Partida Rol por web

A ambos ve reaccionar de manera sincera.

Tremens no mostró mucho duelo ni con la muerte de Richard ni con la de Tyron, pero no se le nota alegría ni regocijo. Encaja a la perfección con la máscara de hombre rudo que se da diciendo todas esas palabrotas: esa entereza es una fachada que le permite proteger su espíritu frágil... O puede que de verdad solo le importe su propio pellejo. Pero en cualquier caso la muerte de Tyron no supone ningún éxito ni victoria para Tremens.

Becky reacciona diferente a la muerte de Richard y a la de Tyron. Con Richard fue menos sentida, a lo que puede haber dos explicaciones: o tenía mayor afecto por el enano, o el salto cualitativo de la muerte le ha provocado un shock. Contra Farastu, la adrenalina de la lucha se mantuvo tras la decapitación de Richard, y el tipo de muerte fue la típica que aguarda a un guerrero: con un arma. Para eso estaba preparada. Esta vez, la muerte coincide con el fin de la batalla, además de ser más espectacular e inesperada.

¿Irnos?-responde Becky a Artho-No... no lo sé. Yo... Tyron ha muerto. No puedo creerlo. Mi libro decía que si éramos muchos estaríamos a salvo. Aún tenemos que explorar el túnel de la izquierda, pero Flame nos ha dicho que nos quedemos... Yo... No sé qué hacer. No es justo que me miréis a mí cada vez que hay que tomar una decisión. He perdido la memoria, ¿recuerdas? Mi libro... Ni siquiera sé si es aquí dónde el libro debe guiarnos. Tal vez nos hayamos perdido.

Mientras, Hollín y Alice volvían a discutir. Como siempre.

¡Ni lo sueñes, Alice! No voy a ir por ahí volando a oscuras. ¿Qué te crees que soy, un Varrangoin? No es seguro.

La pared por la que se fueron Viktor y Flame es casi impracticable. A esta altura, la roca se empieza a combar para terminar cerrándose en una cúpula de niebla. Hay que trepar con el torso inclinado ligeramente hacia atrás para seguir encontrando apoyos para los pies, lo cual desplaza el centro de gravedad complicándolo todo¹.

El túnel de la izquierda, por la que se fue el último de los Varrangoin con Rufus, es igual de alto y ancho que el tramo con escaleras de antes de llegar al nido, con lo que cabría hasta un titán.

Cuando Tremens ve hacia abajo, solo ve oscuridad mientras su medallón de fuego cuelga peligrosamente del cuello pendulando sobre el abismo. Con todo lo que han subido, unos 200' de caída. Con suerte, el cadáver de Tyron podría haber quedado en algún saliente a tan solo 60' de caída (el cadáver de Tyron no está en el rango de luz), lo que unido a las heridas por la explosión es mortal de necesidad.

Los restos de comida y excrementos del nido se han volatilizado con la doble explosión. Ahora el gran saliente rocoso que hace de rellano está más limpio que nunca.

Los demodand son una raza de ajenos, como los demonios, los diablos o los yugoloth. Por el contexto, Farastu podría ser una subespecie dentro de los demodand. El plano de origen de estas criaturas es el Cárceri.

Kaevhas escuchó las palabras de Becky con cierto desdén. El mago se mostraba pensativo y taciturno tras el suceso en el nido. Incluso pasó por alto el extraña regañina que Onfale le estaba propinando tanto al mediano como a Aire. No fue hasta que el perfumista. volvió a mencionar la importancia de Viktor que pareció salir de sus pensamientos.

-Ya has mencionado eso antes, perfumista, pero deberías explicarnos por qué piensas que ese hombre es tan importante.- El tono del mago poseía una extraña calma y su mirada era penetrante. -Puede que Becky encuentre algo en ese libro suyo.- Entonces se giró hacia la mujer y su expresión se endureció. -Y te preguntamos a ti porque eres la única que puede leerlo. No lo olvides.- Le dijo con el mismo tono con el que habló a Onfale, aunque estaba visiblemente molesto por las quejas de la mujer.

