Partida Rol por web

En un primer momento Estragón interpretó que la trampa se había quedado sin flechas envenenadas, jabalinas ponzoñosas o dardos más o menos tóxicos, por eso no pasaba nada. Pero había otro tipo de mecanismos además de las trampas: las puertas.

Meh, será solo un modo de abrir o cerrar una puerta secreta en algún lugar de la escalera. Solo se podrá ver si alguien se queda arriba y otra persona pulsa el penúltimo peldaño. Subiendo siempre está cerrada cuando pasas, porque lo último que pisas es la que lo desactiva, y se queda abierta a las espaldas de la persona que baja. Lo ideal sería repartirnos los seis a lo largo de la escalera, para encontrar la entrada cuando alguien activa el mecanismo.

Yo no pienso andar subiendo y bajando las escaleras. Nunca más. Si vais a intentarlo, yo me quedo aquí.

Como elfo de buena cepa, tenía un talento natural para detectar ciertos detalles de su entorno, como perturbaciones en las paredes que darían acceso a pasadizos o habitaciones ocultas. Le extrañó por tanto no haberse percatado de nada por el estilo en su camino escaleras arriba.

- Bueno, que alguien se quede activando el mecanismo. Echaré una ojeada por el pasillo y la habitación a ver si descubro qué puede ser.

Ya lo había revisado al entrar pero bueno, quizás ahora que alguien pisaba el escalón preciso, veía algo que se le pasase por alto.

A pesar del estupor en el que está sumergido, Mochuelo intenta ayudar como puede. Al descubrir el mecanismo en las escaleras, se concentra (todo lo que le es posible en su triste estado actual) y hace un intento de búsqueda de puertas secretas.

- No tiene mucho sentido que se active y desactive según subes, salvo que lo que sea que active esté aquí abajo ¿no?.. dijo Deornoth.

Umm.. musitó Ash. Esta claro que hay algún mecanismo oculto o en alguna sala adyacente.. deberíamos echar todos un vistazo a ver si encontramos algo.. o quizá deberíamos seguir adelante.. suspiró esperando la respuesta del grupo.

Después de haber revisado de nuevo las escaleras y la habitación Kelris anunció el resultado al grupo.

- Nada, no encuentro nada.

También había revisado meticulosamente las salas por donde habían pasado y sus sentidos élficos no había dado con ninguna puerta secreta, así que lo más probable es que, lo que fuera, estuviera en otro sitio aún sin descubrir.

- Dejamos algo de peso para que active el mecanismo y seguimos explorando*?

¿Nada? ¿En serio? ¿Ni una sola puerta secreta? Pero Mochuelo sí, ¿no? Mochuelo encontraría algo... Ah, sí, lo sé... "todos muertos". Ea, ea, ya pasó, Mochuelo. Descansa.

Estragón le frotó con cariño condescendiente la espalda, a ver si con algo de consuelo mejoraba su ánimo. Por otro lado, Mochuelo siempre había sido muy gris desde el principio: al contrario que otras locuras, en su caso no era culpa de la demencial Muhar llena de arena y tipos raros.

¿Y un pícaro? ¿Alguien se ha traído un pícaro en el bolsillo? Se podría hacer palanca para levantar el escalón y que un pícaro examinase el mecanismo para saber qué hace.

La verdad era que la única prueba que tenían de que en la escalera había un dispositivo era el testimonio de Ashzyx, que estaba bastante zumbado de la cabeza, con lo que podría ser una paranoia del mediano. Kelris, el o la elfo o elfa, tampoco estaba muy bien de lo suyo: no sería necesario ningún peso, bastaba con pisar el escalón que activaba el mecanismo y saltarse el escalón que lo desactivaba.

Habíamos hablado de dormir en esta zona, ¿no? De todas formas, si los vistani vinieron por aquí puede que se hayan marchado por el butrón de arriba. Si nos damos prisa en meternos en las Brumas podríamos darles alcance.

Nada hacía pensar que los vistanis hubieran pasado por esa sala, de hecho, parecía que nadie hubiera pisado esa sala en siglos. Los ladrones que habían puesto la escalera y hecho el butrón debían de haber muerto hace siglos en sus casas con los bolsillos llenos de oro. Dulcimae y sus hermanos, si es que estaban en la tumba, debían de estar en otro lugar, seguramente en alguna sala del pasillo por donde había ido la momia y Carndra.

El grupo se encamino hacia el curioso mecanismo. ¿Qué seria? La apertura para una puerta secreta. El grupo de situó con cuidado a lo largo del tramo de escalera y espero a que el “pícaro” no oficial del grupo, Mochuelo, activara el mecanismo.

