Partida Rol por web

El joven guerrero solicitó poder ver a su hermana ni que fueran unos minutos, luego se iría en busca de un lugar donde pernoctar. Tal vez el Lenguado Macerado tuviera precios más asequibles, por intentarlo no perdía nada.

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.

Enzo respiró hondo y puso su mejor cara de "pobre artista hambriento y desvalido" antes de entrar en el templo. Se acercó al primer clérigo que vio con pintas de trabajar allí.

 -Disculpe señor, ¿tienen en este templo un hueco para que un pobre bufón pueda hospedarse esta noche?

Si allí le mandaban a la porra o le cobraban más de cinco monedas de cobre, le esperaba una noche muy larga y muy fría.

El clérigo miró a Enzo de arriba abajo con una expresión algo molesta. ¿Toda la noche? Preguntó de forma retórica al mirar hacia el cielo cuyo sol empezaba a asomarse. Querido bufón, si has pasado toda la noche de juerga haberte molestado en conseguir algo de dinero, dijo socarronamente. En La Catedral de Pelor no acogemos a la gente de la farándula que trasnocha y le da al vicio, aquí atendemos heridos y a gente del Buen Hacer. 

A Enzo le entraron ganas de llorar. Y eso en él era mucho, mucho decir. Pero por suerte, aún le quedaban fuerzas para mantener la compostura.

 -Le aseguro que si no he podido dormir a lo largo de la noche, la razón no es otra más que el no haber encontrado un lugar. Todas las posadas que visité me echaron con malas palabras, tratándome como si fuera un apestado. ¡Yo, que no soy más que un honrado artista que busca ganarse la vida de manera honrada!

Vale, le estaba dando mucho dramatismo, pero si no le echaba voluntad, el sacerdote le echaría a patadas de allí.

 -Así que os repetiré la pregunta, buen señor. ¿Hay algún hueco en el que pueda echar una cabezada? Prometo no roncar.

¡Fuera! ¡Largo! Gritó el clérigo al tiempo que empujaba a Enzo molesto por sus palabras. Además, el bufón pudo ver como el resto de clérigos empezaban a despertarse y a atender a los heridos y enfermos que había allí. ¡Márchare! Le espetó y después le cerró la puerta de la catedral en todas las narices.

El pobre y agotado bufón se marchó de allí a todo correr. ¿Pero qué puñetas? Definitivamente aquella ciudad tenía algo en contra de los artistas honrados. Y de los no honrados también. Maldita sea.

Le sabía horriblemente mal, pero iba a tener que dejar a Socar solito si quería tener alguna oportunidad de sobrevivir. Por suerte sólo estaba cansado, no estaba famélico ni nada por el estilo, por lo que aún estaba a tiempo de salir de la ciudad para encontrar pastos más verdes. Era una lástima, pero tendría que haber captado el mensaje cuando tuvo la oportunidad: en el momento en el que vio que no había trabajos para bufones.

A pesar de lo cansado que estaba, Enzo se irguió y se dirigió hacia las puertas de la ciudad. ¡Adios Tormentos Cristalinos! ¡Un placer haberte conocido!

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.

Bien ya estamos en el lugar, un sitio impresionante si, aunque sin enfermos y limpio seguramente daría mejor impresión.

- Buenos días, preguntamos por Ankus, puso un anuncio en el tablón para solucionar un problema - se vuelve hacia las mujeres - vosotras queréis hacer algo antes de entrar.

Hacía tiempo que no pisaba una catedral, su breve afán de no querer creer en !os dioses era lo que le llevaba a sentirse más libre, los dioses no le habían ayudado y preferiría no hacerlo ella. Una "no-creencia" ficticia, tras servir fielmente en el pasado que buscaba autoconvencerse.

- Ankus es nuestro cliente, no hay tiempo que perder. La buena información es la que se obtiene lo más fresca posible.

Miró a uno de los sirvientes de pelor, no era como si por decir su nombre aquellas personas supieran de que hablaban...

- disculpad, tenemos entendido que ankus es un paciente, ¿sería posible hablar con él?

Xaz se encogió de hombros. No le gustaba estar allí. No sólo por ser un edificio religioso, sino por la antinatural altura del mismo. El ser humano no debería construir cosas tan cerca de los dioses.

Xaz se quedó callada mientras esperaban a que alguien les ayudase.

Buenas tardes. No, Ankus no es un paciente. Negó una mujer que andaba por ahí. Ankus solo está durmiendo aquí. Ahora supongo que estará en su taberna trabajando, es "El Erizo Borracho". Comentó mientras seguía atendiendo los quehaceres de la catedral. ¿Si puedo ayudaros en algo más?

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.

- Perdonad señora, vinimos aquí siguiendo las indicaciones del tablón de anuncios ¿Sabéis que le ha podido llevar a poner un aviso pidiendo ayuda?.

Un poco de información no vendría mal, lo mismo descubrían que la misión era una tontería, o al contrario era algo demasiado peligroso como para tenerlo en cuenta. Esperaba que al menos fuera remunerado, en esta ciudad todo tenía pinta de ser caro, mejor tener un trabajo cuanto antes.

Ella esperaba que no tuviera taberna, por lo que aquella información era extraña, ¿Que pasaba con los rumores en aquel lugar? La pregunta de su compañero era bastante acertada, aunque deberían ir a ver al susodicho. No podía añadir nada, solo esperar que la nueva información fuera más fiable.

Xaz asintió a lo dicho por su compañero.

Al final habré topado con gente hábil y todo! -pensó.

La sacerdotisa se mostraba impaciente por ir a la taberna pero también comprendía que no estaba de más el preguntar.

No le fue difícil encontrar la increíble estructura al guerrero. Sobresalía sobre toda la ciudad con su reluciente cúpula. Nathye se disponía a preguntar a alguno de los clérigos cuando una conversación atrajo su atención. Sonrió, ya que sus sospechas se habían cumplido. No era el primer aventurero que acudía en respuesta a aquel anuncio.

Se acercó al grupo con paso vivo sin perder el ánimo y le dedicó una leve inclinación.

- Saludos, espero disculpen mi intrusión. - dijo dirigiéndose al hombre en particular. - Me temo que yo también venía motivado por la petición y me preguntaba si agradeceríais contar con un par de manos adicionales. Mi nombre es Nathye Eolnorht y soy nuevo en la ciudad.

De forma descuidada, colocó su mano sobre la maza colgada a su cintura mientras que la otra ajustaba el escudo en la espalda que había perdido su posición tras la corta carrera. A continuación, miró alternativamente a los presentes sin estar seguro de si alguno poseía autoridad suficiente como para hablar con el resto.

Parece que hoy era un día de llegada de personas nuevas a la ciudad, ahora se empataba el numero de hombres y mujeres, lo mismo acaban formando un grupo fuerte y famoso.

- Saludos Nathye, me llamo Alvan y también soy un recién llegado, estábamos buscando a una persona que busca contratar gente, pero no se encuentra aquí, si no en una taberna, por lo que hacia allí vamos.

-Eres bien recibido, Nathye. No nos vendrá mal algo de músculo. Eres competente en el combate cuerpo a cuerpo?

Encogiéndose de hombros, no quiso añadir más,siempre era mejor si el músculo no era necesario, pero de serlo, si; alguien más les iría bien, dado que ella no atacaría a nadie.

- de hecho esta misión es cada vez menos certera, lo que parecía una petición de ajuste de cuentas ahora es bastante incierta.

De hecho ya no sabía bien de qué era la misión por lo que en cuanto antes vieran al cliente mejor.