¿Amor? ¿Amor pensaban algunos? ¡Estaban locos! Flame había encontrado la razón perfecta para vengarse de Viktor, por su culpa había estado presa en el Miseria, por su culpa las brumas habían envuelto su vida y por su culpa habían perdido gran cantidad de compañeros, porque no, aún Flame no podía considerarlos amigos, pero habían sido muchas muertes por culpa de las decisiónes de aquel hombre.

Pero ahora que sabía que nadie podría seguirla, y que nadie era capaz de moverse a la misma velocidad que ella por las paredes, había visto la oportunidad perfecta para enfrentarse a él, podría cortarle la cabeza y contarle al resto de sus compañeros que lo habían perdido para siempre. Ellos jamás lo sabrían y ella podría vengar la muerte de muchos.

Pero no, como siempre los planes de Flame se torcían, y había sido tan idiota de no comprarse ni una miserable antorcha... Pero de pronto cayó en la cuenta de una cosa, había escuchado muchas veces que las armas mágicas podían emitir luz a voluntad, aunque solo algunas de ellas. Flame necesitaba iluminar la zona y quizá, y sólo quizá, sus pensamientos podrían ser suficientes para ello. Pero en caso de no lograrlo, lo mejor sería dar media vuelta y volver a reunirse con el grupo. Moverse por la oscuridad de un lugar que no conocía era de suicidas.

Una ligera sonrisa iluminó el rostro de Leiath cuando vió como Fosco hacía de nuevo de las suyas. Le gustaría ver como acababa esa relación que se había formado entre el mediano y aquella mujer a la que apenas conocía pero que le daba la impresión de no estar muy bien de la cabeza. Le gustaría vivir lo suficiente para verlo. Le gustaría que todos viviesen lo suficiente para verlo. Su sonrisa se apagó por completo transformada en un gesto de preocupación.

- Artho, así te llamabas verdad? Ese hombre al que queremos 'rescatar' es el marido de la más poderosa hechicera que jamás hemos visto en nuestro mundo. Ella, a drede, le envió con nosotros através de este viaje interplanar para participar en lo que fue a llamar 'el destino que nos aguardaba'. Asi que damos por hecho que él puede tener un rol especial en todo esto.

Hemos de recordar que aun estamos en el nido de estas criaturas- dijo mirando al resto-. Vendrán más, debemos salir cuanto antes. Opino que los que se les dé mejor trepar, suban y nos lancen una cuerda a los más torpes. Si pensais que subir sería imposible, al menos pongámonos a cubierto y esperemos a Flame. Aquí estamos demasiado expuestos.

Aire, antes de ver nada, notó cómo su pequeño Fosco le era arrebatado. Al ver quién era el causante, Aire le observó con algo de desprecio, pero su rostro cambió al escuchar sus palabras. Aunque escuchar no era el término exacto. Ella oyó muchas cosas y las interpretó como quiso.

Eso es estando al lado de Onfale y de Fosco, alargó su mano hasta la de su hijo. Dejó a Aristóteles en el suelo un segundo, lo que tardó en dar un manotazo en la mano de Fosco. Volvió a cogerlo y se levantó.

¡Haz caso a tu padre! le dijo, señalándole con dedo acusador. ¿Qué hubiera pasado si te hubieras caído tú en vez de el otro? a Aire no le importaba el tamborilero. Nunca le había gustado ni él ni las palabras tan feas que usaba. ¡Es que no piensas en nosotros! le continuó regañando. La barbilla de Aire empezó a temblar, como si estuviera al borde del llanto. Miró al perfumista Sigue tu, yo no puedo y se alejó de ambos. Su corazón le decía que abrazara a Fosco, pero Onfale le había recordado que, de vez en cuando, había que regañar al niño.

