Partida Rol por web

Onfale sacó una daga y golpeó con la parte plana de la hoja los dientes de la calavera gigante. Como si se tratase de una marimba. Sin embargo, el repiqueteo era sordo y no daba distintas notas sino un chasquido monocorde.

Entonces, durante un segundo de silencio, se escuchó en los alrededores...

Miaaaau.

El gato de Vaek emergió de la oscuridad del desfiladero a sus espaldas, como un fantasma, y cruzó por entre el grupo en dirección al cráneo del niño titán. De un salto se subió a una de las cuencas oculares, y allí se hizo un ovillo para descansar. Poco después llegaron también Aire y Flame, siguiendo al minino y sus maullidos.

¡Aire!-exclamó Becky, y se tiró a ella para apretujarla con un cariñoso abrazo-¡Menos mal que has vuelto!

Tanto Aire como Flame no pueden evitar con desconfianza hacia atrás. ¿Fueron solo imaginaciones suyas o realmente había una criatura acechándolas en la oscuridad?

Nos quedamos atascados en esta bifurcación-dijo, señalando a los dos desfiladeros que se abrían a la izquierda y a la derecha de la calavera de doce pies de altura-, pero parece que al final cogeremos por la derecha. ¿No, Leiath y...?-hace una pausa para recordar el nombre-¿Fosco?

Fosco esperó sacándose un moquito mientras los demás hablaban y hablaban. Al pobre se le resecaba la nariz con el calor que hacía, era agobiante, tenía el pelo sudado y goterones le recorrían la espalda. Que asco de tiempo dijo en respuesta a la pregunta de Aire.
Luego se concentró y dijo.
Ehem, ehem.... Yo soy Fosco Manosverdes, gran actor, el mejor con los cuchillos, rápido como un águila y astuto como un... ¿tigre?... Ehm... si, bueno lo que sea. Fosco para servios dice dando la mano a todos imitando a Onfale, aunque el mediano se la dio a todos. Podéis contratar mis servicios. decía a unos No soy tan caro añadía. Bueno, bueno... se acabó la charleta. No sé donde está Rufus y me estoy poniendo nervioso dice señalando el camino a la derecha.

-Este hatajo es considerablemente escandaloso, claro, en seguida de la acometida con un celador, un demonio a nuestras espaldas y demonios voladores, sospecho que no interesa.- Conservando un par de pasos tras del grupo, Artho se cerciora en lo posible de que el Faratsu no les pise los talones.

 Por unos instantes intenta distraer su mente de las frases inconexas de sus compañeros, tanta charla distrae sus pensamientos de lo importante, descifrar el mensaje del extinto. -El corazón de la calavera está del lado izquierdo, tras la muerte del Titán están los dos desfiladeros, luego entonces, es necesario seguir a la derecha.- Sin embolarse en dudas deja su lugar en la retaguardia y avanza hasta el frente del grupo colocándose al lado de la rubia Becky.

-Andaré a la derecha con cierto cuidado, hay poco tiempo y no estamos para vacilaciones, el corazón de la calavera está del lado izquierdo.- Dice al tiempo que señala a la derecha. -A menos que esas enormes criaturas tengan los órganos distintos a los nuestros, si cualquiera tiene una mejor idea es el instante de expresarla.- Con agilidad afloja el puntiagudo estoque y el hacha que cuelgan a sus costados, ambas deben estar listas en caso necesario.

Aire parpadeó cuando volvió a ver la luz. Pero Becky llegó corriendo y la abrazó, como si fueran amigas de toda la vida. La muchacha empezó a dar saltos de alegría al encontrarse con el grupo, arrastrando a Becky en ese baile tan particular. Pero no tardaron en separarse.

La muchacha se llevó al osito al oído, como cada vez que hablaba con él.

Aristóteles dice que algo parecía seguirnos. Sí, yo también lo pienso, seguro que quiere robar todo tu poder, pero no le dejaré terminó su frase abrazando con fuerza a su osito, tarareando en bajito una canción de cuna.

