Partida Rol por web

Sales del consultorio  con muchos pensamientos en tu cabeza. Cuando la puerta se cierra detrás tuyo entras a la pequeña oficina de la enfermera que conecta con la hospitalización y te encuentras con que uno de los pacientes esta hablando por telefono, y al parecer esta a punto de terminar su llamada. Es aquel que se llama Diego,  el te mira sin descalificarte al verte parado allí. La cara del hombre parece preocupada y triste.

Atesorando el cuaderno bajo mi brazo miro con cierto recelo al tal Diego dispuesto a ignorarle de camino a mi habitación

Entonces recuerdo porque estoy ahí, y se me ocurre que tal vez yo debería ser parte de mi recuperación. Acaricio la cubierta del cuaderno recordando algunas de las cosas que se me han ocurrido escribir. Y no es que tenga miedo a los demás, o que odie sus reacciones al hablar conmigo. Ellos no tienen la culpa de que todos seamos monstruos.

"bueno, yo tampoco tengo la culpa, pero lo soy"

Ya he empezado a dudar, dudo demasiado, igual por eso pase tantas noches en el cementerio sin hacer nada

"hablar con alguien mas no va a cambiar nada, sobretodo si no hablamos de mi"

Decido arriesgarme ya que al menos su primera reaccion al verme ha sido bastante normal, y parece triste

Cuando acaba de hablar por teléfono le pregunto -¿malas noticias?-

Atiendo a lo que me dice aunque no significa nada para mi, y me alegro de que no me pregunte mi opinión o algo así, soy el último al que alguien debería pedir consejo, pero llegada la hora de las presentaciones no resulta tan complicado, tal vez por la expresión de tristeza del otro

-soy Everet. Así que el doctor tambien le dio un cuaderno-

Por un momento pense que era algo especial, pero supongo que es un tratamiento habitual.

Sin embargo pasadas las presentaciones no se bien que decir, hasta aquí llega mi experiencia social, y doblo el cuaderno entre mis manos esperando que Diego diga algo

Justo en ese momento ven que vienen  por el pasillo Eduardo y Andrew (el cual se ve mas tranquilo), parece que Eduardo le esta hablando de un secreto, pero cuando los mira se rie y les dice.

Camino de reojo bajando la voz, lo que menos quiero es problemas con ese sujeto. Es un tramposo... es de cuidado, luego te cuento. Cuando camino por el pasillo veo a esos otros dos en el pasillo hablando, el especie de nosferatu y el chico de gafas, Diego. Hey muchachos, me voy con Andrew a tomarme un trago al Bar.... jaja sin alcohol, ¿nos acompañan?, digo invitandolos a una charla.

 "¿un trago en el bar?" tal vez sea socializar demasiado, aunque recuerdo las Vaulderie con la manada, tampoco va a ser para tanto, en los últimos años me he aislado demasiado y supongo que eso es parte de mi problema

-vale- respondo simplemente aun retorciendo el cuaderno entre mis manos

¿Un trago en el bar? No puedo evitar sonreír al acordarme del problemático regalo del Tres-se. Bueno, vamos, no creo que hablar me haga daño ahorita. Podría incluso ayudarme.

Vale, vamos. Y me uno al grupo que va al bar.

 Los cuatro comienzan a caminar hacia el salón común.

Luego de sentirte incomodo con tanta gente, tomas la odiosa medicación y te vas a dormir. No puedes dejar de sentirte algo extraño y más después de que este sujeto te hablara del fin del mundo y lo hecharas a volar. Nuevamente ante ti esta esa cama mullida y el piso, y como es usual, dado que no mereces nada de comodidad, te acuestas en el piso frio pensando.

Sientes cantidad de imagenes jugando a tu alrededor,  parecia como si hicieras un recuento de lo que ha pasado, el cementerio, el retardado mental, el avion, la chica deforme, el psiquiatra, el cuaderno, todo...

De repente sientes algo que es ridiculo, pues estas muerto, pero sientes dolor de cabeza... ¿qué demonios?