Se acercó hasta Leiath, que es la que estaba hablando en ese momento. Se colocó a su lado, asintiendo con energía.
Mejor escondernos. He intentado subir por la pared como esa mujer pero no se puede. Tiene q ser algo de sus pies..

¡Maldito cuervo estúpido! Dijo refunfuñando la maga. Bien, quédate y deja que la buena de Flame se enfrente ella solo a una muerte segura. Pero tampoco discutió mucho mas con Hollín, tenía que reconocer que el cuervo tenía razón por una vez, no podía volar el solo por la oscuridad. Además Flame había demostrado que podía cuidarse sola, aunque ya le había salvado la vida en alguna ocasión.

Seguir a Flame era estupido, trepar la pared era imposible y además estaba el peligro de que les atacaran mientras estaban trepando. Si, pongámonos a cubierto y esperemos a Flame. Así también podre estudiar un poco…… hablando de estudiar se le ocurrió algo, aunque ya lo había mencionado Kaevhas, la maga se apropio de la idea. Becky, ¿crees que podría ayudarte a descifrar tu libro? Puede que cuatro ojos vean mejor que dos.

No viendo futuro... o viéndolo muy negro, el joven se apartó del borde del abismo mientras se frotaba con gestos de dolor las quemaduras rojizas que habían dejado en su piel la explosión de frío. Usó una de las múltiples telas que tenía para atenuar el resplandor de su piedra de luz y se acercó a la entrada del túnel que usaran para llegar hasta aquí.

No comentó nada con el resto mientras se buscó un lugar donde permanecer en silencio y a resguardo, para lamerse las heridas.

Maldito estúpido. 

Soy un maldito estúpido, por qué coño habré dejado de disparar flechas para ir al encuentro del combate cuerpo a cuerpo, estoy hecho un desastre y aún parece que queda mucho tiempo para poder escapar de aquí.

Que me sirva de lección en un futuro, mira al estúpido e inútil de Arthos, cansado, o haciéndoselo, y sin hacer nada de provecho y nadie le recrimina por ser un inútil. Lo mejor será dejar de hacerme el héroe... ya hay suficientes héroes muertos, como el tonto de Richard, no hace falta que aumente el número.

Onfale asintió a las explicaciones de Leaitah para indicar a Kaevhas que esos mismo era lo que el pensaba.

- Esa gitana hechicera es muuuy poderosa.- Dijo con un brillo en los ojos que cualquier mago podría entender.- Yo mismo vi como empujó a su marido al abismo. Es capaz de viajar en el tiempo y entre los planos a través de las brumas, de ver el futuro y el pasado...- Qué tonto había sido de no haberse dado cuanta antes para poder haberse alejado de ella.- Desde mi punto de vista, que es parcial, por supuesto, pues conozco muy poco de este lugar, Viktor Das Vraken es el clavo ardiendo al que debo aferrarme mientras no me contéis algo diferente los que lleváis aquí más tiempo. La transformación de ese hombre es con total seguridad un poder que le ha conferido la gitana para defenderse. Yo mismo pude experimentar algo parecido en mis propias carnes.- Bueno, realmente fue en las carnes de su familiar, pero para el caso era lo mismo. Vio como Alice trataba de echar más luz sobre el extraño libro de Becky. Dejó que ella se encargase pues él no tenía la cabeza para mucho más. Se aproximó más al grupo de desconocidos para dirigirse a ellos.- ¿Y vosotros? ¿Por qué seguís a esta maga desmemoriada?¿Acaso dice saber salir de aquí?- Dijo esperanzado. El viaje interplanar le había conferido, de alguna manera, cierto conocimiento de aquel mundo extraño. Desde luego al perfumista le gustaba parlotear infinitamente sobre teorías y especulaciones.- Aquel monstruo que se hizo invisible era un ajeno, un demodand si no me equivoco.  El plano de origen de estas criaturas es el Cárceri que es donde hemos llegado, ¿no?- Después siguió con la mirada al callado Tremens y dirigió su melosa voz hacia su escondrijo.- Tremens, ¿puedo ver las monedas que sacó el Faratsu de su boca?- Había visto cómo el hombre las recogía. Le parecieron unas monedas de cobre normales, pero quizás tuvieran algo de especial. Valía la pena emplear la espera en algo para no enloquecer.

