Partida Rol por web

Se acabó la charla. LA pirada ¿madre*? bueno...sea como fuere... Perdemos a Rufus y el tiempo. No es hora de líderes, ni charlas... Este sitio no es seguro... ¿Y aquella canción? El mediano sentía que aquella mujer no estaba loca y si lo estaba guardaba una cantidad de poder y saber desmesurada. Vamos a por Rufus... y se acercó a Aire para cogerla de la mano. Mamá...¿dónde aprendiste esa canción? tenía curiosidad, porque de ser verdad perderían todas las raciones de comida a cambio de su vida... Aquella mujer era la única que sabía lo que había detrás de aquella puerta, aunque Alice también sabía algo...

El paseo por el túnel de la izquierda fue breve. Dos requiebros y vieron luz. Un requiebro más y esa luz les cegó. Una brisa cálido les azotaba la cara. Para cuando se habituaron a la claridad, se abrió ante ellos el más desolado de los páramos...

Dieron demasiado tiempo al Varrangoin para volar, y ahora no sabían en qué dirección se había llevado a Rufus. Se había ido lejos, muy lejos, y quizás Fosco jamás lo volvería a ver. Y ya antes de llegar abajo, la ladera de la montaña también se presentaba yermo, carente de toda vegetación y posibilidad de conseguir provisiones.

¡Qué hermoso!-a Becky se le escapaba una lagrimilla de la emoción-¡Lo hemos conseguido! No más pantanos. Somos libres: hemos escapado del Cárceri.

La sensación de derrota se hizo sentir a pesar del distorsionado sentido del entusiasmo de Becky, igual de emocionada que el niño titán al descubrir un paisaje diferente al que toda su vida había conocido. Entonces las rodillas de algunos flaquearon, y se sentaron en el suelo. No tenían ni idea de cuánto tiempo había transcurrido, pero sus cuerpos les decían que necesitaban dormir.

Alice, voy a echar un vistazo desde arriba. ¡Craaaack!

Mientras, los viajeros se fueron instalando. Los requiebros de poco antes de la salida dejaban un lugar más fresco que les protegía del calor del exterior. Las alforjas del caballo del difunto Richard no tenían comida, pero sus tres odres de agua aprovisionaron a todo el campamento.

Bueno, para los nuevos compañeros es hora de que lea un epígrafe de mi libro: unas reglas que a alguno de nosotros nos ha llevado hasta aquí:

"Cuantos más seamos, más seguros estaremos"

"Permanecer siempre juntos"

"Llevar siempre una muda limpia por lo que pueda pasar"

Si seguimos estas sencillas reglas, estoy segura de que moriremos menos personas de las que habitualmente acabarían sus días enfrentándose a los peligros y retos que se nos plantean.

Unos minutos después, el cuervo Hollín volvió con nuevas noticias. Resulta que hacia la derecha de la montaña, las Brumas del techo de la caverna habían encontrado algún conducto natural de ventilación por el que rezumar. Pero mientras que dentro de la caverna la niebla se mantenía arriba, en el desierto las Brumas se deslizaban por la ladera de la montaña, y luego por la llanura, creando un amplio lugar fresquito en el que caminar sin preocuparse del calor del sol.

Por otro lado, la zona pedregosa de la montaña era muy complicada para los cascos del caballo de Richard, así que había dos posibilidades: hacer filetes del caballo y moverse a ciento cincuenta pies de altura hasta la niebla, de modo que el calor les afectase lo mínimo¹, o salvar el caballo haciéndolo descender despacio por la ladera y ya en la planicie dar un gran rodeo hasta la zona brumosa².

Antes de tumbarse a descansar, Leiath se acercó a Onfale.

Qué sería lo que el astuto mago quería decir y no podía delante del grupo?

El guerrero se sentía agotado después de una marcha tan larga y el desolador panorama que se presentaba ante él no era exactamente alentador, con su brazo izquierdo hizo sombra sobre sus ojos para poder observar el llano devastado que les esperaba como toda respuesta a su esperanza de escape, apenas ver el insolente sol un trago de saliva se acumula en su boca, saliva que es escupida a la izquierda en un dejo de insolencia al desperdiciar tan vital liquido y al mismo tiempo ahuyentar la mala suerte lejos del grupo. –La mujer sabe leer la magia  o tiene un oso con muchas más luces.- El grupo comienza a compactarse un poco más y por lo menos ya hay algún lugar al que moverse.

