Partida Rol por web

Las palabras de Kranjstar trajeron a la memoria de Lictea algunos datos.

- Es verdad. ¿No habían matado a uno de los sirvientes de esta casa? Quizá hoy fuera el funeral o algo así y por eso no hay nadie.- La mujer se rascó la cabeza ostentosamente, metiendo bien las uñas sucias entre el cabello apelmazado.- Si quieres echa un vistazo Leokas. Poco más podremos hacer aquí.- Había tantas posibilidades en la maraña tejida en torno a la ciudad que ni siquiera Lictea sabía qué bando era el que sería poseedor de la verdad.

Si, es cierto. añadió el clérigo ante la posibilidad de un posible funeral. Creo que la sacerdotisa Lira podría estar informada de ello. Sino hay mas que hacer, deberíamos ir a la catedral. dice esperando respuesta del semi-elfo. Necesitas ayuda con algo? Yo sigo sin ver que aquí haya algo de interés, parece bastante desolado. expresa buscando saber la opinión del resto.

Esta mansión de sólida construcción parece haber sido diseñada para un uso práctico, más que como ostentación de riqueza. Pero también presenta un aspecto algo descuidado, con sus terrenos algo desatendidos y comidos por la vegetación. Su escudo de armas muestra un sabueso plateado, bajo la luna, saltando sobre un campo negro.

Leokas meditaba lo que sería lícito hacer o no tras escuchar a Kranjstar y a Lictea. -Supongo que si están de luto no será conveniente crear malentendidos...- Su frase quedó en el aire cuando vio que dos personas y un animal, o una persona y dos animales... o uno y medio de cada. El semielfo frunció el ceño ante la imagen tan confusa. Aunque él mismo era un mestizo, no había llegado a ver ninguna otra clase de híbrido. Al menos no uno que lo fuese de manera tan evidente.

Con un gesto disimulado advirtió a sus dos compañeros de su presencia. -Parece que más gente viene de visita.- Dijo en voz baja y medio en broma. Leokas era nuevo en esta ciudad y no sabría decir si eran o no lugareños, aunque con la cantidad de visitantes no sería extraño acertar si uno se atreve a adivinar. -Vayamos a ver a Lira entonces.- Respondió a la druida que tan amablemente se ofrecía a esperarlo. Pero Kranjstar tenía razón, no era el momento más idóneo.

Llegaron a la señorial mansion y antes de localizar a alguien para empezar a indagar y buscar pruebas se encontraron con un grupo de gente que tenía intención de marcharse. Nada le costaba probar suerte.

- Buenas tardes - Lomenar saludó a los allí presentes - Buscamos a una chica llamada Lictea, ¿podrían darnos una indicación sobre su paradero?

Mientras hacía la pregunta, Lomenar observaba los alrededores en busca de pistas sobre lo que les habían contado en la embajada.

Buenas tardes, -saluda la felina- como dice mi compañera, estamos buscando a Lictea, nos han dicho que podríamos colaborar en cierta empresa.

Miro al grupo y doy un toque a mi compañera, y les señalo no sin mucho disimulo, haciendo un gesto como marcando músculo. Soy Lilypurr y junto a mi compañera, sobrevivimos a una misión en la aldea de Loto, aunque por desgracia no fuimos capaces de completarla, si estáis interesados podemos hablar en cuanto acabemos con estos asuntos. Es una misión peligrosa, no voy a mentir, pero necesitan la ayuda de guerreros para repeler los ataques de animales...embrujados -esta última palabra la dice mirando a Lomenar, pués era ella la experta en estos temas.

Cuando se disponían a volver a la catedral de Pelor, unos extraños llegaron y, aún más sorprendentemente, preguntaron porLictea.

- Lictea soy yo.- Dijo bruscamente la mujer del pelo negro y apelmazado, con el flequillo pegado a la frente. ¿Quién podía buscarla en aquella ciudad en la que tan sólo era una recién llegada? Instintivamente tensó el cuerpo, a la defensiva.

