajo de esta preciosa chica malhumorada hay un genio perspicaz? -

Luego se giró hacia quien se refería Zila y en su estómago se produjo un nudo. Inconscientemente llevó rápidamente su mano a la empuñadura de su estoque. Se volvió y miró a Zila con semblante serio. - ¿Enserio?, no podía ser nadie más ¿verdad?. Un orco, como no. - Intentó calmarse y respiró hondo un par de veces. Nunca se había tenido problemas con un orco ni su pueblo había recibido el ataque de un grupo de ellos, pero seguramente no le hacía gracia por el simple odio de su raza por los orcos.

- No me hace gracia tener que hacer grupo con él, pero es cierto que va armado hasta las cejas. Puede que sea de ayuda, pero seras tú quien se encargue de hablar con él y convencerlo. - Y dejó pasar a Zila sin quitar la mano de la empuñadura para que pudiese ir a hablar con él. - Estaré detrás de tí. -

Esta franja de terreno abierto es el mercado principal de Tormentos Cristalinos. La mayoría de mercaderes de la villa no se puede permitir un local, por lo que alquilan este espacio al gremio de mercaderes para anunciar sus mercancías. Si buscas comida, vituallas u otras compras variadas, aquí encontrarás todo lo que busques. Las únicas estructuras permanentes del lugar son una gran fuente, erigida a imagen y semejanza de una gran sirena levantando un barco en el aire, y una pagoda abierta empleada por los rancheros locales para vender caballos y ganado.

El mercado no parecía ser el lugar más indicado para vender nada de lo que Barrabás ofrecía, aunque todo el mundo le dijo que fuera a visitar al Herrero, y que quizá él sí que le ofreciese una cantidad aceptable por esos objetos. En cuanto a la túnica, nadie parecía tener interés en comprarla.

Aquel lugar mostraba el bullicio usual en un lugar donde los habitantes de la ciudad vendían y compraban cualquier mercancía. Pero no era lo que buscaba Erik. El hechicero miraba hacia un lado y otro, alerta en la búsqueda de posibles aventureros para incorporarse a su pequeño grupo.
Sin dudarlo, preguntaría a quién mostrara un perfil aventurero, fuera guerrero, explorador o hechicero como él mismo. Por ese motivo habían regresado a Tormentos!

Zila sonrió con picardía ante el comentario del elfo. Sabía que era difícil sobreponerse a los prejuicios que a uno le inculcaban. En el caso de ella no eran razas, ni colores, si no los bolsillos los que le hacían diferenciar entre unos y otros.

Su compañero seguía empeñado en llamarla preciosa, y ella sentía un escalofrío desagradable cada vez que se lo llamaba.

No quiero ser preciosa, quiero ser peligrosa...

Su indumentaria, su maquillaje, sus abalorios y peinado iban enfocados a reflejar fiereza, pero el elfo parecía no pillarlo, o tal vez ella no había conseguido ponerle en guardia lo suficiente. 

-Bien, es justo que esta vez hable yo primero, igual que trataste tu con aquella elfa mutilada- La cual también te ha parecido hermosa. ¿Dónde debía tener Kenshi el corte? ¿Sería de esos de "si pesa más que un pollo..."? En cualquier caso esa no era la cuestión más apremiante a resolver.

La chica se puso a caminar en dirección al orco, la grácil figura de la humana en contraste con el enorme orco, casi un gigante, se iba haciendo cada vez más patente a medida que ella se le acercaba. 

Los años de experiencia le habían hecho percatarse de que parecía llevar mercancía, venta ambulante para un pequeño botín adquirido de algún pobre desgraciado al que debió aplastar en algún momento anterior al presente. 

-Buenos días- Le dijo cuando ya estaba lo suficientemente cerca, tampoco era cuestión de sobresaltar al orco y llevarse un mamporro de buenas a primeras -¿Está vendiendo esos objetos?- Se interesó de inicio por la aparente mercancía.

