Partida Rol por web

¡¿QUEEEEEEEÉ?! ¡NO PUEDES HACER ESO! PUSIERON A UN NOVATO COMO TÚ AL MANDO SOLO PARA CASTIGARME, PERO NO VAMOS A RETIRARNOS POR MUCHO QUE TÚ LO DIGAS. LOS TENEMOS ACORRALADOS.

ME PUSIERON AL MANDO PORQUE SOY MEJOR ESTRATEGA QUE TÚ, VIEJA HUÉCUVA. TENGO INFORMACIÓN SOBRE ELLOS DE LA QUE TÚ NO DISPONES. LA MAYORÍA DE NUESTROS ENEMIGOS SON ARCANISTAS. VOLVEREMOS DENTRO DE UNA HORA, CUANDO YA SE HAYAN AGOTADO LOS CONJUROS PROTECTORES QUE SEGURO ACABAN DE DESPERDICIAR.

Aquella discusión através del costillar del lomo del elefante esqueleto, como una celosía de un confesionario, estaba haciendo que la sangre del clérigo Arantham hirviese. Metafóricamente, ya que no tiene ni una gota de sangre en su estructura osamentada.

El silencioso gigante verde deshizo el empate, resoplando a la vez con sus dos cabezas antes de dar media vuelta y alejarse. Sin su fuerza bruta para esta batalla, Arantham reculó y ordenó a los arqueros y al elefante que también retrocediesen. Los viajeros planares acababan de ganar una hora más de vida, a costa de perder buena parte de sus defensas mágicas.

Brrrr... Aranthammmm...

En cuanto el sacerdote consiguió calmarse, se dirigió a la juventud.

Quiero compartir con vous mis conocimientos. Los secrètes que nos permiten caminar en Thánatos sin ser heridos. Heironeous nous protège, y a cambio yo le rezo, pero ese don lo otorga cualquier dios si se le pide. Mis oraciones son de tanta importance para sobrevivir, que toda mi magia más puissant está reservada para dos únicos conjuros: Adaptación y Armonizar Forma.

Cada día puedo lanzar deux Armonizar Forma prolongados, que protegen de los efectos del plano durante quatorze horas, a tantas personas como quiera.

También tengo deux Adaptaciones, que protegen a deux personas cada uno. Lady Arquette, Lord Sauvage, y moi-même hemos agotado las Adaptaciones, pero me quedan los Armonizar Forma para... se retirer.

Eso planteaba dos salidas a este conflicto: la retirada que planteaba el fraile más allá de los límites de la burbuja con su protección mágica, o quedarse y luchar. Aguantando un día, Leiath podría preparar más conjuros de Adaptación o Armonizar Forma, con lo que la marcha sería más segura ante intentos enemigos de disipar las protecciones contra los rasgos planarios.

Salimos con vida del anterior encuentro de pura casualidad, y porque no estaban organizados. Esta vez son más, organizados y me temo que encima son inteligentes. Dijo pensando en Kaevhas. No podía creerse que los fuera a traicionar de esa forma. No le habían hecho nada malo para que les tratase de eliminar, y si encima les conocía y había aprendido todo sobre ellos, estaban perdidos. Saben nuestras debilidades, nos conoce bien, y como encima decida traer un ejército mayor, no sé si saldremos con vida, y mucho más si encima nos atacan a distancia.

Esperar al mane es prácticamente una locura, yo voto porque nos vayamos ya de aquí. Pero como siempre, haréis justo lo contrario a lo que yo diga.

Luego miró a Leiath, ella era la verdadera líder del grupo, y sería a ella a quien todos siguiesen, aunque fuese hacia la mismísima muerte. Leiath, supongo que haremos lo que tú digas, o lo que Hala te implore.

Leiath miró atónita la retirada de sus enemigos. No había cosa peor que dejar a una bruja a medias y Khaevas acababa de hacerlo. No se lo perdonaría!

Se sentó de golpe, frustrada, pensando en las repercusiones de tratar con enemigos más inteligentes que ella misma. Las palabras del anciano, sin embargo, sacaron a la jóven rápido de su enfurruñamiento. Otra vez ese nombre, Heironeus, quién sería? Algún discípulo de Hala? Tendría que preguntarle si alguna vez los enemigos les diesen tregua para hacerlo.

