Partida Rol por web

Gracias a la magia de Amber, el posadero logró ponerse en pie, se sacudió el polvo y entonces se dio cuenta de lo que estaba allí sucediendo. Miró a su alrededor, escuchó las últimas palabras de Aire pero no quería creerselas, no entendía nada. 

Hacía unos pocos minutos había cerrado la posada y se había ido a sus aposentos a descansar un poco, cuando logró conciliar el sueño el techo se le cayó sobre la cabeza.

Instantes después se agachó, apoyó sus rodillas en el suelo y recogió los restos de una cabra de mimbre que había en el suelo. La sacudió bien el polvo, la miró y dos grandes lágrimas recorrieron sus mejillas.

Todo había ido todo lo bien que podía haber ido. Había permanecido junto a Amber y ahora le poso una mano en el hombro.
-Deberías descansar- digo-. De hecho, todos deberíamos descansar.

¿Un bicho desnudo? Jajajaja, pequeña, no paras de sorprenderme, espero al menos que la próxima vez que aparezca esté yo más cerca, así podré arrancarle la cabeza por destruir la posada. Hal se acercó al posadero y apoyó su mano en el hombro del humano. Tranquilo, no se ha perdido tanto, yo mismo te ayudaré a recontruirla, solo necesitas un lugar donde vivir mientras tanto.

El posadero está destrozado. No es para menos, sus heridas han sanado, pero su vida ha quedado destrozada. Hay que hacer algo por él, algo para ayudarle, y creo que sé exactamente lo que es. -Creo que lo más sensato sería acercarse al templo de Pelor, o puede que al de Illmater.-Digo sonriendo al posadero.- Quizás allí puedan suministrarnos ayuda para terminar de curar nuestras heridas y algo de alimento. Por cierto, con el jaleo creo que olvidé presentarme. Mi nombre es Amber. 

Intissar aprovecha que parece que todo se ha calmado para preguntar a su hermana.

-¿Qué demonios ha pasado aquí?

Creo que yo debería ir a descansar también, no me encuentro con muchas fuerzas, mi querido Aristóteles dijo Aire acariciando a su sapo

Viendo que cada uno empezaba a hablar un dolor extremo taladró mi cabeza. Otra vez no... Me apreté las sienes fuertemente con la mano derecha. Intenté calmar el alboroto. Carraspeé, y al ver que nadie me hacía caso me apoyé en el gigante y me subí a lo que quedaba de una viga de la posada.
-Escuchad- dije en voz lo suficientemente alta para que me escucharan todos.
Espere para que todos prestasen atención. No ocurría. El dolor se acentuaba, me apreté las sienes aún más fuerte.
-¡ESCUCHAD!
Ahora miraban.
-Gracias- dije-. Hay cosas que hacer, debemos ir al templo a que nos echen un vistazo a las heridas. Allí hablaremos más detenidamente, pero deberíamos pedir ayuda y repartirnos el trabajo: hay que buscar supervivientes- me detuve un segundo-... o fallecidos y darles una merecida sepultura. Y deberíamos echar una mano a este buen hombre- digo señalando al posadero-, para que reclame los daños a las autoridades que sean oportunas...- el dolor se disolvió un poco. Hablar ayudaba a relajar la tensión-. Supongo que habrá una investigación, y querrán hablar con nosotros- Miré a todos y sin más hice un gesto-. Pongámonos en marcha al templo.

No sabía si aquello funcionaría, pero mejor eso que nada.

Aire "escuchó" las palabras de aquel hombre y levantó la mano para pedir el turno

Lo que usted quiera, buen hombre, pero... ¿y cuándo me da la comida que me prometió? Tengo que comer ya para poder ir a comprar un vestido nuevo. ¡No puedo ir con estos harapos por la calle!

Miro anonadado a la mujer y de pronto el dolor de cabeza desapareció. Una risa sincera y sonora sale desde lo más profundo de mi estómago y me hace apoyarme en el gigante para no caerme de la viga.
-Iremos a por su vestido en breve, señorita- digo. Obviamente está mal de la chaveta. Y entonces me miro a mí mismo y noto que apenas tengo nada más de valor que una camisa y unos calzones-. Yo también necesito ropa nueva.

Eso está claro dijo Aire cruzando los brazos y mirando a aquel hombre de arriba a abajo.

Esos colores no combinan en absoluto

Aún algo conmocionada pero poco a poco saliendo del trance doloroso, miro a mi hermano y le digo: No lo se... lo único que sé... es una cosa... no me hagaís volver a dormir bajo el mismo techo que esa... está loca... pero de una vez....

Primero que si habla con una rana... luego que si enanos danzarines con fuego... y ahora después de un derrumbe que si le demos de comer que tiene que comprar ropa.... esta tia no esta bien...

