Partida Rol por web

Sobre una duna de arena en la distancia, ves una sola figura iluminada por la luz de la luna. Es el hombre envuelto en tiras de lino podridas y coronado con un tocado de oro, él mismo que aparece en tus pesadillas. Los desgarrados extremos de las telas se agitan con la brisa nocturna. El hombre asciende hasta lo alto de la duna, sus movimientos son trabados y torpes. El olor a muerte y a enfermedad se mezcla con la dulce y enfermiza fragancia de la goma y el palisandro. Puedes ver su sonrisa en la distancia, disfrutando del combate.

Sobre una duna de arena en la distancia, ves una sola figura iluminada por la luz de la luna. Es el hombre envuelto en tiras de lino podridas y coronado con un tocado de oro, él mismo que aparece ataco a Carndra la primera noche. Los desgarrados extremos de las telas se agitan con la brisa nocturna. El hombre asciende hasta lo alto de la duna, sus movimientos son trabados y torpes. El olor a muerte y a enfermedad se mezcla con la dulce y enfermiza fragancia de la goma y el palisandro. Puedes ver su sonrisa en la distancia, disfrutando del combate.

Con Carndra alejándose, Kelris se permitió el lujo de tomar aliento. Sea lo que fuera en lo que se había convertido, no sabía si iba a poder superar el tener que acabar con ella y prefería no tener que hacerlo.

El hechicero, no bajó la guardia de todas formas, no lo haría hasta que se hubiera alejado sin lugar a duda. En el caso de que la guerra volviera a hacer amago de enfrentamiento, el elfo terminaría de dar forma a la magia que chisporroteaba en la punta de sus dedos.

Estragón no aprovechó para golpear a Carndra, dejó que se alejara. Su mente dispersa había mostrado interés por otra cosa.

¡Allí, sobre la duna!

Hizo una pausa para que le diesen la razón. Una duna en un desierto no es un punto de referencia válido. Frustrado, señaló con su mano verde hacia su "allí".

¡Allí! Oh, vamos... malditos humanoides sin infravisión, no sé cómo sois capaces de dar dos pasos sin tropezar. ¡Allí! Es el tipo que intentó secuestrar a Dominic. Se llevó a Carndra y la dejó así de desmejorada.

El semiorco sacó de su mochila una antorcha y el pedernal para prenderla. Si los cegatos de sus compañeros eran incapaces de ver a la momia, Estragón llevaría una antorcha hasta aquella duna lejana para que la luz delatase la posición del villano.

Satisfecho al ver que el poder de Heironeous habia llegado hasta mí y lo había trasladado a través del medallón hizo que me relajara durante unos segundos, hasta que comprobé cómo el resto comenzaba a dispersarse

¿Pero qué hacéis? digo mirando a uno y a otro ¡¡¡acabad con eso de una vez!!! mi poder no le mantendrá alejado eternamente, y luego volverá a por nosotros. Si le ataco yo, se defenderá, pero vosotros podríais atacarle mientras se aleja y acabad de una vez con su sufrimiento.

Al oir a Estragon, me giro para observar aquella duna que señalaba, sin llegar a ver demasiado, pero negando con la cabeza Estragón, a ese enemigo no podemos superarle con las armas que tenemos, pero sí podemos acabar con sus secuaces. 

Estragón no quería luchar con Carndra si encontraba otra manera. Se encogió de hombros ante las palabras de Deornoth.

Sabemos que ese tipo solo sale de noche, ¿no? ¿Qué pasa si no llega a tiempo a su sucio agujero? A veces no es necesario superar un obstáculo. A veces basta con ralentizarlo, macharcarlo, quemarlo, aplastarlo y prepararlo con bechamel. ¿Dónde quedó tu sano sentido de la venganza resentida, noble paladín? Ese imbécil se ha ganado a pulso que le plantemos cara. Tengo frascos de aceite en la mochila, para quién le interese. No confundir con el frasco de salmuera dónde guardo mi otra oreja.

Le inquietaba el hecho de compartir la misma opinión que el semiorco, pero no por ello había que menospreciar la idea.

-Deornoth, el gordo tiene razón! Quizás Carndra quede liberada si acabamos con su hacedor. Al menos debemos intentarlo!

Estragón, no tengo magia de fuego, pero podríamos encender uno de mis virotes y podría lanzarselo cuando le untes con aceite, o pasame el aceite y se lo tiro yo... Como veas.

Kelris estaba emocionado con el plan. Más que nada porque comprendía no atacar a su difunta compañera.

-El... El cadáver... Se... Se mueve... Se mueve...

Mochuelo escuchaba los gritos de sus compañeros, pero en su mente alterada sólo había espacio para una imagen que se repetía una y otra y otra vez.

Aun así, consiguió disparar su arco, mientras repetía machaconamente aquellas palabras...

-El... El cadáver... Se... Se mueve... Se mueve...

Todos miráis en la dirección que indica Estragón. Sobre una duna de arena en la distancia, ves una sola figura iluminada por la luz de la luna. Es el hombre envuelto en tiras de lino podridas y coronado con un tocado de oro, él mismo que ataco a Carndra la primera noche. Los desgarrados extremos de las telas se agitan con la brisa nocturna. El hombre sonríe y una carcajada maligna se escucha a lo lejos. El olor a muerte y a enfermedad se mezcla con la dulce y enfermiza fragancia de la goma y el palisandro. Luego desciende de lo alto de la duna, sus movimientos son trabados y torpes, y se pierde en la negrura de la noche.

