Partida Rol por web

La reacción de Aire desconcertó por completo a Fosco, le cogió por sorpresa aquella reacción. Se rascaba la cabezota intentando comprender algo, pero sus ojos sólo se sumergían en la oscuridad de los ojos de Aire. Debía haber una explicación y sólo se le ocurría que la magia tenía algo que ver. -Qué extraño.- para entonces ya se había clavado una flecha y el enjambre revoloteaba. Flame ni corta ni perezosa ordenaba a Fosco hacer algo. -¿Disculpa?- dijo con la mejor de sus sonrisas. -Claro que tengo muchas flechas.- respondió a Flame. -¿Por qué quieres pedirme algo?- decía sarcástico. -Pregunto, porque no creo que me quieras pedir algo. Ayer me amenazabas y me decías que no era de confianza. Parece que hoy ya soy de confianza y me das órdenes y quieres que haga algo. No sé que me podrías pedir, espero que seas educada.- verborreaba el mediano a gusto con la situación que se propiciaba. 

-Ah, no, no, no... ¿Por qué debería hacerlo?- preguntó maliciosamente. -No pienso hacerlo. Lanza a Ayash con un numerito. Como si fuesen flechas...- respondió a Flame bastante resentido por las delicadezas que había vertido el día anterior. -Sólo echas ácido por esa boca que tienes y deberías darme una disculpa, eso para empezar.- le dijo el mediano que gozaba de la influencia del santuario. -Además, si Gloria puede lanzar una flecha y clavarla en la caravana quizás también pueda volver, digo yo... Si se fue por la derecha según Tangrem, ¿qué hace saliendo esa flecha por la izquierda? Quizás sea una trampa. Quizás de a otro súbdito del amo Onfale y no me gustaría que mi odio creciese- decía mientras se recostaba en uno de los carros. Claramente los idiotas que le rodeaban caerían en amenazas y contaba con ellas, no le importaba gozaba de santuario. Además había allí numerosos soldados, ¿ninguno tenía un arco? ¿Pues quien sale a las brumas desprotegido? Sólo un Eunuco líder de una compañía de ineptos permitiría eso. Y así pasaba el rato Fosco disfrutando de una manzana que había birlado.

La aparición y lectura del mensaje que traía la flecha dejó a Leiath una cara de puzzle digna de retratar.

Ella no era un mujer de mucha inteligencía, pero sí de instinto fuerte y sabio, y aquella flecha no la daba buena espina.

A qué distancia se puede enviar una flecha?- preguntó para que repondiesen aquellos que supieran de aquellos temas- Aunque hubiese disparado la flecha por azar, no debería estar muy lejos. Y si lo que se proponen es distraernos?

Tangrem? No dejó la vistani ninguna instrucción si ella se tenía se alejar de la caravana? Dijo acaso que enviaría flechas para que la encontrásemos?

La bruja negó con la cabeza, no le parecía nada lógico. Si no era Gloria, delatarían su posición a cualquiera que hubiese enviado la flecha.

Pese a desconfiar del asunto del proyectil, no desconfiaba en absoluto de la capacidad del aquelarre para enfrentarse a cualquier enemigo así que, después de exalar un suspiro, aceptando el reto que proponía el mensaje, anunció:

- Bién yo tengo unos pergaminos que podemos usar.

- De verdad, Fosco, ¿vas a estar así todo el rato?- El mediano lograba sacar de quicio hasta al más paciente.- ¿Te cuesta mucho dar cinco flechas para encontrar a la única persona que puede sacarnos de aquí?- Con un gesto de la mano despachó al irreverente pequeñajo, dándose ya por vencido. Si no quería colaborar pues que no lo hiciera pero que se atuviera a las consecuencias.- Déjalo Flame, allá él.- Sabía perfectamente que el cerebro de Fosco no daba para más, era a veces como un niño pequeño, pero no tenían tiempo de hacerle entender. El perfumista utilizó cinco virotes "propios". La verdad es que no recordaba si eran suyos o del equipo de Alice. A pesar de las reticencias con respecto al origen de la carta no les quedaba otra que hacer lo que en ella ponía. Se acercó a Leiath y para agradecerle que ofreciera su material para la empresa que tenían por delante, que no era otra que encontrar a su guía y se quedó junto a ella que era como un bálsamo para él.