Después de hablar y escucharme a mi misma sonrio por primera vez desde algunos años y le digo a aquel hombre que buscaba organización:

Creo que tienes razón... debemos de organizarnos y todo será más rápido.

Pienso que el grupo del templo debe de ir dirigido por ... hago memoria y digo... Amber... ella sabrá tratar con los sacerdotes...

Para aclarar la zona y la busqueda de muertos y supervivientes... necesitaremos a hombres fuertes y que mejor que los dirija un Gigante...

Y para el trato con la corte del pueblo para ayudas y demás... creo que lo mejor es poner a alguien con cordura y sensatez y bendecido por el don de la palabra...y creo que usted es la persona que más se asemeja a ese...puesto...

Como si la hubieran golpeado, Aire dio un paso atrás mientras se llevaba una mano al pecho. Su ritmo se aceleró, y unas lágrimas asomaron a unos tristes ojos.

Empezó a acariciar a su sapo para tranquilizarse.

Muchas mujeres y hombres han dicho lo mismo de mí pero, aunque se que me tienen envidia, no deja de doler...

Decidida a no llorar, Aire giró para marcharse de allí. No sabía dónde ir, pero de pronto...

Mi querido Aristóteles, había más monedas... ¡En el sitio donde encontramos al matasapos!

Y, sintiéndose poco querida allí, se fue.

Layla, hermana mía. Hace tiempo que no te veo y necesitamos hablar de muchas cosas. Veo que has hecho cierta amistad con algunos de los aquí presentes, así que no me opondré si quieres que vayamos al templo, pero he de decirte que si, por otro lado, deseas dormir en otro sitio, tengo uno para ambos.

Intissar no puede evitar mirar con otros ojos a la bellísima Aire. Sin duda, a menudo, las mujeres más hermosas son las que más cargas traen consigo mismas.

Poco más sacaremos de los escombros pequeña, lo mejor será llevar estos cuerpos al templo para que les den un buen entierro y de paso descansar.

Atónito por el comportamiento de la dama asiento a las palabras del gigante.
-Tienes razón gran hombre- digo asintiendo. Luego miro a la otra señorita y a su hermano-. Ahora todos estamos un poco fuera de nosotros mismos; pero es bueno encontrar algo de cordura entre tanta caos. Dejemos los llantos y las lamentaciones para más tarde- bajo de la viga apoyándome de nuevo en el gigante.- Hay que moverse. Eso ayudará a las cabezas a encontrar algo de sosiego.
Palmeo al gigante en el codo (que es donde llega mi cabeza más o menos) y llamo su atención y la de los dos hermanos.
-Movamos a esta gente- digo con una seguridad que ciertamente no poseo y vuelvo a alzar la voz a todos-, ¡andando! ¡al templo!
En ese momento me doy cuenta de que no me he presentado como Dios manda y dirigiéndome de nuevo a los hermanos y al gigante, me presento.
-Disculpad mis modales, soy Russell- digo, en realidad tampoco podría decir mucho más-, ¿necesitáis ayuda? ¿Puedes llevar tú los cuerpos, gran hombre? Si quieres puedo echarte un cable, pero creo que en corpulencia y capacidad muscular me superas muchísimo.

Graak-Hal: Tranquilo, no se ha perdido tanto, yo mismo te ayudaré a recontruirla, solo necesitas un lugar donde vivir mientras tanto

- ¿Cómo dices que no se ha perdido nada? Dice mientras mira los restos del cabra que tiene entre sus manos - En tan solo unos segundos todo esto se ha venido abajo. Esto era mi vida, poco tenía más que esta posada, que dejaba más bien pocos beneficios, pero estaba contento en ella y era feliz. Aquí tenía mi vida, mis pertenencias... todo al fin y al cabo... Todo... ¿Qué diría ahora mi querido amigo si viera en lo que se ha visto reducido su negocio? Si levantara la cabeza... 

Después se queda unos segundos pensando y al rato vuelve a hablar, esta vez la expresión de su rostro ha pasado de una cara de lástima a una de ira. - Estaba claro, los magos no deberían ser bienvenidos a esta ciudad. Esto ha tenido que ser culpa de uno de ellos, como sino iba a haber sido creado ese fuego. ¿Cómo?

Segundos después Lankus enmudece y señala hacia un punto, ahora que el humo parece que se está despejando podéis ver como señala otra columna de fuego idéntica a la que habéis vivido casi en vuestras propias carnes. Parece que no muy lejos de allí hay otro incendio.

