Partida Rol por web

En busca del Templo del Mono

4~ El Palacio del Tigre

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09/11/2018, 12:11
Director

El viaje en aquel carruaje resultó realmente incómodo. A la molestia de saberte forzada a aceptarlo, prisionera de aquel hombre despreciable, se sumaba el incesante bamboleo de aquella cabina cerrada, que se agitaba constantemente por la irregularidad de un terreno poco apropiado para un vehículo como aquel. Los caminos eran irregulares, llenos de baches, charcos y piedras, y aquel carromato se movía de lado a lado, haciéndote perder el equilibrio incluso sentada como te encontrabas. A pesar de ser pleno día, te encontrabas sumida en las tinieblas. La cabina, en la que te habías introducido en soledad, contaba con una estructura que la asemejaba a una caja, de manera robusta y refuerzos de metal. No era una jaula, no había barrotes en las ventanas ni habías oído que se cerrase cerrojo alguno al cerrar la puerta por la que el mercenario que te acompañase te había ayudado a acceder. ¿De qué serviría? ¿Acaso podías simplemente saltar del carruaje y salir corriendo? Las ventanas estaban cubiertas con pesadas y lujosas cortinas, pero oías a los jinetes caminando sobre sus monturas alrededor del carruaje. Los cojines que cubrían el suelo estaban también lujosamente confeccionados, y resultaban ciertamente cómodos. ¿Era eso lo que te esperaba? ¿Lujo y comodidad en una jaula dorada?

Se acercaba la noche, cuando alguien advirtió desde el exterior que estabais llegando. No pudiste reprimir la curiosidad de asomarte por aquella ventana, apartando el pesado trozo de tela que la cubría. Tus ojos se abrieron como platos al contemplar tal majestuosidad, pompa y exceso. A ambos lados del camino que recorríais, se extendían inmensos jardines llenos de flores de color amarillo, que os daban la bienvenida. Ya habías percibido que el camino se había vuelto regular y totalmente liso, pero te desconcertó descubrir que el carruaje caminaba sobre una inmensa y suave alfombra que se extendía por todo el ancho sendero hasta las mismas escalinatas de un magnífico palacio, iluminado por multitud de lámparas y decorado con columnas y banderas doradas.

Incluso, llegaste a ver a varios guardias apostados a ambos lados de aquel camino, ataviados con impresionantes armaduras doradas. Todo en aquel lugar derrochaba lujo y exceso.

Finalmente, el carruaje alcanzó los aledaños de la escalinata del palacio, a través de la que ascendía la propia alfombra del camino, siendo sus diseños y decoraciones aún más lujosos, trabajados y ricos en colorido. En la base de la escalera, donde se habían desperdigado por el suelo multitud de pétalos de aquellas flores amarillas, aguardaba una dama vestida con lujosos ropajes.

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09/11/2018, 12:33
Gong Li

Cuando aquellos mercenarios abrieron la portezuela del carruaje, la mujer permaneció impertérrita aguardando a que descendieras del mismo. No se molestó en mirar al rostro a ninguno de aquellos hombres, tan sólo a ti, e incluso te dio la impresión de que su presencia le molestaba. Una vez estuviste con ambos pies en el suelo, hizo un gesto con una de sus manos, cuyos dedos se encontraban cubiertos por las fundas doradas con largas uñas, y los hombres comenzaron a retirarse. No te pasó desapercibido el modo en que otros guardias, ataviados como los anteriores que habías visto con armaduras doradas, les escoltaban de vuelta por aquel camino.

Te doy la bienvenida al Palacio del Tigre, niña. -Te saludó aquella mujer, de rostro imperturbable. Estaba ricamente maquillada, tanto en los ojos como, sobre todo, en los labios, que brillaban con un tono rosado poco excesivo- Mi nombre es Gong Li, Esposa de Fan Bingbing y señora de esta casa. Espero que tu estancia en mi hogar sea larga y próspera. -Te dijo, como si fuera una simple fórmula protocolaria- Lamento comunicarte que mi esposo no se encuentra aquí para recibirte como debería, pero otros asuntos de importancia la han retenido en otro lugar. Espero que aceptes nuestras disculpas. -La dama se inclinó ligeramente, apenas unos centímetros- Supongo que querrás asearte y comer algo. Acompáñame, te llevaré a tus aposentos...