Fue justo cuando Fosco se acercó y se presentó ¡Oh, mi niño! Menos mal que estás bien. ¿No te he dicho que no te separes de mí? ¡Al final voy a tener que castigarte! dijo, agachándose para darle un beso en la frente.

Flame respiró tranquila al unirse de nuevo a sus compañeros. Se quedó allí parada observando uno a uno. Y después lanzó una mirada de odio al bardo del tambor. Aquel hombre le había hecho huir sin ningún sentido, para ni tan siquiera preocuparse de hacia donde se dirigía. No tenía muy claro si considerarle un aliado o tal vez un enemigo. Tendría que hacerse valer, y también tendría que ganarse su confianza. Flame no se sentía agusto con los bardos, y con aquél mucho menos.

Si no estás seguro de algo hazlo saber, hay gente que en situaciones desesperadas puede confiar en tus palabras, y estas pueden ser erróneas. Por alguna razón Flame sintió de nuevo aquella sensación cuando estaba el enano Babras en el grupo. ¿Acaso todos los enanos son iguales? Pensó para sí misma sin llegar a mencionar ninguno de aquellos sentimientos en voz alta.

De momento era mejor esperar al resto. No tenía muy clara la situación en la que se encontraban, y esta más que claro, que salvo la alocada Aire, y el pequeño Fosco, ninguno parecía haber confiado en su criterio.

El único problema que veía ahora era... aquella extraña respiración que había escuchado en la oscuridad. Ese "algo" que les estaba persiguiendo...

El aire no es suficiente. Palabras vienen con algún sentido, pero el cansancio no me deja oírlas por completo. Quiero vivir y escapar, pero es duro el camino. Los brazos no me responden como siempre.

Pierdo el interés (porque no puedo mantenerlo) en las cosas que pasan alrededor. Estoy muy cansado. El sueño combate para dominarme. Aun así sigo el camino con la esperanza de no vivir eternamente en una cárcel como ésta. Todos los días que podamos despertar hemos ganado. La muerte es cosa de todos los días.

Incluso hoy que vuelve a sonreírme, con un rostro diferente y desconocido. Frente a la gran roca monumental que asumimos es el comienzo de una senda de escapa, estoy yo, con un grupo de presidiarios dispuestos a todos por escapar. Tremens el maldito a quien miro largamente -sé por qué te dieron las monedas-; otro tanto más de quién sabe qué tipo de traidores o conspiradores; y por si fuera poco, un grupo que parece haber recibido muy recientemente su condena. Quizás así empezaron los clanes de los que muchos descendemos, aunque no haya pecado en nuestros actos.

Gracias- Muestro una leve sonrisa en mi sucia barba a la humana que me cura. No sé si realmente mostrarme sincero. Como los demás, ella necesita que seamos muchos los que seamos carne de cañón contra los Demodand. 

Suspiro y me presento a sabiendas de que deliberadamente he ignorado las cosas que se han dicho, incluida la petición del estilizado Onfale- Tyron "el jabalí" Cabalgacuerno. Digo mi apellido confiado en que nadie conoce el origen de mi apellido.

Pero no estoy lejos dela enemistad de otros. Bien por no aportar NADA al enigma, o por no acceder a una petición estúpida. Lo mismo da tocar un tambor o las palmas si no está el alma de por medio; y la mía está a punto de caer. Soy valiente, pero cualquiera flaquearía con las cosas que hemos tenido que vivir.

En especial uno de ellos me mira. Es la mujer que vomita ácido. Muy intimidante sí es, pero no muy lista. Me quito el casco y le sonrío, casi que burlándome por la decisión que ella tomó. De inmediato miro a Becky, sin sentirme muy extrañado de que la misma información haya producido conductas tan distintas; dependientes de la inteligencia de quien la recibe. ¿A quién se le ocurre decir en voz alta que escapábamos después de haber engañado a Farastu?

Ahora lo importante no es tener amigos. Me basta con gente que coopere para escapar. Y los presentes parecen concordar con el camino a seguir. Yo no tengo una mejor idea, no por ahora al menos.

