Partida Rol por web

Lyra negó con la cabeza ante la pregunta de Zarus. Tengo restos de la cerveza, pero no de las algas. Se las llevasteis todas al druida de Obad-Hai, a mi no me dejásteis nada. Dijo encogiéndose de hombros, pues no recordaba que fuera a ser así.

Luego miró a Raelia y después a la monstruosidad que había traído consigo. Hombre, no estaría demás encontrarle sentido a esta cosa. Saber de dónde ha salido y qué hacía aquí. Y lo más importante, saber qué es... dijo mirándolo aún con extrañeza. Después miró a Snit, y esperaba que al ver a Ankus allí se diera por aludida y contestada.

Escuchando de Lyra el tema de la cerveza y las algas, Zarus dió un profundo suspiro. Era cierto, él tampoco las tenía, le dejó todas las sobras a Milkahá. Te conseguiré lo que quedó de ellas o sino, trataré de conseguir mas en el puerto. al tema de la enfermedad aún le faltaban muchas piezas y Zarus no se detendría hasta aclararlo por completo.

Luego, puso su visto y su atención en Ankus, le sorprendió el que declarar que no conocía Argot. Te hablo del mediano que terminó convirtiéndose en un especie de hombre-pez, el que Blagh Acusó de envenenar su cervezas. Tu y él se entendían bien, no? compartían su desagrado por el dueño de la Pezuña en la Boca, al igual que yo! Lo que quiero saber es si Argot había adelantando algo en su investigación contra el enano. La vez que estuvimos en tu taberna, me dijiste que Blagh echaba algo en su cerveza para atraer clientela y era capaz de hacer cualquier cosa para tener gente en su posada. Incluso, has dicho que la gente que bebe su cerveza, termina por matándose entre ellos. Zarus termina por hacer una pausa antes de continuar. Esta claro que esconde algo en su sótano, pero la pregunta es que? Se dice que pone algo en su cerveza, pero la pregunta sigue siendo que?... Quiere tanto, como tu hacer que ese enano pague por las cosas malas que haya hecho, pero necesito encontrar la forma de demostrar que eso es así. He traído muestras de su cerveza hasta acá, pero Lyra, nada raro ha encontrado en ella. Aún así, puede que el uso de esas algas, pueda tener algo que ver en su extraño sabor o cualquier otro efecto que cause a quien la toma. era claro que no se podía descartar aún el tema de la cerveza, lo que no terminaba de entender, era que nada le había pasado a él cuando la tomó.

Finalmente, Zarus estaba decidido a buscar una segunda opinión. Tal vez la druida de la que habló Milkahá, podría ser de ayuda para analizarla. Puedes darme un poco de la cerveza que te dejé? le dice a la sacerdotisa. Luego se dirigió a Ankus: Vamos... No te guardes nada. Si sabes algo mas sobre Blagh, es el momento de decirlo,
yo lo investigaré. De igual forma, si conoces la forma de que pueda entrar a su sótano, sin que nadie me vea, me serviría mucho. Tal vez haya alguna puerta secreta o algo por el estilo. le dice al posadero.

El Kraken miró a Raellia, paciente. El hombretón había decidido que la ayudaría si ella se unía a aquel grupo de gente. Se lo debía.

-QUÉ ME DICES, RAELLIA? VAMOS CON ELLOS?

Lo cierto es que aquella cosa seguía sin tener un "nombre" u origen, y aunque no era ella la que había traído al ser para que se le examinara, aquel era un misterio que requería respuesta. Y, en otras condiciones, con algo de dinero en la bolsa, y bien descansada, se habría lanzado a resolverlo sin dudar. Por desgracia, no tenía dinero, estaba cansada y herida. 

-No lo sé-dijo la mujer, reprimiendo un bostezo, ante la pregunta del Kraken-no sé si realmente podremos ayudarles en algo con el asunto de las algas. Podemos llevar esa cosa con los magos, a ver si ellos saben algo... Podemos ir también con Flanigan a transportes Gorrablanca y reunirnos con el resto, si es que siguen allí... Pero probablemente esté también el semiorco que te hizo eso... O intentar ayudar a otra persona que lo necesite, y aunque me avergüence decirlo, esté dispuesto a recompensarnos de algún modo. De lo contrario, esta noche difícilmente tendré un techo bajo el que dormir. ¿Tú que opinas?

El Kraken frunció el entrecejo al pensar en el semiorco. Le debía una buena pero no estaba en condiciones de enfrentarse a él ahora mismo. Apenas si podia mantenerse en pie. 

-EL KRAKEN ESTÁ EN LA MISMA SITUACIÓN QUE RAELLIA! NO PODRÁ PAGARSE UNA HABITACION SI NO CONSIGUE ALGO DE PLATA. 

CREO QUE EXISTE UN LUGAR LLAMADO RECADOS EN LOS QUE LA GENTE ANUNCIA ESA CLASE DE "ENCARGOS". QUIZÁS DEBAMOS DIRIGIRNOS ALLÍ.