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15/11/2018, 09:13
Rui Wu-San

Al entrar en aquel carruaje, me vi sumida en seguida en las tinieblas, atrapada en una cabina de metal cuyas ventanas estaban cubiertas por unas lujosas y pesadas cortinas. Los cojines del suelo también eran de buena manufactura, y realmente cómodos, seguramente habrían costado muchísimo dinero. Mientras trataba de mantener el equilibrio, pues la cabina no dejaba de bambolearse constantemente, aumentando así aquella terrible situación, me preguntaba si aquello era en lo que mi vida se iba a convertir: vivir encerrada rodeada de lujos. La cabina no había sido cerrada, lo que me llevó a pensar si ello se debería a que el carruaje iba escoltado por varios jinetes a los que podía oír, o a que Bingbing estaba tan seguro de que no me arriesgaría a que Kippei le pasara algo que vio innecesario ordenar que me encerraran bajo llave.

Al acercarse la noche, alguien avisó de que estábamos llegando, momento en que me asomé por una de las ventanas tras retirar aquella pesada cortina. Lo que me encontré en el exterior me dejó realmente sorprendida, presenciando lujos que no había visto jamás. Hacía un rato que había notado que el camino se había tornado regular, pero lo que nunca habría imaginado es que avanzábamos por una alfombra flanqueada por inmensos y hermosos jardines de flores amarillas y por guardias con armaduras que parecían hechas de oro. Mirando hacia delante, vi cómo aquel camino llevaba hasta las escalinatas de un más que majestuoso palacio, continuando atónita. Nunca había visto nada como aquel lugar.

Al acercarnos a la escalinata, pude ver cómo una mujer vestida con lujosos ropajes aguardaba sobre pétalos de flores amarillas, los cuales habían sido desperdigados sobre aquella alfombra; la cual ascendía por las escaleras y era aún más pomposa que la que había ido pisando el carruaje, contando con lujosas y coloridas decoraciones.

Cuando los mercenarios abrieron la puerta de la cabina me dispuse a bajar del carruaje, mientras la mujer aguardaba a que lo hiciera. Me llamó la atención su quietud, así como el que no mirara a la cara a los mercenarios en ningún momento, dándome la impresión de que la presencia de estos no era de su agrado. En cuanto bajé, la mujer hizo un gesto con una de sus manos para que los mercenarios se retiraran, fijándome entonces en aquellas fundas doradas con largas uñas que cubrían sus dedos. Entonces, uno de aquellos guardias de armadura dorada escoltó a los mercenarios por el camino, supuse que queriendo asegurarse de que abandonaban el lugar.

La mujer, de rostro imperturbable y ricamente maquillado, me dio la bienvenida al palacio, el cual llamó el Palacio del Tigre. Se presentó como Gong Li, mujer de Bingbing y señora de aquella casa, deseándome una próspera y larga estancia. Estaba convencida de que esta no iba a ser nada próspera, y en cuanto a larga, esperaba que tampoco lo fuera. Tras comunicarme que su esposo no estaba por encontrarse ocupado con otros asuntos se disculpó con una leve inclinación, pidiéndome después que le acompañara para llevarme a la que sería mi habitación y que pudiera asearme y comer algo.

No sabía qué decir. Aquel lugar se me antojaba demasiado extraño, como salido de una leyenda, y el comportamiento de la mujer no parecía el que se dispensaba a alguien que estaba retenido contra su voluntad. Quizás pensara que había acudido a aquel lugar voluntariamente. ¿Hasta qué punto conocería los tejemanejes de su marido?

Mi nombre es Rui Wu-San. - me presenté yo también, poniéndome en marcha para seguirla. - ¿Podría usted decirme qué hago aquí exactamente? El Señor Bingbing no me ha dado muchas explicaciones al respecto. - pregunté tratando de mostrarme respetuosa.

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20/11/2018, 11:21
Gong Li

En cuanto tomaste la palabra, aquella mujer te miró apenas de reojo, alzando su rostro ligeramente. Pudiste detectar un aire de desdén en su expresión, de absoluto desprecio, que no habías percibido hasta abrir la boca. ¿Acaso algo de lo que habías dicho, o el mero hecho de alzar la voz, la había molestado tanto?

Por supuesto que podría, qué insolencia... -Replicó con voz más calmada de lo que mostraba su actitud, mientras avanzaba por aquellas escaleras, arrastrando tras de sí el pesado vestuario finamente bordado y lleno de detalles, la mayoría de los cuales brillaban por efecto del hilo dorado y la multitud de piedras y adornos- ...y también mi esposo podría haberlo hecho. Si no se te han dado explicaciones es porque no precisas de ellas, niña. Deberemos ser pacientes contigo, ya que no eres más que una campesina, pero no nos pongas a prueba. Aprende rápido, si es que tienes algo en esa cabecita tuya. -Te recriminó, pudiendo notar mientras ascendíais cómo comenzaba a faltarle el aliento- Se espera mucho de ti, mocosa, y debes estar a la altura. Mi esposo no es un maldito aldeano.