La jóven se alegró profundamente cuando vió aparecer a su compañera perdida, tal y como la rubia hechicera había vaticinado. Flame era una mujer muy arisca, de difícil caracter, pero Leiath no perdía la esperanza de que, entre todos -y en especial el travieso Fosco- consiguieran hacerla bajar la guardia y sacarla una sonrisa.

Pese a la felicidad del momento, Leiath se recordó que no estaban en una posada compartiendo unas bebidas con los amigos. Si aquel hombre estaba en lo cierto se encontraban en un plano infernal, sea eso lo que fuera. Todavía la cabeza de la bruja estaba llena de dudas; qué había en ese plano a parte de fuego y demonios? Cómo había podido un humano nacer en él y sobrevivir? Habría ciudades? Hacia dónde quería dirigirles Becky?

Al menos, como bien apuntó Tremens, su diosa no la había abandonado, asi que ella estaba ahí por alguna razón a parte del castigo por no haber podido salvar Lechberg.

Miró de reojo al gato del fallecido mago Vaek. Seguro que no les tenía en gran estima, y pese a eso les seguía. Pobre animal. Le hubiese gustado ofrecerle algo de comida pero se dió cuenta que ni llevaba para ella misma. Había contado con los fuertes brazos del enano Babras para cargar con las raciones extras, pero ya no estaba allí con ellos.

Se acercó cauta hacia el felino, estaba segura que era más inteligente que cualquier gato normal. Quizás entendiese que no le quería hacer ningún daño.

Hola, minino, me dejas que te mire esas quemaduras tan feas? puedo curarte-. Se quedó a la altura de 'Vaeky' (asi había decidido llamarlo en honor a su difunto dueño), sin tocarlo pero ofreciendole su mano. Si conseguían que confiase en ellos, posiblemente alguno de los magos o hechiceros del grupo podrían adoptarlo como familiar.

El singular mediano seguía mirando descolocado a Aire, ¿Podía existir una persona como aquella? Esta poquísima y que hablase con un peluche no lo mejora . Después del beso y pese a que posiblemente desobedeciese a Aire se acercó a Onfale.
Pssss... la derechaaa! le susurraba con la mano en la boca para proyectar mejor su sonido al oído del mago.

- Ten cuidado, muchacha. No te dejes engañar. Fosco no es un niño.- Cuando te descuides estará estrujando tus pechos entre sus manos. Observó como uno de los desconocidos comenzó a explorar ese lado.- A la derecha entonces, si nadie tiene nada que objetar.- El enano se había negado a tocar el tambor y él, con su daga, no había conseguido demasiado.

Kaevhas mostró cierta decepción al no ocurrir nada especial tras comprobar la teoría del eco. A pesar de la situación general del grupo, una parte curiosa de si mismo esperaba presenciar algo mágico que los guiara fuera en su huída del Cárceri. Pero a pesar del chasco, el mago enseguida volvió a su habitual expresión ceñuda.

Casi después del inútil intento con la calavera gigante, llegaron por fin los rezagados aliviando así las preocupaciones de haber perdido a más compañeros en lo que va de día. Sin duda el grupo al completo suponía una estampa tremendamente curiosa pero uno no podía ser selectivo y mucho menos quisquilloso en la misión que pretendían llevar a cabo... De modo que, tras el reencuentro, no debían tardar en ponerse en marcha nuevamente. Así que Kaevhas no puso ninguna objeción aunque todavía había algo que le rondaba por la cabeza. "Aún tras mi muerte, escucho a mi corazón dar latidos de libertad." Repitió en su mente las palabras pronunciadas por Becky y luego por Onfale. El mago no dijo nada pero trató de aguzar el oído mirando hacia ambos caminos en un último intento de probar una alternativa y esperando que alguna clase de sonido los guiara. Algún sonido que los llamase a lo lejos. Quién sabe, puede que el perfumista no estuviese desencaminado.

Le alegro ver de nuevo a Flame, la rubia siempre sabia como salir de todos los aprietos, se sentía mucho más segura a su lado. Pero con Flame también venia la “loca del osito” ¿Por qué hablaría con un peluche? Ya era mayor para andar jugando con peluches. Aunque en ese momento Alice no era la más indicada para criticar mucho la actitud estrafalaria de Aire, la maga pelirroja sabía que algo se había roto dentro de ella en la caída y al ver morir a Trompicón, no sabía que se había roto pero sabía que le afectaría a la larga.

