Motivo: Escuchar
Tirada: 1d20
Resultado: 3
El chico se dio media vuelta con dirección a donde habían entrado..... Yo avisaré a la gente.
Gruguer salió y empezó a gritar lo más fuerte que pudo.....fuego, fuego, que alguien ayude. Necesitamos agua del río, y mucha. Rápido, hay que hacer una cadena.
Maldita sea...
Aquel fogonazo no podía ser bueno. Demasiado alta, demasiado... No, no podía ser, solo los grandes magos que aparecen en las leyendas podían hacer algo así. Aquella casa estaba ardiendo y había gente dentro que necesitaría ayuda. Sopesó derivar la puerta, pero aquello haría que entrara mas aire al edificio.
Tal vez Phenios fuera un inepto con la magia, de ahí su apodo... Yermo, pero sabía lo que era un incendio.
Echó un vistazo a la fachada en busca de alguna ventana, o alguna sección del tejado que se hubiera desprendido para poder entrar sin achicharrarse cuando reparó en el gnomo.
-Qué ha ocurrido aquí? Por qué no hay nadie ayudado a esta gente?
Entonces empezó una dudilla a deshilachar aquella actitud heroica. Nadie mas parecía darle importancia, y aquel cartel... ¿Pozo del cieno vil?
Es usted Anmeh?
Motivo: Saber Arcano
Tirada: 1d20
Resultado: 1
Toma ya! esta es la partida de las pifias... XDD
Mientras estoy ya con una pierna fuera de la ventana echo un ultimo vistazo atrás :el tal Khrim deambula cegado intentando encontrar quien sabe que.Desecho un fugaz sentimiento de culpa y me lanzo a la calle dejandole a su suerte.
Me temo que el pobre Khrim se va a quedar solito y tampoco llevamos tanto tiempo juntos como para haberle cogido cariño :)
El gnomo se pone a amontonar cosas hacia el lado donde no esta quemado, todas aquellas cosas que no sean demasiado pesadas, ya que tanto por ser gnomo o mago no es precisamente fuerte. Tras eso se acerca a la ventana y sale a decir como sus compañeros "Emergencias, son necesarias agua, baldes y galones! lo suficiente para que entre por la ventana y llegue lo bastante hacia el edificio! Agua!" Mientras dice eso sigue buscando cosas para amontonar contra la parte aun seca y entre esas busca sogas. "Compañeros, busquemos sogas o lo que sea para que podamos atar baldes o cualquiera recipiente abundante de agua y hacer una suerte de conducción para que lleguen los recipientes con agua hacia la ventana. Tambien podria ser tierra y arena! o tierra humeda!"
Motivo: Buscar
Tirada: 1d20
Resultado: 8(+2)=10
Motivo: Avistar
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Resultado: 7(+1)=8
Más que agua, sería arena, lo apagaría antes... Si se pudiera
Me giré al gnomo y dije
Pero no necesitamos ni agua ni arena. Tú mismo lo dijiste. Este es un fuego mágico, no se apagará con los métodos comunes.
De buscar, necesitamos a algún hechicero suficientemente poderoso como para apagar estas llamas
La cosa se ponía complicada por momentos. Mucha gente pero pocos efectivos para lo que realmente era necesario: apagar el fuego. Ademá estaba aquella criatura que, si no hacían algo en breves segundos, quedaría libre de su jaula. Y no era muy agradable aquella idea, que digamos...
Ethan agarró una de las mantas que utilizaba Anmeh y tapó la jaula de la criatura. Intentó apagar las llamas que estaban derritiendo la celda que retenía aquel monstruo. Eso les daría algo de tiempo hasta la llegada del agua.
Si la cosa no mejoraba en los sucesivos minutos, estaba convencido de agarrar a Amneh por la fuerza y sacarlo de allí contra su voluntad. Una cosa era ver morir a un animal salvaje y otra, muy distinta, a un ser humano.
Sin llegar a entender la razón, ni el porqué del asunto, pero de pronto la llamarada se hace mucho más intensa y provoca una gran explosión que se oye por toda la ciudad.
Pero cuando miráis todo sigue igual, parte del museo ha quedado quemado y algunas jaulas han quedado derretidas, Anmeh, ha quedado desmayado, en una mezcla entre cansancio y agotamiento.
No queda nada que podáis hacer allí, la extraña columna ha desaparecido, y salvo la fuerza del dueño del salón no se ha llevado nada.
No conocéis el origen, no conocéis el porqué, pero algo extraño ha sucedido.
Poco a poco vais saliendo del museo y sacáis a Anmeh de allí, ahora estáis todos reunidos en la entrada del museo.
Algunos acaban de llegar tratando de ayudar, otros llevaban allí ya varias horas intentando hacer algo sin ningún éxito. Pero el caso es que el fuego se ha apagado.
Lo más importante ahora sería ayudar a Anmeh y quizá asegurarse de que las criaturas que estaban en la sala no se hayan escapado.
Cuando miráis al cielo os dais cuenta de que está empezando a amanecer.
Khrim, ya puedes ver mejor, se te ha curado lo que tenías.
