Partida Rol por web

Finalmente habían formado un buen grupo. Un grupo que seguro daría mucho que hablar.  Durante todo el camino no hubo ningún tipo de incidente. De vez en cuando si iban topando con alguna que otra persona caminando por donde iban, unos con más prisas, otros con menos. Pero al fin, enfilaron el camino que les llevó directamente a la puerta de la aldea. Ante ellos se alzaba una gran muralla que parecía recubrir toda la aldea.

En lo alto de los torreones, se puede ver una figura.

Al acercarse se pudo ver con más detalle una mujer centinela fornida que en cuanto estuvieron a punto de alcanzar la puerta ésta les detuvo. Antes de abrir, habló:

¿Qué os trae por aquí, aventureros? ¿No sabéis que estas tierras están malditas? ¡Las criaturas del bosque que nos rodea no cesan ni un día en atacarnos! ¿Cuál es el motivo de su visita?

-A eso venimos precisamente: a acabar con esa terrible pesadilla que no os deja dormir en paz!

Con gesto grandilocuente, Erik presentaba al grupo mostrando seguridad en sus palabras. Tenía que vender muy bien la "mercancia". De una buena entrada, dependería que la fortuna se decantara de su parte.

-Nuestro veterano clérigo Rudolphus, Bjorn conocedor de los misterios de la magia, nuestro valiente pero silencioso Wilhelm y un servidor de usted, Erik Von Tompshen, hemos viajado desde Tormentos para poner fin a esos ataques que comenta. Podemos entrar en Loto y dirigirnos a quién pueda ofrecernos más información al respecto?

Bjön observa las murallas, unas grandes murallas para una aldea. Deben de sufrir ataques realmente fuertes para haber gastado tantos recursos en construir unas murallas que podrían contener a un ejército.

Erik hace gala de su verborrea y nos presenta a todos, por lo que no hay más que decir, salvo un leve gesto inclinando la cabeza cuando me nombra, haciendo ver al vigía quien es Björn.

Ahora, toca esperar a que nos franqueen el paso.

La mujer de la torre abre la puerta, y al abrirse se ve a otra mujer. Su nombre es Bell.

Las palabras de aquella bella mujer, dejaron a Erik algo intraquilo. Nuevamente, se topaban con una trabajo donde otros grupos habían intentado ponerle solución y parecía que ninguno había tenido fortuna. Y no era por no valorar las habilidades del grupo pero, y siendo sinceros, con un clérigo entrado en años, un mercenario de pocas palabras, un brujo al que comenzaba a tenerle confianza, y su palabrería decontrolada, no sabía si podrían llegar muy lejos.

-Gracias, querida Bell. Os agradecemos vuestra atención.

Tras caminar unos metros en dirección a la tal Lis, Erik comenzó a intentar obtener algo más de información sobre la situación.

-Decís que tres grupos anteriores a nosotros han perecido en el intento? De qué criaturas estamos hablando? Quedó alguien con vida para saber algo más: un guerrero, un explorador...? Nos vendría bien algo más de ayuda para hacer frente a vuestro problema.

En cuanto se abren las puertas, Björn entra rápidamente. ¿Qué será lo que tiene tan aterrorizada a una ciudad amurallada como esta?

Erik habla con buen tino. El que otros 3 grupos lo hayan intentado anteriormente no es algo que le tranquilice. Björn mira su grupo, una vez dentro. No sé si seremos capaces.

Se pone al lado de Erik, apoyando sus palabras.-Sí, necesitamos información. Y tal vez si alguno hubiese sobrevivido, sería de ayuda para saber a qué nos enfrentamos, como dice mi compañero.

ja, dice al fin Rudolphus tras oir la presura de la chica por hacerlos entrar rapidamente a lo que bien podria ser un fortin.

luego agrega- A lo mejor seria bueno quedarse cerca a la muralla, si no les molesta me gustaría subir y ver en que puedo ayudar mientras Erick y mis otros compañeros reúnen mas información sobre contra que nos enfrentamos. eso claro, si la querida Bell no tiene inconveniente con ello.

Bell les llevó ante la iglesia de Pelor, esperando a que la pregunta de los aventureros las resolviera mejor Lis.  Allí se encontraron con la suma sacerdotisa que había enviado la carta a Tormentos Cristalinos. En cuanto llegaron ante ella comienzó a hablar.

Mi nombre es Lis, soy clériga del grandioso Pelor. Bienveidos. ¿Cuáles son vuestros nombres? Todos habréis leído el mensaje de socorro, supongo, pero... ¿cuál ha sido el impulso que os hizo venir aquí? ¿La grandeza personal? ¿El reconocimiento? ¿Dinero?

