Partida Rol por web

- Pero qué demónios es eso?!

Era en momentos cuando se daba cuenta de que aún le quedaba mucho mundo por ver y cosas que aprender... Si sobrevivían a aquel día.

- Esperemos a que el resto ataque primero y asi podemos ver cómo combate ese engendro. Pero antes, dejad que Hala nos proteja del mal que nos rodea, no os alejeis mucho de mí.

Leiath se agarró el pecho (bueno en realidad el símbolo sagrado que guardaba entre su generoso busto), y rezó a su diosa para crear un círculo mágico protector.

Quizás deberíamos acercarnos al grupo de Hugo y colaborar con ellos, qué os parece?- preguntó una vez que la plegaria surtió efecto- les llamamos?

- ¿Qué ha dicho que no se han presentado?Eso lo cambia todo...- Dijo el perfumista a la vez que deshacía el mudra del conjuro de partículas rutilantes. Su magia era tan limitada que no podía permitirse el lujo de lanzar un hechizo donde no hubiera nadie.- Está claro también que os dieron una información errónea.- El no muerto al que había que enfrentarse era algo realmente impactante. Le era difícil morderse la lengua para no echar en cara a Alice y Tybalt la mierda de información que habían logrado reunir, unos datos que no sólo casi les hacían perderse el torneo sino que les había hecho preparar conjuros inútiles para el complicado combate al que iban a enfrentarse.

 Y yo preocupado por haber metido la pata con el grupo de chicos guapos...

Leiath seguía empeñada en juntarse con el grupo de Hugo y Onfale no pudo más que advertirla de nuevo.

- Ten cuidado Leiath, mucho cuidado. Hugo y lo suyos , si resultan ser fieles a Orcus, como me pareció cuando los seguí, saben que Mane estaba contigo y que era sirviente de Demogorgon, ¿entiendes?- Intentaba hacerla abrir los ojos para remediar, precisamente, el error cometido al contar al grupo de cuatro galanes que Mane era siervo de Demogorgon.- Demogorgon y Orcus son enemigos, por lo que quizá no te presten otra vez su ayuda...más bien todo lo contrario. Sólo te pido que seas prudente y, sobre todo, no te dejes engañar.- Recibió con gusto la protección de Hala a la vez que estudiaba al no-muerto para determinar sus puntos débiles.

Cuanto más estudiaba a sus contrincantes más henchido de orgullo se sentía. El ego de Onfale no parecía tener fin y se felicitaba a sí mismo por haber descubierto, sólo por la pura lógica de su privilegiada mente, la identidad de varios de sus contrincantes. 

- Os lo dije, son parte del los 101 asesinos de Rakshasa.- También había adivinado la participación de esa huécava que los había perseguido junto a Kaevhas. Si al final les había dado información valiosa al grupo de Hugo y el osito. Miró nervioso alrededor para ver si veía a su antiguo compañero que había escapados con ellos del Cárceri. 

- Quizá necesitemos dejar intactos a los sacerdotes para que nos ayuden contra el ángel. Nuestro objetivo principal, además de defendernos y de acabar rápido con este combate de locos matando a ese no-muerto espeluznante, debería ser acabar con Arantham, pues él puede delatarnos.- El mago comenzaba a darle al coco para iniciar estrategias.- Centremos nuestros ataque en él, si os parece bien, mientras observamos qué hacen los demás.- Mientras hablaba sacaba una de las piedras trueno que había guardado durante tanto tiempo. También se dispuso a leer uno de los pergaminos recientemente comprados.

- Cuando me disfracé y tuve el encuentro con Hugo y sus amigos les dije que Lady Arquette y sus dos viejos amigos, descansen en paz, iban a participar en el torneo. Quizá pudiera engañarles a ellos y a Arantham, que los conocía, haciéndoles aparecer en medio de la plataforma cinco. Podrían aprovechar esos momentos de distracción, si funciona, para atacar a la huécava.- Allí iba a haber una gran masacre. Sólo esperaba que ninguno de los suyos cayera. Al imaginarse el campo de batalla cubierto de cuerpos agonizantes se le ocurrió una idea.- ¡Oh, y ya que andamos mal de equipo...Puede que sea interesante que uno de nosotros poco avezado en combate, yo mismo, se dedique a recoger equipo interesante de aquellos que perezcan en combate.- Aunque trataba de adornarlo sonaba a buitre carroñero, pero la supervivencia era lo primero y, estar bien equipados para las siguientes fases, era importante. Onfale podría hacerse invisible y así, al menos los humanos , no podrían verle.

