Partida Rol por web

En busca de las reliquias de Baruk

La Orden de los Caballeros Blancos

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28/08/2022, 19:38
Director

Año 1, día 23

Fortaleza Paso Angosto, media mañana

Definitivamente no fue la suerte lo que guió la flecha de Gabriella, sino su excelente puntería y sus buenas deducciones.  Aidan debía sentirse orgulloso de su discipula.  La saeta voló atravezando el aire que separaba a la arquera de la bestia enemiga y se clavó con certeza y profundidad en el pecho acertando al segundo corazón.  La cabeza del dragón sufrió unos espasmos y estertores en los que lanzó unos bramidos de agonía y finamente cayó lánguida colgando sobre el costado derecho de la monstruicidad.  Sin embargo esto pareció no afectar a la cabra quien cargó contra Aidan quien apenas se había logrado poner de pie cuando vió al montruo dirijirse hacia él.  No pudo hacer más que poner el escudo delante sosteniéndolo con ambas mános ocupando todo su peso hacia adelante para intentar resistir el impacto.  Sin embargo la fuerza y la maza de su enemigo eran mucho más de lo que el veterano soldado podía aguantar y la embesitida lo proyectó hacia atrás y arriba perdiendo el escudo y la espada en el trayecto.  Al caer se le escuchó quejarese y quedó inmóvil.

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30/08/2022, 00:58
Gabriella

Año 1, día 23

Fortaleza Paso Angosto, media mañana

-¡Maestro! 

Se escapó el grito de su boca al tiempo que sus manos dejaban escapar el arco. Todo parecía ocurrir en lentitud, e inverosímilmente tan rápido como un parpadeo. Sus ojos celeste viajaron desde el hombre hasta la manticora, enfocándose en el animal, la intención bravía materializandose de acabar con el animal. 

Varios eventos se sucedieron en aquel lapso de tiempo cuando su garganta clamaba por Aidan, de igual forma sus piernas empujaban el suelo para romper la inercia inclinando el cuerpo adelante para romper en una carrera hacía el guerrero inerte.

Sus dedos, ahora libres del arco, se cerraban sosteniendo la empuñadura de la espada sacándola de su prisión presta a beber la sangre del osaba herir a su más querido compañero.

Cegada por la ira busco descargar el ataque de Airnarael cargando sobre aquella abominación mientras le daba la espalda.

 

 

- Tiradas (5)

Notas de juego

Tire dos ataques, pero me doy cuenta que tal vez una acción sería correr y la segunda atacar.

Cuántas veces se puede usar suerte en las peleas(?)

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30/08/2022, 02:40
.Sir Aidan Viento Audaz

Año 1, día 23

Fortaleza Paso Angosto, media mañana

 

Se hizo el silencio, evidentemente quienes estaban allí se habían visto sorprendidos ante la voz que hablaba del otro lado de la puerta.

-Una sobreviviente- dijo alguien -Debemos abrir la puerta-

-No- dijo con desesperación la voz temblorosa de un hombre -Debe ser una de esas criaturas-

-Callaos.  Todos- dijo alguien imponiendo su voz, ella la reconoció.  Era Aidan.  -Abrid la puerta de inmediato, es mi discípula, se suponía que debía encontrarme con ella aquí-

Poco a poco los goznes de la pesada puerta se movieron y esta se abrió para mostrar la figura de un Aidan sonriente, fatigado y completamente sucio con una mezcla de sangre y lodo.  Tenía una venda en la cabeza pero parecía estar bien.

-Gabriella, rogaba porque te retrazaras unos días más- dijo su maestro -Pero ahora me alegra verte.  Dime.  ¿Qué tanto la has cagado con la reja?- agregó con otra sonrisa

La mirada de ella se perdió en la nada misma.  Él sabía lo que aquello significaba, Gabriella había visto el por venir, sin embargo prefirió no decir nada sobre eso.

-Aquí estoy- respondió tomándola suavemente del hombro cuando ella gritó.  -Tranquilla nada ha pasado... aún- agregó llevándose a la joven para tomar distancia de los sobrevivientes

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31/08/2022, 04:03
Gabriella

 Año 1, día 23

Fortaleza Paso Angosto, media mañana

 

Sus rodillas estuvieron a punto de flaquear, suerte todos los años de entrenamiento y la armadura; ahh la bendita armadura que la sostuvo.

Con la mano de Aidan en el hombro Gabriella aspiró, instintivamente su mano, crispada por las visiones vino a tocar el pomo de la espada que todavía dormía en su funda.

Nunca antes había tenido una visión de este modo, tan real, tan viva.

