Partida Rol por web

Aire se mordió el labio ante la insistencia de Andrei. Se intentó poner en su lugar. Ella haría cualquier cosa por su Aristóteles, tal y como él estaba haciendo por su hermana. Pero las palabras de Lyra eran muy claras: La mantendrían con vida, pero no la curarían hasta no ver las monedas en su mano. Y, aunque parecía algo usurero, ella lo entendía. Por mucho que su dios fuera muy poderoso, no se podía vivir del aire.

Perdona le tocó el hombro a Andrei no te pide armas, te pide monedas. Si no las tienes, tampoco servirá le dijo. Al mismo tiempo, pensó que, por mucho que quisiera, si se desposeía de todos sus bienes, no podría hacer nada en la ciudad. Además, por mucho que quieras, si te quedas sin espada, ¿cómo pretendes defender a tu hermana de las maldades del mundo? Querrás volver a casa. No podrás, porque en cuanto os ataquen, caeréis los dos. Si quisieras quedarte en esta ciudad, ¿cómo sobreviviréis sin dinero? No podrías trabajar sin espada, y tu hermana, en la calle contigo, volvería a enfermar. Entiendo tu frustración, pero ahora estará atendida, tú sólo tienes que hacer lo posible para que, cuando sane del todo, pueda seguir viviendo

Las palabras maduras de Aire eran sorprendentes, por muy poco que conocieran a la muchacha. Su mirada parecía transmitir incluso más que sus palabras. Pero el efecto duró poco. Una mosca cercanos a ella hizo que Aristóteles croara, y Aire se distrajo.

¡Aristóteles! ¡A comer! gritó, elevando al sapo y saliendo detrás de la mosca para que pudiera comer antes de partir.

La duda corcomía a la joven. Por un lado, la respuesta de la Suma Sacerdotisa al aflijido Andrei, que estaba dispuesto a todo con tal de obtener la curación de su hermana, la había molestado más que aliviado. No era ése el modo en que Amber solucionaría los problemas del Templo. Por otro, la posibilidad de que Pelor la hubiera mandado de regreso para acompañar en sus aventuras al pequeño grupo no encajaba con que primero la hubiera sacado de la Catedral en pos de un sueño que había resultado fallido.

Suspiró, sopesando las posibilidades. Que eran divergentes. Pero por encima de todo era pragmática, y asintió a las afirmaciones de la mujer que acababa de hablar, decidiéndose en el camino a tomar.

-Tiene razón, Andrei, lo que ha dicho es más que cierto. Si tenéis alguna posibilidad de ir a por algo de dinero, seguidla. Os acompañaré, será otro modo de intentar ayudar a tu Margaret, ya que mi pobre magia no es suficiente para intentar por mí misma obtener la curación.

Realmente abatido y decaído miró a Aire con gesto serio ante su explicación, no iba a entrar ahora en dilemas sobre cuantas espadas llevaba y cuantas le eran necesarias para combatir pero aquella muchacha había dado en el clavo. No querían sus armas, querían sus dinero.

Respiró hondo recuperando algo de la dignidad perdida, aunque en sus ojos se podía apreciar el hilo del rencor no le dirigió ni una palabras más a la suma sacerdotisa. En cambio si tuvo el temple necesario para no pagarla con sus compañeros.- Gracias por el ofrecimiento Amber, por mi parte eres bienvenida a bordo.-le tendió la mano sin más, no parecía tener rencor para con ella.-Creo que el tiempo de las palabras ya ha quedado atrás ¿nos podemos en marcha?-dijo en espera de que el resto pusieran rumbo a los viñedos y decidiesen si Amber les acompañaba o no.

