Partida Rol por web

Las rejas se abrieron si salisteis vosotros 4 y los 4 que estaban junto a vosotros caminando hasta una distancia cercana al centro esperando que aquel señor diera la orden de iniciar el combate, momento que no tardó demasiado en llegar.

Gilgalion optó por iniciar con una postura defensiva para evitar morir en el primer envite de los ataques

Nada más salir a la arena, junto al resto, vemos a nuestros oponentes, tres humanos y un enano. En cuanto altura se refería estábamos parejos, ahora había que ver en cuanto a técnica de combate cómo sería la cosa. Yo opté por sorprender con una veloz carga contra uno de los humanos. El elfo varón optó por defenderse, era algo natural dadas las circumstancias pero yo prefería atacar de frente:-Vamos Oghum, no te retrases.-le dije al compañero, casi arrastrándolo en cuanto empecé a correr hacia mi oponente. Menos mal que supo reaccionar el enano si no el combate podría haber terminado rápido. 

Con una veloz carga, recorrí la distancia que me separaba con mi objetivo para poder lanzar un poderoso mandoble horizontal con la clara intención de cortar a mi oponente por la mitad o al menos abrirle el estómago para que se desangrara. 

El combate inicia y los combatientes se emparejan rápido, pero Oghum tiene que verse forzado a una carga al igual que su compañero debido a sus piernas más cortas para así mantener el mismo ritmo de la carga por la que opta con su arma de mano y escudo.

La carga de Gawain da sus fruto rápidamente ya que loga darle un buen golpe en el casco dejándo a su oponente muy aturdido el cual aprovechó esa inercia para tratar de golpear con su espada a 2 manos, pero errando por el desajuste del casco pero dando en el brazo en lugar de en el pecho, momento que aprovechó Oghum para darle una estocada en la boca aprovechando toda la inercia que tenía de Gawain más la suya propia en la carga, cayendo muerto. Seguidamente, el enano enemigo atacó a Oghum que por suerte pudo repeler las estocadas y golpes que realizaba con su arma de mano y escudo.

Dado que Oghun me apoyaba en el ataque decidí apoyarlo a él. Gracias al ataque en conjunto con el enano logramos acabar con el primer enemigo así que cuando Oghun empezó a defenderse y repeler los ataques del enano enemigo. Yo por suerte aún conservaba el brazo, la armadura de cuero había absorbido todo el impacto del ataque del humano antes de que éste fuera eliminado por el ataque conjunto. 

En esta ocasión no pude acertar el ataque, fallé por mucho la zona del impacto, pretendía golpear en el mismo brazo que me habían golpeado para dificultar los ataques del enano enemigo y apoyar a Oghun. 

Oghum procede a atacar al otro enano sabiendo que su vida depende de ello a pesar de que es otro enano como él, no le gusta la idea, pero perder su vida le gusta aún menos por lo que acaba realizando una tanda de buenos golpes que rompen la defensa del otro enano al cual acaba haciendo un buen tajo en su brazo izquierdo.

No cejes en tu empeño, ataca de nuevo.

Dijo el enano a Gawain para motivarlo y que pudiera seguir atacando como estaba haciendo al otro enano y pudieran hacer otra buena combinación como habían hecho con el humano de antes.

Por otro lado, un afeminado grito salió del elfo mientras la espada de su enemigo salía de su estómago manchada de sangre, al parecer había sido perforado mortalmente y dejado a su suerte mientras este se encaraba con la elfa que luchaba a diestro y siniestro con el otro humano en un combate bastante igualado y que ahora ella miraba al enano y humano con quien compartió celda de manera suplicante aunque su boca no pronunció palabra alguna sabiendo que hacerlo solo sería humillarse a mi misma y tal vez morir igualmente. Si no ganaba contra su oponente rápido sería pasada a cuchillo en breve al estar sobrepasada numéricamente.

El enano al que Gawain y Oghum se enfrentaban volvió a atacar a su par, pero parecía que Oghum sabía defenderse bien bloqueando los tajos que este le lanzaba.

Mientras veías como se desarrollaba el combate, el tiempo se fue ralentizando, veías las cosas de manera más lenta pero no podías cambiar tus movimientos previamente pensados o hechos por instintos a pesar de que la claridad de tu mente se abría más y más.

Con el estruendo del metal chocando, palabras graves y metálicas resonaron en tu cabeza.

Patético ¿dependes de un enano para que luche por ti? ¿qué tipo de guerrero eres? vas a morir aquí como un despojo, lucha de verdad, ofréceme la sangre y los cráneos de tus enemigos o tu mismo serás el sacrificio.

Seguida de aquella estruendosa voz, una voz más serena y paternal inundó tus oídos.

Pobre hijo mío, tan lastimado por dentro y tan ileso por fuera, comprendo tu dolor. No oigas palabras vanas y escucha mi voz, puedo ofrecerte lo que quieres, las cosas que más anhelas, la muerte no es un impedimento, acepta mi purulento regalo y extiéndelo por todo el mundo.

Tras esa segunda voz, vino una tercera, sutil, taimada, pero a la vez risueña y divertida.