Oh Hala, dame paciencia.

Como ya había escrito sobre sus pergaminos, disimuladamente se metió los de Leiath bajo la manga.- Lo recibido por lo entregado.

Mientras Onfale preparaba los pergaminos con los virotes, tomó a Leiath de la mano como si se canalizara entre ellos el poder de Hala necesario para calmar los ánimos del perfumista. No es que Onfale fuera mucho de tocar pero Leiath sabía que, cuando éste lo hacía, es que había un fin. Podía ser un agradecimiento o la necesidad de más intimidad, como en este caso.

- ¿Puedo contarte una cosa?- Preguntó a la Bruja con mirada felina en sus ojos.- Cuando gobernaba el harén de mi Creador, las concubinas tenían una lucha intensa por llamar su atención. Ya sabes, la competencia. No siempre era algo evidente, pero para mí, que convivía con ellas a todas horas, era lo más difícil de gestionar. Era curioso. Aquellas que más celosas eran de su sexo eran las que más éxito solían tener, las que más cosas conseguían de mi Creador. Los hombres son así, desgraciadamente, al menos aquellos esclavos de sus genitales, que son la mayoría. Las que más se resistían a entregarse a mi amo, las que se mostraban zalameras pero no consumaban, las que se hacían de rogar, lograban chantajearlo  y conseguir cosas de él a cambio de sus servicios sexuales.- ¿A dónde quería llegar Onfale? Leiath era casta y pura, al menos eso pensaba él. ¿Se le estaba insinuando?-  Verás a donde quiero llegar. En este caso Fosco podría funcionar igual. El podría ser mi Amo en la historia y tú su concubina.- Sonrió al imaginarse la cara de espanto de la mujer.- Tú tienes algo que él quiere y eres la única que puede dárselo. Tu tienes el poder curador de Hala que tanto nos ha hecho falta y que tanto nos hará. Sólo tú puedes domarlo. Chantajealo. Está claro que no entra en razón por las buenas. Usa ese poder para someterlo de manera sutil. - El mago puso ahora voz de mujer, como imitando a Leiath.- "Hala no ayuda a aquellos que no ayudan a sus semejantes Fosco" o lo que se te ocurra.Pero no le sanes, no les otorgues los dones de Hala, ninguno, hasta que no te de lo que quieras. Puedes ser más directa incluso. Pero hay que hacer algo. Esto no puede seguir así o nos causará algún daño o lo perderemos en las brumas y creo que puede ser de utilidad. Eso sí. Ten cuidado. Fosco es más peligroso de lo que parece. Yo lo conozco mejor que nadie y fue capaz de robarle la daga a la misma Vecna.- Con eso quedaba claro que habilidades tenía y que podía ser peligroso.

He visto lanzar flechas a un millar de pies de distancia. Un poco más si se trataba de un arco reforzado. Así que puede estar muy cerca... o muy lejos. Ojalá la situación en la que nos separamos no hubiese sido tan apremiante como para que Gloria pudiese decirme algo más, Leiath.

Aire comprobó que estaban en una lengua de terreno seco, un istmo de tierras pantanosas entre aguas estancadas, de esas que cubren hasta la cintura, y que cuando sales de ellas tienes el cuerpo recubierto de sabandijas cebadas con tu propia sangre. Tras alejarse un par de pasos de la caravana, los demás pudieron ver cómo las Brumas empezaban a rodear a Aire, como si se la engulleran. Tangrem alargó la mano y tomó a la hechicera del brazo para atraerla de nuevo al sendero "seguro" que Gloria había trazado para ellos.

Cuidado, no os alejéis sin llevar una cuerda atada.

Esa era toda la autonomía que tenían. Cincuenta pies del largo de una cuerda. El hechizo de Jadewo no se alejaba mucho más. Las luces rojas se desdibujaban por la Bruma, haciendo señas a Gloria y a toda criatura viviente y muerta que vagase por los alrededores.

