Partida Rol por web

Pasado el par de días reglamentario, el procedimiento volvió a iniciar, ya hasta os conocías el camino, aunque pocas veces se repetía algún guardia los cuales reconocíais más por sus mutaciones, color de cabello o barbas o alguna otra caracterísica destacada.

Ya armados* y en la arena, visteis como salían igual de vitoreados que vosotros los enemigos a los que ibais a enfrentar. Resultaban ser humanos, pero esta vez cada uno tenía marcas distintivas en forma de mutaciones.

Uno de ellos no usaba arma, ya que su brazo se había visto sustituido por una pinza, mientras que los otros mostraban otros tipos de mutaciones.

Otro de ellos si llevaba arma de mano, pero además mostraba un par de cuernos y patas de cabra, pareciéndose en parte a un hombre bestia, pero sin duda no era uno de ellos.

El siguiente parecía que había perdido el brazo del escudo siendo sustituido por un tentáculo como el que veíais todos los días a la hora de comer.

Y el último de ellos, parecía ser el menos agraciado de todos, habiendo sido sustituida su cabeza por la de una araña dándole un aspecto más terrorífico... gracioso o extraño...no lo teníais claro el como tomarlo por su rareza.

Tras un par de días de descanso y para familiarizarnos con los nuevos miembros del equipo, nuestros guardias nos acompañaron de nuevo a la armería para salir a la arena de combate. Me equipé una armadura completa de cuero que parecía bastante nueva, puesto que aún no parecía haberse manchado de sangre y estaba casi intacta. Cogí la espada de dos manos que estaba en mejores condiciones y la limpié con un trapo que había encima de una estantería. 

Tras equiparnos salimos a la arena para enfrentar al nuevo oponente, al ver a aquellos seres, casi podía escuchar al Dios de la Sangre reirse y ofrecer su ayuda para este nuevo enemigo. Nos habían colocado a cuatro mutantes, cada uno con una mutación diferente. Lo ibamos a tener un poco más difícil por lo que parecía pero ahora teníamos a dos miembros más por lo que estábamos en tablas por el momento. 

Empecé como mejor sabía hacer, una carga para ensartar al mutante que parecía un sátiro con una estocada en el abdomen, fallando por poco. 

A pesar de que ambos grupos inician bien abalanzándose unos sobre otros, los choques de espadas y otras armas se producen básicamente contra otras armas y escudos, siendo la única sangre la proveniente de la araña que recibió un pequeño tajo que le dividió en 2 una de las patas de la cara que parecían bigotes. El sangriento Gawain encontró a un homónimo en el mutante con pinzas que le paraba, no sin dificultad, los salvajes ataques que este realizaba a la par que sus ataques eran parados por el imperial.

Por otro lado, el hombre cabra parecía que no se había hecho a esas nuevas patas y cayó al poco de iniciar la carrera, dejando a la elfa oscura anonadada sobre como podía haber sobrevivido hasta ahora. En cambio, el otro humano se mantenía a la defensiva contra el mutante que trataba de azotarlo con el tentáculo buscando una debilidad para atravesar esa defensa y matarlo, lo cual esperaba que fuera más temprano que tarde ya que por ahora sus enemigos llevaban la iniciativa con la sangre derramada por el enano.

El combate empezaba bien, ningún bando había hecho ningún ataque con éxito, salvo Oghun que tenía una flor en el culo y había acertado su ataque. Yo por mi parte resistía las embestidas de mi actual contrincante y a pesar de que parecía más fuerte que yo, a él también le costaba resistir mis ataques. 

Intercambiamos varios golpes haciendo chocar nuestras armas y el sonido metálico de ambas llenaba el espacio de la arena. Tuve una oportunidad de acertar un ataque pero lo fallé estrepitosamente haciendo que mi arma casi se me escapara de las manos al realizar un corte horizontal hacia las piernas de mi contrincante. Por fortuna y gracias a mi agilidad pude recuperar la postura a tiempo para colocarme en guardia y resistir su ataque.