Partida Rol por web

Al gritar aquellas palabras y ofrecer la cabeza del enano a Khorne, un pequeño fragmento de su poder entró en mi interior y se me marcaron las venas de los brazos con su oscura esencia. Había dado un primer paso hacia el ruido del combate que seguía, unos pocos metros por delante. Mi mente seguía combatiendo pero mi cuerpo no podía controlarlo por lo que hecho a correr contra el combate y en ese momento volví a recuperar el control de mi cuerpo. 

El combate seguía su curso y ahora Duriath tenía menos presión sobre ella gracias a la intervención de Oghun, era momento que yo también participara en él. Seguí la carrera que mi cuerpo ya había empezado y a pocos metros de Oghun realicé un salto para recortar la distancia más rápido y asestar un corte en horizontal hacia el cuerpo del humano pero éste vio mi clara intención y me esquivó con relativa facilidad.

Aterricé junto a él y di un par de pasos hacia delante para encontrarme al lado de Duriath. 

Al asalto continuó con el encaramiento de Gawain ayudando a la pobre elfa y al enano que batallaban contra sus enemigos cada vez más desalentados al verse ahora en inferioridad numérica. A pesar de ellos tuvieron bastante destreza en su defensa, más que en el ataque, salvo por la velocidad de la espada de la elfa que logró hacer un buen ataque e hirió haciendo sangrar profusamente a aquel hombre, sobre todo cuando retorció la espada hundida en su abdomen y la sacó para tomar una posición defensiva de nuevo; parecía que la elfa, si bien actuaba de una manera menos aguerrida, era cruel con los enemigos, no por nada se había mantenido viva hasta ahora....¿pero, por cuanto tiempo?.

Además de algún vítore a la elfa, también hubo algún que otro insulto diciendo que solo podía ganar si tenía a otros haciendo el trabajo sucio a su alrededor haciendo referencia de vuestra superioridad numérica. También saltó algún piropo subido de tono, pero al parecer nada afectaba a la elfa que estaba centrada en el combate.

Ahora todo lo que podía escuchar en mis oídos era la metálica risa de Khorne, no decía nada tan sólo reía. Eso provocaba que me desconcentrara y no acertara el siguiente que iba destinado hacia mi oponente. Escuchaba las risas de los guerreros del caos desde las gradas y todos parecían coincidir con el Dios de la Sangre, no era suficiente todo aquello que hacía para satisfacer a mi nuevo maestro y dejaba que aquello me afectara, puesto que luchaba con todas mis fuerzas contra la influencia oscura de Khorne mientras peleaba por mi vida en aquella arena. 

El frenesí de ataques de Gawain al enemigo no surtió efectos, pero desmoronó lo suficiente la defensa como para que el enano pudiera asestar un buen golpe que debilitó considerablemente al enemigo que por ahora todo su esfuerzo era para ya que el breve intento que hizo para devolver el daño no fue lo suficientemente fuerte como para atravesar la armadura de cuero que portabais, aunque sin duda la dureza de Oghum jugó un papel en aquello amortiguando eficazmente el impulso del ataque que aunque no atravesara la armadura seguía siendo doloroso.

Por otra parte, la elfa pareció tener un momento de lucidez y con un ataque que dejó expuesta su defensa logró asestar un golpe mortal, pero no antes de recibir ella uno igual de mortífero. Básicamente se habían matado atravesándose mutuamente al tener los dos la misma idea de efectuar un ataque sin pensar en la defensa pensando que serían más rápidos. La elfa confiaba en su velocidad, que la traició, y el humano había tenido un golpe de suerte que no iba a desaprovechar, pero su velocidad solo logró iguala al de su enemiga para morir. 

El combate se recrudecía por momentos, el enfrentamiento entre Duriath y el humano había acabado matándose mutuamente en un ataque simultáneo, Oghun había logrado asestar un buen golpe a su oponente pero no lo suficiente como para poder atravesar la armadura que portaba el humano. 