Barrabás observa a la recién llegada - Sí - Respondió con ninguna gracia  - ¿Tú querer túnica? Azul o Marrón

Yo buscar vender, yo buscar curador para elfo débil Fenios en pueblo de muchos pueblos: Tormentos, viajar aldea de Loto - El orco olía a sudor, a cansancio y suciedad. Se adivinaba en su cadena y en su espadón restos de sangre seca que no habían sido limpiadas. Él mismo no parecía herido de gravedad y sus enormes manos tendían las túnicas frente a los recién llegados. - Una plata. Dos túnicas. Azul y Marrón .

Barrabás vió la sombra de un tenderete, aún era temprano pero no tenía todo el día para demorarse por el mercado así que mostró las palmas de sus manos en señal de disculpa - Lo siento, yo no tiempo. Yo buscar herrero y ir a Bote del Lagarto, taberna, a buscar curandero. Paladín volver loca en bosque de Loto  - Barrabás vió que alguien más se acercaba, y aunque iba a emprender el camino de marcha del mercado aguardó hasta que Erik, el humano, llegara a su altura - Aquí nadie querer espada. Yo buscar herrero

Kenshi estaba inquieto, no le gustaba estar cerca del orco, y Zila en vez de ir directa al grano se ponía a conversar con el orco.

- Parece ser que no busca "trabajo" - Dijo mirando a Zila - ¿Alguna idea de por dónde buscar más gente? Podríamos ir a la puerta de entrada a la ciudad a ver si hay alguien interesado. -

A Zila le costaba un poco entender del todo lo que le decía el orco. ¿Su amigo estaba enfermo en Tormentos y venían de la aldea de Loto?¿o acaso buscaba curandero en Tormentos para llevarlo a la aldea de su amigo? No importaba, en realidad no importaba demasiado.

-Entonces lo que tu amigo necesita es alguien que le cuide- levantó el dedo índice - Y un lugar en el que reposar y comer para recuperar las fuerzas- levantó el dedo corazón -Para eso cuenta con la ayuda de su amigo, tú- levantó el dedo anular -Y por suerte nos hemos encontrado aquí, podemos darte una solución- Levantó ahora el dedo meñique -De modo que ya no estaréis solos tu amigo y tú- levantó por fin el dedo pulgar y sonrió. -Cinco buenas razones para que nos escuches antes de ir a vender ese acero que posiblemente no te aporte demasiado para la causa- 

Se acercó un poco más al orco. -Podemos lograr cama y comida para tu amigo. ¿Está enfermo o herido? Yo también busco alguien que pueda curar heridas- Y era cierto, aunque para otros menesteres, pero eso no importaba, pues si daban con uno de los miembros claves para la misión podría hacer ambas cosas. -Además mi compañero es un elfo- Señaló a Kenshi -Y los elfos saben de elfos- Esperó unos segundos a que el fuerte y enorme orco pudiese procesar la información.

-¿Qué me dices? ¿Te interesa unirte a nosotros?- Si la respuesta era positiva tratarían en privado el asunto que llevaban entre manos, y si el orco decidía unirse a ellos definitivamente ya tendrían una parte adelantada.

Miró a Kenshi después, de soslayo, y asintió con la cabeza, tenía una ligera idea de donde podían encontrar más gente, pero quizás no reuniesen todo el equipo en un día.

Barrabás miró alternativamente a Erik, Zila y Kenshi. Levantó las manos negando a Zila y buscando las palabras con las que intentar expresarse mejor, deseando que el elocuente Erik se acercara a la escena *guiño,guiño. - No no, elfo ahora bien, pero cuando atacar lobos, él necesitar curación. Elfos cobardes, no querer ir a por brujo oscuro del lobo sin curación. Por eso todos buscar paladín o clérigo. Nosotros reunir hoy en Bote del Lagarto para ir otra vez a brujo oscuro

Barrabás sudaba la gota gorda.... ¿Entenderían orco? Se empezaba a sentir muy estúpido hablando común, pero lo cierto es que cada vez se le daba mejor desde que llegara a Tormentos por vez primera.

Parecía que no solo iba a ser complicado encontrar miembros para la misión, si no que todavía lo sería más para encontrar alguien que no estuviese ya enrolado en algún asunto.

