Partida Rol por web

Limpió la mano contra el suelo maldiciendo mi mala suerte cuando los demás empiezan a llamar al paladín y a decir no se que de una estatua de piedra .No me fastidies ,de verdad ?.Creis que han sido los pájaros o la extraña maldición ?.Ummm, pájaros que te convierten en piedra  .. de qué me suena ?.Bueno da igual ya lo recordare si es importante , ahora habrá que cargar con el durante la búsqueda o dejarle aquí en el nido y recogerlo a la vuelta .

-Maldita sea: Salimos de una mala para meternos en otra peor!- maldijo el bárbaro al observar como uno de sus compañeros había sido transformado en dura roca.

No creía que aquello fuera resultado de las criaturas con las que habían luchado, pero...quién sabe: él mismo aún no conocía el origen de su extraña afección en el brazo.

-No sé si será lo más correcto cargar con la estatua durante toda la búsqueda. Nos retrasará y no estams en condiciones de entretenernos más. Creo que lo mejor sería dejarlo escondido en algún lugar, entre la vegetación, e ir a buscarlo una vez vayamos de vuelta a la ciudad.

Ethan se acercó a Mordrogath y, mirándole a los ojos, le habló:

-Mi situación es desesperada, y no tengo nada que perder a parte de la vida. Por mi, podemos continuar adelante...yo, seguiré.

Leokas estaba bastante distraído observando los curiosos huevos del ave que los atacó como para prestar toda su atención a los comentarios que el resto hacia sobré Coran. "Ya he visto esto antes..." Pensó el semielfo mientras pasaba su mano por la lisa y fría superficie de las piedras en el nido. Entonces le dedicó una mirada más inquisitiva al cadáver de la criatura que dormía en el nido y luego, movido por una advertencia de su subconsciente, contempló la figura de una estatua que le resultaba bastante familiar. 

Los ojos de Leokas se abrieron como hasta casi salirse de sus órbitas mientras intercalaba miradas atónitas entre el ave, los huevos y su petrificado compañero. -Maldita sea... ¡¿Cómo no me di cuenta antes?!- Exclamó con un gran sentimiento de culpa. Con las teorías de estar siendo observados por dragones y por lo difícil que había sido el combate, Leokas no reparó en los detalles del animal al que se estaban enfrentando. Pero las terribles evidencias no daban lugar a dudas. -Estas criaturas eran cocatrices. Coran debió recibir su maldición cuando fue atacado...- Explicó con un tono de voz que iba perdiendo fuerza paulatinamente. Había tenido al animal delante de sus narices y no se percató de su maturaleza hasta que ya fue demasiado tarde. 

El gnomo se sintió abochornado al escuchar las palabras de Mordrogath. El caballero tenía razón, tenían que seguir buscando a su amigo hasta dar con algo fiable.

-Tienes razón mordrogath, debemos seguir con la busqueda-se sentía cansado, pero lo correcto era lo correcto por mucho que no le gustara aquel lugar.

Todo se torció un poco más cuando descubrieron la nueva estatua del lugar. Dimdel, al principio maravillado por ese hecho, se acercó al paladín para observarlo mejor, pero cuando comenzó a pensar en el hecho en si mismo, tragó con fuerza.

-Qué...qué...¿está aún vivo?- preguntó mirando a los allí presentes. No sabía que preguntar, tal vez hubiera algún remedio, tal vez alguna magia poderosa, pero la idea de convertirse en piedra...

-Lo mejor será que salgamos de aquí cuanto antes, no sabemos si aparecerán más bichos de esos, aunque si Mai-cor ha pasado por ahí, podría estar convertido en piedra detrás de cualquier matojo

Tras decir esto, comenzó a mirar a su alrededor esperando no encontrarse con la figura pétrea de su amigo observándolos en silencio desde la distancia.