Lumpabel Gonzeppen se siente extenuado por todo lo visto y sabe muy bien que hay algo muy extraño y tan asi como PODEROSO que anda en los alrededores "Sr Anmeh, si se siente bien... Ha tenido algun trato o conocido a algun ser o persona especial, distinta o extraña?" comenta el gnomo con muchas dudas y preguntas en su mente.
Mirando el cuerpo del dueño del museo, giró la cabeza y se agachó para comprobar su estado
Me temo que hoy no contestará a tus preguntas, pues está inconsciente, debido al cansancio y la tensión acumulada por este fuego mágico.
Debemos llevarle a algún lugar donde pueda descansar. Vayamos a la catedral, allí podremos dormir
A mí me gustaría entrar para ver si averiguamos qué ha podido pasar, ¿alguno se anima a acompañarme?.- quizás llevado por el ímpetu de la juventud, Gruguer no quería dejar pasar la oportunidad de investigar todo aquello
-Claro por supuesto, aqui tienes mis ojos para buscar también, y un hombro sobre el que apoyarte- digo mirando asombrado al joven que se ha ofrecido voluntario mientras le pongo mi mano en el hombro como gesto de apoyo.
"Tienen razón, esta muy exhausto! Sería mejor que unos lleven al hombre hacia un lugar tranquilo mientras yo y alguien mas podemos investigar un poco más, ver si hay algun indicio de algo especial que pueda sernos importantes o destacable, aun asi simplemente sea ver el estado de las cosas" aconseja el gnomo
a mi tambien me gustaria investigar , esa explosion sono como a una bola de fuego ,supongo que si fue un hechizo lo podremos averiguar
Eejeem...
Carraspeó insistente Phenios.
Hasta el momento, nadie había reparado en él. Era un elfo algo más alto y pálido que la mayoría y sus ojos dorados podrían hacer pensar a cualquiera que estuviese familiarizado que procedía de las montañas, de esa estirpe de elfos que los humanos llaman "grises" Sus ropas eran elegantes y su chaqueta larga y ajustada de cuero reforzado era una armadura funcional sin dejar de ser refinada.
Al cinto llevaba una espada, nada del otro mundo, ligera pero de manufactura algo tosca. A la espalda un carcaj de flechas, pero no visteis ningún arco en sus posesiones.
Me llamo Phenios, vengo enviado por la sacerdotisa de Pelor, Lyra Ivessa, la responsable de la cateral.
Parecía hincharse al decir aquellas palabras, como si aquello debiera infundir más autoridad a su voz que a las demás, al menos, aunque solo fuera para si mismo.
Sin duda, la catedral se ocupara de Anmeh, yo mismo os guiaré, pero agradecería si pudierais exponer que ha ocurrido aquí. Debemos actuar con precisión para mantener esta ciudad segura. Qué había ahí dentro? Hay mas bestias?
Me escabullo buscando una sombra protectora dejando que los demás que lleven el peso de la conversación.Desde mi posición observo al grupo con mas detenimiento y sobre todo al recién llegado.
Dirigiéndose a Phenios, Ethan intentó hacer acopio de todo lo sucedido desde la llegada del grupo a aquella misteriosa situación de fuego arcano.
-Mi nombre es Ethan y poco podemos explicarte de lo sucedido. Llegamos alarmados por las llamas que se veían a distancia. Al llegar nos informaron que este hombre, Anmeh el guardián del museo, estaba en el interior intentando apagar las llamas. Algunos entramos para socorrerle, pero nuestro intento fue inutil. Aquello era un infierno!
Meditó unos segundos sobre lo sucedido a continuación...
-De forma extraña, las llamas desaparecieron y... aquí estamos. Lo más preocupante, a parte del estado de Anmeh, es que en el interior de las jaulas había peligrosas criaturas que, en el caso de haberse liberado, pueden ocasionar más de un quebradero de cabeza a la ciudad.
Y dirigiéndose a los miembros del grupo, Ethan comentó su intención de entrar al humeante edificio y pasar revista a todas y cada una de las jaulas para saber si alguna había escapado.
Mientras unos habláis y tratáis la mejor manera de ayudar a Anmeh otros toman la decisión de adentrarse de nuevo en el Museo.
Gruguer, Khrim, Kung-Fu y Ethan se cuelan por una de las ventanas adentrándose de nuevo en el lugar.
Los demás continuáis decidiendo lo que vais a hacer.
Los que no entren decidir que hacéis, si os movéis indicad zona en vuestro posteo.
Os adentráis nuevamente en el Museo, como habíais previsto una de las criaturas había escapado. La criatura es la que estaba junto a la columna de fuego, su cuerpo se parece al de un mediano desnudo con la carne moteada, pero sus extremidades son increíblemente largas y delgadas. Lanza un siseo mostrando unos dientes largos y afilados, un momento antes de que uno de sus brazos restalle como un látigo saltando hacia delante.
Combate.
Iniciativa, ataque y daño, por favor.
Postead solo para vosotros cuatro: Ethan, Gruguer, Khrim y Kung-fu
Mientras escucho a ETHAN y asiento con la cabeza cada porocas palabras, sigo al resto en su ascenso y entro con el resto en el interior del Salon de las Rarezas.
Yo voy también XD