Mochuelo, que seguía ojeroso y murmurando cosas sobre muertos que andan, no estaba en su mejor momento profesional. Quejumbroso y como un perro apaleado activo el mecanismo, este sonó con el inconfundible “clic” de las trampas activadas.

Los escalones desaparecieron transformándose en un tobogán gigante que arrastraba todo hacia el fondo del corredor donde se había abierto un foso. En el foso había un montón de huesos amarillentos por el paso de los siglos. Puede que los ladrones no hubieran tenido una vida larga y prospera con los bolsillos llenos de oro.

Cuando oímos de nuevo el click, y las escaleras desaparecieron, no puede evitar pensarlo Seré estúpido. ¿por qué habría de ser una puerta secreta, cuando aquí no hay más que trampas y problemas? mientras resbalada y caía, hacia lo que parecía una muerte segura, visto la cantidad de huesos amarillentos que había, pensaba en lo débil que había sido al no poder ayudar a estas gentes para erradicar el mal que habitaba.

Mis pensamientos pasaron a segundo plano cuando caí de golpe y mis huesos dieron contra los otros huesos con un sonido sordo.

¡Whooooooh...!

Mientras Estragón resbalaba, no paraba de imaginarse que los ladrones que habían caído siglos antes que él se habían llevado un montón de oro al fondo del foso. Los bolsillos llenos. Curiosamente, cuanto más peso, más velocidad se alcanza en un tobogán. Eso valía tanto para un escuchimizado ladrón agarrado a una saca de riquezas saqueadas como para un semiorco obeso abrazado a sus propias lorzas.

¡Apartaos de ahí abajo porque vooooy! ¡Hola, suelo!

El cataplof levantó un poco de polvo. El cocinero se tocó y revisó sus cosas para ver que no había nada roto. El frasco de salmuera con su oreja estaba bien. Los duros ídolos con el alma de Niké también estaban intactos. Los tirantes de Aurelius seguían sujetando todo en su sitio. Menos mal, no hubo bajas. Sin embargo, Estragón no podía evitar la sensación de que se estaba olvidando de algo importante...

¡Rata!

Estragón se puso a buscar a Rata por todas partes. Cuando levantó una de sus nalgas encontró incrustrada en la carne a su mascota. Estaba muy aplanada. Asustado, Estragón trató de reanimarla.

Rata... Rata, amiga, no te mueras...-puso su boca alrededor de la de Rata y sopló haciendo que se hinchara-Rata, oh... Rata...

La rata empezó a respirar con debilidad. ¡Estaba viva!

Al ver la angustia de Estragón con su amiga rata, no pude evitar sentir lástima por él. Recordé la angustia de Ash cuando su querido amigo, ese terrible escorpión, cayó presa de los perros del infierno, sin poder hacer nada por él. Aunque nunca se lo dijera, ni habláramos del asunto, perder a cualquiera de mi grupo era un pequeño dolor que se iba instaurando dentro de mi cuerpo, y ya eran muchos desde que hubiera llegado a esta maldita tierra.

Poniendo una mano sobre los huesos rotos y astillados, me levanté con esfuerzo, acercándome a medio rastras hasta donde estaba el cocinero semiorco tranquilo amigo mío. Si está dentro de mi mano, tu amiga no te abandonara hoy tras estas palabras, saco la varita para tocar la barriguita de la rata, con su cabecita ladeado e inconsciente. 

Una vez aplicada la varita, su cabeza logro girarse. Dejándome caer nuevamente, palmee el ancho hombro de Estragón está muy débil, pero al menos seguirá con nosotros. Desde mi posición, guardé la varita para agarrar mi símbolo mientras ponía un dedo sobre la cabeza de rata, antes de pronunciar un pequeño conjuro. Justo en ese momento, rata se levantó, y aunque todavía muy malherida, ya podía corretear sobre el brazo del semiorco.

Mochuelo, que seguía ojeroso y murmurando cosas sobre muertos que andan, no estaba en su mejor momento profesional. Quejumbroso y como un perro apaleado activo el mecanismo, este sonó con el inconfundible “clic” de las trampas activadas.

-El muerto! El muertooooo!

Los escalones se convirtieron en una rampa empinada por la que comenzó a deslizarse a toda velocidad. El golpe fue brutal. La última imagen antes de perder la consciencia fue un montón de huesos amarillos y a algunos de sus compañeros entre ellos. Después... Paz.

Los legendarios reflejos del mediano, no pudieron salvarle está vez. Hizo el amago de intentar agarrarse a algo pero no encontró asideros. El golpe de la caida fué doloroso pero no mortal.. la trampa para los ladrones había funcionado..  frotándose las partes entumecidas el pequeño Ash, murmuró en silencio.. ¿estais todos bien?.

