Partida Rol por web

Ered Nimrais, más allá de las Montañas Blancas

Cap. 3: El viejo camino

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03/06/2019, 12:14
Gwalin

Turno 304

El desconfiado enano miraba a todos los lados mientras se acercaban a la granja. Ésta, que desde la lejanía parecía un solo edificio, al acercarse más vieron que era toda una villa. Pero lo mejor de todo fue ver a sus compañeros hablando con un tipo de lujosos ropajes que estaba escoltado por cuatro hombres de armas.

Gwalin se tranquilizó un poco al ver que no había peligro, o por lo menos aun no lo habían encontrado. Todo lo contrario, parecía que iban a ser bienvenidos y eso para el veterano guerrero solo quería decir una cosa: buna comida y bebida.

La sonrisa apareció en el semblante del naugrim quien lo refrendó con us sempiterno gruñido, pero esta vez era un gruñido placentero, en vistas de que iban a comer buen rancho.

-Grmmmmmm -gruño en bajo Gwalin sin dejar de mirar a los allí congregados.

Nada más llegar, desmontó de su caballo y se acercó a quién parecía ser el anfitrión y le tendió la mano para estrechársela. -Gwalin de las colinas de hierro...entre otros sitios -se presentó el fonido guerrero-. Veo que tiene buenos trigales y excelente ganado para los apetitosos pastos. Me alegro que todo vaya bien.

Notas de juego

 

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03/06/2019, 19:45
Leofred

Turno 304

Leofred realmente lo sentía por el tal Bernard, una comitiva de 8 hombres a los que recibir no eran una noticia particularmente buena, especialmente cuando no habían sido invitados; era una suerte que Larrid hubiera suavizado el golpe con su generosa oferta. Parecía que además de saber combatir, también era diestro en tratar con gente ennoblecida a su manera.

Si bien le pareció una descortesía la presencia de los guardias no podía decir que le sorprendiera, sobre todo dado el aspecto combativo, e incluso salvaje de algunos de sus compañeros. Ya había atisbado alguna mirada de desconfianza aislada, que se reflejaba en los ojos del guardes, igual de cautos; decidió que era hora de intervenir un poco para relajar el ambiente.

- Vamos, vamos, un poco más de galantería. - animó a los demás dando unas palmadas, especialmente a quienes aún no habían dicho palabra - Deberíais estar más agradecidos de poder hacer una pausa sin tener que acampar de nuevo al aire libre. El señor Bernard es un hombre razonable y generoso que nos ha permitido pasar unas horas de descanso con un mínimo de comodidad, al menos le debemos un poco de gratitud y presentar nuestros respetos. Gwalin es un ejemplo de cortesía enana, pero quién iba a decir que de los demás Grimbeorn era el mejor educado. - su forma de hablar era como una orden dicha en tono jocoso. Sabía que no era quién para mandar sobre los demás, pero esperaba que un trato más cordial e informal relajase al tenso guardes y quizá también eliminase algunas sospechas de los más desconfiados.

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04/06/2019, 02:25
Bernard

Turno 304

 

- No os molestéis Maese Leofred, no espero manera alguna de soldados... - dijo dubitativo, pues no todos lo parecían - Que bajen de los caballos y que entreguen las armas - ordeno señalando un pequeño cuarto anexo a la fachada, no muy lejos de la puerta principal - Es de obligado, si queréis descansar y comer aquí - añadió - Y de seguro que mi señor recibirá encantado vuestro ofrecimiento - dijo esta vez directamente a Larrid

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04/06/2019, 12:26
Freagulf

304

Un saludo amable acompañó a un gesto que intentaba decir algo parecido: - Encantado Señor Bernard. De inmediato empezó a soltar la vaina de su cinto, pero miraba a el Señor Larrid. Quería saber si tenía objeción. Si, sería un soldado, pero a parte de amable, sobre todo con quienes les acogían, también era obediente, y no se saltaría unas instrucciones de quién estaba encargado de la misión.

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04/06/2019, 22:38
Hallfrid

TURNO 304

El joven campesino se había quedado algo retrasado, perdido en sus ensoñaciones mientras contemplaba admirado los alrededores. Aquello se parecía mucho a su granja natal. Pero, a la vez, era también muy distinta.