Hola, dijo dirigiéndose a Aire, la única persona a la que aún no se había presentado  Soy Alice Lignan, gran maga pelirroja, atacante de la Torre de Stabcrow, superviviente de la villa de Vor Ziyden y salvadora del pueblo de Lechberg, aunque del pueblo solo salvamos a parte de la gente. La maga volvió a repetir la retahíla mecánicamente.

Luego se acercó a Leiath y al minino. Ven chiquitín, ven gatete, que no te voy a hacer nada. Solo quiero destriparte y convertirte en cenizas.

Tras lanzar las monedas al aire otra vez, las contempló por última vez y se las guardó en un bolsillo oculto entre sus ropajes.

-Hacia la derecha pues.

Dice sin prestar especial atención a la llegada de Aire y la otra mujer. Parece que hayan recuperado el sentido común, cuanta más carne donde morder, menos posibilidades que sea la de uno.

Sin añadir más, aferrando de nuevo la empuñadura de su arco compuesto, echó a andar por el camino que quedaba a la derecha de la gran calavera.

¡Fsssssh! ¡Miarg!-protestó el gato por ser molestado, erizando los pelos del lomo y lanzando zarpazos al aire.

Craaaaack-Hollín voló en una pasada entre la cuenca de la calavera y las manos de las dos chicas, obligándoles a retirarlas y desbaratando los intentos de su ama por congraciarse contra el animal-¡Alice! ¡Tu familiar soy yo! No dejaré que me sustituyas.

El gato aprovechó ese momento para saltar de la cuenca al hueso frontal del cráneo, y de ahí a la pared de basalto que separa ambos desfiladeros, saliente tras saliente, hasta coronarlo. Corrió silencioso sobre sus mullidas patas, adelantándose a los incómodos compañeros de desventuras hasta perderse de nuevo en la oscuridad. Deberá buscarse un lecho más tranquilo, lejos de tanta sobona.

Ese maldito gato me pone los pelos de punta-añade Becky, antes de tomar como los demás la ruta de la derecha.

Las proporciones son grandiosas. Los caminos son lo suficientemente anchos para un gigante, y las paredes fluctúan a más o menos altura, con sus adoquines de roca escalonada. En tramos intermitentes, el relieve oculta el fulgor rojo del lago de magma, dejando el paso a oscuras. Tremens tira de una cadena alrededor de su cuello, sacando de debajo del peto un disco de fuego incandescente. Es suficiente para iluminar el camino, aunque portar cualquier luz es también colocar una diana sobre todo el grupo.

¿Recordáis el paisaje del lago? Lo estamos bordeando, y eso significa que nos aproximamos al demonio grande del látigo, y al ruidoso enjambre de monstruitos que eran empujados a la lava. ¿Cómo se supone que vamos a encararlos?-nota las miradas de los otros, y cómo se posan en su libro-Oh, ni hablar. Podéis olvidarlo. Hice un buen trabajo de investigación antes de perder la memoria, pero eso solo ubica puntos fijos. El montículo de tierra, el lago, la calavera... Accidentes geográficos que llevan miles de años impertérritos y... ya no lo aguanto más-grita a la nada-¡SILENCIO, POR FAVOR!

El farfullo de fondo no se detuvo, ahogando el grito de Becky. Se escuchaba ensordecedor. Hasta costaba escucharse a uno mismo hablar. Eso incluía pronunciar correctamente las complicadas palabras mágicas. Era un rugido monótono en la oscuridad de más adelante, aunque lo más probable es que aún haya un buen trecho entre los aventureros y la plaga de demonios.

¡Ey! ¿Y eso?

Dando un rodeo para que su cuerpo no interfiriese con la luz del medallón de fuego de Tremens, aparta unos cantos rodados del suelo y recoge una pieza metálica de pequeño tamaño.

Es una maza. Quiero decir... ¿Un arma manufacturada? ¿En un sitio como este? Se le debió caer a vuestro amigo cuando el Varrangoin lo llevaba por el aire-dijo, mirando hacia el techo de la caverna.