Ante el comentario del amanerado perfumista, el Dos Peniques asintió.

-Claro, como no... por cierto, qué más sabes de ese... Demodand.- Le dijo mientras tendía las piezas de cobre.

Viendo que el grupo había decidido esperar a Flame a resguardo, ella hizo lo pertinente. Buscó un recoveco en el que sentarse, y poner en orden sus pensamientos.

La bella mujer que había sanado sus heridas explica al guerrero el por qué es importante ir tras la bestia devora hombres, sin embargo sus palabras no logran gran efecto, con la diestra Artho masajea su barbilla pensativo pero una rápida mirada al muro le hace claro que ni con su relativa facilidad para escalar muros, aquella pared sería algo más complicada. –Como sea Becky ya no tiene idea de para donde seguir, no sin un gran esfuerzo podría yo trepar para seguir a la mujer pero mejor no arriesgarse.- Enseguida se gira hacia Aire. –Por lo que comentaron las mujeres, al separarse de nosotros algún tipo de entidad furtiva les venía siguiendo los talones, lo que hace más que probable que algo nos esté acechando en este momento, si los magos o hechiceros necesitan descansar para recobrar fuerzas lo mejor es buscar un lugar menos expuesto, quizá seguir por el camino de la izquierda, no lo sé, lo importante según creo es movernos cuanto antes y definir un líder, alguien que si quiera tomar decisiones, habrá quienes le sigan y quienes no, pero no podemos discutir cada siguiente paso que vayamos a dar.- 

Justo cuando Artho termina esas palabras, el contorno de Flame vuelve a emerger de la oscuridad, casi como si se postulara. El debate de quién es el líder está abierto, aunque en un concurso de popularidad ni Artho ni Flame tienen el suficiente apoyo de sus respectivos grupos, precisamente.

Sí, claro, Alice. Toma el libro. Pero no es un problema de descifrar lo que dice. El problema es que está todo desordenado, con párrafos en páginas salteadas y mezclado con las inscripciones de mis conju...-deja de prestarle atención a Alice y se dirige a Onfale-eh, Onfale, que estoy presente. No hables de mí como si no estuvie...

Onfale presta toda su atención a los dos peniques de Farastu. Cuando Becky es ignorada, se indigna aún más.

Los dos podemos jugar a ese juego, ¿sabes, Onfale? A partir de ahora voy a hacer como tú y no te voy  a dirigir la palabra.

Por dónde iba...

El libro. Alice, las anotaciones están en un idioma raro. Yo lo leo perfectamente, pero no sabría decir el nombre del idioma. Es decir, me acuerdo del significado de las palabras y entiendo a qué fonemas pertenece cada símbolo de escritura, y puedo hablarlo sin problemas, pero no recuerdo porqué se ese idioma, dónde lo aprendí, o en qué región se usa habitualmente. Los conjuros no, los conjuros están escritos en arcano, no en ese otro idioma que no sé cómo se llama.

Para leer el libro y examinar los peniques, tanto Alice como Onfale necesitan luz. Así terminan acompañando a Tremens en el túnel de las escaleras amplias para servirse de la luz del fuego mágico que despide el medallón.

Los peniques no tienen efigie. Suele pasar en las acuñaciones de los lugares en los que el poder no se mantiene lo suficiente para plasmarlo en su moneda, y al consultarlo con Tremens, Becky o cualquiera del grupo del Cárceri, resulta que el diseño es el de una pieza de cobre normal y corriente de las que se usa en el Bastión de la Última esperanza. Uno de los lados es liso, es la cara. El anverso solo muestra cincelado un tosco cuadrado casi tan grande como la propia moneda, es la cruz.