Aquel brujo proponía marcharse ahora mismo bajo la protección de ese tal Heironeus. Quizás no fuese mala idea, pues esperar a un segundo embate de aquel ejército era un suicidio.

- Pienso, al igual que Flame, que deberíamos salir de aqui de inmmediato, aunque antes... podríamos intentar sacar el aparato de protección del barco. Ya no perdemos nada si lo rompemos, gracias a la sabiduria de este hombre, sabría cómo rezar a Hala para que aguantasemos el trayecto por este plano sin ayuda del trasto ese.

De repente, como asaltada por un pensamiento repentino, Leiath se levantó y se atusó las faldas.

Oh, mis más humildes disculpas señores - dijo a los recién llegados- con tanas abominaciones en el horizonte, había olvidado mis modales. Soy Leiath de Hala, y estos mis compañeros y amigos Alice, Onfale y Flame que me acompañan desde las tierras de Barovia, en Ravenloft, de donde fuimos enviados para salvar unas almas a ese plano. Y estos -continuó las presentaciones la curandera- son Aire, Becky y Tybalt, unos nuevos amigos que hemos encontrado por el camino y en los que confió plenamente.

- A enemigo que huye puente de plata.- Sentenció Onfale bajo su velo. Estaba de acuerdo con Flame pero no lo dijo en alto hasta que Leiath mostró que estaba de acuerdo. Con lo grande y fuerte que era la mujerona parecía molestarle que la líder fuera la Bruja de Hala, pero es que el carisma de las dos distaba mucho de estar parejo. Hizo una leve reverencia cuando le presentó la líderesa aunque ya lo hubiera hecho él previamente.- Muy bien pues pongámonos manos a la obra.- No esperó a preguntar a Aire pues no había quien razonara con ella. Tybalt, al igual que él mismo, no se separaría de Leiath.  Alice, mira a ver si puedes lograr que podamos transportar la burbuja protector del barco.- No creía en la mañana de la maga roja pero no perdían nada intentándolo.- Será arriesgado, eso no lo dudéis, al menos hasta que tú, Leiath, puedas preparar ese tipo de conjuros. Cuando Kaevhas regrese en una hora sabrá lo que hemos hecho y nos perseguirá. No le sacaremos mucha ventaja. ¿A alguno se le ocurre alguna manera de distraerlos, aunque sea un tiempo?- El mago observó en derredor tratando de buscar algo que les fuera útil.- Podríamos hacer unos muñecos de nieve. No servirá de mucho pero al menos podría retenerlos un tiempo hasta que se dieran cuenta. El grupo de arqueros no se acercará mucho, menos sabiendo que había una burbuja protectora donde no pueden curarse, y así, de lejos, podrían confundirse. Un par de disparos tal vez.- Obviamente sería mejor una buena ilusión pero para eso debía estar allí, no tenía suficiente poder para hacer el conjuro permanente.

La maga suspiro, sabía algo de ingeniería pero la maquinaria del barco era ingeniería del más alto nivel, era como si intentara arreglar un Ferrari con el libro de intrusiones de un Seat Panda. Veré que puedo hacer, pero no pidáis milagros.

Tras saludar a los viejos como correspondía se dirigió a la zona donde se alojaba el mecanismo. Bien, ¿que tenemos aquí? Dijo contemplando el barullo de cables y tornillos. Hollín ¿crees que les debería decir que esto puede explotar?  Comento en voz baja con su familiar. Nooo, creo que es mejor que sigan viviendo en la feliz ignorancia.

La magia seguía en Aire, que miraba a Kaevhas cómo se alejaba

No es el único que conoce a los demás la oscuirdad no se iba de sus ojos mientra se volvía para mirar a los demás. A no ser que la muerte le haya dado más poder, creo que compartimos enseñanzas. En caso necesario, podría intentar contrarrestrar su magia mientras los demás acabáis con su  ejército.

Sus ojos volvían a la normalidad mientras se acercaba a Lady Arquette. Cuando la cogió de la mano, ya había vuelto.

¡Yaya! Hacía mucho tiempo que no te veía. ¿Me echabas de menos? Aristóteles y yo sí, sí, sí se agarró a su brazo y restregó su cara como si fuera un gato.

Onfale dirigió una mirada interesada sobre Aire al escucharla hablar tan confiada.