Tras ver que su parrafada tenía el efecto deseado en Dimdel (no esperaba menos), se giró para escuchar las respuestas del resto. Uno tras otro todos, o casi todos, parecían estar de acuerdo en continuar. El caballero asintió satisfecho. Todo aquello de salir de la ciudad para volver a entrar a la mínima de cambio, como llevaban haciendo los dos últimos días, le estaba sacando de quicio y así no había manera de averiguar nada. Quizás podrían aprovechar y buscar más información o encontrar a su amigo. Tras ver los huevos de lo que parecía piedra, cogerlos y ofrecerlos al resto para que los examinaran, pues él no entendía demasiado de huevos de piedra, se quedó boquiabierto al escuchar a Raellia.....¡Coran era una estatua de piedra ahora! ¡Como los huevos!. 

"Mal...maldita sea..." dijo entre dientes, tratando de ocultar su sorpresa. Leokas les explicó que aquellas criaturas eran las legendarias cocatrices, y que si Coran era de piedra ahora, era por haber recibido su maldición...."Sus ojos...sus ojos brillaban azules cuando atacaba...." murmuró el caballero, comprendiendo la siniestra magia del pájaro. Un escalofrío le recorrió la espalda. "Raellia, no quiero parecer inhumano o grosero, pero ahora mismo no podemos hacer nada por Coran ya...creo que la idea de Ethan de esconderlo por aquí, detrás de algún árbol o algo y recogerlo a la vuelta, será lo mejor. Quizás en la ciudad, en el gremio de alquimistas o en el templo podamos encontrar ayuda..." le dijo a la mujer, apoyando un brazo en el hombro de ella, tratando de mostrarle sus condolencias.

Tras conminar a alguien a guardarse los huevos de piedra "quizás para alguien de la ciudad tengan valor...y es mejor que repartamos el peso..." siguió adelante, siguiendo el camino que Leokas había encontrado. "Vamos...aún tenemos que encontrar más pistas...."

El grupo estaba muy desmoralizado tras lo de Coran. Tenían que encontrar a Mai-Cor pronto, o alguna pista que les llevara por el buen camino de alguna de las cosas que estaban investigando, y pronto. Debían volver a la ciudad con algo de información útil y tratar de ayudar al pobre paladín. El caballero empezó a notar el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. 

El gnomo comenzó a moverse en busca de un poco de terreno más firme para poder elevarse ya que realmente estaba calado hasta los hombros y lleno de suciedad

-Deberíamos salir de este lugar y encontrar un terreno donde poder acampar que esté en la ruta- dijo sacudiéndose un poco- seguro que nadie molesta a una estatua y tal vez con algún conjuro le podamos ayudar.

La voz de Dimdel sonaba débil por el cansancio. En un par de días había visto muchas más cosas que en la mayor parte de su vida y sospechaba que seguiría así. Ciertamente buscaba aventuras para poder relatar y cantar, pero estaban saliendo muy caras para su pellejo. Eran demasiadas cosas para un hombrecillo como él, tendría que acostumbrarse al ritmo, pero cada cosa a su tiempo.

-Pero no podemos dejarle aquí...-dijo la paladín con la voz quebrada. Aquello no era nada justo, especialmente para alguien que les había ayudado tanto y se había mostrado tan comprensivo. Si a la gente buena le pasaban esa clase de cosas, era normal que el mal triunfara en el mundo. 

-Y si... ¿Y si pasa algún animal o alguien a la carrera y derriba la estatua? Podría romperse... Pobre Coran... Tenemos que hacer algo. Debe haber algún modo de ayudarle...

La expresión de Leokas mejora visiblemente al escuchar las palabras de Mordrogath. La maldición de una cicatriz era sin duda terrible, pero puede que en la ciudad hubiese algún experto en artes arcanas que puedan revertir el estado de Coran. Pero las palabras de Raelia no desprendían ningún optimismo. -Entiendo tu preocupación... Quizás podamos esconderlo y asegurarlo con alguna cuerda.- Propuso sin estar del todo convencido. -Vuestra ayuda nos vendría muy bien, sobre todo de ver la clase de bestias que hay por aquí. Pero no creo que nadie os culpe por querer regresar a la ciudad para devolver a vuestro amigo a la normalidad.- Le dijo con total sinceridad a la mujer.