Al llegar a lo alto de la escalera, accedisteis por una inmensa puerta de madera pintada en tonos dorados, con multitud de tallas geométricas y representaciones animales, tanto de dragones como de fénix y lobos. Sin embargo, eran las imágenes de tigres lo que destacaba más por su frecuencia y tamaño. Os adentrásteis en un amplio corredor, adornado con lámparas de papel de diversos colores, que a buen seguro serían reemplazadas cada poco tiempo, y os cruzásteis con un grupo de mujeres que caminaban en fila de a uno, las cuales se inclinaron en señal de respeto ante la mujer que te guiaba.

Pronto serás como ellas, niña. -Te indicó la esposa de Fan Bingbing, con altanería- Cumplirás tu deber ocupando tu lugar en el Gran Ciclo, y disfrutarás de la protección... y atención del Tigre. Espero que sepas comportarte y darle lo que precisa.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pifia en Etiqueta, yujuuuu... XDDDD

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25/11/2018, 19:59
Rui Wu-San

Antes de llegar a lo alto de aquellas escaleras, aquella engalanada mujer ya dio muestra de su verdadero carácter. Me quedó más que claro que sus primeras palabras hacia mí no habían sido más que pura cortesía, puede que incluso algo que le hubieran obligado a decirme. Había tratado de mostrarme respetuosa, pero mis palabras no sólo no le gustaron, sino que parecieron ofenderle de tal manera que se permitió insultarme y dirigirse a mí de muy malos modos.

Tuve que morderme la lengua, y es que viendo cómo se las gastaba Gong Li, no iba a arriesgarme a enfadarla más. Según sus palabras, si no se me había informado de nada era porque no lo necesitaba, pero al mismo tiempo me decía que debía aprender rápido, sin comprender a qué se refería.

Continué siguiendo a la mujer, atravesando aquella inmensa puerta de madera de color dorado y con grabados de animales, donde entre otros destacaba la presencia del tigre. Accedimos así a un amplio y pomposo corredor, donde no tardamos en ver a un grupo de mujeres que caminaba en fila de a uno.

Al cruzarnos con ellas, las mujeres saludaron a la esposa de Bingbing, informándome esta entonces de que pronto sería como ellas. La mención a que disfrutaría de la atención del tigre y que debía darle lo que precisara, me llenó de congoja, quedándome clavada en el sitio incluso.

- ¿Q-qué se espera de mi exactamente? – terminé preguntando, con evidente miedo.

Todo lo que la mujer había dicho parecía significar que me habían llevado allí para ser una especie de concubina de Bingbing, pero aún guardaba la esperanza de que eso no fuera así, de que todo tuviera otra explicación.

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11/12/2018, 09:25
Gong Li

Tu pregunta pareció pillar desprevenida a la señora de aquella casa. Se detuvo bruscamente, girándose en tu dirección con un gesto de extrañeza en la mirada. Sin embargo, sus labios tardaron unos largos instantes en separarse para hablar. Antes de eso, te miró detenidamente, llegando incluso a echarte un largo vistazo de arriba a abajo. Sin embargo, en aquella ocasión no percibiste desprecio en ella, sino una mal disimulada lástima que pronto se desvaneció al alzar su rostro con un gesto de orgullo que te pareció demasiado mecánico.

Mi esposo es el gran señor protector de estas tierras, el tigre que acecha las tormentas, un ser de divinidad que goza de la bendición del reino celestial, como hijo del Emperador de Jade y la Madre Esmeralda. -Afirmó, como si se tratase de una honrosa fórmula de presentación mil veces repetida- Como ser superior a los simples humanos, no está sujeto a las mismas reglas que los hombres. La obra de su vida le precederá por incontables generaciones, y más allá de eso lo hará su linaje. Y cuanto mayor sea éste, mejor para todos, para el futuro de estas tierras.

Durante un instante, el orgullo se desvaneció del rostro de Gong Li. Casi te pareció que ibas a ser testigo de un suspiro por su parte, pero finalmente éste no se produjo, y en su lugar se acercó un poco más a ti y su expresión se tornó en una ligera ternura, o al menos eso te pareció.

Se espera de ti que seas su tigresa, una de ellas. Gozarás de su protección, y a cambio... le darás descendencia.

