Partida Rol por web

Tras el día de descanso pertinente y las monsergas de aquel mutante que os traía la comida día tras día, se os condujo de nuevo a aquella celda con armas y armaduras, aunque en esta ocasión no estaba lo que sería vuestro equipo enemigo, sino que estabais solos.

Tras elegir vuestro equipamiento y ponéoslo, se abrió la puerta, y pudisteis comprobar el porqué esta vez no estabais con aquellos a los que debíais matar. Resultaban ser todos orcos, demasiados barbáricos para cohabitar en cualquier celda con cualquier no piel verde. No los habíais visto antes en otras celdas o en los barcos que os trajeron como esclavos, por lo que podrían haber estado de antes o puede que fueran esclavos vendidos por los enanos del caos y sus hobgoblins. Sea como fuere, todos iban igual, espada, escudo y sin armadura, solo sus harapos a modo de ropa o pieles a modo de armaduras.

Tras el merecido descanso, nos volvieron a convocar para otro combate. Mientras nos equipábamos me mentalizaba para otra larga ordalía de improperios e increpanzas contra el Dios de la Sangre pero tenía que mentalizarme en mi siguiente oponente y al salir a la arena descubrí que este combate no iba a ser fácil tampoco. 

Cuatro Orcos, ataviados con rebanadoras, escudos y harapos, nos esperaban para combatirnos en esta ocasión:-Creo que esta vez lo vamos a tener difícil Oghun.-comenté mientras levantaba la espada, la apoyaba en el hombro y me colocaba para una carga contra el cuarteto verde. Una acción demasiado clara por que en el momento en que la inicié los cuatro pieles verdes se separaron para poder rodearme en cuanto aterrizara tras mi salto. 

Ambos, enano y humano, cargaron contra el grupo de orcos que gruñían y esperaron con ansia el ataque de aquel dúo, pero resultó que ambos fallaron sus ataques. Entre los orcos, 2 de ellos lograron acertar sus ataques mientras que los 2 restantes zarandearon ávidamente sus rebanadoras esperando hacer daño, pero resultó que el ataque de estos no fue lo bastante bueno como para tocar ni tan siquiera la armadura que ellos llevaban.

Los dos que lograron alcanzarlos, rasgaron las armaduras haciéndolos sangrar al dúo enano y humano. El comienzo no había sido halagüeño. Pero al dios de la sangre eso le daba igual.

Sangra para mi humano.

Escuchaste en tu mente con esa característica voz la cual sin duda disfrutaba como manaba la sangre tanto de ti como de tu compañero enano.

Lo ocurrido el dia anterior no iba a resultar en este día, los orcos se caracterizaban por su fuerza y el ataque que acababa de sufrir lo demostraba, la rebanadora de uno de los orcos había rasgado armadura y carne y tenía un corte en el pecho que lo demostraba. 

Tenía que pensar mejor los siguientes ataque que iba a realizar así que a pesar de estar rodeado pensé y ataqué al brazo izquierdo del orco que me acababa de atacar en represalia por la sangría. Sabía que la piel de los orcos era más gruesa que la de los humanos pero esperaba hundir lo suficiente mi espada en su brazo como para inutilizarlo y obligarle a desechar el escudo. 

Acto seguido me coloqué en guarida para soportar los siguientes ataques. 

El enano logró contratacar, pero su golpe no fue muy doloroso para el orco, por contra, el grupo de orcos se entorpeció entre ellos en esta ocasión evitando que pudieran llegar a organizarse para hacer un combate beneficioso para ellos. Era lo bueno de los orcos, no eran tan inteligente como para luchar en equipo, y si había llegado a esta segunda ronda era por pura fuerza bruta contra los de la primera ronda. 

Por fortuna, el golpe que había recibido el humano le valió para despertar su fuerza y lograr un buen ataque contra los orcos dejando bastante debilitado a uno de ellos, que a pesar de que tenía el brazo lleno de sangre y con desgarros poco le importaba mientras pudiera seguir blandiendo la espada. 

.-Mantente firme Oghun y saldremos de esta.-le dije al compañero enano mientras esquivaba y desviaba los ataques de los orcos que a pesar de ser más no estaban nada coordinados. Aproveché la ocasión para lanzar un espadazo al mismo orco y corte la cabeza de un solo mandoble y cayó rodando por el suelo, seguido del cuerpo del orco. 

Acto seguido me giré hacia otro orco para aguantar su embestida. 

Los dioses parecían sonreir al duo de humano y enano, en especial el dios de la sangre, que le permitió a su elegido sacar toda su furia en un único y mortal golpe contra uno de los orcos que estaba indemne, posteriormente, el enano consiguió asestar otro golpe igual de bueno que el anterior que mató al orco contra el que estaba luchando. En apenas unos segundos, la situación se había igualado en cuanto a números, pero ellos estaban heridos y los orcos restantes estaban aún bastante frescos, por fortuna seguían entorpeciendose, pero ahora al estar igualados en numero les era más facil no fastidiarse entre ellos para atacar, aunque no ocurrió hasta despues de morir sus 2 compañeros por lo que no consiguieron nada durante el tiempo que morían los otros 2 orcos.