El hechicero, algo sorprendido por el rumbo que había tomado la exploración de la tumba empezó a caer por la rampa, pero en el último momento activó sus tobilleras mágicas lo que le permitió esquivar el agujero-trampa y tan sólo seguir rodando lo que quedaban de las escaleras abajo.

Elegantemente, como cualquiera de su raza, se levantó y sacudió el polvo, subió hasta la boca del boquete y se asomó para ver cómo estaba el resto.

- Estáis bien?

Sacó la cuerda que llevaba en el petate y buscó un lugar donde atarla para ayudar a sus compañeros a salir.

La maga trato de aferrarse desesperadamente a la cabeza de uno de los bajo relieves, concretamente a una cabeza de halcón. La cabeza no aguanto el peso de la escuálida elfa y se soltó. Kendra bajo rebotando contra las paredes y termino en el fondo del foso con una astilla de hueso clavada en uno de sus blancos muslos. ¡Ahhh! Grito la maga, no por el dolo, sino por la fea cicatriz que le iba a quedar.

Con la agilidad de un mono, Abu se colgó de la cabeza de uno de los bajorrelieves de la pared. A diferencia de Kendra, la cabeza de que escogió Abu era la de un toro fuerte y musculoso que aguanto sin dificultad el peso del desnutrido niño.

Con la ayuda de Kelris y su cuerda, el grupo pudo salir sin complicaciones del foso. Habían tenido más suerte que los anteriores ladrones de tumbas. La adivinación de Dulcimae había sido acertada: “El ladrón. Es el símbolo de la riqueza, cuidado con robar las riquezas que los mortales guardan en sus tumbas”

El grupo ya sabía que no podía robar las riquezas de las tumbas, pero aun necesitaban un guía que les ayudara a atravesar las brumas de ese reino, los muros de Ra, para volver a su casa y la única guía que conocían era Dulcimae. Todo indicaba que Dulcimae estaba con la momia en lo más profundo de la tumba. La pregunta era: ¿Dulcimae seguirá viva o se habría convertido en un siervo no muerto como Candra? Puede que Dulcimea estuviera ya muerta, o simplemente atada a la espera del ritual, o puede que la momia estuviera realizando el ritual en ese preciso instante. La decisión era sencilla introducirse en el interior de la tumba en busca de la momia y una posible muerte, o quedarse a vivir en la pequeña aldea de Muhar y morir de viejos.

Dulcimae no tenía ni puta idea. ¿No pudo ponerles una carta que fuese "Escalones, no tocar"? Les habría sido de más ayuda que la de los ladrones y las riquezas, que ya estaban lo suficientemente cagados como para no andar saqueando tesoros, que es lo que se merecería la estúpida tumba del faraón.

Gracias, Deornoth. La pobre ya recuperó algo de color.

Estragón lamentó no haber llevado en las manos el bastón de Eralion cuando la trampa se activó. Le habría permitido caer como una pluma. Aún así el tobogán fue divertido, punto para los constructores y el capataz.

Creo que yo subiré el último. Necesitaréis fuerzas para subirme.

A pesar de las palabras de Estragón, el semiorco trepaba con bastante soltura. Fue una excusa que aprovechó para buscar entre los huesos algo que los ladrones hubieran podido llevar consigo durante la caída. Un mapa estaría bastante bien, o quizás unas buenas nueces cubiertas de moho.

Bueno, otra ración de palito mágico de curar de Deornoth y seguimos explorando, ¿no?

No lo quiso decir en voz alta, pero la verdad es que todos sus compañeros tenían una pinta deplorable. La sangre y el polvo les cubría el cuerpo a partes iguales.

Otra trampa de esas y terminarían descansando en aquella tumba para siempre.

- Nadie de vosotros sabe cómo detectar trampas? Deberíamos ir con más cuidado.

Kelris se acercó a la única mujer del grupo y poniéndose colorado como un tomate le preguntó en voz baja:

- Me dejas un momento que te toque para poder curarte las heridas?

Creo que ha llegado el momento de parar y descansar digo negando con la cabeza mientras me quito el yelmo estamos cansados, heridos y nuestra mente no funciona como debería. Llevamos muchas horas seguidas, hemos lucha varias veces, caminando bajo el sol, y todo ellos sin descanso. 

Ahora todo parece indicar que debemos de adentrarnos donde seguramente esté esa momia, además de su acompañante no quería hacer mención al hecho de que ese acompañante podíamos haberle eliminado, y así no tener que enfrentarnos ahora con más enemigos, pero eso daba igual, y no era momento de reproches. Necesito recuperar fuerzas para poder combatir y pedir nuevas bendiciones a Heironeous.

Podemos usar nuevamente la varita para recuperarnos antes de dormir ¿qué os parece?