En cuanto me respondáis procederé a resolver todas vuestras preguntas. Dijo dándole algo de misterio a la misión.

Rudolphus empieza dando un paso adeVera mi estimada Lis, mis motivaciones son un tanto diferentes al reconocimiento y demás, pero no olvidemos los buenos modales, mi nombre es Rudolphus y mis motivaciones son eminentemente altruistas para poder trasmitir mis enseñanzas sobre la vida en Dios, aunque debo decir que algo de dinero no me caería mal, para ser muy sincero.

-Erik Von Tompshen a su servicio- dijo el hechicero con una pequeña y elegante reverencia- Leímos su llamada de socorro, como bien dice, en Tormentos. Y a como muchos otros grupos de aventureros, sobrevivimos a base de realizar trabajos, encargos, misiones que nos aporten alguna moneda para poder subsistir.

Tras ser sincero sobre su modo de vida, Erik continuó argumentando su viaje hasta allí.

-Si bien nuestro trabajo es el de resolver los problemas que puedan tener las buenas gentes de estas tierras, nos llamó la atención el hecho de que los animales atacaran Loto de forma inexplicable. Cual es el motivo de esos ataques sin motivo aparente? Es algo que nos despertó la curiosidad y el espíritu de ayuda hacia la población de Loto.

Después de la contestación, se dirigió al medio de todos, y, juntando las manos, empezó a hablar.

Si hemos pedido ayuda, es por una situación que nos ha desbordado. Como habéis podido ver con vuestros propios ojos, esta aldea está rodeada de un bosque. En toda nuestra historia, nunca habíamos tenido problemas con los animales que la habitan... Hasta hace unos meses. Nos atacaron unas bestias salvajes. Destrozaron a una pequeña parte de nuestro ejército. Al principio pensamos que fue algo fortuito, animales con hambre o buscando nuevos territorios... Pero los ataques continuaron. De hecho, cada vez eran más agresivos y, lo peor de todo, parecían organizados. Eran similar a un ejército, como si alguien los dirigiera...

Una pequeña lágrima surcó la mejilla de Lis. Resuelta, levantó la mirada a los aventureros.

Existen rumores que dicen que el señor del castillo es el culpable. Los susurros nos cuentan que hace tiempo quiso tomar estas tierras por la fuerza, y conseguimos repeler sus ataques... Pero parece que esta vez es capaz de acabar con todos nosotros...

Han sido ya numerosos los grupos que han llegado hasta aquí, tratando de ayudarnos. A todos les dijimos lo mismo que os vamos a decir a vosotros, creemos que vuestro grupo es muy pequeño. Nuestros enemigos son terribles y organizados, y nadie de los que han emprendido la misión, han regresado con vida.

En vista de la situación creo que será necesario buscar más hombres dispuestos a ayudar y no tendría inconveniente en ir a buscarlos a tormentos. Sería ideal saber un poco más sobre que estamos enfrentando, así que cualquier información adicional será bien recibida.

Luego se detiene para reflexionar un poco sobre sus palabras, para luego agregar: ¿Quien es este señor del castillo del que habla? Y ¿po que estaría interesado en atacarlos?,además si usa los animales a su favor, debería ser una especie de druida, no uno muy bueno si me pregunta.

Tras decir esto último y atento a la respuesta de la clériga, revisa su bolsillo y recuerda la mala situación en la que está llegando aquí y pensando en lo que han dicho sus compañeros antes, supone que están en la misma situación. Por eso decide agregar algo más: Como mencioné anteriormente mi motivación no es el dinero; sin embargo, mi camino o mas bien nuestro camino hasta aquí,nos trae en una situación bastante precaria y teniendo en cuenta eso, se que mis compañeros y yo estaríamos dispuestos a ayudar en otras tareas a cambio de unas cuantas monedas que nos permitan regresar a Tornentos con refuerzos. Pensándolo bien para esto último sería ideal saber cuánto están dispuestos a pagar a cada persona, pues no todos llegamos alentados por la gracia divina.

-Cierto es, estimada Lis, que nuestro grupo es reducido en cuanto a efectivos, no a su vez en voluntad de querer ayudaros en vuestra misteriosa situación. Veamos... -dijo Erik mostrando un semblante pensativo- Bien podríamos volver a Tormentos en busca de más aguerridos aventureros como nosotros, pero sería un viaje en balde si al volver, cualquier otro grupo se nos ha adelantado. Es un riesgo que nuestros bolsillos no pueden acarrear. 

E intentando reforzar las palabras de Rudolphus sobre la cuestión económica, intentó cerrar una especie de pacto con la regente de Loto.