Para empezar, no había tantas construcciones en las tierras de su señor. Ni un pozo como aquel. Sin poder evitar que una sonrisa acudiera a su rostro, el inexperto guerrero recordó de inmediato los innumerables problemas que habían tenido su padre y los otros trabajadores de la granja para perforar un agujero de semejante tamaño.

Además, aunque la cercana corriente de Mering bendecía toda la zona donde Hallfrid había nacido y crecido, estas tierras impresionaban como mucho más productivas. Al menos, en aquella época del año. Y quien las tuviera de seguro debía de ser inmensamente rico. Más que ninguno que el maravillado muchacho hubiera conocido jamás.

Por último, tampoco tenían en su granja todos aquellos guardias, armados con tan recias armas y armaduras.

De hecho, los únicos hombres de armas que estaban servicio de su señor eran el padre de Hallfrid, algunos familiares que vivían en la casa principal, y unos cuantos muchachos de los alrededores. De los cuales, solo el propio señor había sido alguna vez un auténtico guerrero. Y de eso hacía ya muchos años.

Y en cuanto a armaduras... pues la única que había habido en toda la granja era la que portaba Hallfrid en aquello momentos. Y había permanecido juntando polvo en un cobertizo durante años.

Absorto en tales pensamientos, el muchacho casi había olvidado a sus camaradas. Y tuvo que apresurarse para llegar hasta ellos. Con algunas prisas, bajó de su montura y se acercó hasta su anfitrión, inclinándose levemente ante el en una muy ceremoniosa reverencia.

- Saludos, noble señor. Mi nombre es Hallfrid, y vengo desde la cercana Anórien, en las tierras de Gondor. Es toda una bendición encontrar todavía algo de hospitalidad en estos tiempos.

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04/06/2019, 22:43
Hallfrid
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

No se si aplica, pero te dejo una tirada de Pastoreo para ver si Hallfrid consigue algo más de información sobre esta granja. Básicamente, cuanta gente debería de trabajar, y si se necesita mucho esfuerzo para mantenerla. Esto último, teniendo en cuenta la diferencia con las tierras de los alrededores.

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05/06/2019, 02:30
Director

Turno 304
​Percepción

 

Los campos eran grandes, al menos la cara de la colina que podía ver requeriría de una buena cantidad de hombres para la labranza y para la recolecta. El cereal estaba aun creciendo, y en esa época no necesitaba de grandes cuidados. De seguro, cuando el trigo y la cebada secasen, al menos media centena de hombres para hacerlo a tiempo. Tal vez al otro lado de la loma, hubiese mas, pero sin saber hasta donde llegaban las tierras, no podía aventurarse mas.

Notas de juego

Mas que pastoreo es una simple tirada de percepción, aunque bien bonificada por la condición de Hallfrid como granjero.

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05/06/2019, 02:48
Larrid

Turno 404

 

- Por supuesto - dijo respondiendo al reclamo de las armas - Entendemos que no deseéis armamento alguno en la morada de tu señor, y de buena gana los entregaremos - añadió soltando su cinto y tendiéndolo hacia el guardes. Esperaba que todos hiciesen lo mismo.

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05/06/2019, 02:57
Bernard

Turno 304

 

- No es mas que un mera formalidad, estarán en ese cuarto cuando marchéis, descuidad - quiso quitar hierro al asunto - Acompañadme, todos - dijo amable en cuanto las armas fueron recogidas.

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05/06/2019, 03:56
Director

RESOLUCION TURNO 304
 

 

Cuando el grupo se reunió, pudieron conocer a Bernad. Algunos se presentaron educadamente, otros solo saludaron, y alguno incluso se mantuvo callado. No pareció importarle al hombre entrado en años, que sin darle más importancia se limitó a pedir a todos, la entrega de sus armas.

Bernard no era más que un guardes, ni mucho menos el señor de aquellas tierras, hacia su trabajo con dedicación, pues en él recaían los quehaceres de la granja y el gobierno de la misma. Era su señor el que trataba temas más políticos y las relaciones con otros nobles, que era su cometido. De boca de Bernard supieron que su señor, Miléned, no se encontraba en la casa en aquellos momentos. No era la única propiedad que poseía, y los inviernos los pasaba en el sur en busca del buen tiempo y las suaves temperaturas. No era de extrañar aquel comportamiento, pues el barón, tal era su título, como tantos otros nobles, solían aprovechar los rigores de aquella estación para consolidar tratos y negocios en las ciudades.