Poco a poco sobre el suelo, te quedas dormido, y tienes un sueño que raya en lo ridiculo.

Esta ese hombre que se te acerco en zonas comunes con un mensaje del fin del mundo.

y frente a ti esta una gran ciudad que se desploma y el único lugar seguro, era el cementerio.

La tierra comienza a temblar, y del cielo salir bolas de fuego. No puedes evitar pensar, ¿el fin del mundo?, ¿el fin de todo?, ¿la muerte definitiva?

El hombre despeinado que pedia dinero para el fin del mundo se aparece ante ti varias veces, corriendo de manera ridicula, pero en el sueño lo único que quieres hacer es esconderte.

De repente, como si fuera una pelicula más, de la tierra, salen zombies, los cuales en apariencia se parecen a ti, pero tu les temes, les temes mucho, y comienzas a correr evitando ver sus putridas caras y sus manos sin carne... corres, y corres, tratando de perderlos..

Las calles se vuelven muy largas y llenas de charcos donde solo se reflejan las bolas de fuego que viajan por el cielo. Estas aterrorizado.

Y de repente, todo se calma, el cielo se vuelve normal, no hay zombies, ni temblores, nada. Y lo único que puedes ver, es tu rostro reflejado en un charco en el piso.

En ese momento despiertas.

Lo primero que piensas, es que quieres matar al desgraciado que te hablo del fin del mundo.... esto es ridiculo.

Me medio incorporo en el suelo y me llevo una mano a la cara, el gesto me tranquiliza un poco hasta que me doy cuenta del tacto desagradable y me llevo la mano al regazo

-menuda pesadilla- ¿como puede ser que un idiota me haya influido tanto, ¿igual es que llevo demasiado tiempo sin tratar con gente?¿tal vez era uno de esos Malkavians que dicen que vuelven locos a los demás? seria una mala broma que hubiera uno de esos precisamente aquí.

-¿o tal vez la medicina de hoy era distinta?- tendré que preguntar mañana, pero ahora me he quedado momentaneamente desvelado. Apoyo mi espalda contra la pared y pienso en el sueño, ¿porque tenia tanto miedo? era horrible, sobre todo la parte de los zombies, pero la parte del fin del mundo... las bolas de fuego cayendo del cielo

"daría igual que fuera un cobarde, todo acabaría, no mas monstruos, no mas horror, ¿porque tiene que darme miedo algo así?" el destino de la humanidad me da igual, no me importa si se salva o se condena, ¿no?

Veo fugazmente los ojos inocentes de aquel niño y esto último me parece menos probable, ¿como podría permitir que muriera alguien con unos ojos así?

Suspiro sin saber que pensar, esos ojos me han traido a este lugar, encerrado y drogado, y no estoy seguro de que sirva realmente para nada, pero aquí estoy. Miro la libreta que me dio el doctor tirada sobre la cama, que escriba lo que desearía que pasase. Se exactamente que me gustaría escribir, lo único que pediría antes de morir, pero es imposible y ni siquiera me atrevo a escribirlo

"mañana"

Me tumbo de nuevo en el suelo y cierro los ojos, puedo sentir que mi viejo amigo, el sol, sigue alto en el cielo. Dormire un poco mas

No tardas mucho en dormirte de nuevo, mirando la libreta, de repente tienes la idea de escribir algo, pero no lo logras. Es curioso despertarse en medio del dia, no es muy común en ti, usualmente duermes como un liron hasta que vuelve ha anochecer, tu humanidad no te permite levantarte y andar. Asi que cierras los ojos y duermes sin sueños. Cuando despiertas miras un momento la habitacion en silencio, hay sonidos afuera de la habitación, pero no parece ser mas que pasos de los dementes que estan por aquí, para tu desgracia te toco una habitación muy cercana a la puerta del salón común...

Cada día con su afan, aunque noche sería el concepto adecuado.

¿y ahora que hacer?

