Hoy hemos matado a un montón de esas cosas. Entre ellos, a su sus líderes, creemos. Mañana acabaremos de limpiar. Me caigo de sueño -dijo Filos conn voz pastosa mientras apenas arrastraba los pies.
Al sobre
Un atisbo de hambre comenzó a aguijonear a la bestia en su reposo ¿Estará rico ese búho? ¿Se enfadará Filos si me lo como o me considerará digno de ser su familiar por derecho de conquista? ¿Y qué pasa con Huesos? ¿Por qué él no tiene familiar y Filos sí? se preguntó para sí misma junto a un sinfín de preguntas que no lograban resolverse con la ciencia infusa de su singular raza, ni mucho menos, sino que más hacían cola para procesarse por su cabecita.
Aún más dormir a pierna suelta
Filos se levantó notando aún el dolor en sus costillas, allí donde los trasgos lo habían herido más pero debía reconocer que los viales de curación lo habían ayudado bastante. Era hora de levantarse y tratar de venderle el botín a la maldita mediana roñosa de la otra vez y tratar de cobrar la recompensa.
El guerrero bajó a la sala común para esperar a sus socios.
Los ojos de Cólera asomaron por la superficie del agua, se hundierons cuando tomó carrerilla bajo el agua y resurgió con salpicado de agua por el suelo. La bestia se agitó un con violencia para secarse hasta que un respingo por las heridas sufridas le hizo parar en seco. Todavía le dolía todo aún a pesar de haber dejado el cansancio atrás, entre curiosos sueños e ideas.
Paso tras paso se acercó a dónde dormía el mago, se quedó mirándole durante un rato, ciertamente era como mirar uno de esos cadáveres de trasgo, Huesos no se movía para nada y los ojos del diminuto dragón le habrían dado por muerto de no ser por lo que había aprendido ayer de las palabras del anciano.
Abrumada por el hambre se introdujo en el hatillo que había sido su lugar de reposo y transporte para meterse entre los dientes las pocas migajas de carne seca y pan que quedasen allí antes de salir de la estancia, escondiéndose para no ser vista por nadie pero atenta por si hubiese alguna rata que pudiese saciar su apetito.
Tirada oculta
Motivo: Avistar por si hubiera moros en la costa y por si hubiese alguna alimañana que cazar y comer por los rincones
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+6)=8
Tirada oculta
Motivo: Esconderse para no ser visto, ni por criaturas grandes ni pequeñas que pudiera cazar
Tirada: 1d20
Resultado: 10(+14)=24
Tirada oculta
Motivo: Moverse sigilosamente para no hacer ruido al aproximarme a cualquier presa
Tirada: 1d20
Resultado: 11(+6)=17
Tirada oculta
Motivo: Ataque en carga, si hubiera bicho que comerse
Tirada: 1d20
Resultado: 19(+8)=27
Tirada oculta
Motivo: Daño mordisco, por si hiciese falta
Tirada: 1d4
Resultado: 1(+3)=4
Esquiva sobre el bicho que me encuentre, si me encuentro alguno
¿Cólera se ha curado algo, por poco que sea?
La hora de despertar llegaba. Por desgracia, no con el amanecer, cosa que desorientó y entristeció a Cástor. Era parte de sus ritos, al fin y al cabo: dar la bienvenida al alba, adorar al Dios Sol en toda su gloria. Sin embargo, su misión había hecho necesario que las horas de sueño se alteraran, pues habían empleado buena parte de la noche en la guarida de los trasgos. Musitó aún así una plegaria a su deidad antes de prepararse para descender las escaleras al salón de la posada.
Tenían una tarea que terminar.
Huesos no pegaba ojo, aunque a veces fingiera hacerlo, así que se divirtió ante la extrañeza en el rostro de su nueva mascota, el cachorro de dragón. Al notar movimiento se desperezó estirando el cuerpo, lo que hizo crujir los huesos de su cuerpo, y se incorporó para afrontar el nuevo "día". Aún tenían que contar a los aldeanos lo que había sucedido y quizá ayudar a Cástor con las heridas de sus compañeros.
Mi lista para este día.
CONJUROS CLERIGO:
ORACIONES
Luz
Orientación divina
Resistencia
Detectar magia
NIVEL 1:
Convocar muertos vivientes 1
Vigor menor
Vigor menor
Causar miedo (Dom)
NIVEL 2:
Convocar muertos vivientes 2
Silencio
Fuerza de toro.
Te recuerdo que tienes que caracterizarte como un viejo y que Cólera está contigo. Así que te verá.
Necesito la lista de los conjuros que hayas preparado para hoy.