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17/12/2018, 23:24
Rui Wu-San

La respuesta de Gong Li no llegó en seguida, sintiéndome cada vez más y más inquieta. Se giró hacia mí mostrando extrañeza en su rostro, pero cuando me miró de arriba abajo, me pareció apreciar lástima en ella, siendo eso lo que más me alarmó. ¿A qué se debía aquel sentimiento en alguien aparentemente tan frío? ¿Tan terrible era lo que había de sucederme?

En seguida volvió a mostrar su orgulloso semblante, enumerando los títulos que su esposo parecía tener y la mayoría de los cuales no entendía qué significaban. Pero para ella, Bing Bing era prácticamente un dios, uno cuyo linaje debía ser lo más grande posible.

Escuchar aquello me procuró un escalofrío, pues comencé a intuir qué buscaban con mi estancia allí. Por un momento, la mujer volvió a mostrar algo de humanidad, terminando por acercarse a mí y mirándome con lo que parecía ser ternura.

Sin embargo, aquella cercanía que parecía esforzarse en mostrar de nada servía ante la devastadora confesión que hizo. Gozaría de la protección del tigre a cambio de darle descendencia. Una protección que ni había pedido, ni quería.

- ¿Y si me niego? – pregunté sin pensar, hostil, como me había acostumbrado a comportarme para protegerme.

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18/12/2018, 10:12
Gong Li

El rostro de la señora de la casa retornó a su inflexible dureza anterior, mirándote fijamente con una dureza que causaba escalofríos. De un modo apenas perceptible, más como un sentimiento que como un movimiento que hubieras podido ver de verdad, sentiste que se enderezaba y que la notabas más alta, como si te mirase desde las alturas.

Si te niegas, niña, el destino será el mismo. -Afirmó, con un dureza- Sin embargo, el camino será mucho más duro.

La mujer mostró una mueca de desprecio en sus perfilados y brillantes labios, antes de girarse, seguramente dispuesta a continuar el camino a tus aposentos. Sin embargo, cuando sus ropajes apenas habían comenzado a arrastrarse suavemente sobre las lujosas baldosas decoradas del suelo, se detuvo, frunciendo ligeramente el ceño, y mirándote de reojo.

Pero, para que yo lo entienda... ¿Por qué habrías de hacer algo así? -Te preguntó, aparentemente extrañada.

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21/12/2018, 03:20
Rui Wu-San

Ante mi pregunta, la esposa de Bingbing se tornó nuevamente fría y distante, mirándome con dureza. Por un momento me dio la sensación de que se erguía aún más, tomando una posición que le permitía hablarme desde arriba, aumentando aún más la inquietud que me generaba la forma en la que me miraba.

Me dejó entonces claro que mi destino sería el mismo si me negaba, aunque la forma de llegar hasta él sería mucho más dura. Aquello me provocó un intenso escalofrío, seguido de un creciente miedo con el que comencé a sentir que se me aceleraba el corazón. La mujer me miró con desprecio antes de girarse dispuesta a continuar, pareciendo no darse cuenta de que la despreciable era ella y no yo.

Gong Li apenas había comenzado a caminar de nuevo cuando se detuvo, frunciendo ligeramente su ceño y mirándome de reojo, algo que me desconcertó; pues no entendía qué sucedía. Me sorprendió al pronunciarse, ya que no me esperaba ese tipo de pregunta, pareciendo que la mujer estaba realmente extrañada ante la posibilidad de que alguien pudiera negarse a los deseos de Bingbing. Me di unos segundos, queriendo tranquilizarme, y respondí a su pregunta.

- Porque ni quiero gozar de su protección y atención, ni quiero darle descendencia. – respondí con contundencia. – Ese no es el tipo de vida que quiero tener.

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09/01/2019, 12:41
Gong Li

La gran dama Gong Li te miró durante unos largos instantes, descendiendo su mirada ligeramente, no tanto como para recorrerte de arriba a abajo, pero sí lo bastante para apartar sus ojos de los tuyos ligeramente, antes de mostrar una mueca que no terminaste de comprender. No fuiste capaz de saber si se trataba de desprecio, condescendencia, u otra cosa.

Aquello que deseamos, niña, y lo que podemos tener... no siempre van de la mano. -Te dijo crípticamente, y por un instante te dio la impresión de que no hablaba únicamente de ti, sino en general. O de ella misma- Sígueme, te mostraré tus aposentos.

Sin esperar a comprobar si, efectivamente, seguías sus pasos, comenzó a caminar por aquel pasillo en que os habíais detenido. Lo hizo con paso ligero, más de lo que su ostentosa vestimenta daba a entender que fuera posible. Tuvisteis que recorrer dos largos corredores más, hasta alcanzar un pasillo lleno de grandes puertas a ambos lados, decoradas con intrincados diseños y múltiples colores simulando un jardín de bellas flores. Dos jóvenes muchachas aguardaban junto  una de aquellas puertas, abriendo sus dos hojas para facilitaros el paso.