La aparición del monstruoso oponente de la prueba disipaba cualquier duda sobre la veracidad de la información que habían conseguido. Es decir, ninguna. Tybalt apretó la mandíbula con enfado por el fracaso y por el innecesario aprieto en el que había envuelto al aquejare de Leiath. Aunque hubiesen fallado con la fecha de inscripción, todavía mantenía la esperanza de acertar con el resto. Ahora solo quedaba ver si finalmente tendrían que utilizar el pergamino para respirar bajo el agua... Pero un mestizo puede soñar...

Por lo de pronto debía centrarse en el combate que estaba a punto de empezar. -Alice, es un buen momento para que me ayudes con tu magia.- La maga ya había usado su poder para aumentar la agilidad del tiflin. Y ahora más que nunca debían poner todo de su parte para compensar la mala información. Tybalt se preparó para desenvainar sus espadas a la vez que Leiath rezaba por la protección de Hala y Onfale revelaba parte de su encuentro con Hugo y exponía su plan. -Tú di a por quién debo ir.- Respondió a la vez que su mirada pasaba de una plataforma a otra, estudiando a sus enemigos.

Casi le agarró por un cuerno al Tiflin cuando éste se preparó para marcharse a por cualquier objetivo.

- No, no, no... esperad, leches!

Qué les has dicho qué?- dijo atónita a su amigo Onfale cuando escuchó que les había contado algo de Lady Arquette y su grupo- Y por qué les has tenido que decir nada? Qué tienen que ver los ancianos con el grupo de Hugo?

Sin quererlo, el perfumista estaba afianzando más la esperanza de la bruja en que el grupo de jóvenes fuese algo más de lo que ellos querían mostrar.

Y si, en realidad, fueran los nietos de los ancianos? Y si había venido a rescatarlos? Y si se habían cuidado (no como su propio grupo) de crear na sólida cohartada para estar en ese plano y no ser descubiertos?

- Sí, crea esa imagen de Lady Arquette y su séquito, observemos su reacción.

Onfale se giró sorprendido por la vehemencia con la que Leiath defendía al grupo de Hugo. ¿Quizá había algo que se le escapaba?

- Les dije que había noticias de Lord Sauvage y su panda de vejestorios. Les insinué que podrían haber venido a apuntarse al torneo. Ni siquiera sé si los conocen.- Asintió cuando Leiath le dio su beneplácito  para el conjuro ilusorio.

¡Qué de comienzo el Torneo de la Calavera, y que Orkus mancille a
los enemigos de los participantes! ¡Adelante!

A la señal de Yuri, las distintas congregaciones se ponen en guardia, pero muy pocas dan el paso. Prefieren vigilarse entre ellas, estar pendiente de sus enemigos y dejar que sean ellos los que se enfrentan al Ángel de la Decadencia. Y, obviamente, el Ángel de la Decadencia no se les va a quedar esperando... Dejando un reguero de corrupción líquida a su paso, el monstruo avanza hasta muy cerca de la posición del grupo de Becky, más concretamente subiendo los escalones del podio siete. Allí, la gran criatura acorazada le recibe a golpe de guanteletes.

Ambas criaturas tienen la misma altura, pero al estar unos peldaños por encima, Garuk el Destructor parece un poco más grande. Además, eso le proporciona una ventaja adicional: el charco de corrupción que segrega el ángel no sube escaleras, y se deja caer resbalando podio abajo, manteniendo las botas metálicas de Garuk el Destructor limpias y brillantes.

 ¡Ahí! ¡Caña! ¡Dadle duro!-anima un demonio vroc anónimo desde la grada.

Mientras, en el podio diez, uno de los miembros de la Cábala termina de leer un pergamino. Debe de ser un pergamino de convocar monstruo, porque uno de los espectadores desaparece de su asiento y reaparece en la arena. Un vroc, concretamente.

 Ains, mierda... ¿Por qué este tipo de cosas siempre me pasan a mí?

El otro gran lance en este tablero de ajedrez gigante lo hace el Rakshasa. A un movimiento de bigotes, su ejército de ninjas se despliega en todas direcciones, manteniéndose alejado del Ángel de la Decadencia al que se supone que deberían combatir. Los ninjas van directamente a por el resto de congregaciones, pero gracias al reguero de corrupción que los ninjas deben bordear, el grupo de Becky está relativamente libre de ellos por ahora.

¡WHOAAAAAAAAAAAAH!

