Partida Rol por web

-¿Nyzh?- Contenstó extrañado por la palabra usada a Jadewo pero sin preocuparse demasiado. En cada cultura se llamaba a las aberraciones con nombres diferentes. A Onfale le seguían pareciendo fuegos fatuos. Sí que es verdad que le había parecido extraño que Jadewo les dijera a todos que no usaran el fuego. De eso Onfale no tenía datos que lo confirmaran.- Los fuegos fatuos son maliciosos y se sirven de engaños para llevar a arenas movedizas a aquellos lo suficientemente tontos como para picar el anzuelo.- Onfale entornaba los ojos y con ello insinuaba que esa presa, tonta y estúpida, era Fosco. Se encogió de hombros como si no pudiera hacer nada más por él.- Suelen tener ataques eléctrico y ser inmunes acierta magia. Nada que sea un problema para nosotros si quisiéramos acabar con ellos. Esperemos a que regrese Gloria y, si no vuelve, tratemos de engañarlos con tu luz.- Pero Jadewo no era un hombre que hablase a la ligera y, aunque Onfale era orgulloso, como había dicho, sabía tragarse su orgullo, Por lo tanto le mosqueaba la posibilidad de no estar  en lo cierto.- ¿Estás seguro de lo que dices? ¿Quieres decir que son otra cosa se reproducen con el fuego?- Concordaba con lo buscado pro las luces, que no hacían más que pedir fuego.

Flame miró a sus compañeros cuando Fosco se estaba alejando. En el fondo le daba pena el mediano, le había retirado su aura porque en ese momento no estaban en peligro, y porque sabía lo que significaba aquel sencillo gesto. Ya lo había visto hacer en otro aventurero mucho más insoportable que él.

Se acercó al grupo y observó que Jadewo les dijo algo en susurros, no sabía que tramaba, pero tampoco le importó demasiado. Luego cuando estaba suficientemente cerca les preguntó, ¿qué se supone que haremos con Fosco? ¿lo dejaremos marchar? ¿o terminaremos yendo a por él? La chamán se sentía en una encrucijada, aunque en el fondo sabía cuál sería la decisión, si tenía que jugarse la vida por salvar la de Fosco, muy probablemente no lo haría. Pero quería saber cuál iba a ser la decisión de los demás, pues por ellos sí que se la jugaría.

A Fosco no le importaba ir con ellos hacia su morada, no le importaba hasta que en el camino había un pantano que atravesar. Parecía hondo y con el frío que había no estaba por la labor de mojarse. -Uy, pero sí yo no sé nadar. No puedo cruzar por aquí, chicos. Además el fuego se apagaría...- dijo a sus amigos. -Ya sé lo que debemos hacer.- el mediano volvía al campamento con una sonrisa y un antorcha en su mano. -Mira el rubio ese es vuestro hombre. Él os acompañará a dejaros la antorcha. ¡Jadewo!- decía el mediano al novio de Onfale. ¿A quién mejor que meter en este berenjenal que al único que no conocía de nada. -Anda, haznos el favor...- quizás prefiriese ir Onfale o Flame, a Fosco no el importaba, pero estaba claro que él no podía ir. Era demasiado enclenque para cruzar a nado aquel pantano.

De brazos cruzados y con mirada de superioridad, Onfale observaba como el mediano reculaba. Esta vez contuvo la sonrisa, sólo esperó pacientemente a que las luces volvieran a hablar con el verdadero interlocutor, uno que se desdijera con cada pestañeo.

- Alice, acércate, cariño. ¿Qué tienes preparado como conjuros?- Se interesó en concreto por la magia de fuego que hubiera podido preparar. Hizo un gesto para que Leiath se acercara también.- ¿Tú sigues teniendo la antorcha siempreardiente ,¿no?- Aquella antorcha podía ser una buena baza. No calentaba, por lo tanto no ayudaría a reproducirse a aquella escoria, pues su luz era mágica, pero siempre estaba encendida, no se apagaría con el agua.- Si la cosa se complica y Gloria no vuelve, puede que necesitemos dársela.- Esperaba que la clérigo estuviera dispuesta a hacer el sacrificio, si es que llegara a ser necesario.- Pero hay que engañarlos, pues su llama no quema.- Onfale hablaba colocando la mano tapando su boca. Era un experto en ello pues era típico de las mujeres del Harén criticarse las unas a las otras de aquella manera.