Todavía podía oler la esencia metálica de la sangre del animal, oír los rugidos que profesaba mientras una a una las cabezas caían ..incluso todavía podía oír el último quejido del guerrero.

Por un instante el semblante jovial de la chica se mostró serio al fruncir el entrecejo.

-Ni hierbas a masticar ni distracciones. De aquí salimos todos juntos. Hablo encarando al veterano maestro.-No hay más bestias solo la manticora y si nos movemos a prisa llegaremos todos hasta el subterráneo de la fuente de iniciación.

En realidad no podía asegurar que solo quedara la manticora pero debía confiar en el mensaje y la alerta de los altos.

-Pero me vas a explicar cuál fue el mal que azotó la fortaleza. ¿Qué sucedió aquí Aidan? ¿Y por qué me dijiste que no confiara en nuestros hermanos?

La sospecha de que alguien de la orden los hubiera traicionado aliándose con las fuerzas corruptas era impensable pero realmente no encontraba otra respuesta, esperaba estar equivocada y que sus sospechas no fueran infundadas.

 

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05/09/2022, 19:59
Director

Año 1, día 23

Fortaleza Paso Angosto, media mañana

Aidan frunció el ceño ante la información que le daba su alumna y luego asintió.  -Muy bien, hay una Mantícora rondando la fortaleza.  Mi aprendiz la ha visto.  Debemos movernos rápido y en silencio, llegar hasta la fuente de iniciación y de allí al río subterraneo que la alimenta.- Se giró hacia su aprendíz  -Aclararé tus dudas lejos de oídos indiscretos- le susurró a Gabriella y se pusieron en Marcha

Salieron al patio y pudieron sentir el batir de alas de la mantícora alto en el cielo.  Todos se quedaron quietos escudándose de la vista aérea del animal como pudieron, esperaron unos segundos hasta que el sonido de las alas se alejó, al parecer la bestia no los había visto.  Aidan ordenó con un gesto que continuasen moviéndose y así lo hicieron.  Llegaron hasta una puerta ingresaron por ella y tuvieron un momento de tranquilidad pues el techo los protegía.  Dentro el espectáculo era aún más dantesco que en el patio, sangre, visceras y cuerpos mutilados pobablan la sala, el moviliario estaba roto y disperso y un pequeño incendio comenzaba a gestarse en la punta más lejana de la habitación, por suerte ellos salieron de allí al llegar a la mitad y se introdujeron en un pasillo que bajaba guiados por Aidan.  -Por aquí no está la fuente- dijo uno de los caballeros -Lo sé- respondió su líder.  -Estoy dando un rodeo para evitar exponernos a la mantícora- protestando el caballero les siguió.  Continuaron caminando por distintos pasillos de piedra que parecían estar excabados en la misma montaña, pasaron por las celdas, luego llegaron a las cocinas y finalmente a la sala de iniciaciones.  Para su desgracia el techo estaba roto en varios lugares por lo que deberían moverse con cuidado para evitar que la bestia los viera desde el aire.  -Si tenemos que pelear recuerden atacar las cabezas y las alas-

Extrañamente aquel lugar se encontraba impoluto más allá de los derrumbes del techo, incluso emanaba una sensación de paz y tranquilidad, era la fuente, Gabriella no sólo lo sabía, sino que podía sentir y seguir perfectamente aquellas senciones hasta el agua que brotaba de ella.  -Aguarden a mi señal- dijo Aidan y moviéndose tan veloz como el propio viento llegó hasta la fuente, se agachó detrás de ella y luego quitó una lozeta.  -Rápido, muevanse- dijo y todos comenzaron a moverse con cuidado hacia él.  El batir de alas se dejó escuchar otra vez seguido de un rugido.  -Rápido- los apuró el caballero -bajen por la escalinata y espernos debajo, no toquen el agua- les advirtió.  Uno a uno los supervivientes fueron bajando hasta que sólo quedaron Gabriella y él.  Ella comenzó a bajar y escuchó la voz de su maestro  -guíalos hacia el sur y esperame en la desembocadura del río subterráneo.  Tengo cosas que hacer y ahora que sé a que me enfrento estaré preparado- antes de que la muchacha pudiese replicar o accionar la lozeta se cerró sobre ellos y fue imposible levantarla -El mecanismo sólo se destraba desde fuera- le dijo uno de los caballeros a Gabriella que golpeaba y empujaba la piedra para intentar volver con su maestro.

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06/09/2022, 04:08
Gabriella

Año 1, día 23

Fortaleza Paso Angosto, media mañana

 

-!No! !No!

Repetía una y otra vez, aunque su voz no se escuchara sobre los fuertes sonidos provocados por su puño golpeado en la loza. Afortunadamente los sonidos de la manga de la armadura metálica golpeando también vino a cubrir la segunda frase.