Pronto aparecieron más luces rojas, unas que Jadewo no había creado. Se arremolinaban en torno a una de las que Jadewo había ordenado ir hacia la derecha, creando un mosaico de rojos en la niebla. ¿Gloria sabía lanzar conjuros de luces danzantes? Nadie lo sabía.

Si vamos a investigarlo, necesitaremos dos cuerdas de cincuenta pies, y mojarnos un poco para llegar-propuso.

Habían ignorado por completo la petición que había lanzado sobre que investigaran la letra de Gloria. El grupo con el que la mestiza viajaba daba la sensación de tener confianza cero con ella, pues a Flame le parecía que no se conocían de mucho tiempo. Inmediatamente después vio como Jadewo materializaba una serie de lucecitas para que pudieran ver mejor en la bruma, aunque tampoco sirvió de mucho si no fuera porque esa magia había atraído a otra. Era algo que alcanzaba la comprensión de la chamán, por lo que no era capaz de deducir qué es lo que estaba pasando.

Observó al guerrero, pensaba que aquel hombre era capaz de luchar con la espada y realizar conjuros a través de ella, pero desconocía sus habilidades para usar otro tipo de magia. Aún tenía mucho que aprender de él, haberlo ignorado durante tanto tiempo había sido un error, pues al final había resultado un aliado de confianza. No como otros, pensó refiriéndose a Fosco.

Tras las palabras desagradables y cínicas del mediano, el brillo que habitualmente recubría a todos sus compañeros gracias a la escama que poseía en su frente, desapareció del cuerpo del mediano. Lo miró de arriba abajo y haciendo caso de las palabras del eunuco decidió "dejarlo estar". Era absurdo discutir con el mediano, pues desde que había vuelto parecía más insoportable que nunca, o al menos ellos estaban para pocas tonterías. No tenía muy claro quién había cambiado, pero la experiencia recorriendo el inframundo, había sido algo traumático para todos, hasta tal punto que Flame se había planteado abandonar.

Cuando la oscura Aire rechazó a Fosco, Flame no pudo soltar una risotada de socarronería. Se lo tenía merecido. Pensaba que podría estar bajo el regazo de la chiflada y ni ella lo aguantaba. 

Más adelante escuchó las dudas de Leiath, pero decidió intervenir. No nos queda más remedio, Leiath. No hemos recibido muestra alguna de Gloria, desconocemos donde está y esto es lo más seguro que tenemos sobre su paradero. Me parece mucha casualidad que sea una trampa justo ahora que hemos perdido a la mestiza. Así que creo que lo mejor es confiar en que se trate de una forma de encontrarla y no de una trampa. Observó las luces danzantes confiando en que Gloria supiera hacer magia, al fin y al cabo, sabía moverse por las brumas, así que tendría varios ases escondidos bajo la manga. 

A mi no se me da mal, dijo cuando vio que empezaban a prepararse para lanzar las flechas, pero no soy una arquera, ni tampoco es que tenga costumbre de usar la ballesta. Siempre la he usado para momentos necesarios, pensó recordando cuando les habían atacado criaturas aladas, pero no la manejo también como Ayash. 

Alice podía disparar, se le daba bastante bien el acertar a sus aliados con la ballesta, la espalda de Onfale podían dar buena cuenta de ello. ¿Cuántas veces había sido? ¿Una, dos, tres? ¿Puede que más?
Puedo ayudar con un hechizo de puntería al tirador, lo mejor sería usarlo con el último disparo, el más complicado.

Jad examinó atentamente el efecto de su magia como esta perdía intensidad a medida que las alejaba. Pero de algún modo había habido una respuesta, sería esta de Gloria. El joven no pensaba que ella pudiera hacer magia arcana... pero a fin de cuentas no la conocía y había mostrado un talento sobrenatural al guiar el grupo por las nieblas. 

También podría tratarse de una amenza. En cualquier caso era interesante hacer esa prueba, por si en un futuro el grupo se separaba de nuevo, tener recursos para volver a encontrarse.

El joven dió unos pocos pasos, hacia las luces, sin perder de vista la carreta, y luego atrajo sus luces hacia el grupo, a la par que desnudaba el filo de su cimitarra.