El alarido de los azotamentes para en seco a los ninjas que se dirigían hacia ellos. Estos extraños humanoides bajan parsimoniosamente los escalones de su podio, y colocan los tentáculos de su boca alrededor de las cabezas de los tres ninjas aturdidos más cercanos.

El vroc tiene la obligación de custodiar a sus invocadores, así que despliega sus alas soltando un millar de esporas que se adhieren a la piel de los ninjas que se aproximaban a la Cábala. Justo después, emite un sonido gutural...

 ¡Soy una rumbeeeeraaa! ¡Rumbeeeeeraaaa! ¡Vamos a bailar!

Tanto los ninjas, como los tres cabalistas que invocaron al Vroc, se llevan las manos a los oídos y quedan aturdidos por el canto de la criatura. La única diferencia es que en ese tiempo, las esporas del Vroc han comenzado su lenta y dolorosa sangría en los ninjas, mientras la Cábala todavía no ha sufrido ningún rasguño.

 Mientras, en el podio cinco, tres figuras se materializan... Lord Sauvage... Lady Arquette... Fray Sébastien... Las reacciones del grupo de Hugo no pasan de una mera sorpresa, pero hay alguien en la arena para el que esas imágenes suponen una auténtica provocación. Desde el podio número tres, una voz iracunda y carrasposa se alza... concretamente, la de la huécuva Arantham, del Pacto de Ashen.

 ¡FRAY SÉBASTIEN! ¡VIEJO CARCAMAL! ¡HOY ME TOMARÉ MI REVANCHA! Escuchadme, Pacto de Ashen... olvidaos del Ángel de la Decadencia y traedme la piel arrugada de esos tres ancianos.

¡Me caguen! Grito la maga al darse cuenta de que toda la información que había recibido era falsa. La última vez que me dedico a buscar información. La maga estaba demasiado deprimida después de su mal trabajo como informante como para  opinar sobre qué grupo era el más propio para formar una alianza. Seguro que digo algo y la vuelvo a pifiar.

Si, por supuesto. Solo reacciono cuando el Tiflin le hablo y comenzó a lanzar el hechizo de gracia felina sobre él.

El torneo comienza y Onfale apenas puede prestar atención a la multitud de cosas interesantes que están pasando. Es extraño pues, su conjuro se materializa en el podio cinco sin que el mago utilice la voz para realizarlo. Mucho más discreto, dónde va a parar, sí señor. En cuanto hace aparecer a Lady Arquette y Lord Sauvage, la reacción de la huécava no se hace esperar. El perfumista sonrió satisfecho.

- Tengo que mantener la concentración y no tardarán en darse cuenta de que es una ilusión.- Dijo para que sus compañeros se apresuraran en hacer algo. El grupo de Hugo, sin embargo no parecía demasiado alterado al verlos.- Trataré de atraerlos hacia ellos.- Con sólo su mente  el mago hizo que la imaginaria Lady Arquette respondiera a las amenazas de  Arantham cerrando el puño y levantando el dedo corazón.

.l.

Por el rabillo del ojo observó el rastro líquido y negro que iba dejando el ángel del infierno.- No me gusta nada eso. Quizá deberíamos movernos hacia la plataforma cinco.

Tybalt desenvainó sus espadas en cuanto se dio el pistoletazo de salida a los contendientes. El silbido de sus aceros se vio atenuado por el estruendo de los grupos más impacientes. El propio ángel de la condenación se dio prisa por escoger un contendiente y no pudo haber escogido mejor oponente para estar entretenido. El tiflin contempló con cierta expectación el curioso duelo de titanes que tenía lugar en la plataforma de al lado. No era menos impresionante el despliegue que se daba al otro lado del río de ponzoña que la criatura protagonista de la prueba había dejado a su paso. 

Su grupo también había dado sus pasos aunque de manera más discreta. Una ilusión de los tres ancianos creada por Onfale, presente en la plataforma de su derecha, surtió el efecto esperado. -Haz que los ancianos se vayan hacia el centro. Si hacemos que la huécava venga directa hacia nosotros no creo que nos beneficie.- Le dijo al eunuco. -Es mejor que los hagamos chocar con otros grupos.- Si lograban ese objetivo, solo tendrían al grupo de Hugo como posibles oponentes mientras el gigante acorazado mantuviese a raya al ángel de la condenación. Una vez hecha su aportación, el espadachín esperó a que el grupo decidiese su curso de acción. ¿Esperarían un poco más hasta ver cómo se desarrollaba la prueba o tomarían algo de iniciativa en sus movimientos?