-Viejo decrépito espero que sepas lo que haces.

Exhaló aquel improperio irrespetuoso por primera vez hacía su maestro antes de golpear varias veces más. Se sorprendió a sí misma, la ira de su lado humano que pocas veces pintaba sus acciones, la frustración de sentirse desplazada de una agenda secreta a la que su maestro no le permitía acceso, incluso a costa de su propia vida.

Sobre su hombro asintió a las palabras del joven caballero.

-Velaremos por la protección de los sobrevivientes camina junto a mi joven caballero, protegeremos la retaguardia. Dime tu nombre y que sabes de los eventos que se dieron aquí.

 

 

 

 

 

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19/09/2022, 01:34
Director

Año 1, día 23

Salida de la cueva, tarde

La caverna a la que descendieron era un lugar tranquilo, lleno de estalactitas y estalagmitas propias de los minerales que el agua que corría en un pequeño arroyo por el centro del lugar llevaba. Hubiese sido completamente obscuro de no ser por la luz que manaba del agua, una luz tenue y azulada que se reflejaba en los cristales que se hallaban formando parte de las paredes, piso y techo de aquel lugar. Era un sitio mágico, metafórica y literalmente. Gabriella podía sentir la vibración que manaba del agua y estaba segura que los caballeros también.

-No lo sé- respondió el primero de los caballeros ante su pregunta. -Me encontraba limpiando mi armadura luego de realizar mi guardia cuando escuché la alarma. Luego todo fue un caos de bestias y muerte. Jamás habíamos presenciado algo como esto-

-Quizás yo pueda brindar algo más de información- dijo el segundo de los caballeros -Al comienzo llegaron por fuera, nos rodearon, lanzando todo tipo de sonidos amenazantes. Luego llegó una primera carga hacia uno de los portones, sincronizada con una segunda carga en el otro. Si sólo hubiese sido eso, un ataque desde el exterior habríamos podido defendernos sin problemas, incluso ante los coordinados ataques y las criaturas voladoras no hubiesen podido con el bastión. Sin embargo algo pasó, de repente las criaturas comenzaron a atacar desde dentro. Oí a uno de mis hermanos hablar de portales, no sé si es cierto o no pero de alguna manera las bestias nos habían acorralado. Nos habían hecho tomar puestos defensivos en los muros y patios, protegiendo las puertas, dejando prácticamente libre el interior y luego nos atacaron por detrás desde una posición que creíamos resguardada y estaba desprotegida. No soy un experto, claro que no, de echo no creo que hubiese sobrevivido sin la oportuna llegada de Sir Aidan, pero este comportamiento no es normal, distintas especies de bestias no atacan juntas y de forma coordinada y mucho menos diagraman estrategias tan complejas. No sé quién pudo haber hecho algo así, pero seguramente se trate de un mago muy poderoso.-

Continuaron caminando con el ánimo apesadumbrado por algunas horas, si fueron muchas o pocas Gabriella no pudo saberlo pues el tiempo se volvió laxo allí dentro. Al salir continuaba siendo de día y la mujer se despidió de los sobrevivientes y esperó allí a su mentor que apareció un par de horas después llevando su montura, mientras él montaba un caballo negro azabache.

-Hola pequeña- dijo sonriendo, tenía la cota de mallas desgarrada en el pecho y la venda de la cabeza algo manchada de sangre pero por lo demás se encontraba intacto. -Mira, pude recuperar a tu montura y terminar de hacer lo que debía, eso sí, tuve que evitar a la quimera, no hubiese sido rival para ella-

Desmontó a unos metros de la mujer y se acercó a pie extendiéndole la riendas de su caballo. -Toma, en las alforjas encontrarás unas ropas. Quítate la armadura y úsalas, son un regalo de tu madre. Mejor que cualquier armadura que pueda forjar la humanidad y te permitirán pasar desapercibidas. De hoy en adelante no llevaremos el escudo de armas de los Caballeros Blancos, no hasta que descubramos que sucede dentro de la orden.-

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24/09/2022, 03:57
Gabriella

Año 1, día 23

Salida de la cueva, tarde

El trayecto le sirvió para recapitular mientras sus ánimos caldeados menguaban. En otras circunstancias hubiera disfrutado plenamente del escenario mágico que ofertaba la caverna, y aunque respiró profundo tratando de llenarse con el hálito purificador de aquellas aguas cientos de preguntas y preocupaciones ensombrecen su mente con cada paso.

Las palabras de los caballeros durante el trayecto confirmaban lo que en su momento fueron sospechas y ahora desgraciadamente se materializaba en una cruda verdad, alguien había utilizado portales dentro de la fortaleza.