Kranj miró con extrañeza a la recién llegada. Ya le había visto antes en este mismo lugar, pero nunca cruzó palabras con ella. Hasta este momento... -Púes si te he visto antes, ayudando en el templo a la suma sacerdotisa. Seguro ya te ha llegado el llamado para hacer algo mas en nombre de este templo. Te doy la bienvenida si quieres acompañarnos. Como ya lo ha dicho Andrei, luego de terminar con el misterio en los campos de los Licorambarino, podemos investigar quien está detrás de la perdida de creyentes de Pelor. Como ha dicho Lyra, puede tratarse de alguien sin escrúpulos y poderoso; algún riquillo, posiblemente. Hasta el mismo alcalde figuraría como sospechoso y bueno...- hizo una pausa antes de decir lo siguiente, pues ya era decir algo muy personal sobre lo que pensaba del alcalde. La verdad es que influía mucho el mal rato que les hizo pasar el día anterior.

-En fin. Mi nombre es Kranjstar. Ya nos irás conociendo en el camino.- dice ofreciéndole una respetuosa sonrisa. Luego, se acercó a donde estaba Lomenar -Marchemos, entonces.- le propone, sonriendo ampliamente. No sin antes, pedirle a Lyra que le avisara, en caso de llegar, a Reknar, que nos podría encontrar en los viñedos de la familia Licorambarino y que el señor Tobias estaría complacido de que le ayudara a comunicarse con su difunto sirviente.

-Gracias por vuestra acogida, sí, creo que el luminoso Pelor me está llamando a acompañaros.

Estrechó las manos tanto de Andrei como de Kranjstar con una sonrisa.

-Por el camino me podréis poner al corriente de lo que vamos a buscar, qué es eso del misterio en los campos de los Licorambarino. Y si nadie tiene nada en contra, claro...

Añadió mirando directamente a los que aún no se habían pronunciado.

Pues no había mal que por bien no viniera. Resultaba que la enfermedad de Margaret, la hermana de Andrei, les confería nuevos compañeros de viaje. Lictea también era una recién llegada a la ciudad y había aprendido rápido, a base de duros golpes, que lo único que movía a la gente de la ciudad, lastimosamente, era el dinero. Así que se acercó al hombretón y le palmeó con fuerza la espalda.

- Vamos, hombre, no lloriquees más.- Tantas quejas y pegas le recordaban a Lictea a los niños de su Comunidad.- Cuanto antes nos vayamos antes volveremos con las manos repletas de dinero y podrás curar a tu hermana.- Miró al grupo que se había formado y asintió satisfecha. Los hombres podrían cocinarles y vigilar el fuego mientras ellas llevaban la voz cantante. Por fin se sentía un poco más como en casa.- ¡Ea, Lico, tira p'alante!- Dio un puntapié a lso cuartos traseros de su lobo que pegó un brinco y salió disparado a la salida.

Lomenar le devolvió la sonrisa a Knajstar y dedicó otra a Amber.

- Bienvenida al grupo.

Solo tuvo que mirar a Arvak para que su lobo comprendiera que era hora de moverse.

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.

Aquel edificio era impresionante. Zila no pudo evitar detenerse un momento al entrar para observar y admirarlo todo.  Después observó alrededor, nunca había sido muy dada a religiones, adoración de dioses ni  a seguir dogmas, sin embargo respetaba a quienes así lo hacían por vocación. 

Habían allí varias personas a cargo de los sacerdotes, ¿Cuál de ellos sería Ankus? Seguramente lo mejor sería preguntar. 

Se acercó con paso tranquilo a uno de los religiosos que estaban por allí, uno que en ese instante no estuviese practicando curas a nadie. 

-Disculpe, estoy buscando a Ankus ¿Sabe dónde puedo encontrarlo?- confiaba en que el hombre continuase en la catedral, eso le ahorraría tiempo y simplificaría las cosas, pues todavía no sabía en qué tipo de tareas necesitaba ayuda, y por lo tanto no podía asegurar que a ella le interesase aquel asunto.

Oh, no, siento que hayas venido hasta aquí para buscar a Ankus, pero él se marchó a su taberna esta misma mañana. Tiene mucho trabajo allí y ha madrugado mucho para poder seguir con él. Es una desgracia lo que le ha pasado, pero muy pronto volverá a ser el que era, ya lo verás. Te comentó como si supieras de lo que te estaba hablando.

Asintió a sus palabras. 

-Entonces iré a buscarle allí, gracias- Respondió y se dispuso a salir.