El libro de Becky llevará mucho más tiempo estudiarlo. Alice podría cotillear los conjuros del libro tras ocho horas de estudio, o en un segundo con el conjuro de leer magia. Acompañado de una comprensión idiomática, logrará condensar la información de todos los pasajes, con lo que sabría qué dirección tomar según las instrucciones del libro.

A veces utilizo leer magia, cuando llegamos a una intersección o similar, y así encontrar el camino sin perder demasiado tiempo. Pero ya usé los dos que tenía preparados para hoy. Ahora me toca consultar las cosas página a página, y voy más lenta. Por supuesto, es tal el volumen de información que luego no lo recuerdas y unas horas después tienes que consultarlo de nuevo. Una lata. Eso ya no es culpa de mi amnesia, que conste. Le ocurriría a cualquiera.

Con el regreso de la intrépida mujer Artho se encuentra un poco más tranquilo, por lo menos no se topó con ninguna criatura lista para devorarla y tampoco decidieron seguirla de momento. Fatigado por la huida de la fortaleza se arrastra hasta el lugar donde algunos han decidido guarecerse y se sienta listo para ver qué es lo que se decide y de paso tomar una siesta.

Kaevhas escuchó las explicaciones de los nuevos y no pudo evitar abrir los ojos en señal de sorpresa ante los poderes que la mujer de la que hablaba el perfumista parecía tener. Sin duda era un uso de la magia mucho más sutil que el que hacía el propio Kaevhas, quien tan solo sabía desatar su poder para destruir a aquello que osase atacarlo... Pero siempre se mostraba curioso ante otra clase de manifestaciones de magia. Por eso mismo, además de la promesa de escapar, el mago se había unido a Becky... hasta que llegó aquel fatídico día.

-Pues lamento deciros que puede que ese tal Viktor también se convierta en nuestro clavo ardiendo.- Le dijo con cierto pesar a Onfale. -Nosotros seguimos a la maga porque en su libro parecía estar la llave para salir de aquí. Pero en un punto en el camino... ella bebió de las aguas del río Estigia, perdiendo la memoria. Aunque todavía es capaz de leer sus extrañas anotaciones, todo se ha vuelto mucho más complicado de lo que ya era entonces.- Le explicó al perfumista pasando por alto la réplica de Becky.

Poco después llegó Flame de su persecución, pero no parecía haber tenido éxito en su búsqueda. -¿No has podido seguir a ese tal Viktor?- Le preguntó a la mujer según la vio acercarse al grupo. Realmente pensaba en la posibilidad de que aquel grupo de desconocidos, junto a la ayuda que todavía aportar Becky,  podían ser la pieza que faltaba para encontrar una salida del Cárceri.

Pues me temo que no. Dijo Flame contestando al tipo que lanzaba conjuros, cuyo nombre aún desconocía. En cuanto logré avanzar unos metros todo estaba a oscuras, no me di cuenta de llevar conmigo un foco de luz. Después señaló a la escama que portaba en su frente y continuó Y desgraciadamente esto no ilumina por allá por dónde paso. ¡Una lástima! Flame quería haber encontrado a Victor para saber a ciencia cierta que había sido de él, pero no había tenido suerte. Además, estaba esa extraña risita o grito, o a saber qué, no quería saber lo que era, e investigarlo a tientas y sin un poco de luz que le ayudase a ver por donde pisaba, o mejor dicho, por donde pisaba, era absurdo seguir.

Lo siento, no tuve suerte... dijo encogiéndose de hombros, como siempre.

Después, el pálido brillo de su escama recubrió a todos los presentes "iluminándolos" con aquel don que poseía la mujer. Su presencia les reconfortaba a todos. La mujer se acercó a Leiath y miró a sus compañeros, espero que me hayas hecho caso. Dijo comprobando el estado de salud de sus compañeros. ¿De qué estabais hablando?