Me incorporo lentamente y me apoyo contra la pared para quedarme así un momento, oyendo sin escuchar los sonidos del exterior. Hecho de menos la tranquilidad del cementerio

Sigo así no se durante cuanto tiempo, estoy bastante saciado, y acostumbrado a pasar hambre, podría quedarme en la habitación hoy, el intento de ser social de ayer y la entrevista con el doctor me agotaron de una manera difícil de definir. Me siento solo entre toda esa gente que no entiende lo que son

El recuerdo de la entrevista me hace mirar una vez mas la libreta en blanco, que esta a mi lado, la cojo y me quedo de nuevo mirando sus paginas vacias. Tras buscar un momento encuentro el bolígrafo que me dio el doctor y lenta mente escribo "un", la parte mas fácil

"lo que yo desearía, cualquier cosa por imposible que sea" mi mano tiembla, tengo una súbita imagen mental de lo que estoy deseando...

Es demasiado para mi, grito y arrojo con todas mis fuerzas libreta y boligrafo al otro lado de la habitación, me hago un ovillo y quedo de costado en posición fetal, repitiendo en un susurro una sola palabra sin cesar

-monstruo, monstruo, monstruo....-

El sólo pensar en tu futuro te ha traido angustia, ¿hay futuro?, no, claro que no, ¿cómo puedes hacer esta tarea, si es evidente que no tiene respuesta, "un mounstro" se repite en la mente, maldices interiormente la falta de ventanas en ese lugar, ¿porque no simplementes puedes morir?

Tus ojos sale llenan de sangre, son lagrimas...

Pensar en eso te llena de angustia.

Escuchas los pasos de gente a las afueras en los pasillos, pero no te importa, es más, no te gustaría salir el dia de hoy de ahí

Poco a poco me voy calmando, la fria indiferencia que tan bien conozco me va inundando y entro en un ligero letargo, en posición fetal en una esquina de la habitación. Estoy bastante saciado, no tengo ninguna necesidad de salir hoy de mi habitación

Sin embargo una vocecita que no acabo de reconocer me dice en la cabeza que no estoy aquí para eso, he venido a esta isla para mejorar

Una risa cruel apaga la vocecita, como si mi estado pudiera mejorarse de algún modo que no fuera convertirme en cenizas. Hundo la cabeza entre mis rodillas e intento volver a dormirme

Finalmente cierras los ojos en esa esquina, y  tienes un momento de sueño. No sabes sí en realidad te has dormido, pero resulta que parece que ha pasado mucho tiempo cuando vuelves abrir los ojos. Desde el angulo donde estas, observas la luz electrica que sale del pasillo que se cuela por la rendija inferior de la puerta. Esa luz se apaga momentaneamente tras los pasos de alguien que ha pasado al frente. Iluminado en el suelo, el libro que estabas leyendo.

Aun te duele el corazón.

La lucesilla debajo de la puerta se ilumina. Nadie pasa por el pasillo.

Te quedas ahi, por un tiempo, sin hacer nada, pasa un tiempo, media hora. Escuchas como se abren y se cierran las puertas, no sin antes golpear.

Entonces la lucesilla bajo la puerta se apaga levemente ante una fijura frente a ella.  Golpea la puerta, y la abre.

Observas la figura del médico quien abre la puerta y comienza a buscarte con los ojos.

Como siempre hago mi ronda para ver como pasaron el día los pacientes y ver sus necesidades. Tras la discucion con Julio, y tras visitar a los otros, me he dado cuenta que hoy estan todos especialmente sensibles. Voy entonces al cuarto de Everet. Como es usual golpeo la puerta y tras unos segundos, al no escuchar respuesta abro. El cuarto esta oscuro y hay un olor extraño dentro, parece no existir nadie ahí, miro a la derecha y hay un espejo tampado, y escondido en una esquina esta Everet.

Reviso su aura. Acaba de pasar por una crisis fuerte. ¿Everet?, vengo a visitarlo, ¿le molesta que prenda la luz?