No sabía cuál era la taberna de Ankus, pero según sabía se le había quemado, así que no debía ser muy difícil dar con ella.

Salió de nuevo a las calles y se puso a buscar algún edificio que hubiese sufrido un incencio.

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas

Volvió a mirar alrededor, por si veía a alguien que pudiese ser el tal Ankus, es decir, algún hombre que antes no estuviese. También buscó con la mirada a la misma muchacha con la que había hablado antes, Lyra Ivessa, quizás supiese dónde estaba el hombre que ella buscaba, o tal vez pudiese indicarle ¿era posible que se hubiese equivocado en el lugar dónde buscar?

Cuando Zila preguntóa a Lyra se dio cuenta del malentendido. Ankus de encontrarse, estaría en su taberna, la que se conocía como el Erizo Borracho.

Agradeció la aclaración a la mujer y se marchó a la posada del Erizo Borracho cubriéndose bien con su capa y capucha oscuras. De nuevo el tiempo arreciaba, el frío calaba los huesos y la llovizna lo empeoraba todo. ¿Tendría suficiente dinero para dormir a cubierto? Pronto le tocaría encontrar una solución a eso, su bolsa de dinero pesaba cada vez menos y su estómago rugía cada vez más.

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.

Entró en la catedral. A pesar de haberla visto antes no podía evitar que le impresionase de nuevo. 

Buscó con la mirada a la misma chica con la que había hablado el día anterior. De no encontrarla trataría de dar con otra de las personas que estaban allí trabajando. 

-Veamos si sigue por aquí ese tipo- le dijo en voz baja a Kenshi mientras torcía un poco el morro. No estaba muy convencida de dar con él, empezaba a creer que tal vez fuese de aquellas personas escurridizas como una serpiente.

Durante todo el trayecto Kenshi siguió a Zila. El día anterior ella ya había estado en la catedral por lo que el camino lo tendría fresco y sabría por donde ir.

Después de girar en una pequeña calle se encaminaron por otra más ancha y al pasar una casa con el letrero "Ultramarinos Radric" Kenshi se quedó impresionado por la catedral. Era la primera vez que veía una construcción de ese tipo. No tenía mundo recorrido pero esta era la segunda estructura que lo dejaba impresionado.

Zila no tardó en entrar y Kenshi la siguió al interior. Fue entonces cuando se quedó parado admirando la belleza de aquel lugar. No esperaba que los humanos pudiesen construir unos edificios tan imponentes a la vez que expectaculares.

La voz de Zila no tardó en sacarlo de sus pensamientos. - Dudo mucho que se haya ido tan pronto. De todas formas deberá haber alguien que nos pueda ayudar a localizarlo si se encuentra aquí. - Volvió a mirar el lugar, y en especial la cúpula. - Oye Zila, ?cuando viajabas por el mundo has visto otros edificios como este? -

Tras preguntarle a uno de los clérigos que andaba por la catedral y esperar unos minutos. Ankus se presentó allí. Buenos días. Me han dicho que preguntan por mi. ¿En qué puedo ayudarles?

No era de extrañar que a Kenshi le maravillase aquella construcción. Zila había visto muchos edificios, pero incluso habiendo estado antes en la catedral esta le sorprendía y deslumbraba con su magnificencia.

-He viajado un poco, y he visto bastantes edificios. Algunos son preciosos, verdaderas obras de arte. Pero este, sin duda, es uno de los más hermosos que he encontraso- no iba a arriesgarse diciendo que era el más, aunque estaba casi segura de que así era.

Al poco rato se les acercó un joven que se les presentó como Ankus. Zila lo miró fijamente y en silencio durante unos segundos. ¿Acaso era una broma? ¿Le engañaban sus ojos? Se fijó en los gestos y la voz de Ankus, tratando de descifrar si acaso pudiese ser el mismo hombre que conoció en la Dríada Bailarina.

-Buenos días- respondió al fin guardando sus pensamientos para si -Os buscábamos porque hemos oído que buscáis gente-

Eso parecía suficiente, a buen entendedor... Y Ankus juzgaría si hablar allí mismo o tratar el tema en un lugar más privado.