Aquellas puertas os dieron acceso a una inmensa estancia, más grande incluso que tu vieja casa familiar. Contaba con múltiples asientos, velas aromáticas e incienso, y jarrones con hermosas flores recién cortadas. Al fondo de aquella estancia aguardaba sentada una mujer de largos cabellos, vestida con un lujoso vestido negro con flores bordadas, que se encontraba atareada con una intrincada labor de costura. La mujer alzó la mirada al veros entrar, e inclinó su cabeza en señal de respeto hacia Gong Li, mas no se levantó de su asiento.

Ésta es tu habitación. -Informó Gong Li, con un tono de voz tan seco como el que te había mostrado al principio. Te fijaste en que no se veía ninguna cama, por lo que supusiste que las puertas que se vislumbraban al fondo de la estancia daban acceso a otros espacios, entre ellos el lugar donde debías dormir- Mei Ling te ayudará a acomodarte... -Te indicó, señalando a la mujer, que permanecía en silencio- ...y, una vez te asees y vistas adecuadamente, y hayas comido algo, dispondrás de libertad para moverte por el palacio. Los guardias han sido informados de los límites de tu libertad, de modo que te impedirán salir del palacio y acceder a las zonas que te están vedadas. En cualquier caso, tienen prohibido causarte el menor daño, de modo que si alguno de ellos se propasa contigo, puedes informarnos a mi esposo o a mí, y recibirá un justo escarmiento. -Te informó, y por algún motivo te dio la impresión de que ese castigo sería mucho más severo que justo- A partir de mañana, recibirás instrucción para que sepas comportarte como alguien de tu nueva posición. ¿Tienes alguna pregunta, niña?

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14/01/2019, 21:07
Rui Wu-San

Mis palabras parecían haber hecho pensar a Gong Li a juzgar por su silencio y la forma en la que me miró antes de apartar sus ojos ligeramente. No tenía ni idea de qué estaría pensando, como tampoco comprendí aquel gesto que hizo después.

Sus siguientes palabras me dieron una pista de lo que quizás estuviera pasando segundos antes por su cabeza. Estas no parecían estar refiriéndose sólo a mí, con lo que quizás hubiera rememorado alguna otra situación en la que fueran aplicables, o puede que incluso estuviera pensando en sí misma. ¿Acaso aquella mujer deseaba algo distinto a ser la mujer del hombre tigre? Si era así, lo disimulaba muy bien.

No era la primera vez aquel día que alguien hacía referencia a que debía dejar mis deseos a un lado, pero no tenía intención de rendirme así como así.

La mujer me pidió que la acompañara, comenzando a caminar sin tan siquiera comprobar que la seguía, cosa que hice acelerando el paso; y es que a pesar de su atuendo, la esposa de Bingbing lograba caminar relativamente rápido. Recorrimos dos corredores más hasta llegar a un pasillo con varias puertas, todas ellas con una preciosa decoración. Dos mujeres jóvenes aguardaban junto a una de ellas, y al acercarnos abrieron ambas hojas para dejarnos pasar.

Pasé a la estancia tras la mujer, dándome cuenta en seguida de que aquel lugar era enorme, mucho más que la vieja casa familiar, y de que no le faltaba detalle alguno. Era un sitio realmente precioso. Allí había otra mujer, dedicada a labores de costura, a quien saludé con un inclinamiento de cabeza cuando nuestras miradas se cruzaron tras saludar esta a Gong Li.

Me preguntaba por dónde se iría a la habitación que ocuparía cuando la esposa de Bingbing anunció que aquella era mi habitación. Al oír aquello, me quedé atónita.

¿T-todo esto?

Supuse que mi cama se encontraría tras alguna de aquellas puertas del fondo, pues no había vito ninguna por allí. Miraba hacia estas cuando Gong Li me dijo que Mei Ling me ayudaría a acomodarme, y es que al parecer ese era el nombre de la mujer que guardaba silencio, a la cual señaló. Tras ello, empezó a explicarme cómo funcionaban allí las cosas, comunicándome después que al día siguiente comenzaría a recibir instrucción.

- ¿Cuánto dura esa instrucción? ¿Qué voy a hacer aquí el resto del día? – pregunté cuando la mujer me dio la posibilidad de plantear mis dudas, mirando a un lado y otro de aquella estancia.