-Vaya, pues me alegro de que esté mejor.-mejor.- respondió, aunque en realidad no conocía a aquel elfo y que estuviese vivo o muerto no le afectaba directamente. -Nosotros también  iremos por el Bote esta noche. Ese elfo tuyo, ¿es espadachín, arquero? ¿Cuál es su habilidad?- Mera curiosidad, y no creía que el orco viese nada de malo en responderla.

Al acercarse a Barrabás, Erik escuchó divertido como su compañero intentaba explicar a la pareja de recién llegados la misión que se llevaban entre manos. Viendo que la cosa no acababa de quedar clara, decidió tomar cartas en el asunto e intentar aclarar las dudas existentes entre el orco y la muchacha.

-Saludos amigos! Mi nombre es Erik Von Tompshen y veo que ya han conocido a mi compañero Barrabás. Lo que comenta mi amigo, con más o menos acierto,- dijo mirando sonriente a su musculoso aliado- es que tenemos entre manos un importante trabajo y necesitamos aventureros que quieran tomar parte en él. Se trata de un misterioso conflicto en la aldea de Loto. Hemos hecho una primera aproximación al causante de dicho conflicto, pero hemos comprobado que necesitamos de más ayuda. Estaríais interesados en uniros a nosotros?

Esperando la respuesta de la pareja, Erik continuó:

-Ciertamente necesitamos algún tipo de sanador, pero unas buenas armas no nos irían nada mal. Si nos acompañáis al Bote del Lagarto, os podremos informar más ampliamente de la misión. Qué nos decís?

Zila miró a Erik enarcando una ceja. Desde luego parecía que todo el mundo andaba enrolado en algún asunto allí, en Tormentos Cristalinos, y al mismo tiempo todos precisaban de más ayuda. ¿Qué sería lo inteligente? Lo mejor siempre era escoger lo que más le beneficiaba a uno. 

Miró a Kenshi, desde luego sonaba peligroso, aquel "elfo débil" había salido escarmentado, pero por otro lado no había trabajo fácil. Empezaba a valorar unirse a algunos aventureros, hacer primero una misión y después la otra. ¿Le parecería bien eso al elfo?

-Bien, creo que puede ser interesante ir al Bote, aunque todavía no nos comprometemos a nada, debemos valorarlo- Tal vez el grupo que tuviesen ya estos aventureros les resultase conveniente, aunque, claro estaba, faltaba un miembro indispensable.

Hodrum asintió a las palabras de su compañera y se acercó a Erik.

- Buenas Erik y que la diosa Ehlonna guie tus pasos. Yo soy Kenshi Helian, y junto con mi compañera Zila andamos en busca de dos nuevos compañeros para una tarea que nos han encomendado. Como recompensa recibiriais alojamiento y comida durante unos 2 o 3 dias sin coste alguno. - Miró al orco de soslayo sin fiarse todavía de él, pero debia admitir que le sorprendió encontrar una pareja de aventureros formada por dos razas que antaño se odiaban a muerte.

Volvió a mirar a Erik y continuó con su propuesta. -Lamentablemente no estamos encontrando a gente que no esté ya enrolado en algo, así que estamos buscando también otras opciones. Pero como bien ha dicho ella deberemos hablar antes de cambiar de objetivo. -

Se volvió junto a su compañera pero apartado del orco. - Entonces decidido. Os acompañaremos al Bote del Lagarto -

-Saludos Kenshi y Zila. Os explicaremos gustosamente el objetivo de nuestra misión y no dudo en poder prestaros ayuda en la vuestra. Como se dice: podemos matar dos pájaros de un tiro! HA HA HA HA!

Erik propuso a Barrabás y a los posibles nuevos compañeros, dirigirse hacia la posada del Bote del Lagarto y compartir la información frente una jarra de cerveza o un buen vaso de vino especiado. Allí, y tal como acordaron, se encontrarían de nuevo junto a Phenios y Kalicalwe, esperando su fortuna en encontrar nuevos miembros para su cometido. Solo esperaba que hubieran tenido más suerte sobre encontrar un sanador!