Partida Rol por web

Dökar se relamió al ver caer al pobre bastardo, levantando de nuevo los brazos al escuchar los vítores del público. Aquello casi le costó la vida, pues, el otro rival aprovechó la distracción del enano para atacarle, pero los Dioses quisieron que su ataque se quedara lamentablemente corto, y sonrió de nuevo, esta vez encarando a su nuevo rival.

Miró a Harold y le hizo una seña, lanzándose al ataque. Su golpe a la altura del estómago no pilló carne, pero obligó al desdichado a apartarse hurtando la barriga y dando un pequeño salto hacia atrás, que el enano esperaba que Harold aprovechara. - Ahora!! Hùndele el cráneo!! - animó a su compañero.

El skaven empezaba desesperarse, no por no impactar con sus ataques, sino porque le pudiesen considerar un inútil y, por lo tanto prescindible.

En aquella ocasión agarró la cadena que le unía al ogro, acortando todo lo posible la distancia con él, para después soltarse cuando este movió su brazo hacia delante y poder alcanzar a su rival. La herida no fue demasiado profunda, pero al menos consiguió alcanzarle con un tajo lateral, para dar después un rápido salto hacia atrás y evitar que el ogro le arrastrase por los suelos.

Las voces callaron, una energia le inundaba, le llenaba de dicha y placer, aunque notaba dolor igualmente, perdida no sabia bien, pero era otra forma de placer.

Se acerco dando risotadas a su contrincante, de frente, sin florituras y descargo una serie de fuertes golpes con su espada, mas como si usara un hacha para cortar leña que como un arma.

Notaba el poder de los dioses.

Al parecer, la rata y el ogro se compenetraron por fin realizando un combo mortal con una espectacular pirueta de la rata que hizo un tajo en la parte izquierda de la cara y cerca del cuello que le hizo sangrar y le obligó a aquel pobre humano a despistarse ladeándose, momento que aprovechó Grogg para reventar la pierna izquierda de tal manera que seccionó la femoral y haciéndolo caer hacia ese mismo lado cayendo muerdo en el acto. Era una victoria para el dúo, pero en especial para la rata ya que no pocos le vitorearon al ver el cadáver con tanta sangre y creyendo que toda era de haber degollado al enemigo en vez la pierna que pensaban que solo la había roto el ogro.

Por otro lado, los consecutivos ataques del enano le dieron la oportunidad a Harold de clavar su hacha de mano en el abdomen del enemigo atravesando la armadura en el acto y haciendo que su enemigo se quejara de dolor, un dolor que Harold sintió exquisitamente en sus oídos al igual que en su propio abdomen aunque no había recibido daño alguno, parecía que dar ese dolor le hizo sentirlo aunque fuera un instante, pero era demasiado poco, aunque exquisito era insuficiente...y aún podría disfrutar un poco más si no fuera porque se escuchó el golpe del ogro y los vítores siguientes al eliminar a su oponente.

Ahora eran 4 contra 1, eso ya no se sabía tan bien pues acabaría la fiesta apenas había dado el primer sorbo tras disfrutar de los aperitivos.

Y cuando el hombre murió, Grogg, también empapado en sangre, se lanzó a por su cuerpo haciendo lo que siempre hacía tras un combate: comer. Primero le aplastó la cabeza con sus pies, e ignoró la papilla sanguinolenta que era la pierna para comenzar con el vientre. Las vísceras estarían bien ricas y calientes. La baba del ogro rebosaba de la boca y lubricaba la comida antes de metérsela en la boca. Si Skreek quería moverse de allí a enfrentar al otro, tendría que convencer a Grogg de que se moviera y dejara de comer, algo que iba a ser bastante difícil en ese momento.

- Al fin comida de verdad - dijo mientras rasgaba la carne y sorbía la rica sangre del humano.

El matador enano no se hizo de rogar, y sin florituras, al estilo enano, le clavó el pico en el pecho al pobre desgraciado que tenían rodeado entre Harold y él, impactando desde arriba. El crujido y la postura del ya muerto contrario, hicieron enmudecer durante un momento al público, impresionados por el brutal golpe, pero apenas un par de segundos después estalló en vítores, cuando Dökar extrajo con fuerza el arma y un chorro de sangre le bañó, surtiendo del pecho de su víctima. - Otro sacrificio para tí, Hashut. - dijo mientras levantaba el arma y saludaba con ella al "respetable", gritando a voz en cuello. 

Aquello se había acabado, y ahora sólo quedaba que el Ogro se alimentara lo suficiente como para no dar por culo en la celda, y si se pensaba que le había impresionado al matar al capullo rompiéndole la pierna, lo tenía claro. Él era un matador, del norte, y desayunaba Ogros todas las mañanas. Harían falta 5-6 ratas para ponerle en problemas, y un ogro sería un digno contrincante, no como esto que le habían puesto delante. 

Pero ¿miedo él? Sus risas se confundieron con el griterío del público. 

El grito del ogro y el pico del enano destripando a su oponente le despertó de la ensoñación que estaba viviendo, quedo un momento desorientado, el placer ceso, el dolor también y estaba rodeado de cadáveres.

Aunque ciertamente el enano, de forma objetiva le había hecho un favor la primera mirada que le lanzo fue de ira, por quitarle la fuente de su placer.

Después se centro, esbozo una media sonrisa, limpio su hacha en el muerto e hizo un gesto de agradecimiento al enano.

-No esta tan mal esto, al fin y al cabo- pensó.

Finalmente había acabado el combate, pero no el espectáculo. Los guardias esperaron a que el ogro acabara de comer, o al menos hasta que comiera lo suficiente y se llevara los brazos y piernas que quisiera, para escoltaros de nuevo hasta vuestra celda, no sin antes dejar las armas y armaduras.

Aunque reticentes, pues por fin estábais armados, que hubiera barrotes entre vosotros y los arqueros pudo más que las ganas de seguir combatiendo, en especial con un ogro con la boca ocupada y más centrado en rellenar la barriga que en arrancar cabezas (en especial cuando no puede alcanzar a su objetivo).