Onfale asintió y movió a los tres ancianos para que bajaran por las escaleras. Rememoró el pasado para recordar cómo se movían, con sus ajados huesos y la torpeza propia de unos vejestorios.

- En cuanto los ataquen descubrirán que no son ellos.- Volvió a recordar el perfumista.- Hay que acabar con la huécava.

Aquello era una batalla, docenas de contendientes atacándos unos a otros por, en medio de gritos, alaridos y palabras arcanas. Mientras veía por sobre las aptitudes de unos y otros, Jadewo no pudo dejar de prestar más atención al ser que debían derrotar para que terminara el combate. Si lo debilitaba, otros grupos podría causarle mayor daño y así terminar antes con esta locura, y procurar evitar caer a merced de sus rivales.

Así que conjurando us poder arcano, el joven lanzo un rayo de poder verdoso contra el ángel caído. El rayo se dirigió contra la pareja de contendientes... Y sin perder más tiempo siguió al grupo en dirección a la pirámide vacía número 5.

-Pero dónde vais? Es que no me habeis oido?! Quedaros juntos hasta que termine mis bendiciones.

Qué desobedientes eran de vez en cuando, hay que ver!

Leiath seguía agarrando su símbolo sagrado de dentro de su escote mientras rogaba a Hala para que les ayudase en el combate.

- ¿No querías ir con tus chicos?- Le contestó a Leiath tentándola así a ir a la plataforma cinco y hubiera sonreído de no encontrarse en el peor campo de batalla en el que había estado jamás.

El rayo de debilitamiento se debilitó en su trayectoria hasta consumirse antes de llegar. Algún tipo de campo de resistencia contra conjuros protegía a la criatura. Jadewo corona el podio cinco justo cuando los tres ancianos lo abandonaban. Hugo lanzó un hechizo que hizo que los suyos fuesen más rápidos, y su grupo se dirigió directo hacia el de Toril.

 ¡Aparta, perro de Leiath, o te apartaremos nosotros!

 Tarde para hacerle caso a mi hermano, rubito. Prueba mi puñetazo aturdidor...

El hermano de Hugo le dió un par de hostias, a mano abierta. La primera era especialmente demoledora, parecía que la vista se le iba a nublar, y que iba a quedar un poco sonado, pero Jadewo se repuso enseguida. Keocratis, armado con garrote y daga, descargó otra lluvia de golpes, atinando en dos garrotazos.

En el centro derecha de la arena, la márilith de Arantham descargaba golpes sin ton ni son sobre las ilusiones de Onfale. El resto de miembros del Pacto de Ashen no eran tan rápidos, y no llegaron a tiempo para atacar junto a su compañera demoniaca no-muerta. Los ninjas, de inmediato, cayeron sobre ellos... El enano y la eladrina, con sus armaduras, hicieron un parapeto para evitar que llegaran hasta los demás, y las katanas de los ninjas no logragaban perforar el metal. Con los viejos, el problema era que lo esquivaban todo. Demostraban una destreza, para su edad, que era hasta sospechosa.

Otro grupo de ninjas subió los escalones del podio dos, y cuando ya parecía que iban a llegar al grupo del Dedo Rojo, una de las chicas morenas lanzó un conjuro de invisibilidad en grupo. El Dedo Rojo se esfumó, literalmente, enseñándoles el dedo corazón.

El grupo ninja que iba a por el Pentecostés pereció al instante. Como un equipo plenamente coordinado, cada miembro del Pentecostés fue lanzando una explosión de sonido hasta hacer perecer a nueve enemgios con sucesivas oleadas del hechizo.

En el podio doce, el Coleccionista estaba en apuros. Lejos de dispersar a sus tres guardaespaldas, los mantuvo en formación triangular de modo que él quedase seguro en el centro. El minotauro y la momia se llevaron sus primeros cortes.

El podio once estaba vacío. A sus pies, los azotamentes rodeaban el cráneo, cada uno de un ninja, con los tentáculos de la boca. De un golpe seco, las cabezas se hundieron como un suflé, después de haber vaciado el contenido sorbiendo por un agujero perforado en el cráneo con sus colmillos. Otros seis ninjas vieron eso con temor, pero seguían tan aturdidos que no podían huir: ellos serían los siguientes.