-Atentos, tal vez sea Gloria, tal vez una amenaza.

Al ver al ladronzuelo de Fosco volver de 'entre los muertos' y acoplarse de nuevo al aquelarre, Leiath presintió que no daría más que problemas. Los había dado antes y no parecía haber cambiado. Pero aquello se les estaba yendo de las manos. Era como tener uno lobo entre un rebaño de ovejas. hasta la propia bruja se sorprendía a sí misma por la decisión de revisar la bolsa de contención cada día.

Las palabras de Onfale, no hicieron más que afianzar la sensación que tenían que lo mejor sería deshacerse del mediano. Pero qué pensaría de ella Hala si dejase a una indefensa criatura perdida en aquella tenebrosa niebla? No, tendrían que elegir un sitio mejor, y por tanto soportarle todo el camino hasta que lo encontrasen.

Mi querido Onfale- dijo en respuesta a las palabras del perfumista- yo, sin embargo, no estoy tan convencida de que le necesitemos. De hecho creo que es una carga de la cual debemos librarnos en cuanto se presente ocasión. No me fio de él y por muchas oportunidades que le demos no parece querer aceptarlas.

Sé que le tienes cierto afecto y es por ello por lo que no me negé a que viniese en primer lugar. Hablaré con él, me sinceraré y dejaré que Hala guíe mi lengua para intentar que cambie de actitud. Pero no puedo negarle los dones de Hala si precisa de ellos, pues eso no está en mi mano sino en el de la propia diosa que ama a todas las criaturas por igual- entendía lo que Onfale quería lograr con aquello, pero ella era demasiado bondadosa para negarse si llegaba el momento, algunos dirían que era demasiado 'blanda'. La única solución, si el mediano seguía por aquel camino, era prescindir de él. Separarse en el siguiente lugar a salvo que encontrasen.

No es que pudiera decir que no lo esperaba, pero aún así no dejaba de sorprenderse de la bondad y rectitud de Leiath. Lo que sí le sorprendió es la cálida sonrisa que se dibujó en su propio rostro.

- No es afecto. Es puro interés. Pero no le daré más oportunidades.- Empezaba a arrepentirse de haber dejado al mediano unirse a la expedición y las reticencias que le exponía Leiath no hacían más que confirmar que no había sido buena idea.- No me temblará la mano si he de cortar la cuerda que lo salve de las brumas.- Era una alegoría. No quería decir que fuera a ser así como Onfale se deshiciera del mediano pero podía ser un ejemplo.

Aire no se había percatado de la distancia a la que se había alejado. Ni siquiera notó el momento en el que las brumas empezaron a cubrirla hasta que Tangrem la agarró y la llevó de nuevo con los demás. La hechicera vio con sus ojos oscuros cómo las brumas volvían a su ser, como si no hubieran tratado de engullirla. Estaba claro que aquél que gobernara y manejara esa niebla sobrenatural era tremendamente poderoso. Y no quería enfrentarse a él.

La discusión sobre las flechas y virotes la aburría. Notó con sorpresa cómo Fosco perdía el brillo que todos los demás aún conservaban, y se quedó observando detenidamente a Flame. ¿Lo había hecho ella? ¿Era lo que pensaba Aire?

Eso era una cuestión menor. Onfale al final sacó el resto de virotes y ató las notas a cada uno de ellos según las instrucciones de la desaparecida Gloria. No le gustaba la idea de que pudiera estar ni tan lejos ni tan cerca, ya que eso suponía otro peligro más: Cuántas criaturas podrían estar observándoles en todo momento, esperando la mejor oportunidad para atacar.

Había que resolver eso cuanto antes Yo también puedo usar el mismo conjuro del que habla Alice, ya lo sabéis. La habían visto disparar con una ballesta gigante a una criatura enorme donde iba montado un esqueleto y un antiguo compañero suyo.

Pero las sorpresas no debían acabarse nunca con esa Bruma. Las luces de Jadewo tuvieron respuesta. Otras luces aparecieron a juguetear con las del guerrero. Si es Gloria, no tiene que estar muy lejos. Si no lo es, alguien quiere que vayamos. Creo que lo mejor es disparar las flechas cuanto antes.