Onfale se llevó la mano al rostro, a modo de visera, cuando la luz se hizo en el pasadizo. Ya se le habían acostumbrado los ojos a la penumbra y lo que se les planteaba ahora era un abrasador desierto, más parecido a su tierra natal. Sin Nikeras, sin comida, y con agua limitada no era un futuro halagüeño.

- Las brumas...- Observó cómo se derramaban por la montaña como la lava de un volcán.- Jamás pensé que diría esto, pero...- Miró a los que habían sido antes su grupo.-...puede que esas brumas sean nuestra forma de permanecer en contacto con la maldita gitana. Sobre todo una vez perdido Das Vraken.- Se permitieron el lujo de descansar un poco entre los recovecos rocosos que daban algo de tregua ante el inclemente sol. Sonrió antes los tres preceptos que decía Becky que debían seguir y que estaban escritos en el libro. No le parecían nada mál y estaba de acuerdo, sobre todo, con el último.

-Tanto en las brumas como en este plano parecen abundar los seres con capacidades de hacerse invisibles. Me tomaré mi tiempo para poder protegernos contra algo así.- Sacó sus pergaminos y la tinta, y sus frascos de esencias.- Leiath, Alice, ¿me acompañáis? Puedo dejar que eches un vistazo a mi libro por si quieres copiar el conjuro. Puede sernos útil que tú también puedas lanzarlo, Alice.- El mago se alejó a una zona lo suficientemente tranquila como para poder estudiar con tranquilidad.

Cuando estuvieron lo más a solas que podían estar en aquel tenebroso lugar, Onfale se puso a inscribir un pergamino de partículas rutilantes. Minetras hablaba en susurros.

- No os voy a mentir. -Le dijo a las mujeres.- Estoy mal, muy mal. Sufro de pesadillas desde que vi a esa muejr ser devorada brutalmente por su marido convertido en lobo. La muerte de Nikeras...todo. Estoy tocado. Me noto espeso e inútil.- Lo que quedaba de Onfale no era más que una sombra de lo que podía ser.- Pero no es por eso por lo que os he hecho venir a aquí. El enano al caer por el precipicio usó uno de los hechizos que conozco bien para comunicarse conmigo. Me advirtió de que no nos fiáramos de Becky ni de Tremens.- El perfumista miró a las mujeres con sus ojos azabache de cejar perfectamente perfiladas. Aún le quedaba cierta astucia en su maltrecho cerebro.- ¿Por qué razón haría eso el enano que no nos conocía? Me advirtió de que Tremens había hecho un trato con el Faratsu. Las dos monedas de cobre por la cabeza del desgraciado ese. ¿Qué significaría eso? Ni idea.¿Cómo lo pudo saber? Tampoco lo sé.- Pero lo que más preocupaba al perfumista era la maga rubia.- También mencionó a Becky. Que no nos fiáramos de ella. Esto es muy curioso pues justo es ella la que guía a los demás con su libro y, aparentemente, ha perdido la memoria. Afortunadamente Alice puede leer el libro. Son presidiarios, no sabemos las razones pro las que estaban encerrados aquí. Ni siquiera podemos fiarnos de que el enano no mintiera. Sólo os advierto para que tengáis bien abiertos los ojos.- Había una cosa más que el perfumista llevaba pensando un tiempo. Decidió decirlo también, por si acaso.- También existe la posibilidad de que la gitana nos mandara aquí para que alguien de este plano lograra escapar de él. No sé si eso será bueno o malo.- Siguió inscribiendo pergaminos como un loco, pues era la única manera de que pudiera hacer magia.- Otra cosa. Para dormir deberéis amordazarme para que no enturbie vuestro descanso o irme a dormir a otro lugar alejado del grupo.- Lo cual no le apetecía nada.

Tremens contempló el desolador paisaje que se abría por delante suyo, un páramo yermo, hostil, inhóspito... Luego contemplo a los miembros de la comitiva, la rubia con us armadura y el mediano paticorto... y el caballo de Richard.

-Propongo pasar por la montaña, cerca de la niebla soportaremos mejor el calor. El caballo no podrá ir, pero servirá para tener algo que llevarnos a la boca.

Flame miró a Kaevhas para escuchar lo que tenía que decirle. Él era capaz de proporcionarle una fuente de luz, como muchos allí por lo que se podía apreciar. Pero lo que necesitaba la mujer no era volver a intentarlo sola, no estaba tan loca. Sabía que ella sola se valía y era capaz de hacer muchas cosas, pero con el tiempo había descubierto que estar apoyada por buena compañía era tan importante como saber valerse por sí sola. Y después de lo que había escuchado en aquel túnel, prefería no adentrarse sin nadie más.