Nada. No hay rastro de Viktor Das Vracken ni de Rufus más arriba.

Fosco iba pensando distraido. Se había quedado pensando en aquel gato. MIERDA. NO! dijo al escuchar acerca del monstruo con el látigo. VOLVAMOS!!! dijo muy seguro... Confiar en mi... Creo que tengo la solución. miraba a Onfale buscando su aprobación.

Flame se observó al pequeño Fosco. ¿Volver? ¿A dónde? Este es el mejor camino, o al menos el único posible y seguro. O al menos más seguro. La muchacha dijo refiriéndose a Aire y yo nos perdimos entre la oscuridad de la cueva, conseguimos dar media vuelta y encontrarnos con vosotros. Pero no estoy seguro de lo que podríamos haber encontrado más allá. Este parece un mejor camino, y nos haremos cargo de aquellos demonios igual que lo hicimos de los hombres lobo. Flame se quedó algo pensativa. Bueno, espero que mejor de lo que lo hicimos entonces.

Abrió los ojos con asombro al oir lo qué les esperaba al final del camino. Hordas de demonios? No tenía ningunas ganas de volver a luchar contra un enemigo tan numeroso, la última vez se demostró que todavía no estaban suficientemente curtidos como para enfrentarse a tantos de una vez. Pero quizás si utilizasen alguna estrategia...

A ver - dijo pensativa sin intentar levantar mucho la voz, pero suficiente para que el grupo pudiese oirla- Fosco quizás tenga una buena idea pero Flame tiene razón, no debemos volver atrás. Por lo que dice Becky el gran demonio que nos encontraremos estará entretenido con otros más pequeños asi que podriamos eludirlo si vamos encubiertos con la magia. Yo podría pedir a Hala que nos volviera silenciosos por algun tiempo; quizás alguno de los magos pueda cubrirnos con un espejismo, o incluso volvernos invisibles?

Este arma es de Viktor seguramente, asi que vamos por buen camino, ya que tenemos que encontrarlo sea como sea. La adivina dijo que él era importante para la misión y puede que nuestros destinos esten atados. Y Fosco, - dijo esta vez mirando directamente al mediano- dejarías a Rufus atrás?

Aire caminaba detrás de Fosco, sin perderle de vista, haciendo ningún caso a Onfale. La muchacha le miró con desconfianza. Seguro que quiere robarme a mi hijo pensó. No le conocía, aunque muchos de los que habían caído del cielo no debían tener nombre, pues ella no los había escuchado. Al fin y al cabo, la única que se había presentado era la pelirroja. Aire miró a su osito, que le devolvió su mirada inanimada. La joven se golpeó en la frente con la palma de la mano.
¡Es verdad, Aristóteles! ¡No nos hemos presentado! dijo, dejando a su nuevo hijo sólo y acercándose a la pelirroja.
Antes de hablar, la miró el pelo. Aire tenía una extraña sensación cuando veía a la gente con ese color. Le hubiese gustado tocarlo, olerlo e, incluso, masticarlo. Pero Aristóteles le había dicho hace tiempo que era de mala educación, así que no lo hizo.
Holaaaa alargó la última "a" más de lo necesario. Yo soy Aire, pero no tengo un apellido tan largo como el tuyo: Lignan, gran maga pelirroja, atacante de la Torre de Stabcrow, superviviente de la villa de Vor Ziyden y salvadora del pueblo de Lechberg, aunque del pueblo solo salvamos a parte de la gente repitió las últimas palabras de la maga. Rascándose la cabeza, le entró una duda ¿No es muy difícil recordarlo y decirlo siempre?. A mi me costaría mu... no terminó la frase porque se acercó su osito a la oreja y escuchó lo que le decía. Sí, ya va, ya va... Este es mi querido Aristóteles dijo, poniendo al peluche a la altura de los ojos de Alice Es un Dios, aunque a veces es un vago y no quiere hacer nada le abrazó de y siguió caminando en silencio.