Cuando Flame se acercó, pudo esuchar como Jad, aseguraba.

-Los nyzh son confundidos en ocasiones con los fuegos fatuos, pero difieren en varios puntos. El más destacable es que el fuego les cura e incluso pueden servirse de él para reproducirse.-Y mirando a Leiath,quien había visto usar en ocasiones una varita de proyectiles mágicos, le advirtió.- Y son inmunes al efecto de los proyectiles mágicos, es más por su naturaleza los pueden rebotar a quienes les lanzan tales proyectiles.

El mediano llamó la atención sobre el guerrero arcano.

-Y dime, mediano, ¿qué te hace pensar que una armadura de placas es buena para desplazarse por pantanos o nadar?

En cualquier caso, el joven tendió su palma, sobre la que se acercó flotando la luz conjurada y se posó en ella. El joven le dio un soplo cual quedo susurro y esta adquirió distintos tonos de colores, cambiando entre rojo y rosa repetidamente, para dar vueltas sobre el joven.

-Creo que mi amiga ya tiene con quien compartir un fuego.-dijo a las luces, a la par que sacaba de debajo de su jubón un amuleto que despedía una llama titilante, la cual tomaba entre sus manos sin quemarse. Dijo esperando una reacción de las luces.

Leith escuchaba en silencio, absorviendo toda la información que le daban sus compañeros.

Jadewo, la más reciente adquisición del aquelarre, afirmaba que aquellos seres solo buscaban reproducirse. Pero qué pasaría si lo hacían? También había dejado claro que sus intenciones no eran buenas. En eso coincidía con Onfale.

Por otro lado estaba Fosco, agente natural del caos, semilla de disputa. Por mucho que al ente que en las sombras manejaba los hilos de la bruja de Hala le hubiese gustado dar al mediano de almuerzo a esas criaturas, la naturaleza bondadosa de la jóven no le habría dejado  marcharse a enfrentarse a tal peligro solo. Y mucho menos a Jadewo, al cual le estaba cogiendo cada día más respeto y cariño.

Tomó una decisión.

Estando en corrillo como estaba, susurró: - voy a intentar convencerles que nos ayuden a encontrar a Gloria. Si se niegan, atacad, no perdais más tiempo.

Dió un paso al frente para encarar a la flameante criatura que les estaba habalando.

- Aquí no se va nadie sin que antes nos ayudes a traer a nuestra amiga. Ella es familia. Si quieres nuestro fuego para aumentar tu familia, antes tendrás que reunirnos con la nuestra.

¿Sabéis que estamos escuchando todo lo que susurráis, verdad?

¡Atacad a estos timadores del fuego falso!

Los fuegos fatuos, lejos de realizar ninguna acción hostil, se desvanecieron en el aire.

Pues no la tengo, te has debido equivocar de maga. Le comento al eunuco, era cierto no tenía ni idea de ese hechizo.
Finalmente los fuegos fatuos no habían sido capaces de aguantar la demora demás grupo. Puede que la desidia del grupo les hubiera salvado del engaño de los fuegos fatuos.

El mediano iba a contestar a la novia de Onfale, cuando inesperadamente Leith poseída por el demonio de Hala con su habitual voz de pito metió baza. Fosco lo había escuchado claramente y esperaba que el fuego no lo hubiese escuchado. No pasó ni un segundo cuando los fueguecillos enfadados respondieron. -¡LEIATH SON INVITADOS!- dijo Fosco intentando recomponer la mala maniobra de la bruja del demonio. -NO hace falta luchar. ¡Tenemos un trato!- decía el mediano. Al menos él tenía un trato con los fueguecillos, sus compañeros era otro cantar... Era una guerra que habían comenzado ellos y en la que Fosco no iba a participar.

La respuesta de Alice le dejó helado. Aún debía estar aturdida por la revuelta a la vida así que no podía contar con ella al cien por cien. Era la segunda vez que echaba en falta un conjuro elemental de fuego, La próxima vez lo prepararía él mismo. Una grandiosa y olorosa bola de fuego.

A pesar de haberse tapado la boca los fuegos fatuos escucharon sus cuchicheos y el combate iba a tener lugar. Lo peor de todo es que Onfale al final no sabía qué magia usar. Si lo que decía Jadewo era cierto nada de fuego, pero tampoco daño. 