Se exasperan porque no haces que lo que quieren, yo puedo darte esa libertad que no tienes, podrás hacer lo que quieras, no hay límites conmigo. Y como muestra de buena voluntad, dime algo que quieras y te lo daré, soy bueno y seremos amigos inseparables.

El graznar de un ave interrumpió aquella risueña voz tan amable que te ofrecía regalos.

Solo yo puedo usar el destino a mi antojo, solo yo puedo cambiarlo, y el tuyo no es menos insignificante que el del resto que morirán aquí, pero puedo cambiartelo, puedo darte el destino un campeón.

Una malévola risa hizo callar al ultimo que te estaba hablando.

Todos prometen y prometen, pero pocos otorgan, y yo no otorgo juguetes. Yo otorgo poder y venganza, todos me temen, lo saben, y todos te temerán, un mísero gesto, un simple arrodillamiento y te daré inmediatamente poder para salir victorioso, poder para forjar tu propio destino sin depender de esos mequetrefes. Yo soy el poder, yo soy lo que anhelas, yo soy lo que necesitas, y solo yo puedo dártelo.

Al escuchar las palabras de Oghun y sus acciones me daba la oportunidad de golpear al enano enemigo y respondí en consecuencia. Con el contrincante centrado en Oghun aproveché para colocarme en su espalda de manera rápida y efectuar un corte horizontal concentrando toda mi fuerza en los brazos para poder eliminar la inminente amenaza y así poder proseguir con el combate.

Mientras eso ocurría a nuestras espaldas se oyó el grito ahogado del elfo que moría a manos de uno de los humanos y mientras la elfa oscura se enfrentaba al nuevo oponente y al que ya enfrentaba, algo sucedió en mi cabeza. 

Todo a mi alrededor se ralentizaba de manera gradual, las voces del combate se iban amortiguando y una sensación de oscuridad me envolvía para que cuatro extrañas voces hablaran con enigmas y ofertas de poder y libertad. 

La primera voz era la de un guerrero sin parangón, grave y metálica ofrecía el poder absoluto a cambio de sangre y cráneos. En ese momento me vi a mi mismo, pero no como me veía ahora, portaba una gran armadura de placas oscuras, un gran yelmo astado, era más grande y más fuerte que cualquier otro hombre a mi alrededor, incluso más que mis actuales carceleros. Aquella visión podía hacerse realidad si hacía lo que me pedía el guerrero. 

La segunda voz, era más calmada que la primera, aseguraba que la muerte no era un impedimento para él, daba a entender que la muerte no tenía voluntad sobre él y si le ofrecía mis servicios la muerte tampoco tendría control sobre mi. Un olor nauseabundo y purulento entraba en mi olfato y pude ver un vano fragmento de los dones que otorgaba aquella voz y en lo que podía convertirme, una masa, mezcla de acero e icor verde, nada agradable tanto para la vista como para el olfato pero arrasaba todo ante mi paso. 

La tercera. Más taimada, más risueña y sutil. no sólo ofrecía poder sino también su amistad, era dueño del destino y me ofreció una vista del futuro. Yo había dejado mi forma humana para convertirme en un ser gigantesco de aspecto alado. Mezcla de cuervo y buitre, aspecto azulado y un poder que ninguno de los anteriores podía ofrecer. 

Una risa malévola y enérgica acalló a la tercera para hablar y desacreditar a todas las otras. Esta ofrecía el poder absoluto, el poder sobre la vida y sobre la muerte el poder para forjar mi propio destino y según aquella voz, era lo que necesitaba. Entonces otra visión se me ofreció para verme de nuevo, enfundado en una armadura de acero pero con una sutil diferencia con respecto a la primera, el acero brotaba de mi propio cuerpo y la carne se desgarraba para dejar ver las marcas de mi nuevo señor y el poder con el que me bendecía. 

No sabía qué hacer ante tales ofertas. La Luz de Sigmar había abandonado por completo mi cuerpo y con cada vida que había quitado la influencia de algo más oscuro crecía en mi interior pero:-Aún conservo mi voluntad y eso es algo que ninguno de vosotros me habéis ofrecido.-les dije a las cuatro voces. Entonces la oscuridad se atenuaba y la escena del combate en la que estaba y reuní una fuerza que no sabía que todavía conservaba para poder asestar un golpe mortal al enano que combatía. 

Todo volvió a la normalidad y seguiste combatiendo, pero cada vez que chocaba el metal escuchabas una nueva frase en tu mente de una voz divertida e infantil aunque insidiosa y ladina.

-Libertad? Decidir por ti mismo? Es eso lo que quieres?.

-Renuncia los demás y solo dejaré algunas ventajas en tu camino que podrás tomar o no. No intervendrá más que eso y todo será tu decisión.

Tras ese ofrecimiento, de los pasos que dabas en la polvorienta arena al igual que de los demás, el sonido vario a una aburrida y desganada voz.

-No adores a nadie, renuncia a todos. Se libre y tona tus decisiones sin depender de Dios alguno. 