Snit quería esperar a que Ankus terminara, pero era muy lento. No dejaba de hablar y hablar, parecía que no necesitaba descansar para respirar. Se preguntó si siempre sería así o es que había tomado algo en mal estado que, en vez de convertirle en pez, le hacía hablar de esa manera. Pero le daba igual, no tenía paciencia.

Había escuchado rumores sobre Ankus, y quería saber si eran ciertos o no. No podía seguir perdiendo el tiempo, pues necesitaba oro. Soltó unas palabras arcanas mientras le señalaba con un dedo.

He escuchado que tienes problemas, y necesitas gente. No se si va más allá de la otra taberna y las algas. Pero sí que me gustaría saber si puedo ayudarte en algo, Ankus.

-Supongo que podemos pasarnos...-dijo la muchacha, con tono cansado. Miró una vez más el cadáver de la cosa que la atacó, y cayó en algo (o puede que simplemente fuera producto de su mente cansada). ¿Quizás aquella cosa llevara algo? Solo había un modo de saberlo.

-He pensado... Que quizás esto tenga alguna clase de botín de otros que haya apresado antes-dijo, agachándose a registrar. No sabía realmente si tenía bolsillos siquiera, pero por intentarlo no perdía nada.

-Cuando lo compruebe... Lo llevaremos con los magos, a ver si saben algo, y después iremos a esos Recados que dices.

Ankus seguía negando con la cabeza todas las palabras de las que hablaba Zarus, no sé de qué estás hablando, no sé si conocí a ese tal Argot Leular, pero no me acuerdo de él. Y además, yo jamás he dicho nada en contra de Blagh, bueno, es de sobra conocido que no nos llevamos especialmente bien, pero jamás he creído que haya echado nada en su cerveza, y mucho menos he pensado que oculte algo en su sótano. Dijo encogiéndose de hombros. No tengo muy claro quién te ha dicho todo eso, o dónde has sacado tal información pero te equivocas.

Justo en ese momento, Lyra se fue para ir a por restos de la cerveza que había llevado el otro día, y Ankus en ese momento aprovechó para guiñar un ojo a Zarus, como tratando de indicar que ése no era el mejor momento para hablar de todo aquéllo. El muchacho se había delatado en incontables veces en todo ese momento. Lyra se había quedado muy sorprendida aunque no dijo nada. Pero eso de entrar a hurtadillas en la casa de nadie, no era algo que fuera muy legal, ni algo como para gritarlo a los cuatro vientos. Había que estar muy loco.

Después miró hacia un lado, como si hubiera escuchado algo y entonces después miró directamente a Snit y asintió con la cabeza. Parecía confirmar algo que nadie más había podido escuchar.

Zarus quedó algo consternado cuando el tabernero comenzó a negar todo lo que él decía, pero luego comprendió que estaba siendo poco prudente en expresar aquellas cosas frente a la sacerdotisa, así que tomando parte de una fuerza con la que apenas se estaba familiarizando, hizo lo mismo que la gnomo y señaló con un dedo, primero a esta, ya que al parecer tenía un tema en común, y después señalando a Ankus, ya que este era con quien guardaba relación el tema. Creo que debemos hablar en otro lugar. En todo caso, también he escuchado que necesitas ayuda con algo y me gustaría saber de que se trata. dice mirando fijo al tabernero mientras mueve sus labios sin producir sonido alguno.

Luego de que volviera la sacerdotisa con la cerveza, Zarus le agradeció por traerla y vació la mitad de esta al recipiente que le diera Lyra, guardando la cantimplora con la otra mitad de la cerveza, en su mochila. Espero poder traerte pronto muestra de las algas. Mientras me llevaré un tanto de esta cerveza para ver si logro contactar a la druida de la que Milkahá hablaba. dijo con la determinación de no parar en el asunto de buscar responsables en la dispersión de la enfermedad.

Finalmente, puso algo de atención a lo que conversaba Raelia y el Kraken. De que va el asunto con el regordete?
Le conocí el primer día que llegué a la ciudad, luego le pedimos ayuda para investigar lo de la misteriosa secta que esta quitando adeptos a este templo, pero no es que haya hecho mucho por ayudar.

-Coge esa cosa Kraken, por favor... La llevaremos con el gremio de magos para ver si saben algo, antes de pasarnos por Recados-solicitó Raellia. De haber podido dormir algo, probablemente habría cargado con aquella criatura ella sola, pero en sus condiciones actuales no estaba para esa clase de esfuerzos. 

Antes de salir, sin embargo, respondió brevemente a Zarus.

-El señor Flanigan quería recuperar un anillo que vio en el mercado, ya que dice que es suyo y que se lo robaron. 

Zarus puso cara de asombro al escuchar el relato de Raellia, aquel anillo había sido recuperado hace unos días y entregado a cambio de ayuda para el templo, en cuanto el regordete se comprometiera a buscar respuestas sobre la secta misteriosa. Al parecer eso no va a dejar de pasar nunca. Ese tipo tiene la costumbre de obsequiar su anillo a cualquier mujer bonita, con la idea de comprometerla en matrimonio y para colmo, lo hace con chicas que le son completamente desconocidas. dice con cierta pesadez al recordar aquello.