- Mierda...- Cuando volvió a dirigir la mirada a los entes incorpóreos ya no estaban allí.- ¡Gulp!- Tragó con dificultad ya sabiendo qué iba a hacer.

Todo ocurrió muy rápido. Tanto que la bruja se quedó embobada sin reacción alguna.

Jadewo se tensó como la cuerda de un arco al ver desaparecer a los seres.

-Onfale, necesitamos verles, usa esas particulas doradas que lanzas a veces para resaltar su perfil. Sin ello estamos vendidos.

Dijo a la par que se preparaba para abalanzarse sobre la primera de las figuras que apareciera.

Aire observó en un segundo plano todo lo acontecido con los fuegos y Fosco. También escuchó sorprendida los cuchicheos de los demás. Quizá los fuegos esos no tenían oídos, pero habían demostrado que eran capaz de escuchar. ¿En serio estaban escuchando como si ellos no estuvieran allí? ¡Estaban locos o qué!

Quiso alzar una plegaria, pero ella no creía en dioses, así que sólo puso los ojos en blanco. Sus pensamientos se vieron reflejados en las palabras y en las acciones de los fuegos azules. Se habían esfumados, preparados para atacar.

Sintió la magia dentro de ella, pero tuvo que contenerla. Sin ver a su enemigo, no podía atacarle. Tendría que esperar a que se volviera a hacer visible para poder atacar.

Silencio en las Brumas. Fosco giró la antorcha iluminando a su alrededor, tratando de ver reaparecer a alguna de esas criaturas. Nada.

¡Fosh!

Una de ellas se hizo visible, a gran altura, lanzando un proyectil mágico contra el pecho de uno de los peones que habían apagado una antorcha a la orden de Jadewo. El hombre se dolió, pero hizo señas a los demás levantando el pulgar: solo había sido un arañazo.

El orbe ácido de Aire se fue desviado, sin alcanzar al Nyzh. Jadewo hizo ademán de cargar contra él, pero se detuvo al tenerlo demasiado alto como para golpearle cuerpo a cuerpo. Poco después, Onfale se rodeaba de ilusiones de él mismo.

Bzzzzzt...

Tres fuegos fatuos aparecieron a la vez, junto al hombre alcanzado por el proyectil. Al contacto con su piel, los fuegos fatuos soltaron su electricidad, haciendo que el cuerpo saltase del chispazo y callese inerte sobre el suelo de la carreta, con el pecho humeante por las quemaduras eléctricas.

Subnormal, no nos marques como objetivo a un mindundi.

El próximo proyectil mágico, a uno de los que hablaron y

cuchichearon. Yo entiendo que le guardes rencor, porque

apagó la antorcha, pero vamos primero a por los que pueden

ser más peligrosos y mejor pertrechados.

Algo confuso por las información contradictoria que tenían sobre sus enemigos, Onfale había decidido no seguir el consejo de Jadewo y protegerse primero antes de actuar. Pero ahora que había visto la estrategia de aquellos seres no dejó escapar la oportunidad que tenía delante. Estaban todos juntitos como un rebaño de ovejas.

- Ya son míos.- Al menos los cuatro que habían atacado al pobre paleto que posiblemente hubiera muerto. El mago sacó su estoque pues no tenía todas consigo que su magia les hiciera efecto.

Aire gruñó. Su ataque se había desviado. Con rapidez, se frotó uno de los ojos, por si había enfocado mal. Sabía que no siempre se podía ser certero en los ataques, pero fallar de esa manera no iba con ella. Estaba enfadada. Y el enfado no la ayudaba en nada. Pero, como siempre, el orgullo la podía, y creó nuevamente un orbe de ácido con el que jugueteó entre sus manos. La siguiente vez que aparecieran se lo llevarían de regalo.

La primera baja. Había pasado todo demasiado rápido. Las luces eran más poderosas de lo que le había parecido a la bruja en un primer momento, y además eran lo suficientemente inteligentes para combinar sus ataques de forma letal. Camino seguro - le habían dicho antes de marchar.

- Qué Hala nos proteja de todo mal, nos guíe y de fuerzas para eliminar al enemigo...

La maga pelirroja recurrió a un hechizo simple pero efectivo, proyectil mágico. Varios rayos de luz salieron disparados de sus dedos en dirección a las luces.

Ahora que habían aparecido cerca del nivel del suelo, donde dañaran letalmente a uno de los hombres de la caravana, Jad cargó contra el más cercano de esos...