Quizá los otros hayan mandado a buscarme...

No tenía mucho sentido. Mejor sería preguntar.

- ¿Quién os manda?- La mujer agarraba del pescuezo a un lobo de aspecto fiero y salvaje cuyo pelaje estaba erizado a lo largo del lomo, reaccionando al nerviosismo de su "hermana". No pasó desapercibida a la mujer la presencia de otra druida, también acompañada de un lobo, y las palabras acerca de animales embrujados. ¿Tendría algo que ver con los varanos de los campos de los Licorambarino?

Ante los gruñidos del lobo de Lictea, Arvak se puso tenso, preparado ante cualquier orden de su ama.

Lomenar hizo un gesto coin una mano y Arvak se relajó. El animal se sentó en el suelo a la expectativa de nuevas órdenes.

- Hola Lictea. Hemos ido a la embajada de los hombres lagarto porque habían pedido ayuda y allí mismo el propio embajador, Silark, nos ha puesto al día de lo sucedido y nos ha indicado que la persona que más sabe del tema eres tú. Nosotras acabamos de empezar a investigar, por lo que hemos pensado que quizás sería mucho mejor si nos unimos a ti en tu búsqueda.

- Si te parece, nos puedes poner un poco al día de lo sucedido y a partir de ahí podemos continuar juntas y unir esfuerzos para aclarar lo sucedido.

Arvak se ponía nervioso.

- Eso si estos dos se tranquilizan un poco.

Lomenar añadió una aclaración:

- Lo de los animales embrujados es otro tema. Ya han perdido la vida algunos de nuestros compañeros y creo que sería mejor seguir con la ayuda a la embajada y dejar el otro tema para más adelante. - A su compañera Lilypurr - Prometimos volver y lo haremos a su momento adecuado.

Ya....pero....balblucea Lilypurr, pero se calla y se queda mirandose los zapatos, perdida en sus pensamientos un rato mientras Lomenar habla con Lictea.

Al ver que la druida relajaba a su lobo, Lictea hizo lo propio. Propino un fuerte puntapié a Lico en las costillas y éste pegó un respingo acompañado de aullidos de lamento para colocarse tras la humana con el rabo entre las piernas.

- O sea que os manda Silark...ya veo.- Desde luego ella sola junto con el bueno de Kranjstar no iban a poder adentrarse en el bosque en busca de supuesto druida, así que cualquier ayuda era bien recibida.- Los Licorambarino- Lictea señaló con el brazo la mansión que quedaba detrás suyo.- han estado sufriendo destrozos en sus campos de viñedos. Según me dijo Silark, el embajador de los hombres-lagarto, los Licorambarino les culpan a ellos de ello. Sin embargo cuando fuimos allí a investigar vimos que no eran hombres lagarto...- Lictea miró a Krajstar y después continuó su relato.- Encontramos huellas de varanos, lagartos grandes, y la presencia de muchos cuervos. Concluí que ellos eran responsables de los destrozos en los viñedos. Pero había algo más. Unas huellas humanoides que acompañaban a las de los varanos y se internaban en el bosque cercano.- Para Lictea estaba claro y un druida estaba metido en el ajo.- En el bosque perdí el rastro. Krajstar y yo volvimos pues era demasiado peligroso para ir solos. Ahora, todos juntos, es otro cantar. No hemos conseguido explicar a los Licorambarino aún que los hombres lagarto no tienen nada que ver. Llevan todo el día sin contestar en su casa.

Lomenar medita unos instantes y luego responde a Lictea.

- Veo que tienes la investigación bastante adelantada. Si te parece podemos unir fuerzas para lo que tu consideres más oportuno. CUando acabemos esto ya te contaré otro tema de la Aldea del Loto, por si te puede interesar. - Una vez más se vuelve a Lilypurr - ¿Te parece bien?

Espera, -Lilypurr reflexiona sobra la información recibida- ¿has dicho que no contestaba nadie en la mansión? Creo que lo mejor sería ir a cerciorarnos que no les ha pasado nada a los residentes y después podemos ir al bosque. De poco serviría averiguar lo que ha pasado si no hay con quien restaurar las relaciones.