Los ninjas que pretendían atacar a la Cábala no tenían mejor suerte. Incapacitados por el grito del Vroc, las esporas se seguían hundiendo en sus cuerpos y debilitándolos hasta la muerte. Libres de enemigos, la Cábala ordenó al Vroc atacar al ángel corrupto. El demonio alzó el vuelo hasta sobrevolar el charco de inmundicia, que como una manilla, señalaba las siete. Los demonologistas siguieron a lo suyo, y mientras uno empezaba a conjurar otro demonio, los demás le cubrían las espaldas.

Y mientras, el Rakshasa y sus ninjas más fieles se mantenían en su podio, observando el combate y el caos con aspecto regio.

La batalla de Garuk el destructor y el Ángel de la Decadencia estaba siendo desigual. Garuk lograba devolver los golpes, pero el no-muerto estaba destrozándolo con las garras y los aletazos. De pronto, un segundo Garuk el Destructor hizo acto de presencia en el podio, salido de la nada.

El pacto de Ashen había picado el anzuelo y ahora, aunque no se enfrentaban al ángel, tenían que hacer frente a los ninjas. Eso les mantendría entretenidos un tiempo. Por otro lado, Jadewo se encontraba pelando, o más bien recibiendo golpes, del grupo de Hugo. De las palabras de éste se podía entender que no tenían especial cariño hacia Leiath lo que confirmaba lo que había temido Onfale. Su encuentro con el grupo no había hecho más que perjudicarlos, sobre todo a Leiath a quien ahora considerarían aliada de Demogorgón contra Orcus.

Aunque quería ayudar a Jaderwo no podía permitir que la huécava saliera indemne de la situación en la que se encontraba. Tenía que tener la cabeza fría y aprovechar la oportunidad que tenía ahora. Sacó una de las piedra trueno que tenía y con la otra mano realizó el mudra para el conjuro.- Lammm, muladhara dakṣatā-  La piedra trueno salió disparada como si la hubiera lanzado con una fuerza extraordinaria para estrellarse junto a los integrantes del pacto de Ahsen.

- A qué esperáis, ¡moveos!- Azuzó a los de su grupo para que protegieran a Jadewo.

La batalla había empezado.

Jadewo, creyendo que el grupo se alejaría de la criatura no-muerta, esperando reunir más detalles de esta, encabezó el camino hacia el zigurat vacío que tenían al lado. Ese sería un buen lugar para hacer frente al ángel caído, lejos de sus efluvios. 

Y eso mimos debieron pensar la panda de Hugo. El guerrero se vio abrumado en un inicio, pero no desfalleció, si le atacaban a él, que estaba bien pertrechado, significaba que el grupo, más vulnerable, por el momento estaba a salvo. Ahora que tenía su atención centrada en él, el guerrero decidió mantenerla fija. Centrando sus esfuerzos en complicarles las cosas y manetener su defensa en alto, lanzó un tajo horizontal al viejales, manteniendo en alto sus defensas, justo antes de cambiar su posición unos pasos para obligarles a mantenerse activos y no dejándoles atacar de forma cómoda. Su objetivo no era acabar inmediatamente con ellos, sinó aguantar sus lances y desgastarlos.

Leiath no tuvo los mismo reflejos que con él para sujetar a Jadewo cuando éste se lanzó en solitario a por el grupo de Hugo. El pobre rubiales alcanzó el podio más próximo para se vapuleado y casi le hubiese resultado divertido de no ser por el mortal encuentro en el que estaban envueltos. Además, no se le pasó por alto la manera en el seguidor de Orcus se refirió a la bruja de Hala. 

La respuesta de Tybalt a la arenga de Onfale no se hizo esperar. Esperando que sus compañeros también se lanzasen contra el enemigo, el tiflin cargó contra el hermano de Hugo. Sintió de nuevo la magia de Alice recorriendo su cuerpo, haciéndolo más ágil. Un destello metálico quedaba tras de si mientras subía las escaleras a la carrera y buscaba un lugar para clavar su acero. El hombre que estaba moliendo a palos a Jadewo parecía saber moverse y a Tybalt no se le escaparon sus movimientos. No dejó de observar ni un segundo la respuesta de aquel hombre. 

La cara que se le quedó a la bruja cuando salieron esas palabras llenas de desprecio del bello rostro de Hugo, era un cuadro.

Por qué? Parecía decir su rostro. Estaba claro que el idilio había acabado antes de siquiera empezar, pues nadie tocaba ni un pelo de ningún miembro de su aquelarre sin despertar la ira de Hala y de su más fiel seguidora.

Alto!- le gritó al que le había dado el mamporrazo a Jadewo- no os atrevais a volver a tocarle! Pero qué demonios os hemos hecho?!