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17/01/2019, 11:10
Mei Ling

Gong Li estuvo a punto de responder a las cuestiones que le planteabas, aunque algo te decía que no te agradaría la respuesta. La expresión, nuevamente desagradable, que te mostró, así lo anticipaba. Sin embargo, no le hizo falta, ya que la voz que sonó en ese momento fue la de la mujer que estaba al fondo de la habitación, quien te miraba brevemente, depositando con sumo cuidado el material con el que estaba trabajando en un asiento junto a ella, comenzando a ponerse en pie. No te pasó desapercibido que, al hacerlo, mostró una mueca de dolor.

La instrucción durará cuanto tenga que durar, ni un día más ni uno menos. -Te indicó, y su voz resonaba llena de dulzura mientras se acercaba con pasos cortos y calmados- No todo el mundo requiere del mismo tiempo ni esfuerzo. Y encontraremos algo en lo que ocupar vuestro tiempo.

Al llegar frente a ti, la mujer realizó una reverencia, que en un principio te dio la impresión de que estaba destinada a la señora de la casa. Sin embargo, ésta se retiró rápidamente, y Mei Ling sólo se incorporó para dedicarte una tenue y triste sonrisa.

La señora Gong Li puede llegar a ser muy estricta, pero por suerte no tendrás que verla demasiado. -Te indicó, suspirando- Es lo bueno de los grandes palacios, siempre hay espacio de sobra para permanecer tranquila. Tu nombre es Rui Wu-San, ¿verdad? Es un placer conocerte al fin...

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24/01/2019, 19:46
Rui Wu-San

La respuesta a mis preguntas llegó, pero no de la mano de Gong Li, sino de aquella otra joven a la que se había referido como Mei Ling. Me alegré de ello, pues el rostro de la esposa del hombre tigre anticipaba que su respuesta sería tan desagradable como el gesto que mostraba.

Mei Ling dejó lo que hacía para responderme, depositando sus cosas en un asiento junto a ella antes de ponerse en pie. Ello pareció procurarle algún tipo de dolor, preguntándome si la joven estaría bien, una pregunta que le hubiera trasladado si no fuera porque ello supondría interrumpir sus explicaciones.

Me respondió sin decirme nada en realidad, pero de forma dulce y sosegada, avanzando lentamente en mi dirección. Al terminar de acercarse hizo una reverencia que pensé que estaría dirigida a Gong Li, pero esta se retiró con rapidez, irguiéndose la joven después.

- Esto no es necesario. - me apresuré a decir, agitando mis manos en señal de negación, mientras la joven me sonreía, una mueca que además de ser tenue, se me antojó llena de tristeza. - ¿Estás bien? Parecía dolerte algo...

Resultó un alivio escuchar que no tendría que ver mucho a la esposa de Bingbing, siendo mi primer impulso el de preguntar a Mei Ling por qué decía que la mujer era muy estricta, pero al descubrir que la joven parecía haber oído hablar de mí, no pude evitar centrarme en eso.

- Sí... Rui Wu-San, esa soy yo. - dije con claro desconcierto, aunque ello no impidió que hiciera una ligera reverencia como saludo. - ¿Conocerme al fin? ¿Qué quieres decir con eso? - pregunté justo después. - ¿Es que sabías que me iban a traer aquí? ¿Desde cuándo?

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31/01/2019, 13:25
Mei Ling

Mei Ling no dijo nada, cuando rechazaste la necesidad de aquella reverencia. Tan sólo se alzó con aquella sonrisa tan tenue, y negó con la cabeza, agachando la mirada. Notaste cómo sus manos se unían en el bajo vientre, como un gesto inconsciente.

No debes preocuparte por eso. -Te indicó suavemente, casi como una petición- Me encuentro convaleciente, pues he perdido al hijo que esperaba. Aún padezco algo de dolor, pero con la medicina que me facilita el doctor, voy mejorando poco a poco.

Tantas preguntas en tan poco tiempo podían resultar incómodas para alguien como ella. La gente de clases altas tendía a ser parca en palabras, a medir muy bien cuanto decían, al contrario que el populacho que gozaba de mayor libertad para liberar su lengua. No obstante, si a la mujer le molestó tu insistencia, lo disimuló a la perfección.

Por supuesto que lo sabía. -Indicó suavemente- En un palacio como éste puede una enterarse de muchas cosas si sabe escuchar. Demasiada servidumbre representan muchos pares de ojos y oídos, y muchas lenguas que cuentan cosas. -Confesó con un gesto a medio camino entre la picardía y la vergüenza- Hacía mucho que la Madre Esmeralda no se manifestaba a través de un ser humano, mucho menos con la sangre del tigre. El interés de mi señor Bingbing era de esperar...