Todos fueron entregando sus armas en orden, y accediendo al interior de la humilde granja. No era la casa principal del barón, tan solo una de las rentables posesiones que se le habían entregado. Aun así, distaba mucho de ser una simple granja pese a que por fuera lo pareciese. Dentro había un gran patio, con numerosas puertas que daban a varias habitaciones. Al fondo del patio, tras una gran puerta de doble hoja, había un salón con ciertos lujos. Una gran mesa con candelabros dorados y manteles finamente bordados ocupaba la mayoría de la estancia. Varias alfombras y tapices cubrían los suelos y paredes, abrigándolos y haciendo la estancia confortable. Allí les ofrecieron tomar asiento, en sencillas y cómodas sillas. Bernard se sentó con ellos, mientras un par de mujeres traían vasos y algo de vino.

 

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 305

► No tenéis armas (tampoco os han registrado, por lo que si queréis podéis colar dagas y cuchillos)

► Estáis sentados a la mesa

 

► Resolución del próximo turno: viernes 07-06-19

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05/06/2019, 03:56
Bernard

Turno 305

 

- Bebamos amigos, mientras os preparamos algo para comer - dijo el guardes alzando la copa - Mientras coméis, os prepararemos cama, por si deseáis echar una cabezada antes de partir - ofreció amable.

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05/06/2019, 08:11
Gwalin

Turno 305

No era la primera vez que el enano le desproveían de sus armas en pos de una buena comida. Era una forma de no causar problemas en un sitio donde se podían reunir varios grupos de hombres, a menudo guerreros armados. Pero esto no quería decir que el enano se sintiera cómodo sin su hacha. Él era un guerrero y su arma era una extensión de su forma de ser. Era su herramienta de trabajo por excelencia, su mejor amiga en las lides, a la que cuidaba todos los días antes de acostarse, afilándola, bruñéndola y engrasándola hasta que quedaba perfecta.

Alejando su mente de su arma, Gwalin siguió a su anfitrión y al resto de sus compañeros al interior de la granja, un gran salón en el que había una mesa alargada. Allí había varias copas. Cogió una y dejó que una de las mujeres se la llenara para beber junto a sus compañeros y junto a Bernard. Tomaría un par de ellas hasta que les sirvieran la comida mientras charlaba amistosamente con el guardés.

-¿Hay mucho tránsito por aquí en los últimos días? -quiso saber el enano por si sacaba algo de información sobre los orientales.

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05/06/2019, 11:49
Freagulf

Turno 305

 

Maese Gwalin había preguntado discretamente algo que se le venía a la mente. Realmente era interesante si había pasado una horda de orientales por allí, pero, preguntarlo abiertamente podría causar alarma, así que se guardó la curiosidad en lo más profundo de su ser, a pesar de que debería morderse la lengua. Rechazó la bebida, a no ser que fuera agua. No quería arriesgarse con fermentados o destilados de ningún tipo. Al lado del enano, esperaba ansioso y temeroso la respuesta. Además, las preocupaciones eran los orientales, no estar desarmado en estos momentos. No había hecho por escamotear nada. Simplemente, si algo se había guardado, era porque no se acordaba que lo tenía encima. Había sido, sin querer, sin percatarse, e inocentemente.

- Los miedos, los miedos …. Se repetía a si mismo, con intención de controlar cualquier tipo de sentimiento que pudiera ocasionarle la respuesta que pudiera surgir de aquello. - Sólo han pasado aves y zorros … que sea eso. Deseaba desde lo más profundo.

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05/06/2019, 16:13
Grimbeorn

Turno 305

Tras despojarse de su casco, Grimbeorn siguió a Bernard al interior, junto con el resto de sus compañeros. Habida cuenta de que sus armas se habían quedado con la montura, por un momento dudó en pensar si había sido algo estúpido cuando observó al resto entregar las suyas para que las guardasen a petición del mayordomo. El norteño se limitó a encogerse de hombros y abrir su capa cuando uno de los guardias se le aproximó; esperaba que eso le bastara para comprobar que no llevaba armas encima.

Superado el percance, siguieron al interior de la granja. Una vez más, el animista vió confirmada su impresión inicial de que aquel lugar distaba mucho de las humildes granjas que había visto hasta el momento. El gran patio interior, las innumerables puertas que se abrían a sus lados, el salón en que se reunieron,... Sin duda, a los señores del sur les gustaba destacar por su opulencia. Ni la cabaña más grande de un jefe de clan se asemejaba a aquel sitio. Y eso que Bernard les explicó que era una casa de "servicio", no la principal. Grimbeorn se preguntaba cómo sería entonces aquella última.