El joven Lazarus, pareció interesarse, también, por el tema de la extraña criatura. Tal vez podamos reunirnos mas tarde y hacer grupo, he escuchado que hay cierto problema con ladrones a las afueras de la ciudad, he escuchado que recompensa a quienes les atrapen o les ahuyente. Aquello podría ser interesante, incluso para ti, Snit. dice mirando con complicidad a la gnomo, aunque claro, esta el asunto con Ankus antes.

El Kraken se tambaleo un poco pero cargo a la criatura a su espalda y se dispuso a seguir a Raellia.

Sonrió ante el guiño de Ankus, ahora sólo la quedaba esperar a que se quedaran solos y la contase qué le ocurría. Se cruzó de brazos, pensando en las monedas que podría conseguir y cuánto la permitirían vivir en aquella ciudad, en la que parecía que sólo daba tumbos o buscaba la muerte en cualquier esquina.

Sorprendida, escuchó la voz de Zarus en su cabeza. Había sido muy imprudente al hacer el conjuro tan al aire, sin intentar ocultar sus gestos ni nada. Pero tampoco era realmente importante. Si era un asunto peliagudo, ella necesitaba también compañía para hacer frente a lo que viniera, pues su diminuto cuerpo la limitaba un contacto directo.

Mantuvo el silencio, escuchando a los dos presentes, hasta que Zarus la nombró directamente.

Cualquier cosa que me pueda dar dinero para no morirme en un callejón de Tormentos Cristalinos me interesa, desde luego afirmó. Espantar o atraparlos. Parecía un trabajo sencillo. Ya se vería qué ocurría después.

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.

Clarice entró en la catedral con paso vivo, seguida por Elianne. La práctica no siempre hacía al maestro, como había demostrado cierta persona porquien tenía un enorme afecto, después de tres años de dejarse los escasos cobres conseguidos en trabajos serviles en cuerdas de cítara. Este caso era diferente; cada día podía mantener el conjuro unos minutos más sin descubrirse.

Pero no hay razón para malgastar ese tiempo, Lucrecia, se dijo. No hay riazón para pierder tiempo, Clarice ¿sí?, se corrigió.

El enorme edifició estaba vacío. No como de costumbre; los feligreses no abundaban en los dominios de Pelor. Los aventureros, empero, solían hacer de la catedral su segundo hogar. Espiero que Sanya tienga más fiortuna en la tiaberna.

Saliudados, Lyra, dijo con una inclinación de cabeza, cuando encontróa la suma sacerdotisa. Te traigo notisias y te traigo consiultas, ¿sí?

Levantó el dedo índicede la mano izquierda. Lo bajó, sacudiendo la cabeza, y levantó en su lugar el de la otra mano.

Consiultas primero, si te pliace, dijo. Busco piersonas. La muijer viestida cual pes de yierro y testa coroniada de hilos de platino; Raellia, se lliama. Il hombre que disnuda su pecho y tamaña dos hombres o tries hombres, de niombre como mionstro marino; Kraken si dise. Yuntos están ayer, cuando de ellos sepiararon los caminos. No acudieron a dormir, y la ciudad peligriosa es de nioche. Tiemo que algo les hayia piasado. ¿Has sabido de illos?

Bajó la mano derecha y levantó la izquierda, de nuevo.

Notisias segundo, prosiguió. Donde los ricos moran, en eniormes mansiones con jardines, una destiaca por sus muros agrietados, sus jardines sialvajes, sus riejas devoriadas por el ósido. Andrigal, la disen. Hi oído historia de amiga fiable que es peligriosa, que alguien asesina y arrioja los muertos sin siangre bajo los sus suelos. Adivierte a quien a ella quiera inviestigar que rigala su carne a los gusanos, y su siangre a piores fines, sin duda.

El rostro de Clarice se deshizo en una mueca de desagrado.

Por un momento, consideró explicar lo que sabía sobre el culto. Pero no era urgente, no habíavidas en peligro si sus sospechas eran ciertas, y ese era su camino para labrarse una reputación en la ciudad. Shhhh...

Buenos días, dijo Lyra saludando a las dos recién llegadas. Efectivamente, Raellia y el Kraken acaban de marcharse. Y sí, les pasó algo grave. Llegaron con un monstruo entre sus brazos y con el Kraken inconsciente, yo no sabía de qué se trataba esa bestia, pero parece ser que se la han llevado al templo de Boccob a ver si el gremio de magos es capaz de averiguar qué es exactamente y de dónde ha salido. 

Cuando escuchó lo que decía sobre la mansión Andrigal, sonrió, oh si, si, son continuos los rumores sobre la mansión Andrigal, no hay nada de qué preocuparse. Llevan existiendo desde que vivo aquí, y ya se ha investigado todo y no hay nada que temer. No te preocupes y no hagas caso de los chismes que cuenta la gente de la ciudad.

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.