-Podemos realizar el viaje a la gran ciudad y volver en breve espacio de tiempo, pero nos tendría que asegurar que al volver, el trabajo continua siendo nuestro. Qué le parece nuestra oferta?

Lis escuchó atentamente a Rudolphus y sacó un papel que tenía entre manos.

El señor del castillo... Parecía como si a Lis le diera cierto respeto o temor hablar de él, pues se puso aún más seria si podía 

No sabemos mucho acerca de él. Ni siquiera le hemos visto, sólo su presencia se hace notar. Enviamos a un grupo de tres diplomáticos para que hablaran con él, para saber si era el causante de los ataques y de conocer los motivos. 

Como no teníamos noticias, a la semana enviamos a tres miembros de nuestro ejército... Y tampoco supimos de ellos.

Y poco después, fueron el resto. Al cabo de los días llegaron unos osos portando un gran saco. Cuando abrimos para ver que era, comprobamos que había una nota Rebuscando por sus ropas, saca un papel De hecho, esta:

Como muestra de mi generosidad

aquí tenéis los cuerpos de los caídos

para que reciban el entierro digno que se merecen.

 

Las cabezas son para mí,

para ampliar mi colección.

 

Pronto acabaré con vosotras.

Rezad a vuestros dioses no os servirá de ayuda.

Como comprenderéis, hemos invertido mucho en los grupos que ya se han dirigido al castillo y tras su muerte lo hemos perdido todo. No tenemos mucho que ofreceros antes de que empecéis la misión, pero si al final lográis derrotar al señor del Castillo, os podremos dar una recompensa de 500 piezas de oro a todos... 

Nuestra petición la hemos lanzado a varios lugares y sitios. Llevaba mucho tiempo sin venir nadie, no creo que justo mañana por la mañana venga otro grupo. Pero en el caso de que así sea, no podemos decirles que no. Estamos en una situación desesperada y no podemos garantizaros eso, lo sentimos. Concluyó encogiéndose de hombros sin saber qué más hacer para poder ayudarles sin que les perjudicase.

Al ver la nota, Rudolphus se encoge de hombros y con la cabeza agachada hace una pequeña oración en voz baja para encomendarle las almas de estos hombres a su deidad. luego se recompone y dice - Entiendo lo difícil de la situación, y en vista de lo que ha sucedido con los grupos anteriores creo que es mas prudente regresar a tormentos y buscar más ayuda. Pues claramente nosotros solo lograríamos sumar 4 cabezas a la colección del señor del castillo.

Medita un poco el asunto, para luego agregar - Mi señora, me gustaría pedirle que en caso de que se acerque un nuevo grupo mientras regresamos los invite a esperarnos para sumar mas espadas en nuestra lucha contra el señor.

Luego se gira para decirle hacia sus compañeros - Creo que tenemos pocas opciones en esta situación, creo que podemos volver a tormentos y reclutar algunos de los habituales aventureros que llegan a probar suerte a la ciudad. ¿qué opinan?

Está bien, asintió Lis, ¿cuándo creen que estarán de vuelta? Lo digo para decir al otro grupo hasta cuando deberían esperar más o menos.

-En un par o tres días, podríamos estar de vuelta. Debemos regresar a Tormentos, buscar nuevos integrantes para nuestro grupo y volver a Loto. 

Haciendo una nueva reverencia, Erik se dirigió especialmente a Lis.

-Solo deseamos que en este breve tiempo, el pueblo no reciba nuevos ataques. Cabría la posibilidad de tener unas monturas para viajar con mayor presteza?

De nuevo, el hechicero miró al resto de compañeros para buscar acuerdo en su propuesta.

-Ahora es de noche y peligroso viajar por estos parajes. Mañana, a primera hora, volveremos a Tormentos.

También creo que debemos pasar la noche aqui y partir mañana tempreno.

No, desde que sufrimos los ataques de animales tuvimos que deshacernos de todos los que teníamos. Parece que el Señor del Castillo tiene controlo sobre todos los que están cerca. Por eso no disponemos de caballos y los druidas que teníamos pudieron ver como sus compañeros se volvían contra ellos y les atacaban. Por desgracia, ya no queda ningún druida vivo en la aldea.

Es de noche, dijo mirando lo tarde que era, puedo acompañaros hasta la posada de la aldea para que podáis dormir allí y descansar. Es muy tarde para viajar ahora a vuestra ciudad.

-Os lo agradecemos, Lis. Mañana, a primera hora, saldremos en camino a Tormentos.

Erik y el resto de grupo, siguió a la mujer hasta la posada donde pasarían la noche. Puede que allí obtuvieran algo más de información sobre los ataques animales.