Sea como fuere, ahora no les quedaba mucha más alternativa que buscar un lugar donde descansar. El sol se estaba poniendo y los estómagos comenzaban a rugir para alertar a sus dueños de que debían sentir hambre. -De todos modos, sería más seguro acampar antes de hacer nada.- Comentó tras llevarse la mano al estómago de modo instintivo.

"Está bien...busquemos un lugar más seguro y seco para acampar, dejemos allí la estatua escondida y asegurada y descansemos....¿Leokas.....o Uffern....podríais encontrar un sitio mejor que éste para acampar?" contestó tanto a Raellia como a Leokas. 

Si iban a seguir, lo suyo era descansar, como decían sus compañeros. Tampoco era muy inteligente seguir hasta caerse al suelo de puro agotamiento. Además, había que asegurar el poder retornar con la estatua de Coran a la ciudad para ver si podían ayudarle. El caballero se acercó a la estatua del malogrado Paladín para ayudar a transportarla..."Pobre hombre..." pensó Mordrogath al verlo más de cerca. "No os olvidéis de coger los huevos, quizás, si alguien está interesado en ellos, paguen la recuperación de nuestro amigo..." dijo en voz alta. No tenía ni idea de si eso era así, pero cosas más raras había visto ya. Internamente pensó que Raellia sería la más indicada para llevar los huevos, pues era la que parecía ser más "amiga" de Coran, y seguramente la que más se preocuparía de que estos últimos llegaran a buen puerto, pero él no era quién para decidir quién debía portarlos. "Si alguien puede ayudarme, lo llevaremos entre dos o tres hasta un sitio más seguro..." pidió en voz alta. 

si os digo la verdad el mejor sitio para dejarle es aquí .Los animales seguro que conocen y evitan este lugar el olor de las cocatrices aun durara un tiempo así que nadie debería de molestarle aquí .Veo como mueven al paladín y me encojo de hombros .Como queráis .....En cuanto a lo de elegir un campamento me temo que me muevo mejor por las ciudades .

Ethan ayudó a mover la estatua de Coran. No temía por si el compañero de grupo acababa en el suelo fangoso hecho trizas... Coincidía con Uffern en que aquella zona no parecía ser un lugar demasiado transitado, pero también entendía la preocupación de Raellia.

-Un buen descanso no iría más que bien... Ha sido un largo día y la fatiga nos pasará factura en breve.

Aunque el bárbaro deseaba cerrar los ojos y recuperarse un poco de sus magulladas heridas, también temía por lo que pudiera pasar al día siguiente. La maldición de su brazo se habría extendido? Moriría durante la noche?

Solo había una forma de saberlo...

Leokas asintió ante la petición de Mordrogath. -Ahora mismo.- Respondió. El semielfo guardó su arco y enseguida se dispuso a buscar por un lugar en los alrededores donde poder descansar. Aunque en aquel pantano sería complicado encontrar un lugar adecuado... -Quizás sea mejor avanzar hasta salir del pantano. Sigamos la ruta y en cuanto vea un sitio seco y a resguardo nos detendremos... Se que es complicado dado es estado de Coran... Pero estamos en medio de un barrizal y mejor avanzar a desandar el camino.- Propuso finalmente tras contemplar durante unos segundos los alrededores.

-Yo cogeré los huevos-dijo el gnomo acercándose decidido hacia el nido, pero en el momento de cogerlos le entró la duda.

-¿Y si se rompen y me convierto en piedra?¿servirán como antídoto?

Un instante después los tomó con cuidado y los guardó en su mochila lo mejor que pudo entre las ropas que llevaba.

-Podríamos hacer una tortilla-dijo para intentar animar las cosas, aunque tampoco su voz se mostraba animada.