Al eliminar a dos orcos las cosas se igualaban y podían torcerse en cuestión de segundos al estar los orcos sin entorpecerse entre ellos, por lo que debíamos actuar con premura y eliminarlos. Me encaré hacia otro de los orcos que estaba herido y apunté hacia su cabeza con una estocada perfectamente colocada con clara intención de atravesarle la garganta que muriera ahogado en su propia sangre. 

Khorne parecía estar feliz y contento con aquél baño de sangre por que no estaba criticando ninguno de mis ataques por lo que seguí adelante con aquello y con la esperanza de sobrevivir un día más.  

El intercambio de golpes resultó beneficioso para el humano y enano, resultando el más eficaz el golpe a la garganta de Gawain al orco, que, si bien no lo hizo ahogarse en su propia sangre, fue un tajo que resultó muy dañino al haberse echado el orco hacia atrás y un lado quedando el golpe cerca de la carótida y resultando el mayor daño al rostro del orco incluyendo la amputación de la oreja y perder un buen trozo de cara dejando un terrible agujero en su mejilla por el que se podía ver su fétida boca llena de colmillos sin necesidad de que abriera la boca; por su parte, el ataque del orco chocó contra la fuerte defensa del humano, al igual que el otro orco que tampoco consiguió nada con la defensa del enano, aunque Oghum parecía tomárselo con calma e ir rascando pequeños tajos que fueran haciendo al orco más débil y torpe en el combate para tal vez acabar de una manera más digna que haciéndolo morir de cansancio y pérdida de sangre. 

Seguíamos en racha gracias a que el trabajo en equipo funcionaba mejor que el de los dos orcos y con ello decidir atacar con todo al orco al que acababa de amputar una oreja. Concentré toda mi fuerza en la espada que sostenía:-No pienso morir aquí!! Me oyes Khorne??!! No pienso morir aquí!!!-grité a los cielos para que el dios de la Sangre me escuchara y supiera que no pensaba rendirme a pesar del cansancio y pensaba combatir contra todo aquello que me pusieran por delante. Realicé un breve salto hacia el orco y ejecuté un mandoble horizontal con la clara intención de volver a decapitar a otro orco. 

Si bien el orco y el enano continuaron cruzando las armas sin llegar a ningún termino, no fue lo mismo con el humano y el orco contra el que luchaba. Realizando un potente tajo y una invocación al dios que había elegido, le mostró su fidelidad vertiendo la sangre del orco a borbotones por su seccionado cuello dejando un charco en el suelo y la espada goteante de aquel fluido que ansiaba su dios.

Ahora, el dúo tenía la ventaja, eran dos contra un solo orco entretenido luchando con el enano sin conseguir avance ninguno más que el primer golpe que consiguió asestarle al enano al comienzo del combate y que ahora no le daba ventaja alguna al contrario de cuando empezaron a cruzar aceros. 

No llegué a separar la cabeza del cuerpo del orco pero sí acabé con él, seccionándole la garganta y haciéndolo caer de rodilas con las manos en el cuello intentando retener la sangre para que no se le escapara. Empujé el cuerpo moribundo del orco de una patada para hacerle caer al suelo y, acto seguido, realicé un movimiento seco con la espada para expulsar la sangre que había en ella. 

Ahora era momento de terminar con el combate y encaré al orco que combatía a Oghun y preparé el siguiente ataque hacia el torso del orco pero, por fortuna para él, logró bloquearlo con el escudo. 

El golpe que le dio Gawain al orco no fue nada que este no pudiera parar a pesar de la furia que el humano mostraba, pero ese golpe fue la oportunidad que el enano necesitaba para asestar un golpe que evisceró al orco, fue un tajo grande en el abdomen, el cual, al sacar la hoja del arma hizo que todo su interior se vaciara también. Este ya no podría luchar, y su muerte sería inevitable a menos que un dios interfiriera por él, lo cual no parecía que fuera a suceder debido a que tanto humano y enano eran quienes tenían el favor...por ahora.

La distracción había funcionado tal y como había planeado, mi ataque había centrado al orco en mi durante un instante dejando a Oghun campo libre para asestar el golpe mortal al orco. sosteniendo el ataque del orco y después de que fuera atacado decidí cortar otra cabeza de nuevo para ofrecérsela al Dios de la Sangre, no iba a dejar nada a la improvisación de que algún poder superior interfiriera:-Habéis dado un buen combate.-dije, en referencia a los orcos, después de dar el espadazo. 

En aquél momento apenas me di cuenta de que empezaba a sentir la influencia del Caos en mi, la energía caótica cmbatía por ganar influencia en mi cuerpo mientras que la Luz de Sigmar la mantenía a raya. 

Con esa batalla interna, volvimos a la armería para dejar nuestro equipo, volver a las celdas para la esperada comida y poder sanar las heridas sufridas durante el combate.