Candra huye con movimientos torpes, quiere correr, pero cae una y otra vez al suelo. Las flechas de  Mochuelo alcanzan sin problemas la espalda de la guerrera que en su huida a dejado caer su espadón al suelo.

-El... El cadáver... Se... Se mueve... Se mueve...

Una fuerza irresistible lo empuja a seguir detrás de aquella que un día fue Carndra. Con otra flecha preparada, Mochuelo sigue en pos de aquel ser. Su único objetivo parece ser conseguir que se quede definitivamente quieta...

- Podría ser una trampa... Esa ya no era Carndra. Deberíamos seguir hacía el valle, en mi opinión. No irá lejos en su estado.- Señaló la maga del grupo.

Niego con la cabeza ante la sarta de incongruencias que estoy escuchando

No vas a poder ralentizarlo ¿a caso tienes magia sufiencientemente poderosa para inmovilizarlo durante horas? ¿o tú? comento mirando a Kelris ahora ¿de verdad pensáis que podemos hacer algo para que ese ser digo señalando la terrible figura que está a lo lejos ahora mismo?

Se está riendo de nosotros, ¿y queréis seguirle el juego? Esta ya no es Candra, sino una marioneta de la momia, y si la dejáis que huya, será un enemigo que volverá para atacarnos.

No pensaba discutir más ni intentar hacerles ver las cosas como yo las veía. Si querían ir a por la momia, que fueran si vais a por la momia, yo seguiré hacia el valle, pero estáis volviendo a infravalorar el poder de esa cosa. Hacia apenas un par de días, habíamos atacado con todo a esa momia y se había reído de nosotros. No sabía qué esperaban hacer, la verdad.

Kelris asentía a todo lo que Deornoth decía, no porque estuviera de acuerdo, que lo estaba, sino porque temía contrariarle. El hombre santo imponía mucho.

- Sí, sí, dejémoslos marchar, vamos al valle a ver si tenemos suerte y esta noche es la que esperamos.

Sin Dulcimae a la vista ni pista a seguir, no veía otra opción más que intentar de nuevo encontrar al señor de esas tierras y suplicarle por ayuda, o algo parecido.

Es una trampa.. pensó murmurando para si. Escuchó lo que sus compañeros tenían que decir y asintió pues pudo ver que había consenso.. simplemente se dedicó a asentir con la cabeza a cada afirmación de los presentes.

Esperando que se pusieran de acuerdo para continuar, Ash suspiró resignado.. el cansancio hacía mella y sus ánimos no eran los mejores..

El grupo dejo que Candra se alejara con paso vacilante, cayendo cada pocos pasos para volver a levantarse torpemente, hasta perderse en la lejanía tras la duda donde había aparecido “la momia”. Podíais oírse la risa maligna de la momia al otro lado de la duna, burlándose.

Abu continuo con su labor de guía, el niño caminaba medio dormido. Llevabas casi veinticuatro horas sin descansar, enfrentándoos a los perros, volviendo al pueblo, enfrentándoos a Isu, y volver al valle. Como diría algún gnomo tanta era “la rosca” que estabais sufriendo, que pronto terminaríais “pasados de rosca”. Pero había que seguir caminando, acampar en mitad del desierto no era una opción.

Caminasteis y caminasteis hasta llegar al valle de los perros. Abu siguió caminando en busca de un buen lugar donde acampar dentro del valle y pasar la noche, o el día, ya que en un par de horas amanecería. Finalmente, Abu encontró un buen lugar donde acampar. Aquí. Señalo una oquedad perfecta en la roca que parecía una puerta medio enterrada en la arena, o era verdaderamente una puerta. Mirasteis más detenidamente el lugar que señalaba Abu, había columnas y estatuas. Estabais al fondo del valle en la entrada de la tumba y no había rastro de los perros.

- Vaya, vaya... Así que ahora no tenemos perros de dos cabezas .. Mmmmm. Propongo entrar al templo. No creo que esos perros acampen dentro cuando están saliendo momias y solo los dioses saben que más criaturas de ese lugar... Hora de investigar, camaradas.- Anunció Kendra sus ideas al resto.

Aliviado por haber encontrado un refugio para pasar la noche, me quito el yelmo para recibir un poco el viento frío del anochecer

Pero no hay perros porque no hemos avanzado ¿no? digo girándome hacia Kendra la otra vez aparecieron cuando cruzamos y entramos en esa especie de adoquinado. Esta entrada no se a dónde llevará, pero si lleva dentro, hubiera estado bien saberlo el otro día

¿Conocías esta entrada de antes o la has encontrado ahora mismo? ¿te sonaba de haberla visto antes? quizás, si hoy era la noche de Toth, esta entrada era revelada, estando oculta el resto del tiempo.

No había rastro de los perros... Serían entonces aquella noche la de Thoth? Entonces no podrían descansar pese a estar casi exhaustos!

Kelris sintió un hondo pesar fruto del cansancio y las emociones acumuladas. Se derrumbó en el suelo y se puso a llorar con la cara entre las rodillas intentado que no se le notase mucho.

Había yacido con una malvada maníaca, había perdido el amor de su vida, estaba agotado de cuerpo y alma. Sabía que tenía que seguir adelante pero necesitaba unos minutos para recomponerse.