Lo haría, señor. Pero necesito que alguien más sea capaz de seguirme. ¿Tú eres capaz de moverte por las paredes a gran velocidad? Preguntó al hombre arcanista.

Después miró hacia Leiath que parecía querer decirle algo: Ya sé que de nada nos sirve separarnos, pero me hubiera gustado agotar esa última oportunidad. No creo que Hala nos vuelva a poner a Viktor delante, supongo que habrá que darle ya por perdido. Y ojalá nunca más lo volvamos a ver. Pero Rufus aún me importa menos que Viktor. Rápidamente miró a Fosco para disculparse. Lo siento, chico, pero ya sabes, es un simple perro que no hace más que darnos problemas, y tú lo sabes. ¡Aunque lo hayais cogido cariño! Aunque como bien dice nuestra bruja de Hala, es cierto que nuestro camino apunta hacia allá. Así que si no hay nadie capaz de seguirme por ahí, será mejor tomar ese camino. Y si ya de paso encontramos a tu amiguito, pues eso que te llevas, Fosquito.

*   *   *

Finalmente y sin que sus palabras fueran verdaderamene definitivas, Flame siguió a Fosco, a Becky y al resto, para toparse con un páramo que se antojaba desolado y peligroso.

Flame escuchó las premisas de Becky, dos de ellas eran muy sensatas, aunque una seguramente fuera más fácil de decir que de cumplir, y más con todo aquel yermo por delante de ellos. ¿No sería mejor retroceder y volver a la calavera? Pensó para sí la guerrera. No sabía si había llegado el momento de plantear aquella idea a sus compañeros, pero si de algo estaba segura es que, si seguían por ahí, era más que probable que terminasen muriendo más de los que imaginaban.

Y... dijo pensativa la rubia de la escama, no tenía muy claro si soltar aquella perla o no, pero es que avanzar por aquel desierto le parecía algo más complicado de lo que ya parecía a simple vista. ¿No sería mejor antes de avanzar por aquí, tratar de explotar la opción de la calavera? Ya sabéis, lo del portal ese que dijo Fosco, con su entrada y esas cosas. ¿No? Quizá en su ausencia se hubiera hablado de aquello, pero avanzar por aquel terreno de muerte y no exprimir la opción que antes habían dejado de lado, le parecía una auténtica locura.

Las palabras de Onfale, la dejaron pensativa. Y por qué confiar en las palabras del enano al cuál tampoco conocían? Quizás solo quería sembrar la duda entre ellos antes de morir. Pero había que contemplar todas las posibilidades. Se había dado cuenta, durante su corta pero intensiva aventura, que las cosas nunca eran lo que parecían.

Podría rezar a Hala para averiguar si hay maldad en el corazón de la gente del grupo, también podría pedir a mi diosa que me diese el don de hacerles decir la verdad. Pero, queremos saberlo? Qué podríamos hacer si son criaturas malignas que solo esperan cortarnos el cuello cuando lo agachemos? Y es más,serán conscientes del uso de mis conjuros con lo que ello conlleva- susurró cargada de dudas y desconcierto a sus dos compañeros allí reunidos- Un momento, creo que podría haber una forma más sutil de averiguarlo. Circulo mágico contra el mal. Sí, ese. Si se estan en el área de influencia del conjuro no se encontrarán agusto y podríamos notarlo.

Aire asintió con energía ante la propuesta de Leiath de que Aristótelees fuera su líder, pero sabía que el oso no querría. Colocó su mano de tal forma que tapara su boca y se acercó a la mujer.
Yo también creo que Aristóteles sería un buen líder. Es muy listo, ¿sabes? Pero ha rechazado la propuesta, y eso que se lo hemos pedido todos. Su intento era murmurar, pero realmente Aire lo decía con su tono de voz natural.
Le entusiasmó la idea de saber de Hala. No sabía quién era, pero prometía ser un cuento fascinante. Quizá era un dragón morado que escupía pollos en vez de fuego... ¡O quizá una osita de peluche para su Aristóteles! Los dioses sabían que Aire había intentado encontrar una osita para él, pero el peluche siempre las rechazaba.