El entrechocar del acero de mi arma con las de mis oponentes hacia que las voces volvieran y hablaran de nuevo. Ahora empezaban a ofrecerme mi propia voluntad de decisiones:-Sabed que soy Gawain du Marchanx, siervo de Sigmar y del Emperador Karl Franz, si me queréis deberéis matarme!-les grité dentro de mi cabeza para que supieran que no iba a dar mi brazo a torcer ante cualquier oferta que hicieran. 

El combate continuaba y el ataque conjunto de Gawain  y Oghum acabó dando sus frutos con el enano enemigo el cual estaba ya debilitado por los consecutivos ataques de ambos y que apenas era capaz de defenderse, motivo por el cual Gawain pudo realizar un tajo en el cuerpo del enano que le cortó en el brazo, y que juraría que no haber llevado la armadura le habría llegado hasta la columna dejando al enano en la mitad, pero la armadura había parado lo suficiente como para impedir que tal hazaña ocurriera lo que enfureció a Gawain mientras en su cabeza sonaba una risotada de metálico estruendo que se burlaba de él por no tener la suficiente fuerza para convertir al enano en medio enano.

Por otro lado, Duriath que se defendía como podía del ataque de los 2 humanos y recibió alguna herida mientras estaba usando una posición completamente defensiva para tratar de sobrevivir al enfrentamiento que tenía en desventaja numérica de la mejor manera que podía. 

Pequeño, débil, inútil. Eres incapaz de rajar a un retaco como ese sin ayuda de uno de sus hermanos que te aguante sus golpes. Libérate de la debilidad. Rechaza a tu dios emperador y abraza la lucha y la matanza, ruega por un verdadero poder que no está al alcance de esos sacerdotes inútiles. !Córtale la cabeza al enano y exponla ante mi ¡. Te daré fuerza cuando lo hagas, cada vez más, hasta que tu fuerza no pueda detenerla ni la mayor de las montañas.

Continuó la voz dentro de tu cabeza con su sonido metálico que continuaba a pesar de que no chocaban armas entre si. Parecía haberse incrustado dentro de tu cabeza, queriendo que sacaras tu lado más salvaje, más bestial y belicoso mientras increpaba tu debilidad.

¿Cuántos dejaras morir por tu falta de fuerza? solo la fuerza gobierna este mundo. Rézame y te daré la fuerza para aplastar a todos los que se te opongan. Nadie volverá a caer ante tus ojos por tu falta de poder.

La voz en la oscuridad se reía constantemente y no dejaba que me concentraba en el combate, cuando derribamos al enano yo estaba más enfurecido todavía y no terminaba de pensar con claridad. Oghun se había convertido en un aliado y había que mantenerlos con vida de momento a los aliados:-Ve con la elfa y salvale el culo, necesito un momento.-pude decirle en un momento de claridad en el que la ira me embargaba. 

Agitaba mi cabeza con cada chirrido de la metálica voz en mi cabeza y notaba que su influencia aumentaba. Mi mente resistía cuanto podía y con un gruñido que en durante un instante la influencia de la voz me controlara. Se abrieron mis ojos pero no era yo quién veía, miraba a mi alrededor como desorientado, era mi cuerpo pero al mismo tiempo no lo era, parecía como si otra persona lo controlara y yo fuera un simple pasajero. Mis ojos se dirijeron a las gradas donde los siervos del Caos observaban y, a continuación mis ojos bajaron hasta observar el cadáver del enano que acabábamos de abatir Oghun y yo. 

Mi cuerpo avanzó hasta colocarse frente al abatido cadáver y se elevó el brazo derecho, sujetando la espada con una mano hasta que se colocó la guarda a la altura de mi cara. Concentrando la fuerza en el brazo, la hoja describió un arco hacia el cuello del enano y una fuente de sangre respondió ante la decapitación del cadáver. La cabeza se alejó unos pasos rodando y mi cuerpo se acercó hasta ella para recogerla y elevarla hacia las gradas y mi cuerpo cogió aire:-SANGRE PARA EL DIOS DE LA SANGRE! CRÁNEOS PARA EL TRONO DE CRÁNEOS!!-grité con mi voz pero no era yo quien formulaba esas palabras. Entonces mi mano se abrió para dejar caer la cabeza del enano al suelo. 

El público te vitoreó cuando alabaste a Khorne, aunque estaba claro que no en todos los sectores del público lo hacían al mismo grado ya que posiblemente en verdad fueran adoradores de otro de los dioses o no estarían tan impresionados de ver como decapitabas un cadáver. 

Duriath sigue tratando de defenderse como buenamente puede, por fortuna ahora tiene el combate más igualado cuando llega Oghum asestando un golpe a uno de los enemigos que tenía que matar igualmente si quería seguir vivo, por fortuna no estabas muy lejos y podías acercarte inmediatamente para apoyar y conseguir la ventaja numérica y tal vez conseguir que la elfa siguiera viva, aunque no parecía especialmente útil en el combate por lo que veías siendo más defensiva que atacante defraudando tu visión de los elfos oscuros como sádicos combatientes.