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05/02/2019, 08:28
Rui Wu-San

Conversar con Mei Ling estaba resultando ser una sorpresa tras otra, y no precisamente buenas.

Me quedé helada cuando me confesó el motivo de sus dolores, haciendo que mi mirada se clavara en su vientre, en cuya parte baja había unido sus manos. Fue como darme de bruces con lo que se suponía que me esperaba, vivir allí encerrada obligada a dar descendencia a Bingbing, como si fuéramos ganado.

¿Y si no eras capaz de darle hijos? ¿Qué sucedía entonces?

Apreté mis labios, preocupada por la muchacha, aunque aquello que le había sucedido no tenía por qué repetirse.

Al formularle aquellas preguntas sobre mí, me contestó con naturalidad y esa actitud apocada que había mostrado desde el inicio. Tras confesarme que era sencillo enterarse de cosas en un lugar donde había tanta gente, me contó que sabía que había algo diferente en mí, al parecer algo que hacía mucho tiempo que no sucedía.

¿Y cómo sabía eso Bingbing? Yo me he enterado hace poco... - pregunté casi de inmediato, confusa. - ¿Por qué era de esperar su interés exactamente? Pareces saber mucho más que yo de la Madre Esmeralda, y de esto que me pasa...

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07/02/2019, 14:41
Mei Ling

Mei Ling se ruborizó ligeramente ante tu pregunta, agachando la mirada con humildad. Sin embargo, había algo en sus labios, un atisbo de esfuerzo por no mostrar una sonrisa que, seguramente, iría cargada de picardía.

No me atrevería a tratar de entender la magia de los grandes señores de la naturaleza... -Afirmó, mirando de repente en derredor, como una niña pequeña que ha cometido una fechoría. Se acercó a ti y se sujetó de tu brazo, tirando suavemente de ti en dirección a aquellos asientos en que reposaba antes de tu llegada. Al hacerlo, aprovechó para hablarte más de cerca y, al mismo tiempo, en voz más baja- Se que usan magias extrañas fuera del alcance de los hombres. Nunca lo he visto hacer, pero me han contado historias... -Reconoció, volviendo a ruborizarse- Hay... alguien, que me visita de vez en cuando. Un pajarito. Me contó que un anciano maestro zen predijo tu existencia, por eso lo sabía el señor Bingbing. Un Kami... es algo extraordinariamente importante, sobre todo cuando se da el raro caso de que adopte la identidad de un humano. Una mujer, además, y en edad adecuada. -Explicó, tornándose más seria de repente- Por supuesto, un gran señor no iba a dejar pasar la oportunidad de emparentarse directamente con su propia diosa, aunque sea a través de una encarnación material. ¿Entiendes lo que quiero decir? Mi señor está casado a ojos de los hombres con su esposa, mi señora Gong Li. Pero desea desposarse a ojos de los señores de la naturaleza con la encarnación de la Madre Esmeralda, y ascender con ello simbólicamente un peldaño por encima de sus iguales. -La mujer alcanzó el asiento, requiriendo tu ayuda para sentarse de nuevo, pues parecía dolerle el vientre al hacerlo. Sin embargo, continuó hablando- La sangre del tigre es ardiente como el corazón de un volcán, impetuosa y llena de ambición. Como el yin y el yang, alberga lo peor y lo mejor. Su ambición le otorga la fuerza para combatir a los demonios del mundo y proteger la tierra, pero también debe ser satisfecha en su capricho...

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11/02/2019, 21:18
Rui Wu-San

Mi palabras provocaron que Mei Ling se ruborizara, demostrando humildad, pero también tratando de ocultar una sonrisa. A juzgar por su reacción y palabras, los conocimientos acerca de la Madre Esmeralda eran algo apreciado y que no estaba al alcance de cualquiera.

La seguí hasta aquellos asientos cuando me instó a hacerlo tirándome suavemente del brazo, aprovechando entonces para hablarme más cerca y en voz baja, haciéndome suponer que lo que tenía que contarme no podía llegar hasta oídos indiscretos.

Respondió a mis dudas con aquellos susurros, intrigándome quién le habría contado aquellas cosas. Al ponerse seria de repente, me sentí inquieta, descubriendo pronto por qué aquel cambio en su cara. Al parecer, además de retenerme allí para que le diera descendencia, Bingbing pretendía utilizarme para ensalzarse por encima de los demás casándome conmigo.

Me había quedado atónita ante aquella nueva información, aumentando más si cabía aquella gran frustración que sentía por todo lo que estaba sucediendo. No comprendía por qué me tenía que pasar aquello a mí. No era más que una chica normal. No era especialmente bella, ni dulce, ni siquiera simpática. No entendía por qué había sido escogida por la Madre Esmeralda. No quería ser un Kami, ni hacer esas cosas extrañas de las que ahora era capaz, tan sólo quería volver a casa...