Esperaba poder derrotar a todos y volver a la celda juntos pero ese deseo no iba a hacerse realidad así que tan sólo quedaba sobrevivir a lo que quedaba de combate. Me lancé al ataque contra el humano con la esperanza de poder acabar con él y terminar este combate de una vez por todas. 

Al parecer la estrategia que tenían el enano y el humano en contra del único enemigo que quedaba estaba dando su fruto, aunque a un ritmo más lento del que le hubiera gustado a Gawain pues se estaba resistiendo todo lo que podía a sus ataque, y por mala suerte el último que pudo darle no dio del todo bien y la armadura absorbió el golpe dejando una marca de corte en el cuero sin llegar a atravesarlo; en cambio, el enano tuvo más suerte en su ataque, pero seguía sin ser suficiente. Pero aún con todo, eran 2 contra 1, y ellos estaban sudando pero en buenas condiciones, en cambio su enemigo sudaba y sangraba por las heridas, si no acababan con él no sería muy dificil que muriera desangrado, pero aquí tenían que matar, no dejar que se desangrara como un gorrino en una fiesta regional por mucho que el señor de la sangre. pues a este le gustaba que se vertiera por litros y no gota a gota.

Mi paciencia es corta, trae su cráneo sanguinolento rápido o me aseguraré de que sea el tuyo uno de los próximo en ponerse bajo mi trono.

Era la misma voz que siempre, parecía estar vigilando cada uno de tus golpes, esperando ver como te salpicaba la sangre cuando esta se vertiera a raudales de tu enemigo mientras que notabas en tu nuca el ardiente aliento del dios que te inundó la cabeza con una punzada de dolor ígneo que te marcó recuperando viejas enseñanzas de viejos cazarrecompensas y trucos para matar.

El combate seguía su curso y teníamos contra las cuerdas al humano y, a pesar de todos nuestros ataques, se resistía a caer. Entonces volví a escuchar esa voz metálica pero esta vez trajo una amenaza en sus palabras por lo que decidí que no sería mi cabeza la que tendría en su trono si no la de mi oponente. 

Realicé una aproximación rápida por el costado del humano y lancé un espadazo horizontal, con claro objetivo su abdomen para que se doblara y así tener otra oportunidad para cortarle la cabeza. 

El impulso de su arma se aceleró mientras que su mente y manos se manejaban más fácilmente con ella llegando a realizar un golpe con la potencia exacta en el cálculo de fu fuerza para atravesar cuero, piel, carne y hueso para luego sacarla y que soltara chorros de sangre mientras en tu mente seguía escuchando aquella voz ahora contenta por la risotada que daba.

Ahora te había quedado solo....bueno, estaba el enano. A ambos o vitorearon los espectadores alegres por el derramamiento de sangre y las muertes ofrecidas a sus dioses mientras que aún no parabas de sudar por el esfuerzo de proteger tu vida. Pasada la euforia de la victoria, los guardias salieron apuntandoós con las lanzas para obligaros a volver al redil, y aun con reticencia, dentro de esa celda con las armas, los arqueros os recordaron que debíais dejarlas junto a las armaduras antes de que pudiérais volver a la celda donde os conocisteis de vuelta encadenados uno al otro.

Lo bueno es que ahora teníais la ración doble para cenar.

Finalmente el combate termina con la muerte del último humano que quedaba en el equipo contrario pero mi calvario no iba a terminar pronto, aunque parece que el dios de la sangre parecía complacido con la ofrenda que le acababa de ofrecer, puesto que lo último que escuché de su voz era su risa metálica. 

Ahora tan sólo restaba volver a la armería para entregar el equipo y de ahí a la celda. En la armería miraba la espada manchada de sangre y la adrenalina todavía corriendo por mis venas y la sensación de euforia por la victoria se vio apagada por la amenaza de los guardias para que entregáramos tanto armas como armadura. Hicimos caso y tras quitarnos la ahora pesada armadura de cuero sudorosa, dejarla en la panopila y la manchada espada a dos manos en el estante casi podía volar ahora con lo ligero que me sentía. 

Ahora, junto a Oghun volvía de nuevo a la celda.