Leiath se lanzó hacia Jadewo todo lo rápido que pudo, quería lelgar a él, sanarle las heridas y quizás sacarle del apuro.

 ¿Que qué nos habéis hecho? No sois dignos seguidores de Orcus. Vuestra presencia en este torneo es un insulto-dijo Keocratis.

 Jugásteis con nosotros. Nos entretuvisteis para mantenernos alejados de nuestra posada-dijo Arpanhoe.

 Y, casualmente, los ninjas mataron a nuestro compañero Clint en un ataque nocturno y por sorpresa-reprochó Merkadio.

 Y casi logran matar a mi hermano Jeremiah-añadió Hugo.

 Tanto si estáis compinchados con el Rakshasa, en contra de Orkus, como si engatusasteis a mi hermano porque teníais información de que los ninjas atacarían, ¡jugasteis sucio! ¡Vi morir a Clint ante mis ojos por vuestra culpa!-acusó Jeremiah.

En cierto modo, así fue. Tybalt y Alice estuvieron frente a la posada. Si hubieran entrado, podrían haber intervenido y salvado a Clint. Aunque las sospechas de la Capellanía del Ahorcado van por otros derroteros, por culpa de la información de Onfale. Unir el ataque ninja a los siervos de Demogorgón ya ha sido una suposición de ellos.

Jadewo retrocedió sin sufrir daños adicionales, pero Tybalt le tomó el relevo, hiriendo a Jeremiah, pero quedando a merced de los golpes del propio monje (que llegó a conectar dos directos) y de Keocratis (que estuvo torpe y solo hizo el ridículo). Entonces Merkadio dió un paso al frente y rozó con la punta de los dedos la muñeca de Tybalt, transmitiéndole un conjuro de inflingir heridas moderadas.

Flame escupió su aliento de ácido, pero no contra los chicos guapos, sino contra el Ángel de la Decadencia. Resultó que no tenía defensas contra el ácido. Aristóteles le dijo a Aire que jugara a imitar a Flame, así que la chiquilla con cuerpo de mujer lanzó un orbe menor de ácido que causó serias heridas. Todos avanzaron dejando atrás a Onfale. Su triquiñuela no resultó: todos los miembros del Pacto de Ashen resistieron el sonido demencial del restallar del trueno, pero un par de ninjas cercanos se resintieron.

Con los tres ancianos inmóviles, las katanas de los ninjas atravesaron la ilusión con su filo, permitiendo a todos darse cuenta de la treta... salvo a Arantham, que seguía ciego de ira, golpeando con su maza el aire que ocupaba la quimera de su odiado Fray Sébastien. El tiflin del Pacto de Ashen creó una gran explosión que mató a varios ninjas, y los demás no se quedaron atrás. En poco tiempo, docena y media de ninjas habían sido reducidos a su décima parte.

Los ninjas que no pudieron atacar al Dedo Rojo porque se hicieron invisibles, avanzaron en dirección al grupo de Hugo. Otro grupo de ninjas desapareció al unísono en las narices del Pentecostés, reapareciendo poco después para concentrar una lluvia de certeras estocadas en uno de los sacerdotes, hasta darle muerte. Ahora ya solo era Tetracostés. Viéndose tan sitiados, los sacerdotes empezaron a defenderse con mazas, sin atreverse a usar magia tan cerca de enemigos que pueden volverse invisibles.

Los guardaespaldas del Coleccionista contraatacaron, eliminando a los ninjas que querían dañar a su amo.

La Secta de Thoon sacrificó a otros tres cerebros-aperitivo.

Los ninjas que intentaron atacar a la Cábala, seguían sufriendo dolores intensos por las esporas. Mientras, uno de los sectarios terminaba su conjuro, y era otro el que empezaba una nueva invocación. Un nuevo demonio saltaba a la arena: un Babau, cerca del Rakshasa, que atacó a uno de los ninjas guardianes causándole heridas insuficientes para matarle.

Y la lucha seguía en el podio siete... El Ángel de la Decadencia volvía a volcar todos sus ataques en el Garuk herido, hasta que a la pesada armadura le temblaron las rodillas haciéndole caer muerto al suelo. Visto lo visto, el Vroc optó por usar su magia y crear múltiples imágenes de sí mismo, por si él era el siguiente. El segundo Garuk el Destructor, que había aparecido segundos antes, se mantuvo en pie, sin hacer ademán de atacar al ángel no-muerto.