Mei Ling tomó asiento, apoyándose en mí para ello, pues parecía continuar teniendo dolores; algo que no le impidió sin embargo el seguir hablando.

- ¿Tu también piensas así? - señalé con decepción al escuchar sus últimas palabras. - Ese desalmado no merece nada de lo que le queréis dar... Y no estoy de acuerdo. - espeté de pronto aquellas últimas palabras. - No todos los hombres tigre son ambiciosos y caprichosos.

Me di la vuelta, cruzándome de brazos molesta, dándole la espalda; hasta que algo me vino a la cabeza.

- Ese pajarito... ¿Quién es? ¿Sabe muchas cosas? - pregunté a Mei Ling en voz baja, girándome nuevamente hacia ella mientras descruzaba mis brazos.- ¿Sabría si hay forma de dejar de ser un Kami? - pregunté acongojada. - No puedo quedarme aquí...

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14/02/2019, 10:44
Mei Ling

La mujer no supo que decir ante tu pregunta. Cualquier atisbo de sonrisa se desvaneció de su rostro, y agachó la mirada con evidente vergüenza, haciéndose un tenso silencio entre vosotras. Te quejaste por la actitud que todos tenían para con el tigre, e incluso negaste aquello que parecían asumir. Después de todo, habías conocido a otros tigres, y no todos se correspondían con lo que aquella mujer afirmaba.

B-bueno, yo... no me atrevería a pretender saberlo todo, ni mucho menos. -Se defendió como pudo- Menos aún saber más que quien ha sido bendecida por la Madre Esmeralda...

Por algún motivo, tuviste claro que todo cuanto sabía aquella mujer era lo que le habían contado, lo que había podido oír por aquí y por allá, retazos de una verdad mucho mayor a la que, por su condición, no tendría alcance. Y aún así, parecía saber mucho más que la mayoría, seguramente gracias a aquel "pajarito" que había mencionado. Por ello quisiste preguntar acerca de él, y de lo que podría llegar a saber, tratando de buscar una salida a tu precaria situación.

Sin embargo, cuando la mujer alzó la mirada y separó los labios para decir algo, se sobresaltó mirando al techo, poniéndose en pie de un brusco movimiento que le causó un fuerte pinchazo en el vientre.

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14/02/2019, 11:05
Gao Habla-de-Más

En ese techo, colgando cabeza abajo de una de las vigas, a la que se sujetaba con las piernas, un joven risueño os observaba con una amplia sonrisa llena de picardía y los brazos cruzados sobre su pecho. Tenía el cabello largo y desordenado, cayendo en una cascada debido a su posición, y vestía ropas sencillas, aunque su altanera actitud no parecía propia de un campesino.

¿Estáis criticando a los tigres? -Preguntó- Entonces he llegado justo a tiempo... ¿Quién es tu amiga, Mei Ling? Nunca la había visto... ¿Y cómo has logrado colarla en palacio? Por sus ropas, diría que parece una sencilla aldeana. Aunque las apariencias engañan, claro. También yo lo parezco...

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20/02/2019, 22:18
Rui Wu-San

A Mei Ling no parecieron gustarle mis palabras, aunque a juzgar por sus gestos, más bien parecía sentirse avergonzada por haber señalado que se equivocaba. No tardó en confirmarme esto con palabras, reconociendo que podía estar equivocada, para después hacer un añadido que nada me gustó.

- No sé que te habrán dicho, pero no soy mejor que tú. - respondí tajante, antes de girarme para darle la espalda, cruzándome de brazos.

Al preguntarle por aquel pajarito, viendo en aquella figura una opción para salir de aquella situación, Mei Ling parecía dispuesta a responder a mis inquietudes; sin embargo, algo que vio en el techo se lo impidió.

- ¿Qué pasa? - dije mientras me giraba con rapidez, quedándome estupefacta al ver a aquel joven colgado de una viga como si tal cosa.

¿Sería ese el pajarito del que había hablado Mei Ling?

En cuanto comenzó a hablar, fruncí el ceño, sin comprender de qué iba todo aquello. A pesar de sus ropas, la actitud del joven no era nada humilde, y parecía pasearse por el palacio con total libertad.

- Nadie está criticando a nadie. - espeté ante su primera pregunta, aguardando después a que terminara de hablar. - No me he colado, ¿tú sí? ¿O eres familia de Bingbing? ¿Quién eres? - pregunté malhumorada.