Partida Rol por web

Pues sí que había más de esos malditos bichos ahí! Qué valiente aquel guerrero aguantando él solo el embate de todas ellas!

Admirada por la bravura de Jadewo pero preocupada por que no aguantase hasta que sus amigos acudiesen a aquel lado del pasillo, la jóven e impresionable Leiath alzó una plegaría a Hala para que se cerrasen las recientes heridas abiertas en la piel del apuesto guerrero intentando no ponerse al alcance de las afiladas lanzas de las hormigas centauro.

Había acabado con la hormicida que tenía en combate cerrado, y las otras lo aguardaban con sus largas lanzas, espoleándolo. Cuando de repente sintió una oleada de energía cálida que recorrió su cuerpo, que reconoció rápidamente como un efecto sanador, como ya había experimentado en otras ocasiones. Eso le hizo plantearse qué hacer, si avanzaba sería combatir contra tres hormicidas en combate cerrado, muchas garras para evitar, no ganaría gran cosa abalanzándose contra ellas, así que levantó disciplinádamente la cimitarra y el escudo y rerocedió unos pasos para que el terreno jugara a su favor, obligando a los engendros a combatir en menor número. Al retroceder dijo.

-Gracias Leiath, ahora retrocede, vigila.

Aunque las hormigas penetraban su cuerpo el aura de Flame era como una anestesia. Sonrió ante el poder creciente de la mujer y alabó su entrada en acción.

- No sabía que tenían tan mal despertar, Flame.- Tampoco tenía muchas más ganas de bromear pues, aunque no demasiado herido, era débil como una flor de delicado aroma. Apretó los dientes y recuperó sus cosas de mano de Becky.- Gracias.- Se forzó a decir aunque realmente lo que quería era comprobar que todo estuviese en su sitio.- Si vamos a salir de aquí será mejor que te pongas la armadura, Flame. Si necesitas ayuda sólo pídela.- No es que fuera a ir él, mejor Becky, mucho mejor. Después si mirada recayó sobre Tybalt, el espadachín, sopesando si debían ayudar a Jadewo o huir. Fue cuando escuchó el agradecimiento de ésta hacia la Bruja de Hala y entonces Onfale sonrió. Pero no era una sonrisa cándida e inocente, sino con un rastro de malignidad, como cuando un cazador ve caer a su presa en la trampa. Sabía que más pronto que tarde el rubiales caería en la trampa que suponía el candor de la brujita. No le culpaba pues todos allí habían sufrido lo mismo.

La espera era algo que aguantaba Aire. Viendo que Flame se encargaba de las dos hormigas restantes, decidió hacer algo. Dio unos pasos hasta acercarse lo suficiente a Leiath y lanzar su conjuro. Tendría que redirigirlo para no dañar a ambos combatientes, pero tenía que intentarlo. Onfale les había dado las pautas de la magia que esas hormigas aguantaban. Pero ella podía hacer muchas cosas más, y lo demostraría

Si puedes coger mi armadura hazlo, mientras yo trataré de retenerlas. Dijo mirando hacia el lugar donde se hallaban sus posesiones. No se iría de allí sin ellas, y todos sabían, o mejor dicho todos los que estuvieron en el combate contra los licántropos sabían que Flame era capaz de arriesgar su vida por salvar uno solo de sus espadones.

Al retroceder, la espalda de Jadewo choca con la delantera de Leiath. No nota ningún tacto, por culpa de la armadura, pero sí se da cuenta de que Evea la Gata ha dejado de cantar, y no dice ni una palabra.

¡Voy a por la coraza! Pero si queréis puedo conjurar un poco de grasa. El túnel no es muy ancho y bastaría para huír.

La gota de ácido lanzada por Aire choca contra uno de los laterales de tierra y burbujea inconsistentemente.

¡BRRRRRRRM...!

Este nuevo temblor no puede ser provocado por una magia tan débil. Da igual lo que diga Aristóteles: no ha sido cosa de Aire, otras hormigas en otro túnel de la madriguera están cavando.

Onfale recogió su ballesta del suelo y, ya con todas sus pertenencias, al menos las que no le habían robado los niños, volvió a sopesar la situación. Becky se plantaba allí dispuesta a cargar con la armadura de Flame así que otro problema resuelto.

- Salgamos de aquí antes de que lleguen refuerzos.- Dijo al escuchar el ruido de más de esas hormigas excavando. antes de partir puso un virote y tensó el mecanismo que le permitiría usar el arma en cualquier momento.

La maga termino de ajustarse las correas de la mochila y se aseguró que Hollín seguía de una pieza dentro del bolsillo. ¿Grasa? Si quieres podemos usar algo más potente. Dijo Alice con una sonrisa de malicia en la cara.  Algo como una bola de fuego que entierre a todos esos malditos artrópodos. 

Recuerda que son resistentes al fuego, Alice. Y a la magia. Tendría que ser una bola tremendamente poderosa

la mente de Aire empezó a fantasear. ¿Podrían unir ambas magas su poder para crear una gran bola de fuego? Estaba claro que ambas conocían el conjuro, podría funcionar...

Corramos, cada vez se acercan más y más.

La furia desatada de Flame hizo que Tybalt diese un paso hacia atrás de manera instintiva. No dudaba de la letalidad de la guerrera, pero no le apetecía averiguar si era igual de precisa y ver si su espadón se detendría a tiempo. -Buen golpe.- Le dijo ya más relajado. Habían logrado terminar con las hormigas centauro de su lado y despejar así una ruta de escape. En el otro lado, Jadewo hacía un buen trabajo conteniendo a los monstruos pero ya era momento de moverse y así lo había interpretado todo el mundo.