Después de los días de marcha a caballo, la silla que le ofrecieron fue especialmente bien recibida. Sencilla pero cómoda. Negó con un suave gesto de la mano cuando una mujer le ofreció un vaso y vino, pero preguntó por la posibilidad de un trago de agua. No se le ocurría nada mejor para mojar el gaznate tras tragar polvo del camino.

- ¿Hay más propiedades como las de vuestro señor en las cercanías? - Se apresuró a intercalar tras la pregunta del enano. En parte, era por la curiosidad de disponer de otros posibles puntos de refresco a lo largo de su viaje en los siguientes días pero, también, por saber si hubiera podido haber problemas en alguna granja próxima.

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05/06/2019, 23:37
Leofred

Turno 305

Sin ningún reparo Leofred se despojó de sus armas y las entregó a los guardias, satisfecho porque sus negociaciones hubieran llegado por fin a buen puerto; mantuvo en su poder, no obstante, la tira de cuero que usaba como honda para cazar conejos para ahorrar munición, no por precaución ni por cautela, sino simplemente porque no lo consideraba un arma como tal e incluso no se había parado a pensar que la llevaba encima.

Aceptó también agradecido la bebida del guardes y brindó con él alegremente, pues es labor del invitado aceptar de buen grado la cortesía del anfitrión, pero recordando su penoso primer día de resaca participando en aquél viaje se prometió a si mismo no beber más de una copa. - No creo que nos detengamos lo suficiente como para permitirnos el lujo de dormir unos minutos, pero es un grato ofrecimiento por vuestra parte. -

Mientras esperaban a la comida, rescató de entre sus pertenencias su fidula y la afinó con unos movimientos precisos al tiempo que los demás se dedicaban a elevar sus preguntas al solícito Bernard. - Eso es, maese Bernard contadnos las nuevas del lugar; yo a cambio os deleitaré con unas melodías para vuestro divertimento. Que elijan las hermosas jovencitas una balada famosa, y si está en mi repertorio, la cantaré. - y aprovechó para guiñar un ojo con algo de picardía en dirección a las sirvientas - ya se sabe que las mujeres tienen mejor gusto para estas lides musicales. -

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06/06/2019, 02:46
Bernard

Turno 305

 

- ¿Transito? - pregunto divertido - Me temo que no es un buen termino para definir las gentes que discurren por el viejo camino - sonrió - Durante el invierno, si alguien ha de viajar, usa el Camino de Ithilien. - se encogió de hombros - Yeguadas y comerciantes viajan por el. Por aquí solo podría pasar alguien errado en su camino o que busca trabajo en nuestros campos - dijo mientras bebía - Nadie ha pasado en meses, el invierno ha sido duro - terminó diciendo tratando de contestar las preguntas.

- Caballero, me temo que no, mi señor tiene su residencia en Osgiliath, y pasa aquí los veranos, en la época de recolecta. - dijo contestando a Grimbeorn

- No se que os azuza tanto como para no echar una buena siesta con el buche lleno - dijo a Leofred - pero si es vuestro deseo, no me opondré - miraba a todos. - Podéis tocar si os place, la comida aun tardará un poco, no os esperábamos - se disculpó.

- Ahora si me lo permitís he de ocuparme de todo, disfrutar - se levanto e hizo una leve reverencia - Mas vino si es necesario, y agua... - dijo con algo de sorna.

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06/06/2019, 08:35
Freagulf

Turno 305

Rio Freagulf para sus adentros: - ¿Entonces tenemos que dudar de tu género?

Era una broma jactanciosa que se podía volver en su contra sin nadie quererlo. - O una de dos, o eres mujer, y por eso tocas bien, … o eres hombre y tocas como un zapato. Varios resoplidos intentando aguantar la risa y movimiento compulsivos de hombros se hicieron patentes ante el comentario del bardo, que no esperaba que fuera así de … inocente, dentro de su intento de adulación y ligoteo.

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06/06/2019, 11:45
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 305

Aquel que se hacía llamar Bernard, resultó no ser el dueño del caserío, sino la persona al cargo del mismo. Cuando los hicieron entrar, Edan asintio levemente con la cabeza a modo de saludo, pero no dijo nada. