Partida Rol por web

- Flame!

Leiath se incorporó con entusiasmo juvenil al ver a la guerrera llegar sana y salva y se puso a su lado.

Te he hecho caso, bueno, casi. Acercaos a ella- dijo agitando la mano para que el resto de los heridos recibisien su aura de curación- os encontrareis mejor.

Estan intentando averiguar lo que pone en el libro de Becky, al parecer tiene todas las respuestas pero están cifradas.

Becky, quizás podríamos devolverte la memoria de alguna forma? No creo que la magia que me ha otorgado mi diosa sea tan fuerte como para curarte, pero si descanso y recupero la energía podría intentarlo.

Respecto a Victor, quizás ahora tengamos más oportunidades de seguirle. Nuestra intrépida trepadora puede ayudarnos a subir todos al pasadizo. Aunque, si seguis pensando que es una mala idea entonces no perdamos tiempo y vayamos tras el rastro de Rufus.

Ah! - se volvió hacia Artho- lo de elegir un portavoz ya lo intentamos anteriormente. Nos abandonó al poco tiempo y terminó comido por lobos. Creo que él no estaba muy de acuerdo con el puesto que le habíamos ofrecido...

Que haga caso a mi padre? miró a Onfale y se rió... Aquello estaba tomando un cariz que no le gustaba. Podía soportar tener aquella loca de madre, pero a Onfale de padre... eso ni loco!. Cogió de la mano a Aire y se la llevó junto a Flame.
Vamos por Rufus y no sé porqué todo me huele a trampa... dijo inesperadamente.

Aire se dejó llevar por Fosco hasta la Señora Verruga. Le hubiese gustado mirar s Onfale y sacarle la lengua, símbolo inequívoco de que su hijo prefería a su madre antes que al padre. Pero no debía, ya que sería desautorizarle.
La propuesta del líder le iluminó la cara. Claramente, era un puesto para su querido Aristóteles. Emocionada, fue a decirlo, pero su osito la habló con seriedad. Aire se entristeció. El peluche quería pasar desapercibido, por lo que rechazo el puesto de líder que la mujer quería otorgarle.

Volvió su atención al grupo, que seguían hablando.
Si nos quedamos quietos, algo nos pasará. Hay que moverse, sí dijo, recordando la extraña sensación en aquel pasaje oscuro. Pero... ¿por dónde vamos?

Tras examinar las dos monedas de cobre, Tremens las guardó de nuevo.

La próxima vez que nos topemos, feo, te lo voy a meter por el culo a ver si llega a su destino de vuelta.

Se encontraba cerca de la rubia que había partido en solitario sintiendo un agradable aura sanador que le devolvía parte del vigor perdido. Pero seguía estando muy maltrecho por el impacto gélido de la segunda explosión. Pero en esos momentos parecía más interesado en los alrededores, pensando en el siguiente paso que cabría dar para poder salir de Carceri. Le sorprendieron las reflexiones del resto.

-¿Lo decís en serio? ¿Salir en pos de un perro? Una cosa es ir en busca de un hombre que tal vez forme parte de una profecía o algo que nos pueda salir de aquí... y el coste fue la vida de un miembro de la comitiva, y heridas para muchos otros. Si no seguimos al tipo que se largó, preferiría ir a dar un vistazo a la calavera. El perro, si aún está vivo, está en garras de un ser que vuela y conoce mejor que nosotros esa zona. Sería una locura ir tras él.

Escucho el parloteo de la maga rubia mientras ojeaba con curiosidad el libro, por un instante estuvo a punto de golpearle la cabeza con el libro para que se callara o con un poco de suerte recuperara la memoria. Luego aprecio Flame, y la pelirroja se relajó un poco. Uf, por fin alguien que le da algo de seriedad al grupo. Pero las noticias que traía la Rubia no le gustaron, Viktor era una pieza importante del puzle y no podían permitirse el lujo de perderlo.

-¿Lo decís en serio? ¿Salir en pos de un perro?

Si, ya ves. Prioridades…. Dijo con tono de indiferencia mientras seguía ojeando el libro. Primero salvamos el perro, luego salvamos a Viktor y finalmente salvamos el mundo, y puede que entre medias tengamos tiempo de tomar el té. Pero la maga no estaba dispuesta a entrar esta vez en la interminable discusión sobre el maldito perro, y dicha la frase se sentó en el suelo en un lugar resguardo e indico a Tremens si podía acercarse para iluminar el libro. Si me permitís voy a ver si el libro nos aclara algo esta extraña situación. Acto seguido saco un pergamino del estuche y lo leyó en voz baja, el pergamino se deshizo en cenizas que cayeron sobre el libro de Becky, luego recito un conjuro y comenzó a leer las notas del libro pasando las páginas con inusual rapidez.

Según el libro, una vez pasada la calavera del titán, el camino a seguir no tiene pérdida. Eso significa que si la solución al acertijo fuese el camino de la derecha (cosa que aún está por ver), ahora tocaría meterse por el túnel de la izquierda por la que se fue Rufus.

El siguiente destino al salir de la caverna debería ser la Llanura de los Portales Infinitos, ya en la primera capa del plano del abismo. El libro dice que es difícil determinar hasta que punto la caverna pertenece al Cárceri o al Abismo, catalogándolo como una zona fronteriza difusa entre ambos planos. El texto define la Llanura como un yermo polvoriento, sin vida ni verdor, permanentemente abrasado por un sol infernal. Está cruzado por el río estigia, y en él se encuentran numerosos agujeros que llevan a otras capas del abismo, y fortalezas de hierro pobladas por poderosos demonios... Y da un montón de detalles más sobre la orografía del terreno, pirámides poblacionales, evolución económica que le hace perder un poco el hilo. Recalca bastantes veces el hecho de que el sol mantiene una posición fija: no hay noches, y sin ocaso y aurora tampoco habrá puntos cardinales ni modo de orientarse. Concluye que una vez llegado a la Llanura de los Portales Infinitos lo único para llegar al plano de destino en el que terminará esta fuga (que no dice cual es) es fiarse de tu propia astucia.

También encuentra anotaciones de Becky sobre sus compañeros de viaje. Aire tiene un poder inmenso, mucho mayor del que ha demostrado hasta ahora. Artho no es de fiar, ni siquiera entraba en los planes de Becky que les acompañase: cuidado, es un asesino. Kaevhas es prescindible: cumplió su papel como guía en los pantanos, y no puede competir con Aire en poder mágico ni con Richard en fuerza física. De Richard habla en términos de paria: es tan obtuso y tozudo que fue rechazado por sus compañeros guardias, lo llega a calificar de inestable y asocial. Tremens es con Artho la otra persona peligrosa del grupo, y Becky le define como un hombre de negocios ilegales que vendería a su propia madre. Tyron es mentalmente inestable, un perro rabioso que disfruta sembrando el caos y haciendo la guerra.

De paso ojea los conjuros de la lista de Becky: soportar los elementos, buscar puertas secretas, grasa, niebla de obscurecimiento, sirviente invisible, disco flotante de tenser, disfrazarse, imagen silenciosa, ventriloquía y borrar. También tiene trucos de mago de las escuelas de encantamiento y nigromancia, con lo que Becky no es una maga especialista.

Finalmente, hay un párrafo dedicado a los Varrangoin de reciente incorporación. El añadido que hizo con los conocimientos proporcionados por Onfale.

La maga leía con entusiasmo el libro e iba tomando nota en un pergamino. Bien, aquí pone que una vez pasada la calavera, aunque no dice porque camino o por dónde. Se encoje de hombros. Ahora tocaría ir por un túnel a la izquierda. Levanto la cabeza y miro el túnel. Mira que coincidencia, el mismo túnel por el que se aun llevado al chucho estúpido…ehmm…… por el que se han llevado a Rufus.

Después de pasar la cueva, que según este libro conecta dos planos: Cárceri y el Abismo. Llegaremos a la llanura de los Portales Infinitos ¿no habíais comentado algo antes de ella?  Después de que la maga se tire un buen rato leyendo y escribiendo en su pergamino. Creo que esto nos va a servir de poco. El libro habla de que estas llanuras están el sol siempre está en el mismo punto en lo alto, no hay noche, que es imposible orientarse y que están llenas de: muerte, desolación, demonios, sufrimiento eterno, patatin, patatan. Pero mira por lo menos dice algo bueno, mejor dicho, no dice algo: “no menciona a los lobos”. ¡En la llanura no hay lobos! Dice con entusiasmo la maga.

Bien aquí viene algo interesante: “[…] una vez llegado a la Llanura de los Portales Infinitos lo único para llegar al plano de destino en el que terminará esta fuga es fiarse de tu propia astucia”. ¿Qué? Fiarnos de nuestra astucia, menuda indicación de mier… Hasta los campesinos son más hábiles a la hora de dar indicaciones.

Otro acertijo- pensó amargamente la bruja. Con lo mal que se le daban. Estaba empezando a odiarlos. Sería otro castigo de Hala por perder tantas vidas a su paso?

-Parece que nuestro camino está bien claro. Cuando el aura de Flame termine su trabajo deberíamos ponernos en movimiento.

Leiath se atusó el vestido, como si eso lo hiciese parecer algo mas decente y se preparó para la marcha.

Sus labios se extienden en una fatigosa sonrisa al escuchar a la bella mujer que cura y el destino de su otrora líder. -Sí, no dudo que ese haya sido su final, rodeado de tanto loco- Enseguida se alza de un pequeño brinco y ágil pirueta, al tiempo que confirma su nombre.

-En efecto, mi nombre es Artho y si bien mis habilidades son pocas, ciertamente proteger a las damas es la principal de ellas.- Dice al tiempo que hace una pequeña reverencia. Enseguida se gira hasta posar su mirada en Tremes.

– Por otro lado estoy de acuerdo con el  colega, nuestras prioridades son, por decir lo menos, harto extrañas, jeje.- La pequeña risilla amplía su sonrisa.

–Pero ante cosas extrañas soluciones aún más raras, la atractiva pelirroja dice que hay que seguir por donde se han llevado al perro y por lo menos deja la perspectiva futura tal cual la esperábamos, si tenemos estrella saldremos de la prisión y entraremos al abismo, eso no sin antes pasar por un tour de muerte, desolación, demonios y sufrimiento eterno, lo que entonces no es nada desconocido para los que habitamos aquí, sigamos adelante pues.- Su tono suena entre sarcástico y burlón, pero es evidente que sus acciones realmente soportarían aquellas palabras, seguir adelante es lo único que puede hacer.

Al igual que Artho, Onfale era un experto en mujeres. Becky no era más que otra fémina caprichosa que veía como su posición en el grupo, antes prioritaria, pasaba a un segundo plano amenazada por la figura de Alice. Por su parte el perfumista no se iba a poner a tirarse del pelo con la caprichosa maga rubia que le había salvado la vida en el lago de lava, así que siguió examinando las monedas mientras respiraba hondo para calmar los nervios.

- No parecen tener nada raro estas monedas, y su valor es escaso. ¿Qué sentido tiene que el Faratsu las lanzara?- Algo raro había ahí pero Tremens no parecía verlo y volvió a guardárselas.- Con respecto a los Demodand poco más sé. El Faratsu es una subclase de esas especies de diablos y el resto de conocimientos es el que pude adquirir al verlo combatir. Ese limo pegajoso que exudaba, su enorme resistencia a la magia y su dura piel que hacía que nuestros ataques fueran ineficaces.

Le quedaba bastante claro que la muchacha del peluche no estaba bien de la cabeza y que, a estas alturas, ya nada podría hacer el perfumista por ella. Esas cosas eran difíciles de cambiar sin la magia y, pro ahora, la Esencia Divina no se dejaba ver por aquel inhóspito plano del Cárceri. Sería mejor seguirle la corriente o, al menos, no desesperarse por hacerle ver la realidad.

Cuando volvió Flame y escuchó sus explicaciones sobre cómo había dejado escapar a Das Vraken, Onfale elevó la mirada al cielo en señal de exasperación.

No ha llevado un foco de luz...- Al menos así no tendrían remordimientos al descartarla como posible líder del grupo , pues quedaba claro que la impulsiva mujer no parecía pensar con lo que tenía encima de los anchos hombros.

- Aja...- Asintía el perfumista a las indicaciones que sacaba Alice del extraño libro.- Tiene una pinta estupenda lo que nos espera. La llanura de Los Portales Infinitos. Suena como si allí tuviéramos que elegir una puerta, dimensional entre planos, de entre cientos de ellas. Quizá sea esa la prueba de astucia a la que debamos enfrentarnos.

