Partida Rol por web

Año 7, día 1

Salon Cinético, por la mañana

-Pequeño Morka- saludó Targus -tu primer día de clases de magia.  Imagino te debes sentir ansioso así que haré todo lo posible por no aumentar tu ansiedad  ¿Sabes que es la cinética?- dijo y ante el gesto negativo de su alumno continuó -La cinética constituye el movimiento y la Ley de Alteración Cinética puede modificar al movimiento.  Puede volverte rápido, hacer que otros se vuelvan lentos, puede alterar la trayectoria de una flecha o de una bola de fuego haciéndola más certera.  En fin, todo lo que ataña al movimiento puede ser alterado en mayor o menor medida por esta Ley- entonces sonrió con pircardía.  -Ven, dame la mano- le dijo y una vez que el muchacho tomó la mano del Orco este la apretó con suavidad, conjuró algo que Morka fue incapaz de entender y de repente ya no estaban en el salón sino en un montaña. -Ves ese pequeño punto que está allí- dijo Targus -Esa es nuestra escuela de magia- luego sin soltar la mano del pequeño volvió a recitar el conjuro y se encontraron de nuevo en el salón.  -¿Qué te ha parecido?-

Año 7, día 1

Salon Cinético, por la mañana

Siendo su primera clase, Morka estaba más que interesado. Aún con recelos por la parte en que implicaba leer y estudiar mucho, atendió a Targus con más o menos atención. Se estaba balanceando sobre los talones cuando el mago hizo su "viaje rápido". Con asombro, corrió hacia la ventana del salón nada más volver, miró hacia donde debían haber ido y se giró de nuevo hacia el mago.

—¡Esa magia es genial! ¿Podré hacer eso pronto? ¿Por qué no hemos empezado a practicar ya?

Año 7, día 1

Salon Cinético, por la mañana

Targus ya conocía la ansiedad de Morka y decidió jugar con ella, por eso había hecho aquel hechizo de teletransportación para estimularlo.

-Eso que acabo de hacer es un hechizo bastante difícil y pasará algún tiempo antes de que puedas hacerlo.  Pero lo lograrás con esfuerzo y estudio... y paciencia muuucha paciencia.  Esta bien, si quieres practicar comencemos.- dio vueltas un reloj de arena que había sobre un escritorio -Quiero que cierres los ojos y te concentres en hacer que la arena suba en lugar de bajar-

Año 7, día 1

Salon Cinético, por la mañana

Clavando los codos delante del reloj, se inclinó y lo miró sin parpadear. Siguió el movimiento de cada grano, girando para ver los diferentes ángulos. Se concentró en un punto, apretando los dientes y arrugando el hocico. Entonces cerró los ojos como le habían indicado. Para su oído fino, la arena sonaba casi como las olas del mar deshaciéndose en la playa. Con esa referencia y la imagen mental del reloj, se forzó a pensar en el opuesto. 

Granos subiendo, arena subiendo. Sube arena, sube, tienes que subir, ¡sube ya!

Año 7, día 1

Salon Cinético, por la mañana

Morka escuchó el sonido de una madera moverse y luego el estallido del cristal, cuando abrió los ojos vio el reloj de arena roto en el suelo, con algo de desconcierto miró a Targus quien lo miraba con el ceño fruncido -Has logrado que la arena suba, pero también has tirado el reloj y lo has roto.  Moldea tu carácter Morka o serás uno de los peores magos que haya salido de esta academia.  Un mago que no controla su temperamento, que no controla su poder no sirve de mucho.  Ahora ve a buscar una escoba y una pala y limpia el desastre que has hecho-

Año 7, día 1

Salon Cinético, por la mañana

Animado y seguro por su éxito inicial, no le importaba que Targus lo regañase. Que las cosas se rompieran de vez en cuando era inevitable. Era mejor que caerse de ún arbol cuando la rama de apoyo se partía. Si solo tenía que enfocarse un poco más, lo conseguiría pronto. Limpiando con toda la rapidez que era capaz, dijo:

—¿Probamos otra vez? ¡Estoy listo para intentarlo!

Año 7, día 1

Salon Cinético, por la mañana

-Por supuesto Morka- dijo Targus y con un conjuro reparó completamente el reloj de arena.  -Vuelve a intentarlo-

Año 7, día 1

Salon Cinético, por la mañana

—¡Voy, maestro!

Esta vez Morka intentó un enfoque algo diferente. Menos temperamento, decía Targus. ¿Quizás no pensando tan fuerte? Excitado por repetir su éxito, se rascó la mano varias veces antes de inclinarse de nuevo hacia el objeto.

Sube. Pero no sube rápido. Sube bien, sin romper nada ni enojar a Targus. ¿Por favor? Venga, arenita, sube, sube.

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Salon Cinético, por la mañana

Esta vez todo salió tal cual Morka había decidido, la arena subió, pero despacio, sin romper nada, obediente a las emociones del glotón

Año 7, día 1

Salon Cinético, por la mañana

-Felicitaciones Morka.  Veo que estás logrando aprender más que magia-