Partida Rol por web

Sin saber muy bien si el sacerdote tiene algo que ver o no con la desaparición de los fieles de pelor, juzgo más importante echar un vistazo por los alrededores tratando de no levantar sospechas. Dando por respondida la pregunta, me aparto de la conversación mientras doy una vuelta para ver si me entero de algo.

Al no encontrar nada demasiado sospechoso, me dirijo a la taberna donde descansan los luchadores entre los combates. Es posible que el culto tenga alguna clase de sede allí.

el erizo borracho.

Mal se encontraba mal * y se marchó a alguna posada para descansar. Dejándote sola en tu camino hacia el Erizo Borracho.

Llegaste a la Catedral de Kord.

- Parece que aún es temprano. Aún no se ha presentado nadie. Ni aquel gran hombre que se apuntó.

El rubio guerrero caminaba con energía por la calle mientras se dirigía a la catedral. El reparador sueño le tenía de un humor excelente hasta que llegó a la catedral y la vio vacía. El clérigo con el que antes hubiera hablado, Nestor Purilltan le explicó que todavía no había llegado nadie.-Parece que he madrugado un poco. Sacerdote, me permite una pregunta. ¿Podría ver la arena donde se celebrará la lucha?. No quisiera pecar de curioso pero no puedo por menos que sentirme atraído.- 

- Lo siento señor, pero me temo que eso queda reservado para cuando llegue el gran momento. Hasta entonces puede esperar o decirnos donde va y mandamos a alguien a que vaya a buscarle cuando se presente la otra persona.

-Vaya, un secreto bien guardado eh?.-Khrirm comenzaba a dudar que hubiera alguien interesado o apuntado aparte del semigigante aquél que conoció en la catedral.-Creo que iré a ver a Mylor Blank, el recadero de la ciudad. Estaré aquí al lado si me necesitan.-Acto seguido Khrirm se encaminó hacia el edificio de los recaderos para ganar algo de dinero y conocer los cotilleos de la ciudad, que mejor sitio que ese.

Justo cuando Khrim iba a salir por la puerta un joven guerrero entró en la catedral. Néstor se alegró de verles.

¡Espera Khrim, no te vayas! Parece que alguien nuevo ha llegado. ¿Estás interesado en inscribirte en el torneo? El ganador se llevará 10 po. Si quieres podéis combatir ahora mismo. ¿Os interesa?

El niño miró al temible Khrirm y sonrió.

Yo estoy dispuesto a aprender de un gran guerrero

El rubio guerrero aceptó de buen grado.-De acuerdo, ¿cuales son las reglas?.-

- Son sencillas: La primera es que habléis de nuestra Catedral y sobre la fe e Kord al resto de miembros de la ciudad. Necesitamos captar más adeptos. La segunda es más sencilla aún, obviamente está prohibido matarse, la guardia nos cerraría la iglesia, pero por lo demás mientras vuestra guerra sea justa, podréis hacer lo que queráis. Sed lógicos y sensatos, no esperéis a perder el conocimiento para rendiros, nosotros no os podemos garantizar las curaciones que a lo mejor necesitáis. Por lo demás, adelante. ¡El más rápido que actúe!

-Me parece bien, sin muerte entonces.-insinua Khrirm desatando su hacha de doble filo de la espalda.-¿Sacerdote, por qué están bajos de personal? Tenía entendido que esta ciudad siempre estaba bien surtida de clérigos de Kord.

¿Aquí y ahora?.- el crío vio como el gran guerrero Khrirm desenganchó ese enorme hacha que usaba como él usaría un cuchillo para untar el pan.

Por un momento pensó en que le mandaría meterse en estos "fregaos", pero recordó la promesa que le había hecho a su moribundo padre y desenfundó el arma. 

- La verdad que Kord nunca ha gozado de muchos fieles en la ciudad, es un dios de la lucha y los habitantes de la ciudad no son muy bélicos, y sino mira la de gente que se ha presentado al torneo. Después os acompaña hasta una sala que tienen habilitada para los combates hace un gesto y os dice ¡¡Adelante! y tened cuidado.

El niño saludó con la cabeza a su temible oponente.

Su sonrisa radiaba la ilusión por su primer combate, por poner a prueba sus habilidades.

Utilizó su arma en un tajo horizontal realizando un arco perfecto que tantas veces había usado contra postes de madera, usando su escudo para protejer su flanco débil