Para él estaba claro quién debería ser el líder en ausencia de Nikeras.

- Leiath, si hay que elegir, no veo persona más adecuada que tú. Aún conservas la gracia de Hala, lo cual es bastante significativo, y me inclino a pensar que todos te tienen aprecio. - Incluso de los desconocidos algunos habían podido experimentar en sus carnes la bondad de aquella muchacha. Para él no era un privilegio, pues conseguir que todos los dispares personajes que allí se encontraban se entendieran, era una carga que no quería llevar sobre sus débiles hombros. Perdido Das Vraken Onfale se aferraría a Hala si hacía falta. Se acercó a la mujer y, como muchas otras veces había hecho, le puso la delicada mano en su hombro mostrándole su apoyo. Después susurró unas palabras a su oído.

- Tenemos que hablar, a solas. Cuando vayamos a descansar, la excusa de poner en orden nuestros conjuros y complementarlos, junto con Alice, puede ser un buen momento.

Discretamente el guerrero aguza su oido para intentar escuchar el susurro del extraño a la mujer.

Aire se había puesto a jugar con su oso de peluche. En esos momentos, ella ya había avisado de la presencia extraña, del posible ataque si seguían esperando. La zona del cerebro que, de vez en cuando, soltaba sensateces, había vuelto a quedarse en un segundo plano. Nadie parecía haber escuchado sus palabras, y a ella no le importaba nada.

Movía los brazos de Aristóteles rítmicamente mientras tarareaba una canción.

Una llanura infinita,

con demonios y destrucción.

Bocas clamando venganza.

Dientes que te desgarrarán

si algo de comer no les das.

Sólo muerte encontrarás

si no sabes el camino a tomar.

La tarareó un par de veces más, cambiando la postura de su oso, hasta que se cansó de la canción. Los demás estaban hablando, aunque ella sólo escuchaba "Bla, bla, bla" en su cabeza. Sólo atendió a unas palabras de Onfale, el padre de Fosco.

¿Quién es Hala? ¿Y qué es la gracia de Hala? ¿Es un anillo? preguntó, acercándose a Leiath y observando sus manos, aunque sin tocarla. ¿Un colgante? ¡Qué emoción!

Kaevhas hizo caso de Leiath y se acercó a Flame para notar cómo hacía efecto el aura de la que hablaban. Pero a pesar de la sensación revitalizadora, la mente del mago seguía un tanto ofuscada por el desarrollo de los acontecimientos. Habían perdido de vista a la persona que podía significar una nueva esperanza en esta huída, así que el libro de Becky se convirtió nuevamente en el único faro que podían seguir en la oscuridad del Cárceri. 

Por suerte para todos, Alice también parecía poder entender las extrañas anotaciones. Aunque lo que ellas aportaban seguía siendo algo crípticas e imprecisas... Pero parecían coincidir con el recorrido que habían hecho hasta ahora. -Yo no tengo ningún problema con el 'portavoz' que escojáis.- Dijo con cierta indiferencia tras escuchar lo que todos los allí presentes tenían que decir. -Pero creo que deberíamos decidir de una vez que hacer. Si Viktor está fuera de nuestro alcance, deberíamos seguir lo que dice el libro y afrontar los obstáculos cuando se nos presenten.- Concluyó para hacer su aportación. Puede que no fuese una reflexión profunda y meditada, pero poco más podían hacer ahora mismo.

Viktor está lejos de mi alcance. O al menos lo estaba de momento. Me fui sin nada que me diera luz, y si hay alguno capaz de seguirme con ella sería de agradecer. La idea de perder a Viktor se le antojaba extraña. Vale, no le tenía mucho aprecio, e incluso había pensado en decapitarle si se lo volvía a encontrar, pero por alguna razón todos pensaban que era la clave de todo eso. Bueno, todos no, solo unos pocos. Y todo por el hecho de que habían decidido que si la adivina lo había lanzado sería por algo. ¿Por algo? Era evidente que había muchas razones que no implicaban una lógica a la hora de actuar. Madame Eva era una mujer, por muy adivina o semidiosa que fuera, una mujer al fin y al cabo y como tal, tenía sus caprichos y su forma de ver la vida. Quizá simplemente quería deshacerse de su amante, igual que lo hizo con los demás.

