Partida Rol por web

Elysium

Introducción

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17/12/2009, 21:23
Director

Año 2130, las redes de información cubren la tierra, lejos de alcanzar el limite de su evolución potencial, los humanos elevan los electrones y la luz hasta las estrellas, en el ocaso de una raza que abandona por momentos su parte biológica, que avanza hacia el futuro imparable pero cargando con una decadencia creciente que torna negro el que antes era un planeta azul, que transforma la sangre en impulsos electricos, el amor en intereses. La humanidad no es mas que un sentimiento nostalgico dentro de los suburbios de las grandes urbes, no obstante, la informatización aun no ha acabado con las naciones y los grupos etnicos.

Cuando la ciencia absorvió todo, no hubo mas lugar para el misticismo, la tecnología, directamente ligada al dinero aplastaba  cualquier atisbo de esperanza. Dios dejó de vivir en el cielo para trasladarse a un lugar mas basto e infinito, con pajaros de metal en las alturas, allá lejos, donde los pocos que aun creyeran en su desfasada palabra no pudieran alcanzarle, la red se encargó de guardar lejos de las mentes lo que una vez se llamó razón, para que eventualmente se perdiese en el universo virtual.

Nada de esto parecía poder detener el avance de esta extraña raza, cegados por la luz de su propia obra no supieron ver a tiempo lo que serían las señales de que su tiempo se había terminado.

El 31 de Diciembre del 2130 comenzó una cadena de sucesos y catastrofes inexplicables, el 64% de los volcanes conocidos de la tierra entró en actividad, los terremotos sacudieron la corteza terrestre con fuerza y de forma continuada hasta el 7 de Enero de 2131, para entonces se calcula que un 20% de la población mundial había muerto o desaparecido, transformando la tierra en un caos total. Lejos de detenerse, este apocalispisis dió paso a las denominadas "Hellgates" (puertas del infierno) y de ellas surgieron terribles bestias que pronto fueron identificadas como demonios, su origen era desconocido y la energía que las movía tambien, lo maximo que alcanzaron los seres humanos a clasificar de esta energía fue su nombre "Energía Oscura".

Cuando el conjunto de naciones supervivientes quiso reaccionar fue demasiado tarde, de estas puertas repartidas por todo el mundo salieron legiones de criaturas y abobinaciones, comandadas por cuatro demonios mayores, muchos los llamaron, los cuatro jinetes del apocalipsis. La ultima resistencia de la humanidad luchó con valentía durante 6 años, sin embargo, ni las todopoderosas armas nucleares eran capaces a sellar estas puertas, cuando una legión era aniquilada otras dos aparecían, y todos los intentos de acabar con los demonios mayores fracasaron. En enero del año 2137 las ultimas fortalezas de la humanidad cayeron, la ultima en caer fue la ciudad fortificada del Vaticano, concretamente el 18 de enero a medianoche las legiones demoníacas atravesaron sus murallas.

Tras esta terrible batalla, la tierra alcanzó su límite, los humanos fueron exterminados y los demonios camparon a sus anchas por las ruinas de la civilización humana. Nada se supo de los demonios mayores a partir de entonces, posiblemente, satisfechos con su obra descansaron en el mundo conquistado, alejados de sus esbirros, pero tambien lejos de unos supervivientes que no esperaban.

Se sabe que la humanidad llevó a cabo obras faraonicas, proyectos hasta la fecha imposibles y experimentos descabellados con el único objetivo de detener la invasión, todos fracasaron, o almenos, eso pensaron los demonios mayores que se habían encargado de hacerlos fracasar por cualquier medio imaginable, sin embargo, algunos consiguieron llevar a cabo grandes proyectos en el mas absoluto secreto, tanto es asi que nisiquiera los demonios mayores, considerados seres de una inteligencia muy superior a la humana se dieron cuenta. Nada se sabe de estos proyectos, se dice que las grandes mentes que los llevaron a cabo dejaron pistas a lo largo de su corta historia, ocultas en un espacio y circustancias desconocidas, y que solo serían desbeladas cuando una mente humana estubiese preparada para verlas, un legado que, llegado el momento, estaría destinado a dar una segunda oportunidad a la humanidad.

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20/12/2009, 02:35
Director

Uno de Enero del 2140, ya han pasado 10 años desde el gran terremoto y tres desde el final de la guerra, una guerra que los humanos perdieron. Los escasisimos supervievientes que aun puedan quedar en las ruinas de las grandes ciudades viven como ratas, escondiendose, huyendo de dia y ocultandose por las noches siempre ante la amenaza de ser cazados por criaturas incansables e inagotables, demonios hechos para matar y exterminar la vida.

No queda nadie que celebre el año nuevo, tan solo es una recordatorio mas de una agonica existencia. Sin embargo este uno de Enero sería distinto para tres supervivientes de la ciudad de Nueva York, algo rompe el silencio de las calles cosa que nadie se atrevía a hacer salvo los propios demonios. El sonido de potentes vehiculos blindados que hacen temblar la tierra, un sonido nostalgico, que si bien recordaba a la guerra, tambien podría traer consigo esperanza.