- Sí, también debemos pensar que si se nos acercan montados en ese elefante tan grande serán un blanco fácil para las piedras trueno que encontramos.- Era una pena no poder haber usado la balista para lanzar un virote con una de ellas y darle a Kahevas en su cara putrefacta. - Mientras Alice trabaja duro voy a ver si puedo hacer unos señuelos, si alguien quiere ayudar será bienvenido.- Y así el perfumista se puso a acumular nieve para hacer muñecos de este material que adornaba con prendas de los no muertos que habían matado. Colocó alguno tras el muro de nieve, como si hubiera alguien protegido tras él. Otros colocados en algún parapeto del barco con la esperanza de que los esqueletos y no muertos, en la distancia, no lograran diferenciarlos y gastaran algunas flechas. Antes de ponerse en marcha el mago se acercó a la balista.- Si esto no va a servirnos más que tampoco ellos puedan utilizarlo.

Tybalt se limitó a hacer poco más que un ligero asentimiento a modo de saludo cuando Leiath se hizo cargo de las presentaciones. El tiflin se mantenía con los brazos cruzados y con el ceño fruncido ante las furtivas miradas de la anciana y las menos sutiles del hombre del acento horrible. Si bien Tybalt estaba acostumbrado a las reacciones adversas por parte de desconocidos, ello no quería decir que se sintiese cómodo con ellas. Pero no tenía sentido el luchar por la dignidad de uno mismo cuando hace bien poco que podía disponer de ella con total libertad y aquellos tres ancianos parecían ser la clave para poder seguir haciéndolo. 

Con la buena noticia de que podían salir del montón de escombros que usaban como refugio y fortaleza, los ánimos parecían aumentar en el grupo aunque las posibilidades de supervivencia no se incrementasen sustancialmente. Tybalt se mantuvo en silencio mientras los magos discutían cómo repartirse lo que fuera que hiciesen para no desintegrarse en este hostil plano y tan solo intervino cuando Onfale propuso una simple pero ingeniosa idea. -Yo te ayudaré.- Dijo a la vez que seguía al perfumista para ayudarle con la estratagema que esperaba llamar la atención de ese tal Kaevhas lo suficiente como para hacerle perder el tiempo. 

Encantada, Leiath. Je me apelle Helene Arquette. Él es Jean Sauvage, nuestro líder. Y este de aquí es Fray Sébastien. Un plaisir. Llevamos annes vagando por Thánatos en la sacrée misión de destruir el Mal. Nuestra última incursión no ha ido del todo droite... Ahora íbamos a Vadrian, a recuperar fuerzas.

Leiath recordaba el nombre de Vadrian de cuando Mane hizo el mapa de pis en la nieve. Está habitada por los hombres ceniza. Si Alice fracasa en su labor mecánica, no tendrán más remedio que amoldarse al destino de los viejos por lo menos durante un día (hasta que la Bruja de Hala pueda probar con esa magia adaptativa de los planos y volver a retomar el camino hacia Lachrymosa y su guía Mane).

En el interior del barco, el cuervo de Alice graznó en respuesta. No tenía unas herramientas de una gran calidad, precisamente, pero al menos eran lo necesario para intentarlo. Encontró unos... ¿tornillos? Era una tecnología curiosa, como clavos con cabezas especiales en las que insertar una herramienta que llamaremos... ¿destronador? Seguro que ha hecho caer a muchos reyes. Al retirar los tornillos, el panel de la pared pudo ser retirado. Dentro había una máquina grande con muchos engranajes y sin tiempo para saber por dónde empezar. Localizar la cajita fue fácil: era la única maldita pieza que aún funcionaba. Alice llegó a esa conclusión porque hacía un pequeño ruidito como un zumbido. La cajita estaba aprisionada, encajada en un soporte y con cables y engranajes que debían ser retirados.

Cuando la mayor parte de la estructura había sido retirada, Hollín avisó con un aletear nervioso de que alguien más había llegado a la sala de máquinas...

Aaaah... ¡Droite! Voy a avisar a la troupe para que vengan aquí.

El fraile dió media vuelta por tres veces. Las dos primeras, para volver a la misma posición y acordarse de lanzar una bendición a Alice. La maga se sintió reconfortada, como si esa oración tuviese verdadero poder y no fuese solo palabrería. Cuando todos estuvieron reunidos tras unos cuantos muñecos de nieve más, la gente allí apelotonada contuvo la respiración para dejar trabajar a la genio. Si la pifiaba, Fray Sébastien lanzaría el conjuro de adaptación, que era lo que causaba que estuviesen todos reunidos.