La marcha estaba siendo aburrida. Nadie cantaba ni hacía nada entretenido. Sólo escuchaba un murmullo y, por mucho que quisiera entender lo que decían, no lo conseguía. Sólo le estaba levantando dolor de cabeza. Acariciandose con fuerza la sien izquierda, cerrando el ojo derecho y sacando la lengua a modo de concentración, escuchó a los demás.
¿Quién es Víctor? ¿Y la adivina? preguntó ante las palabras de Leiath, ya que no entendía lo que decía. Se agachó para ponerse a la altura de Fosco ¿Rufus es amiguito tuyo? ¿Por qué quieres volver, si puede estar el muñeco feo y nos puede cortar la cabeza?

Las palabras de Flame le sonaban vacías. ¿Igual que con los hombres lobo? Pues vaya consuelo. Miró a Fosco con comprensión en su mirada. Era increíble lo avispado que podía ser cuando quería. Sin embargo el perfumista estaba con la Bruja de Hala: si la maza de Víctor estaba ahí es debían ir por ahí, fuere ese el camino de la salida o el que los llevara al infierno. Se acuclilló junto al mediano, como hacía siempre que pretendía explicarle algo.

- Creo que la clave para salir de aquí es ese Víctor.- Dijo lo suficientemente alto para que todos lo oyeran. Volvió a levantarse.- Una gitana muy poderosa, capaz de ver el futuro, nos envió aquí por alguna razón. ¡Maldita sea ella y su descendencia!El tal Víctor es su esposo.- Miró a Flame pues ella, si no se equivocaba, lo conocía bien.- Yo mismo vi cómo lo empujaba al vacío insondable. Creo que para salir airosos de ésta debemos rescatarlo de los varragoin.- Mientras lo decía las piernas le temblaban. Ya habían visto de lo que eran capaces esos bichos alados. En su estado apenas podría combatir con un kobold. Sólo esperaba que llegaran a tiempo pues en sus colas alojaban veneno y Víctor podría estar experimentándolo en estos momentos. 

Alice sonrió al ver que el cuervo se ponía celoso. Así que no puedes vivir sin mí. La maga rio de forma enigmática. Sabes que no te sustituiré por un gato, no por ahora. Indico al cuervo que se posara en su hombro y le acaricio el plumaje lleno de cenizas.

Su cuervo estaba celoso y medio grupo estaba mal de la cabeza, solo había que ver a Aire que creía que su osito era un dios, que sería lo próximo que Fosco se creyera un arquero elfo…. ¡mierda!...eso también había pasado.

Escucho la conversación con atención ¿Qué más da un camino que otro, todos vamos a acabar como Trompicón? Pensó amargamente, pero la idea de seguir la pista hasta encontrar a Viktor le parecía buena. Si la asquerosa adivina arroja a su marido a la sima lo hizo por una buena razón, esa pérfida bruja no da puntada sin hilo. Luego se acercó a la maza para estudiarla con detenimiento y ver si además de ser de buena manufactura tenía algo de magia, o incluso alguna pista. También trato de recordar si esa era realmente la maza de Viktor.

 quizás alguno de los magos pueda cubrirnos con un espejismo, o incluso volvernos invisibles?

Lo siento, en eso no puedo ayudar, siempre he odiado a los ilusionistas, son unos falsos.

Tremens seguía avanzando en su posición en último lugar del grupo, con la empuñadura del arco asida con su zurda enfundada en cuero y metal. 

A pesar de estar atento a lo que podía haber detrás suyo o en los alrededores, el joven miraba entretenido la reacción de unos y otros en sus presentaciones y respuestas.

Por todos los dioses habidos y por haber, estoy en medio de un atajo de chalados. ¿Acaso también lo estoy yo? Lo más probable... por haberme juntado con ellos.

Centrando su atención en las mujeres, una sonrisa afloró. Por lo menos el paisaje ha mejorado ostensiblemente. Mucho mejor que ver al calvo de Richard o el trasero de su caballo. En fin, por lo menos, si hay que dar crédito a sus palabras, con la debida perspectiva, parecen ser gente de recursos... eso está bien. Así no tendré que hacerlo todo yo.