Un convoy de cuatro tanques enormes y escoltados por soldados humanos. Tras recojer a los supervivientes comenzaron una marcha lejos de la urbe. Habían tenido encuentros hostiles, pero entre mas se alejaban, menos probable era que se repitieran.

No habían ofrecido explicaciones pero una vez dentro del vehiculo uno de los soldados se dirigió a los escasos supervivientes rescatados tras su peligrosa y larga busqueda.

-Bienvenidos a bordo del convoy FourHope, ahora nos encontramos en ruta hacia lugar seguro, el trayecto será de dos horas aproximadamente, asi que esperen tranquilos, ahora estan a salvo.

Dicho esto se sentó en un asiento cercano y aunque el espacio era algo reducido había sitio para que se sentaran por lo menos otras 6 personas.

Notas de juego

Bien, aqui comienza todo, estais los tres en el tanque, pronto llegareis a donde quiera que os lleven.

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20/12/2009, 05:03
Adirael

 Cerraba los ojos. Los cerraba con fuerza. ¿Quién...eres tu para hablar con tal confianza? ¿Cómo has llegado a esa capacidad?

 Sus párpados temblaban y hacían que sus pestañas se balanceasen, podría achacarse al vaivén del transporte, al frío, al temor, o a la ansiedad. Los labios se separaban y la cabeza se desplaza hacia atrás, muy lentamente, suele ocurrir cuando alguien está a punto de sufrir un shock...

 Su rostro era inofensivo, su cabello estaba húmedo, muy liso, y despeinado, un mechón atravesaba su frente de un lado a otro justo por encima de las arrugas que se formaban en su ceño, como las decenas de fallas abiertas que asolaban el mundo partiendo ciudades vastisimas en dos o tres porciones...

 ¿Acaso no son demonios? ¿Acaso no han perdido la fe en la humanidad? Pensaba para si, más reflexivo de lo que ningún chico de su edad lo hubiese sido hace siglos. Sus ojos seguían temblando, y sus pensamientos impulsaron el movimiento de sus labios que susurraban palabras irreconocibles fáciles de confundir con el simple traqueteo de sus dientes ante el movimiento del convoy.

 Sus hombros apretados estiraban su columna que impedía que sus cerbicales cayesen hacia atrás, su mentón permanecía estático casi por completo oculto en su gabardina de color grisaceo, un gris claro como la luz que se filtraba al interior de aquel medio de transporte. En aquel momento su ceño se frunció todo cuando sus músculos se lo permitían, sus ojos estaban herméticamente cerrado, de tal forma, que sentía dolor. Eso le recordaba lo que era estar vivo...

 - Nadie...estará a salvo...- Susurró para si mismo, no era una réplica a aquella máquina viviente, nisiquiera mitad hombre, era una réplica a sus esperanzas. Intuyendo que aquel viaje no deparaba en verdad nada bueno...si no a corto plazo, quizás a más largo. Tenía muchas dudas, muchos lo verían como simple temor.

  Era...tan inocente.

 La seguridad aparente que concede la tecnología. La subsistencia. ¿Por qué estar aquí? Esto los atraerá...el ruido...el cúmulo de personas. Estarías más seguro solo.

  - no...no...no....- Repetía, tan suavemente que no podría perturbar la concentración de nadie.

 Aún permanecía con los ojos sellados.

  No...

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26/12/2009, 15:50
Balakia

 

Balakia estaba sentada en uno de los asientos más esquinados que permanecía en la penumbra, sumida en un hermético silencio con las manos cruzadas sobre el pecho y la cabeza agachada mirando al suelo. Esto había ocasionado que la larga melena azabache cayese a ambos lados de su rostro cubriéndolo por completo.
 

Soldado:

Bienvenidos a bordo del convoy FourHope

 
"Hay que joderse, 'Four Hope'... aun hay gente con sentido del humor en este mundo y todo..."

 
Soldado:

Ahora nos encontramos en ruta hacia lugar seguro, el trayecto será de dos horas aproximadamente, asi que esperen tranquilos, ahora estan a salvo.

La evocadora levantó ligeramente la cabeza y un frío ojo azul celeste apareció mirando a traves de los mechones negros con cierto recelo. La expresión de aquella mirada era no obstante la de alguien que lleva demasiado tiempo luchando en unas condiciones extremas: puro agotamiento.

Llevamos siete años sin estar a salvo...—murmuró con una voz también algo cansada—¿...por qué iba a ser diferente hoy?

Volvió a bajar la cabeza como si el levantarla le hubiese supuesto demasiado esfuerzo y soltó un apagado suspiro.

"Un lugar seguro... algo así no existe"

Apoyó un hombro contra la pared junto a su asiento como si el traqueteo del convoy la molestase para mantenerse sentada con normalidad pero no dijo nada, lo único que podía escucharse era el amortiguado crujir de las ruedas por el asfalto y los susurros de uno de los pasajeros que también había sido recogido.

Adirael:

Nadie...estará a salvo... no... no... no...

 
"¿Y a ese chaval qué le pasa? ¿tiene un trauma o algo? bueno... razón no le falta..."