Mientras guardaba sus espadas y recogía su arco, un nuevo temblor que anticipaba la llegada de más refuerzos. -Será mejor moverse de una vez. No sabemos cuántas más de esas están de camino.- Argumentó para sumarse a la iniciativa marcada por Onfale y secundada por Aire. Aun así, esperó a que Leiath hablase. Si por designios de Hala, la bruja decidía quedarse, Tybalt no podía dejar que se enfrentase sola a lo que estaba por venir. 

Flame dio las gracias a Becky y después colocó sus pies en una de las paredes para después subir hasta el techo. Será mejor que salgamos de aquí. Dijo la mujer avisando al resto. Lanza tu conjuro y larguémonos, y muchas gracias por recuperar mis pertenencias. Dijo la chamán dispuesta a salir corriendo. Realmente estaba disfrutando del combate y a pesar de sus heridas se sentía tan viva como hacía semanas atrás. Había disfrutado cercenando las cabezas de esos artrópodos, pero no quería seguir poniendo en riesgo la vida de ella y de sus compañeros.

Desde luego esa especie de hormigas era totalmente diferente a cualquier otro tipo que ella jamás hubiera visto. Las 'normales' mandaban solo exploradores al principio y no a todo el hormiguero. Era mala suerte u otra prueba de voluntad de su Diosa? Bueno, lo que estaba claro es que si se quedaban podrían estar matando hormigas durante días.

Pero había algo que le preocupaba a Leiath y que no la hacía salir corriendo con el resto del grupo; los niños.

Fue retrocediendo a medida que Jadewo la iba empujando hacia atrás pero más pendiente en buscar a los pequeños que en la escapada en sí.

- Los niños! Tenemos que encontrar a los niños y salvarlos! No los podemos dejar aqui a merced de estas bestias!

CHICOOOOOOOSSSSSSS!!!!!!!!!!! DÓNDE ESTAISSSSSSSSSSSSS?!!!!!!

Sin perder la concentración en la defensa, Jadewo fue retrocediendo con la guardia alta obligando a las hostiles criaturas el pasar por un sitio estrecho que las hacía pasar una a una, si no hubiera otra posibilidad ese cuello de botella sería un buen lugar para combatirlas, pero los temblores sugerían que más criaturas de esas estaban en camino. No era buena idea quedarse allí.

Las palabras de Leiath le hicieron dudar unos instantes. Realmente no sabía que pensar. Si esas criaturas eran peligros habituales los niños habrían encontrado alguna forma para ser ignorados por ellas. Le preocupaba más la posibilidad de que esas hormigas hubieran servido, de algún modo, como una herramienta en manos de los niños para liberarse de esos "adultos entrometidos" que era el grupo circunstancial.

-Repleguémonos. Los niños parecen tener suficientes recursos como para eludirlas.

Becky recogió una de las lanzas de las hormigas para ser algo más útil la próxima vez, la armadura de Flame fue recogida y guardada, y Jadewo finalmente emprendió retirada. La maga del Cárceri cubrió el suelo de grasa, lo que obligó a las formícidas a empezar a cavar un túnel para rodearla, y sin sus hormigas "perro" les costaría algo más de tiempo.

Al llegar a la primera intersección, Flame chocó con algo...

¡Auch! ¡Vosotros! ¡Vosotros nos ayudaréis! Los demás niños están fuera de la madriguera, pero falta el Rey Bob, porque la sala del trono está en lo más profundo de nuestro hogar. ¡Tenemos que ir a por él!

O sino, también podrían convencer a Loki de que les guíe a la superficie...

O el niño finge muy bien, o este ataque le ha dado el subidón de adrenalina que necesitaba para mitigar su miedo a arriesgarse y bajar aquí en plenos temblores. De sus palabras no puede deducirse que haya visto aún a las hormigas formícidas, así que puede que ni siquiera sepa dónde se está metiendo.

Desde su posición, en la retaguardia, tras Evea, Jadewo escuchó atento al chavalín, todos sus sentidos se pusieron en alerta, qué hacía aquí aún ese niño, por si expresión y palabras, no parecía ser muy consciente de donde se metía... Pero ante ese mensaje, esa súplica de socorro, el siervo de Torm, la Deidad leal, la Furia Leal, no podía hacer oídos sordos. Mirando a Evea en primer lugar, guardando su cimitarra y sacando una varita, la aplicó sobre Evea. Sanando con ella a la hermosa bardo.

-Yo te acompañaré para ir en su busca.

Jadewo, no tienes porqué hacerlo. Comparto tu sentimiento de culpa, pero lo más cauto sería irse: salvar a Loki y dejar morir al Rey Bob. Eso siempre sería mejor que ver a los dos niños morir, y a nosotros con ellos-hurgó en un bolsillo y sacó una tiza-. Cuando bajamos aquí, marqué la parte de abajo de los platos que hacían de portavelas, cada vez que pasábamos junto a uno. Ni siquiera necesitamos fiarnos de sus indicaciones. Podemos llevárnoslo por la fuerza.

Pe... pero, ¿y el Rey Bob? ¡No voy a dejarle morir aquí!

¡Olvídate del Rey Bob! ¡¿Qué hay de lo que nos robaron?! Yo quiero recuperar la caja de raciones, no pienso pasar los próximos meses comiendo de los alimentos sosos que crea Leiath con su conjuro.

Es broma, cariño... adoro tu comida.