-Si quieres coger cinco flechas, pídemelas primero...- dijo Fosco en respuesta al perfumista. -Ni si quiera me las habéis pedido. Me ha preguntado si tengo flechas y he respondido "que sí".- seguía explicando al marisabidillo y entrometido de Onfale. -¿Acaso me ha pedido algo más? Y por supuesto que no pienso olvidar su amenaza de ayer... Mínimo espero una disculpa y si no, pues que ni me hable.- La respuesta del perfumista a Flame le parecía de vergüenza. ¿Qué se creía aquel tipo sin pene? ¿Le daba la razón a Flame? Para colmo vio sorprendido como encima de todo le retiraba el brillo. Su mítica protección curativa ya no incluía a Fosco y este le respondió. -Entendido, lo tendré en cuenta. Y te advierto, llegará el momento en que me necesites de verdad...- decía señalando a la chamán del dragón y como que se llamaba Fosco se vería en aquella situación.

La bruja, más que preocupada por el aspecto que iba tomando todo aquello - estaba ya casi convencida de que alguien inteligente les estaba acechando y que pronto caería sobre ellos- rozó el hombro de Fosco.

- Porfavor señor Fosco, podría venir conmigo un momento. He de decirle algo importante...

Con voz calmada y en un tono bajo para que no les escuchasen los demás, Leiath se dirigió al mediano, centro ahora de lo que consideraba demasiadas disputas.

- Voy a ser sincera; no entiendo tu actitud. Pese a que los demás te recibieron calurosamente, no has dejado de meterles pullazos. Acaso nos odias por no haberte seguido cuando decidiste marcharte? No sé por qué has venido, venganza quizás?

Como ves no pienso muy bién de tí, y sólo tú puedes cambiarlo si quieres. El aquelarre, y con eso me refiero al grupo que conoces, ha sobrevivido a pruebas muy duras en el mismísimo infierno, gracias la confianza mutua y a que hemos puesto de todo, hasta la vida - pues algunos de ellos han saboreado el otro mundo y gracias a Hala han vuelto- para seguir avanzando.

Con esto te quiero decir que no tenemos que pedirte nada. Si tú no lo quieres dar es asunto tuyo, pero ese es un mal camino que no te traerá más que dolor.

Sabes que Hala estará siempre contigo porque ella acepta hasta a la oveja más descarriada, pero yo, yo no tengo una paciencia infinita como la gran Diosa y no me gusta ver como se trata con desprecio a mis amigos.

Creo que nos espera un largo camino por estas horrendas brumas, y la supervivencia dependerá de lo unidos que estemos. Asi que te ruego, que al menos durante el viaje, muestres más respeto y, si quieres formar parte del aquelarre, te lo ganes a pulso.

Si por el contrario no te interesa quedarte con nosotros, podrás abandonar la expedición cuando creas oportuno.

Prueba que estoy equivocada - de veras a Leaith le gustaría ver que el mediano no era la ladina persona en que parecía haberse convertido- lanza esas flechas, colabora sin poner pegas.

Ya se había enrollado bastante, aunque a lo mejor no había sido demasiado clara y Fosco lo había malentendido todo. Pero eso ya estaba en manos de Hala.

Esperó a ver si el mediano quería responderla y mientras estudió su rostro.

El mediano se hacía el digno y no paraba de decir sandeces. Demasiado amables habían sido ellos dejándole acompañarles. Onfale podía bien haberse negado, pues en las instrucciones de Lovina no decía nada del mediano. ¿Acaso él había pedido tomar de la comida que tenían, de aprovecharse de su guía, de utilizar sus carros? No le pasó desapercibido que el fulgor que irradiaba Flame ya no acompañaba a Fosco.

Haces bien.

Y como si el perfumista pudiese levantar un manto de indiferencia al igual que Flame con sus auras, éste envolvió al mediano de inmediato. Al ver que Leiath tomaba cartas en el asunto de Fosco, Onfale lo dejó pasar. Si en alguien confiaba era en ella. Así que de vuelta al problema pasó su ballesta a Jadewo.