 

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27/12/2009, 14:35

Ryan estaba con su hijo sentado en un segundo piso que había sido una oficina y se encontraba en bastante buen estado. Habían terminado de comer, y ambos vigilaban por sendas ventanas. El chico tenía ya su propio arma, la de Peter Hawk en realidad, y bastante por aprender, pero buena motivación y un buen maestro. Por ahora solo practicaban juntos a mediodía, cuando era más seguro hacerlo.

Por ahora le enseñaba cómo y porqué buscar una buena posición donde cubrirse para disparar, la importancia de la sorpresa, y otras muchas cosas.

Entonces fue cuando oyeron los tanques.

 ¿Oyes eso...? Susurró el muchacho

Respondió Ryan. Llevaba algún rato oyéndolo, pero ahora podía reconocerlo. Son tanques.

  ¿C...Cómo que tanques...? Pensé que el ejérci-

¡Chst! Calla y escucha, a ver por dónde vienen.

Esperaron durante unos cuantos segundos, hasta que Ryan hizo un gesto a Max, y subió a la tercera planta a buscar el rastro de humo y polvo que un convoy levantaba siempre. Hacía cuatro años que no oía el ruido de un tanque, pero no era un ruido que pudiera olvidarse.

Ryan asintió para sí mismo al ver la polvareda, y escuchó algo tras de sí. Al girarse, Max estaba siguiéndole. Tal como le había enseñado que tenia que desplazarse, agazapado y en silencio, pero... también le habia ordenado quedarse en la segunda planta con aquél gesto.

¿Qué coño haces..? Te dije que te quedaras abajo..!

 Yo también quiero verlos...

Me cago en todo, Max, abajo estabas seguro, se trata de...  Ahora no es momento de darle lecciones. Maldito crío, ¿Tanto me costó a mi aprender a obedecer órdenes cuando tenia su edad? -Resopló-
Creo que van a pasar cerca, ve recogiendo la mochila, que vamos a buscarles. Yo miro por donde van a pasar.

Ryan no perdió de vista la estela de polvo, y cuando estuvo bastante convencido de por dónde iban a pasar, bajó corriendo.

Corre hijo, creo que pasarán por la otra calle, hay que darse prisa, que no pasen de largo!
Ryan cogió su mochila y su rifle de asalto y salió a la calle mirando hacia ambos lados, corriendo para cruzar la acera, con Max siguiéndole. El chico corría menos, pero Ryan ajustaba su paso al de su hijo.
Una vez en la acera de enfrente, se colgó la mochila y cruzó deprisa pero avizor las salas destruidas de la planta baja del edifcio, llegando a la otra calle por un boquete, poco antes de que el convoy llegase.

¡EEH! Se acercó al centro de la calle y saludó con una mano. Miró al lado a Max, y sonriendo, con el corazón acelerado por la emoción, le llamó con la mano.

 ¡¡SIII!!

Max corrió con su padre hasta la parte trasera de uno de los blindados, y Ryan le dejó pasar en primer lugar. Nunca había visto aquél tipo de tanque, y se colgó de la entrada, parándose a mirar hacia atrás un par de segundos, en silencio, frunciendo un poco el ceño.

Suerte, camarada.

Entró al tanque y se quitó la mochila, puso el seguro al arma, y lo dejó todo entre sus piernas. Max ya había hecho eso mismo, y por primera vez en más tiempo del que podía recordar, Ryan rió y se sintió seguro y contento. Agarró a Max con un brazo por los hombros y lo atrajo contra él.

¡JAJAJAJA! ¡¡AL FIN!! ¡¡Un ejército de nuevo!!

Apretó un poco más al chico, que también lucía una aliviadísima sonrisa. El chaval tendría entre quince y diecisiete años, y el hombre aparentaba unos cuantos más de cuarenta, por su aspecto cansado y su ánimo desgastado.

Ryan miró a los demás sonriendo.

¡Animen esas caras! Dijo soltando a Max, que movió el cuello de un lado a otro Al fin vamos a un sitio bien defendido, digo yo!!
Aún contento, miró al soldado que les había dado la bienvenida.

¡Bonito juguete! Estos no estaban cuando servía en el ejército. Si aún significa algo mi placa es la 741081, Capitán McAllister del E8-775... Miró el interior del tanque y los emblemas. ¿Quienes son y a dónde vamos, compañeros?

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27/12/2009, 23:40
Director

El soldado prestaba atención a las palabras de Ryan, pero su actitud, aunque siempre respetuosa, fue mas fría de lo esperado.

-Lo siento señor pero no se nos permite revelar información hasta que hayan llegado a la base y pasen el reconocimiento médico por motivos de seguridad, recibirán toda la información que necesiten al llegar. Si formaba parte del ejercito solo puedo decirle que no formamos ni formabamos parte de ninguna rama militar o gubernamental.

Luego pareció dirijirse a todos los presente.

-Tengan paciencia, pronto llegarán las respuestas.

Volvió la vista al frente y permaneció sentado el resto del trayecto, independientemente de que quisiera o no, no podía dar mas explicaciones. Pronto los supervivientes descubrirían que era algo dificil de explicar con palabras.

Notas de juego

Continuamos en el Geofrente Elysium