-¿Un bicho raro y desnudo que buscaba monedas?- Zarus no había alcanzado a ver a aquel tipo, pero si logró escuchar algo sobre unas monedas -Recuerdo que él se enfureció al saber que ella no tenia todas las monedas que buscaba, eso quiere decir que…¡Hay mas de ellas y él esta tratando de reunirlas! Esto no pinta nada bien, si ese sujeto sigue con vida, mas desgracias como esta seguirán ocurriendo- los ojos de Zarus se pasean entristecidos ante aquel funesto y caótico paisaje. Dirigiendo una satirizada mirada, Zarus trata de hacerle entender a Aire que no confía del todo en lo que dice -No creo que eso sea todo lo que sabe-

Debido aquel guiño dirigido al gigante, se podia sospechar que este también estaba involucrado, fue entonces cuando recordó el momento en el que les vio entrar a la taberna, algo se había escuchado sobre una misión en la que se encontraban. En un primer momento Zarus había tratado de indagar con el posadero sobre aquella misión, pero este se fue por la tangente dando a Aire la oportunidad de hacer un comentario sobre su divinidad -¿Una diosa? Aun no entiendo bien a que se refería, tal vez lo que tenia en su poder le hiciese acercarse a ser una ¿Seria tal el interés de aquel sujeto de la voz tenebrosa?-

Ya habían mas piezas para armar el rompecabezas, pero los directamente implicados parecían preferir mantener aquella información fuera del alcance de los demás. De momento no parecía prudente presionar a nadie, pero Zarus no descansaría hasta resolver aquel enigmático tema que puso en riesgo su vida y casi acaba con la de Layla. Por ahora lo mejor era buscar refugio y brindar a los difuntos la sepultura que merecían, ya que la poca suerte con la que no contaron en vida no tenías porque seguirlos después de sus muertes.

Ante el cruce de palabras entre Layla y Aire, la segunda se vio bastante aludida. Zarus se encontraba en una encrucijada, no sabia si continuar de camino hacia el templo o ir tras Aire para que terminase de aclarar sus dudas, además de que esta no se veía del todo bien y el dejarla continuar sola podría ser peligroso para ella, aunque bueno, no estaba sola, la acompañaba su… ¿Sapo? era desconocido de lo que fuese capaz aquella criatura, pero estaba claro que no se trataba de un animal ordinario.

Ahora el posadero pone en el tapete un dato sobre los posibles culpables. Acercandose a él, Zarus lo mira fijamente casi  como tratando de meterse en sus pensamientos para comprender lo que decía -Lamento tu perdida buen hombre, pero  ya va siendo tiempo de que se aclare un poco todo por lo que hemos pasado ¿Sabes quienes han causado todo esto? ¿Que son exactamente esas monedas? ya no hay razón para que te sigas guardando eso, merecemos saber la causa por la que casi perdemos la vida- no paso mucho para que aquella cortina de humo se apartara para dejar ver otra triste y lamentable escena, lo que hizo que el rostro de Zarus pareciese desesperado por escuchar una buena respuesta.

Esto no tiene buena pinta... es posible que hubiera algún mago en la taberna que no pudiera controlar su poder, o es posible que ocurriera otra cosa. Es algo que habría que investigar, pero, como bien han dicho algunos, lo primordial es llevar a los muertos al templo para que reciban la debida sepultura. También deberíamos ayudar en la medida de lo posible al posadero, pues lo acaba de perder todo en un abrir y cerrar de ojos. No podemos dejarlo así.

En medio de estas cavilaciones, escucho como Layla me propone como líder para tratar con los sacerdotes del templo. No es una mala idea teniendo en cuenta que soy más cercana a ellos que los demás, aunque no creo que les negaran su ayuda si yo no estuviera. De todos modos, parece una mujer cabal, así que será bueno tenerla cerca. 

En ese momento, repasando las palabras de los demás, me doy cuenta. Yo también necesito ropa... y una armadura sería un gran comienzo, pero antes hay que llevar a estas gentes al templo.

-Entonces en marcha.-Digo con seriedad.- Llevemosles al templo de Pelor. Yo os ayudaré si es necesario. Además, creo que es preciso que nos mantengamos juntos a partir de ahora. Así, si nos busca la guardia de la ciudad, nos encontrará más deprisa. ¿No os parece?

También creo que deberías venir.-Digo al posadero.-En el templo quizá puedan ayudarte, y si no, lo haremos nosotros. Por el momento creo que deberías apartarte de aquí para calmar los ánimos. Torturarte no te devolverá la posada, pero nosotros podemos intentarlo. Todos lo hemos perdido prácticamente todo. A mí solo me quedan mi espada, mi escudo y la ropa que llevaba para dormir. Pero debemos intentar reponernos, debemos intentar sobrevivir. y tenemos más posibilidades juntos que por separado.