Con esas ideas en mente, casi no notó cuando Fosco la cogió de la mano y tiró de ella. Iba feliz, solo faltaba que el padre del niño le cogiera la otra mano a Fosco para ir todos juntos.
La canción me la ha cantado Aristóteles. Sabe muchas cosas, aunque no siempre me las cuenta. Le gusta hacerse de rogar, jijiji terminó con un susurro. ¿Tu perrito es bueno? Si hace sus cosas en casa le daré con la escoba, así que te tienes que encargar de él, ¿vale?

No tardaron mucho en llegar a aquel desolador paisaje. Aire soltó la mano de Fosco unos segundos y, al igual que tenía desabrochada los cinturones de las mangas, se abrió los que rondaban el tobillo. Ahora podía andar mejor e ir un poco más fresca.

La maga tenía la mirada perdida y solo las últimas palabras de Leiath le devolvieron a la realidad. Creo que lanzar un conjuro benigno en este “infierno” no sería una buena idea, podías atraer la mirada de algún demonio o bicho similar.

En cuanto saber quién nos puede traicionar y quién no. Yo también escuche las palabras del enano. Dice la pelirroja confirmando lo dicho por el mago. Pero no sabría decir si el que miente en realidad es el enano o Becky. Becky no ha puesto ninguna objeción a que leyera su libro y en he encontrado unos interesantes apuntes sobre el grupo, en ellos define a cada miembro del grupo. Dice:

Aire tiene un poder inmenso, mucho mayor del que ha demostrado hasta ahora. Artho no es de fiar, ni siquiera entraba en los planes de Becky que les acompañase: cuidado, es un asesino. Kaevhas es prescindible: cumplió su papel como guía en los pantanos, y no puede competir con Aire en poder mágico ni con Richard en fuerza física. De Richard habla en términos de paria: es tan obtuso y tozudo que fue rechazado por sus compañeros guardias, lo llega a calificar de inestable y asocial. Tremens es con Artho la otra persona peligrosa del grupo, y Becky le define como un hombre de negocios ilegales que vendería a su propia madre. Tyron es mentalmente inestable, un perro rabioso que disfruta sembrando el caos y haciendo la guerra.

No me gusta el hecho de que Becky mencionara un plan ¿a qué se refiere, a escapar de esta cárcel?

La lista de personas de poco fiar aumentaba a lo largo de la conversación. Estaba claro que poco podían hacer, tan solo mantenerse alerta.

Tras escuchar atentamente la nueva información compartida por Alice, Leiath susuró:

- Yo, personalmente de quien más desconfio es de aquella que parece más amistosa; de Becky, pues el diablo es hábil en artimañas y engaños. Si encuentro una oportunidad intentaré detectar el mal en los que nos acompañan. Ahora deberíamos ir a descansar o levantaremos sospechas sobre nosotros.

Onfale, no creo que amordazarte vaya a ayudar a que descansemos mejor, pero si piensas que sí, quizás Fosco pueda ayudarte con las cuerdas; él parece hábil y dispuesto para ese menester.

Ahora, si no hay ningún tema urgente más, echémonos a dormir.

Dado que el grupo parecía compactarse y tener más definido el rumbo a seguir, el guerrero aprovecho a poner su colaboración. –No vaya a ser que quieran llevar al caballo de mascota tal cual quieren rescatar al perro, o regresar a la calavera- Al tiempo que resguarda sus armas en su cinto, contesta a Flame. –Lo mejor es seguir hacia las brumas, ¿Quién lo sabe?, quizá su amigo siga ese camino en caso de hubiera sabido el curso a seguir o sea tan importante, tal y como lo piensan ustedes. En cuanto a la ruta nuevamente estoy de acuerdo con Tremens, hay que seguir por la montaña y comernos al caballo, servirá muchísimo más a su propósito que siendo solamente un estorbo.-

- ¡Oh!- Se sorprendió Onfale al darse cuenta de que los desconocidos no conocían bien esas brumas.- No os creáis que son brumas de las normales. No, no, no. Son pura esencia demoníaca. Magia que estaba contenida en un tarro y que fue liberada. Todo lo que cae muerto en entre ellas se levanta para acabar con lo que antes eran sus amigos, familiares, o simplemente los pobres desgraciados con los que se encuentre. No será un camino fácil. Sin embargo, la gitana de la que os hablo puede usarlas a su antojo para viajar por ellas. Quizás así nos encuentre...- No estaba muy convencido de lo que decía.