Kranjstar se había quedado un tanto absorto ante la llegada de aquellas dos chicas. El aspecto felino de una de ellas, no terminaba de pasar desapercibido, claro que el que la otra fuera acompañada por un lobo, no es que la hiciera menos, aunque sin duda, el hecho de que preguntará por Lictea, robó toda la atención de momento.

La chica-lobo se tomo como si nada su presentación y se dispuso a hablar con las recién llegadas. El clérigo tomó una actitud bastante prevenida, ya había pasado por robos y cosas por el estilo, quien sabría si algo tramaban estas.

La conversación tomó otro rumbo cuando una de ellas mencionó que venían de parte del embajador de los hombres lagartos, entonces Lictea consideró que con ellas podríamos tener lo necesario para adentrarnos en el bosque a investigar. Entonces iremos al bosque? preguntó de forma escéptica para luego mirar al cielo. Una fuerte tormenta era segura para este día, la pregunta era, cuanto tiempo se tomaría para detonar. Creo que deberíamos por lo menos arriesgarnos. Después de una tormenta como la que se avecina, sería imposible seguirle la pista al que sea que este detrás de esto. Destino o no, creo que todo apuntaba a que debían ir a ese bosque.

No hay nadie ahí. Lo mas probable es que estén en la preparación del funeral del que cuidaba la casa. Los Licorambarino han sufrido grandes pérdidas por estos días. dice encogiéndose de hombros.

El hecho de que las dos chicas estuviesen buscando precisamente a Lictea sorprendió completamente a Leokas y la rudeza con la ésta les respondió ya lo hizo ponerse en tensión. Pero, por suerte, no se trataba más que de hablar sobre intereses comunes. 

De nuevo salían a la palestra los hombres lagarto, aunque esta vez se trataba de su embajador y la tarea de limpiar su imagen hacia el resto de la comunidad de Tormentos. -Ya lo habéis oído.- Comentó tras las palabras de Kranjstar. -Si están de luto lo último que querrán es que irrumpan en su casa por muy buenas intenciones que tengamos.- Apuntó para dejar de lado la idea de comprobar que todo estaba bien. -Lo que sí veo mejor es lo de seguir el rastro que mencionó Lictea.- Leokas se sumó a la iniciativa para esclarecer parte del misterio que envolvía la mala reputación que se estaban ganando los hombres lagarto entre la extraña enfermedad y los furtivos ataques.

Lictea no había reparado en el aspecto felino de la segunda mujer. Cuando lo hizo, su expresión fue un poema. los ojos abiertos como platos la boca de dientes irregulares y amarillos abierta y, para rematar la faena, se acercó olisqueando el aire, demasiado cerca de la fémina.

- Pero...y tú...¿qué eres?- Vio la cara de Leokas y le recordó a las reprimendas que le echaba el bardo humano, Daélric. - Oh, perdón...-Dijo forzada pues para ella no hacía nada malo.  Se separó dejando libre el espacio vital de Lilypurr.- Lo que dice Kranjstar es cierto, creo que tendremos más suerte volviendo aquí mañana. Podemos acercarnos. Ya he ido varias veces y  me conozco el camino como la palma de mi mano.- La palma de la mano de Lictea estaba llena de arañazos, roña  acumulada en todos y cada uno de los pliegues, como si la mujer estuviera acostumbrad a andar a cuatro patas.- Mi lobo se llama Lico. ¿Cuales son vuestros nombres?

- Mi nombre es Lomenar y mi lobo Arvak. Si va a llover estoy de acuerdo en seguir cualquier rastro que tengáis ya que después no creo que sea posible hacerlo.

Dejemos la visita para luego entonces, partamos y acabemos rapidamente. Concluye Lilypurr al ver que todo el mundo opinaba lo mismo y lo único que conseguiría sería retrasarlo todo. Se encoge de hombres -Os seguimos.