- Venga, haz tú los disparos, Caballero.- Guiñó un ojo a Jadewo pues ellos dos eran caballeros de la misma orden. Después de todo, si lo hiciera Fosco, puede que Gloria acabase muerta, pues ya habían visto de lo que era capaz el mediano.- No hay tiempo que perder. No me gustan esas luces que acechan a la tuya. Al parecer Gloria no quiere que levantemos la voz para no llamar la atención de lo que quiera que se esconda en ellas. Las flechas y virotes son más silenciosos que la voz.- Le pasó los virotes a Jadewo y le ayudó a poner las notas en ellos, tal como había especificado la supuesta Gloria. El problema que veía el mago en usar el conjuro del que hablaban Aire y Alice era que no sabían a qué distancia podría estar Gloria. Ella no especificaba nada de esos en su nota, quizá porque no fuera importante.- Creo que sería mejor un gracia felina si lo tienes preparado. Yo no.- Aún no le había dado tiempo a "robarle" ese conjuro a la maga roja.  Una vez dadas las instrucciones a Jadewo el eunuco observó a Aire hasta que creyó ver a la niña adorable del peluche entre las manos para acercarse a hablar con ella.

De las dos Aires que conocía la que más le preocupaba era la infantil, la alocada, la imprevisible Aire. Aquella que había acogido a Fosco como a su propio hijo y era a esa a la que quería tantear. El eunuco estaba visiblemente incómodo pues la mujer le desconcertaba por su extraño carácter que le hacía no poder prever por donde le iba a salir.

- Me gustaría hablar un minuto contigo en privado, querida.- Para tratar de convencerla antes de entrar en materia le informó sobre lo que quería hablarle.- Es sobre tu hij...sobre Fosco.- La actitud del mediano estaba  complicando, más si cabe, el peligroso paso a través de las brumas. Ahora que estaban sin Gloria, no podían permitirse tener una mosca cojonera todo el día dando la tabarra. Si en algún momento tenían que tomar cartas en el asunto no quería que Aire supusiese un problema.-No sé si lo sabías pero conozco a Fosco desde antes de que nos encontráramos. Compartí con él muchas aventuras, intensos momentos en los que se conoce de verdad a la gente, y tengo que decir que hay algo que me escama.- El perfumista hizo una pausa para ver si a Aire le picaba la curiosidad y le prestaba atención o si pasaba de él.- No sé si a ti te pasa lo mismo con estos pequeñajos, pero a mí , ya de por sí, me parecen todos iguales. Supongo que para una madre no es lo mismo, claro, el instinto maternal...pero sí que puedo decirte que Fosco tenía un doble. Su nombre era Milo. No lo llegué a conocer pero debían de ser como dos gotas de agua. Él mismo me lo dijo en confidencia.- Aún recordaba el día en el que había conjurado una imagen de Fosco y éste se había creído que era su hermano Milo.- Un hermano casi idéntico. A ojos de unos humanos como gemelos podría decirse. Sólo quier prevenirte porque veo un comportamiento muy raro en  este Fosco, tanto que no pondría la mano en el fuego porque no fuera otro, Milo en concreto. ¿No te parece extraño cómo reaccionó el día que te vio?- Él lo dejó caer. 

Sorprendido por la petición de Onfale, pero no por eso notó como se le dibujaba una sonrisa ante la observación con respecto al título de caballero. El joven envainó su espada y se colgó el escudo, tomando la ballesta y los cuadrillos con los pergaminos. Tomando la dirección marcada por la flecha que alcanzara la carreta, el joven fue disparando los distintos proyectiles siguiendo el orden según los grados marcados.

Apuntó el primer disparo, teniendo como referencia el ángulo que marcaba el mastil de la flecha clavada, para tener una idea aproximada de la distancia del arco de Gloria... y disparó. Luego tomó las flechas que debían ser disparadas a 15 grados a un lado y otro del primer disparo. Y finalmente disparó el cuarto y quinto virote a 30 grados del primer disparo, aproximadamente a la misma distancia los cinco disparos, a unos tresceintos pies.