Comerse al caballo? Porque? Si voy muy cómodo... cimeros al cuervo... decía Fosco. Es mejor el otro camino... Las nieblas nunca son buenas.

Leiath se sentia con cargo de conciencia pues, al pensar en el caballo, se le hacía la boca agua. El equino no sería más que un estorbo durante el viaje. La experiencia pasada había demostrado que el caballo como mejor iba era en la barriga de los hambrientos.

Miró a Alice pues ella era la nueva propietaria del animal, o por lo menos eso consideraba Leiath, y era la maga quien debería tomar la decisión de qué hacer con él.

- Parecía que habíamos escapado de las brumas, pero deberíamos volver a ellas. Estás seguro que son de la misma naturaleza que las de nuestro plano, Onfale? Puede que no se trate de lo mismo.

Debeis decidir qué hacer con el animal, y no me refiero a Fosco - el intento de chascarrillo de la bruja resultaba bastante patético, pero solo pretendía animarles- para preparar mis conjuros según nuestras necesidades. Yo iría directamente al cobijo que nos ofrece la altura entre la niebla.

Estamos perdiendo el tiempo y Rufus me necesita... Matar al caballo es el camino fácil y a priori sencillo. Sin duda es la mala opción. Si fuese un vinigloriun iría por el camino más seguro. Las brumas no son seguras, por lo que seguro que dio el rodeo. Si vamos por las brumas seguramente le demos caza, pero aún más seguro nos den caza a nosotros... La canción de... de Aristóteles... Decía con la mano en la boca. Si vamos por las brumas Flame y yo os retrasaremos por lo que la ventaja que a priori teníamos desaparece. Ir por el camino largo nos consumirá y nos dejará débiles. 
El mediano estudiaba las dos opciones minuciosamente. Ambas opciones son malas... Porque ambas piden un sacrifico. Yo sin duda digo NO IR por las brumas. Porque en las brumas perderemos a este magnífico caballo y además encontraremos a una criatura que nos pida la comida. Perderemos el caballo, nos quedaremos débiles y encima no iremos deprisa... Ehem, ejem. dijo aclarándose la garganta. La mejor opción es dar el rodeo por paso seguro.
 

Sin duda se les planteaba un dilema en este momento de su viaje. Estaba claro que aquellas brumas tenían mucho que ver, según el perfumista, con Viktor y la mujer que los envió a este mundo. Pero debían decidir si coger un camino directo sacrificando al caballo o dar un rodeo y exponerse al inclemente sol del desierto durante más tiempo del necesario.

Aunque ahora lo mejor era aprovechar el momento y descansar antes de continuar el viaje. -Creo que lo primero de todo es comprobar lo preparados que estamos para continuar. Lo que tenemos por delante es un viaje que no sabemos cuanto tiempo nos llevará. Si matamos al caballo perderemos una herramienta pero ganaremos sustento. Si lo mantenemos con vida, nos exponemos al clima extremo pero podremos viajar más rápidos y cómodos.- Hizo una pausa para buscar en su mochila unas raciones para llevarse algo a la boca y recuperar energías. -Para mí está bastante claro. Si no matamos al caballo ahora, todavía nos será útil como animal de carga y podrá servirnos de sustento en el futuro de ser necesario. Caminar bajo este sol es un pequeño precio a pagar a mi entender.- Continuó explicando mientras desenvolvía la comida. Kaevhas había vivido mucho tiempo como un ermitaño y tenía su propia visión de las cosas, pero era capaz de entender los preceptos sobre los que Becky insistía tanto. Todo se resumía en que la supervivencia del grupo era esencial para lograr escapar de esta prisión. Así que, como un gesto más en su compromiso con esta empresa, el mago compartió la comida con los recién llegados. Sin duda habían resultado de mucha ayuda para huir de Farastu y en la comprensión del libro de la maga, de modo que tampoco le resultaba un problema a pesar de su adusta expresión. Sería como una especie de agradecimiento por el pequeño atisbo de esperanza que suponen para alcanzar el objetivo por el que Kaevhas siguió a Becky.

Aire escuchaba a medias, ya que estaba contemplando maravillada la visión que tenía por delante.
Su osito, en cambio, sí que prestaba atención. Llamó la atención de la muchacha, que se le acercó al oído para que le hablara.

Aristóteles dice que, si no tenemos comida para nosotros, cómo vamos a alimentar al caballo. Que si se muere seco y desnutrido, ya no servirá para nada

Tras acabar las palabras de su oso, volvió a su mundo de felicidad