Desgraciadamente yo no se qué hacer. No es que a ella la hubieran pedido opinión, pero la iba a dar igualmente. Estar callada y pasar desapercibida como solía hacer, ya no iba con ella. Aunque total, dijera lo que dijera, nadie la iba a hacer caso...

Hay una opción, la de dividirnos, que algunos me acompañen por el pasadizo y veamos si encontramos algo. Y otros tomen el túnel de Rufus. O bien, podemos ir nosotros por el pasadizo y el resto esperar. ¿Hay alguno de vosotros de trepar como yo por las paredes sin esfuerzo? ¿O alguno capaz de usar su magia para seguirme?

La idea de separarse no le hacía mucha gracia, pero la de perder a Viktor y quedarse con la duda de qué habría sido de él, tampoco. Solo confiaba en que aquel grupo fuese lo suficientemente fuerte como para no dejar tirado al resto.

Flame parecía insistir en la búsqueda de Viktor y eso era algo que Kaevhas veía comprensible. Pero el problema era la oscuridad reinante del lugar. -Si te ves capaz de seguirlo y traerlo de vuelta, yo puedo crearte una fuente de luz pero por tiempo limitado... todo dependería de tí.- Le explica a la mujer que emitía el aura revitalizadora. 

Sin duda la situación era complicada. O se quedaban en aquel nido de varrangoin o continuaban siguiendo las indicaciones del libro de Becky. Ninguna de las elecciones era fácil, sobre todo teniendo en cuenta la fiabilidad que las anotaciones de la maga habían aportado. Pero si todavía podían disponer de la ayuda del hombre lanzado por aquella mujer de la que había hablado Onfale, quizás mereciese la pena intentarlo. -Si no, considero que es mejor que continuemos nuestro camino.- Añadió ante la posibilidad de que la mujer llamada Flame optase por no repetir la escalada por esa pared de roca.

Leiath se sonrojó ante las palabras halagüeñas del mago perfumista. Si bien la llenaba de orgullo que confiasen en ella de esa forma, también era conciente de que no era más que una novata salida de las faldas de su madre hacía muy poco tiempo con más fracasos que logros en su haber. También dudaba que pudiesen seguir a nadie en aquel grupo tan variopinto, con caracteres tan distintos y muchos de ellos impulsivos.

Mi querido Onfale -colocó la mano con cariño sobre la que él había posado en su hombro- me temo que este grupo -  dijo lanzando una mirada a Fosco y Flame - jamás podrá tener un lider. Yo, como siempre hago, daré mi opinión cuando escuche la del resto y propondré acciones a seguir. Es lo único que puedo hacer si eso ayuda a tomar decisiones más rápidas en momentos asi.

Quizás el hermoso y poderoso osito de esta muchacha -apartó la mano de Onfale para acariciar el rostrode la mujer que estaba jugando con el simbolo de su diosa; le despertaba ternura tanta locura, parecía tan inocente...- pueda liderar el grupo, verdad? -le guiñó un ojo a Aire y le susurró audiblemente- Ahora andamos mal de tiempo, pero en cuanto dispongamos de él te contaré una bella historía sobre la Gran  Diosa Hala, Madre de Todos.

Volvió a cogerle la mano a Onfale la apretó delicadamente para hacerle saber que había escuchado sus palabras.

Flame, aún pareces no enterder que separarnos no nos da ninguna ventaja, por lo menos no ahora. Victor escapó por sus propios medios, nadie lo retiene. Él nos encontrará si Hala así lo desea. Rufus aún nos necesita. Y nuestro camino señala hacía él como un amanecer en verano.

Pongámonos en marcha por el túnel de la izquiera, por dónde se han llevado a Rufus, sin separarnos ni perder más tiempo. Fosco, por favor, lidera el camino tal y como lo habíamos hecho antes.

Para el gurrero las palabras de la hermosa mujer bastaban y cual si ella hubiese aceptado el liderazgo, tomo las empuñaduras de sus armas y se preparó para seguir el camino marcado por el perro, claro, detrás del mediano. –Sigamos al perro, la dama ha hablado-