La maga empezó a utilizar las extrañas herramientas y rebuscar, ¿Qué es esto? Creo que esto sobra. Esto está roto. La caja ya estaba casi fuera, entonces la maga empezó a tirar del artilugio para sacarlo, pero este se resistía a salir. Esto no sale. Mejor uso un martillo para sacar esto. El martillo no fue una buena elección, después de usarlo con precisión quirúrgica sobre la maquina esta dejo de hacer ruido. ¡Ups!

Ellos no lo podían ver, pero fuera de la sala de mandos la burbuja parpadeó perdiendo potencia hasta desvanecerse.

 ¡ManaZAAAAAAAAS!-en toda la boca, aumentando el volumen de su voz según se convertía de palabra en graznido de dolor.

Hollín no fue el único en soltar un grito. Fray Sébastien empezó a tocar el hombro y el ala de todo el mundo para infundirle su protección, frenando el dolor y el efecto de la energía negativa drenándoles la vitalidad. Con muy mala leche, o por despiste, la mano del fraile saltó a Tybalt por dos veces para beneficio de Onfale o Becky. Con algo de retraso, la adaptación también imbuyó el cuerpo del tiflin.

Enhorabuena, idiots... Acabáis de estropear la única avantage táctica sobre los muertos. Nos quedaremos a la bataille, para que no muráis.

La otra opción era huir. Mientras decidían entre luchar contra unos no muertos que se regeneraban por efecto del plano o marcharse con el inserso, Alice logró sacar la cajita a base de sutiles y quirúrgicos martillazos toscos.

Por qué le habían dejado a Alice hacerse cargo de ese dichoso aparato? Que ella recordase, la más habilidosa del grupo, estaba siendo sin duda Aire mientras que la maga roja no atinaba ni una.

En fin, si Alice había roto el artilujio, sería por voluntad de Hala, asi aprendían la lección.

Agradeció al anciano sacerdote de Jyroneious, o como se llamase ese dios menor, la protección que vertió sobre ella y su grupo antes de  ponerlos a todos firmes.

- Vamos, necesitamos poner distancia. Seguramente un ejercito tan grande irá más despacio.

Tan pronto dijo esas palabras, se dio cuenta que no tenía ni idea de qué dirección tomar, asi que por lo 'bajini', preguntó a la señora Arquette: hacia dónde vamos? Les acompañamos donde tengan que ir.

Aire no soltaba a su nueva abuela, se agarraba a ella como si fuera una lapa. Contenta por reunirse con parte de su familia, no iba a separarse de ellos, al menos tan fácilmente.

Ella quiso ayudar en el trabajo sucio de Alice. Se iba a adelantar, a dar consejos sobre cómo sacar la maquinita del lugar, pero Aristóteles la dijo que no podía, que tenía que ser la maga roja en sacarlo. Así pasó, que todo se fue al garete.

Aire dio un par de capirotazos a su osito. Sabía que ella podía haber ayudado. Sabía que ella era la que conocía mejor esa nave, como si fuera suya. De hecho, en esos momentos, decidió que así lo era.

No te preocupes, Alice dijo, apoyando la mano sobre el hombro de la maga roja, alejándose de su abuela. Si morimos no será por tu culpa. Es cosa de Aristóteles, que no me ha dejado ayudarte y se quedó tan tranquila, volviendo con su abuela.

Onfale abrió la boca y el cuervo habló por él como si le hubiera leído la mente y se divirtiera haciendo de ventrílocuo así que no añadió más leña a la hoguera. Por mucho que le fastidiase, Lord Sauvage tenía razón, la única ventaja que tenían en aquel plano había "disparaître" con la metedura de pata de Alice. Y no era momento de volver a lamentarse pro semejante compañía pues el dolor que provocaba en ellos aquel plano ya se hacía patente y Onfale apretaba los dientes para soportar el dolor. No le pasó desapercibida la reacción del fraile con respecto a Tybalt. Se hubiera mostrado indignado si no hubiera acabando siendo un beneficio para él mismo.

- Muchas gracias.- Se mostró agradecido con aquellos que podían suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Si moría allí, ¿acabaría convirtiéndose en un no-muerto vengativo y cruel? ¿Se levantaría con su carne semi-consumida, el rostro desfigurado, en busca de venganza? Suponía que su primer objetivo sería Alice. Se regocijó en esa idea.