Buenas tardes, dijo Mollie al ver despertarse a sus huéspedes. ¿Habéis descansado? Aún tenéis mucho trabajo que hacer, ¿verdad? Espero que hoy os de tiempo a solucionar los problemas y que para mañana no tengamos ningún ataque. Dijo con una sonrisa mientras les preparaba algo de comida para poder emprender buen camino.
Puedes darte por comido.
Filos a punto estar de decapitarla allí mismo.
-Demonios, mujer! Anoche acabamos con todo lo que vimos en la guarida de los trasgos! Hemos traido la cabeza de un gran trasgo que era su líder y casi nos cuesta la vida! Un poco de fe no estaría de más! Hoy pensamos vender el botín para costearnos algo de curación y mañana volveremos para ver si nos dejamos algo pero, en cuaqluier caso, poco quedará por matar allí, supongo!!
Creo yo que deberias intentar ayudarnos, en lugar de meternos mas presión! Donde podemos vender lo encontrado?
Tirada oculta
Motivo: Diplo
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+4)=8
Te recuerdo que tienes que caracterizarte como un viejo y que Cólera está contigo. Así que te verá.
Cierto me tomo 20 para el disfraz. Ahora lo roleo con Cólera delante.
Ramase no pegaba ojo, nunca lo hacía. Aún así descansaba su raquítico cuerpo para poder comenzar el día con energías. Al caer la tarde rezó sus oraciones. Murmuraba palabras ininteligibles, desagradables, a veces parecían carraspeos o incluso escupitajos. En la penumbra de la habitación, cuando el hombre dejó su armadura y se puso cómodo, ya no parecía más un viejo. Seguía algo encorvado, cheposo quizás, pero el rostro ya no tenía la rala barba y muchas menos arrugas. Aún así su aspecto no era demasiado saludable. Su piel cetrina se le pegaba a los huesos dándole un aspecto anguloso a su rostro y enfermizo cuerpo.
Antes de volver a salir de la habitación Ramase volvió a dedicar tiempo a caracterizarse de nuevo. Parecía importarle poco la presencia de la cría de dragón. Cuando la sintió moverse en su zurrón símplemente le dirigió unas palabras.
- ¿Cómo están tus heridas?- Sus manos de dedos finos y duros como raíces palpaban el cuerpo con experiencia.
¿Cómo vas de puntos de vida?
El viejo Huesos bajó en cuanto escuchó movimiento. Llegó justo a tiempo para saludar Mollie y escuchar la respuesta de Filos. Tuvo que aguantarse para no mostrar una sonrisa.
- Sí, mejor será que vayamos de día. Los trasgos son seres nocturnos. Por si acaso podemos hacer guardias esta noche, aunque dudo que puedan reponerse tan rápido del daño que les provocamos.- No estaría mal poder deshacerse del botín.- ¿Hay algún alquimista en el pueblo? alguien versado en pociones y mejunjes.
Filos inclinó la cabeza al hablar.
-Bueno, ahora que lo pienso... yo conocí a una sacerdotisa... una clérigo de Heironeus, en el templo. No sé si es lo que buscas. Por otro lado, podemos intentar negociar de nuevo con la mediana de la otra vez. Aunque cada vez que la escucho me salga urticaria por el cuerpo.
Dediquemos el día de hoy a sanarnos y a vender lo que podamos. Con mejor equipo podremos rendir mejor de vuelta en la cueva. ¿Estais de acuerdo?
Cólera asomó el hocico y luego el resto de la cabeza, se relamía de algo sanguinolento que había logrado cazar y, pese a estar herida, se mostraba orgullosa y feliz de haber podido matar algo que desayunar. Dejó que la mano le pasase por encima, resintiéndose un poco cuando tocaba donde no habían terminado de curarse las heridas de ayer.
- Dohlooorrr -gorgoreó- , ¿Mahtaremoz mucjo hoi? -había mucha ilusión en la pregunta y poco entendimiento de la relación entre su precario estado y las posibilidades de morir a manos de cualquier trasgo con un poco de tino.
- Logré cazar algo así que he comido
- Jodidillo: 2/15 en puntos de vida
Removiéndose incómodamente dentro del saco de Huesos, Cólera escuchaba lo que su manada decía y trataba de comprender las razones detrás de ellas. No terminaba de comprender por qué los cazadores más fieros habrían de curarse antes de enfrentarse de nuevo al peligro cuando quienes morirían serían sus enemigos. El dolor de sus heridas y la proximidad con la muerte no terminaban de hilarse en la mente draconiana que sólo buscaba satisfacer sus deseos destructivos a mordiscos y garrazos.
Optó por escuchar, escuchar y aprender... O al menos intentarlo.