Tras despedirse de los sobrevivientes la aparición de su maestro, vivo, trajo algo de confort a su corazón pero las palabras de Aidan verificando lo que ya sabían se volvían puñales desgarrando en su corazón lo que siempre había creído impugnable: la sagrada Orden de los Caballeros Blancos.

Las sospechas iniciales de su maestro se corroboraron con los hechos de un ataque a traición, y ahora, indicando de no usar el emblema de los caballeros ciertamente destruía una parte de sus cimientos. La Orden estaba corrupta, algo o alguien, buscaba destruir la orden de paladines acabando con sus miembros.

-Hubiéramos podido juntos, ahora sabía que evitar y cómo atacar con eficiencia.

Refunfuño acariciando el cuello de Jakes, el corcel rescatado por Viento Audaz. Lo hubiera abrazado, claro que sí, pero Gabriella se limitó a observar a su maestro serena, está vez sin abrazarlo en pleno control de sus acciones.

-Necesitamos respuestas Aidan. Urgentemente, esto no puede quedar impune. Hay que traerles justicia a nuestros hermanos caidos ¿Sospechabas que habían infiltrado la Orden desde aquel mensaje en la taberna, o mucho antes?

¿Has tenido noticias del General?

Y qué hay del grupo de elegidos, tenemos que ir por ellos cuánto antes, el autor intelectual del ataque a la Orden busca sembrar caos en el continente y si descubren la misión o localización de los magos entonces todo estará perdido. Viniendo aquí me tope con un grupo de muertos vivientes en medio de la nada, no habían aldeas ni poblados suficientemente cercanos. El mal se está levantando y organizando peligrosamente.

Es preciso que confíes en mí, ya no soy una niña, cuéntame lo que sabes y lo enfrentaremos juntos.

Mientras abría las alforjas sus dedos palparon el material de aquellas ropas por un momento pensando en su madre vampyr, alguien a quien debía la vida pero que hacía mucho tiempo no formaba parte de su vida. Sintió un jalón en su corazón, ¿tristeza.. nostalgia? No lo sabía con exactitud, tal vez solo sentía el pesar por no poder usar el escudo de la Orden que la identificó por tanto tiempo; la identidad que vino a suplantar la de la niña que una vez fue.

-¿Ella te dió esto cuando me uní a la Orden?

 

 

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07/10/2022, 19:35
.Sir Aidan Viento Audaz

Año 1, día 23

Salida de la cueva, tarde

La confirmación de sus sospechas no habían alegrado a Aidan, muy por el contrario lo había entristecido, había intentado mantenerr aquella carga sobre sus espaldas, pero su alumna tenía razón era algo que debía compartir, al menos con ella.

-No podemos arriesgarnos- dijo respondiendo sobre la quimera casi de forma automática, cómo si se tratase de una lección aprendida a base de estudio y repetición, cómo un acto reflejo similar a aquel que llevaba al guerrero a levantar el escudo o la espada para protegerse de un golpe. -Si hay algo que debes aprender es que el futuro no es algo lineál.  Fluctúa, se mueve y se acomoda, por eso percibir aquello que va a suceder es un arma de doble filo ya que no puedes predecir los cambios que tu intervención generará.  Yo no poseo tu don, pero si lo tuvo mi maestro y habló mucho conmigo sobre él y me explicó muchas cosas.  Quizás porque sus visiones le mostraron que tú serías mi aprendiz y que llevarías su mismo don.  No lo sé, jamás me había planteado hasta el momento porque me había hablado tanto de aquello-

Luego escuchó a su aprendiz continuar hablando.

-Tienes razón en casi todo lo demás, necesitamos respuestas, la Orden la necesita, sospechaba de esto desde hace mucho tiempo y no, nada de esto me lo dió ella.  Sólo me indicó dónde encontrarlo y todavía me falta una de las piezas por hallar.

Mira, sabes que siempre eh sido completamente honesto contigo y sino te conté sobre mis sospechas fue por dos motivos.  El primero es que eran sólo eso, sospechas y nada más, el segundo que presentía que meterías las narices intentando averiguar que era lo que sucedía y no quería ponerte en peligro.  ¿Acaso crees que no sé que aceptarías un "continúa con tu entrenamiento y no te entrometas en esto" si te lo contaba?- dijo aquello último con una sonrisa en la boca, recordando los tiempos en que todo parecía más sencillo.

-Tenemos una misión que cumplir, llegar a la torre de magos y ocuparnos de proteger a aquellos que debemos proteger.  Ya veremos como resolver el resto mientras cumplimos con nuestro deber-