No hay mal que por bien no venga.

- Sí, debemos partir lo antes posible.- Contestó a la afirmación de Leiath e indicando a Lord Sauvage que sin la burbuja protectora no se quedarían allí a luchar contra un ejército de no-muertos. Mientras se ponían en camino expuso una eventual estrategia contra sus perseguidores.- Si nos dan alcance deberíamos trazar un plan para ocuparnos de sus lanzadores de conjuros. Tenemos las piedras trueno que encontramos en el barco. Quizá Hollín pueda sobrevolar su ejército y dejar caer una de ellas sobre el elefante. Así afectaría tanto a Kaevhas como al enjendro que iba refugiado en el interior.- Sin embargo no confiaba demasiado en el cuervo bocazas pues con semejante dueña el familiar tampoco podría dar mucho de sí. La amargura volvió a inundar al perfumista al recordar el frío tacto de la piel escamosa de Perezoso.- Casi mejor confiar en Aire y...- Le daba reparo afirmarlo delante de todos pero si quería la ayuda de la joven debía hacerlo.-...y Aristóteles. Han demostrado con creces una gran puntería.

De manera imperceptible para los sentidos mundanos, la burbuja que hasta ahora había sido su oasis en aquél páramo helado. De no ser por el sutil sistema de alarma como lo era el dolor, Tybalt no se hubiese dado cuenta de que se estaba desintegrando paulatinamente. La sensación no le era desconocida pues ya había sufrido cuando, inocentemente, abandonaron el área segura del barco por primera vez para luego volver a refugiarse. 

Por suerte para todos, Fray Sébastien se apresuró a protegerlos con su magia para emular los efectos de la burbuja y evitar morir desmenuzados. El tiflin estuvo a punto de agradecerle al anciano su ayuda pero la sonrisa que le tenía reservada se transformó en una mueca de molestia por haberlo ignorado deliberadamente. Pero finalmente, aunque a regañadientes, el fraile le brindó su protección. -Gracias, anciano.- Le dijo a regañadientes y con el ceño aun fruncido. Tybalt notó cómo el nocivo efecto de aquel plano se detenía pero aun así notaba un dolor lacerante por todo su cuerpo, como si lo hubiesen arrastrado atado a un caballo por un suelo particularmente irregular. -Cuanto menos tiempo perdamos aquí, mejor.- Convino con Onfale pues ya nada podían hacer en aquel lugar más que luchar inútilmente hasta agotarse y dejarse matar finalmente. Ahora estaban a merced de aquellos tres viejos con un acento horrible y de su magia para no morir por el mero hecho de existir en ese plano. 

¡Nan!, claro como soy la única que sabe algo de mecánica y lo ha intentado, soy la única que la puede fastidiar. ¿Verdad? Comento la maga cabreada por la poca sutileza de Hollín y del Lord franchute. Además todas estaban de acuerdo que la única opción era huir. Gracias Aire, pero esto no es culpa de Aristóteles, todo es culpa de esa puñetera vidente Vistani. ¡Un día de me vengare!

Flame se acercó a Alice para apoyarla. Es cierto que desde que habían llegado a ese plano, apenas había dado pie con bola, pero ella tampoco estaba siendo la más efectiva de todos, y en el fondo se sentía identificada con ella. Además que le debía la vida, y aún seguía en deuda.

Cuando empezó a sentir el dolor tras la burbuja protectora, el brillo de la escama de Flame se tornó mucho más pálido y blanquecino. Su sexto sentido había cambiado el brillo para protegerlos, aunque todavía era pronto para que sirivera de algo. Aún así, no fue necesario. El brujo logró crear otra burbuja protectora sobre ellos, y aunque era incapaz de entender nada de lo que estaba pasando, le hecho de huir de allí, y de no esperar veinte días al mane, era algo que le llenaba de alegría. Además, acabar con la horda de arqueros muertos vivientes, así como su líder Kaevhas y el dichoso elefante, se le antojaba, una vez más, una tarea imposible.

Será mejor que nos demos prisa. Dijo la mujer lagarto recogiendo cualquier cosa que hubieran dejado por el barco y preparándose para escapar de allí lo antes posible. Cada minuto cuenta.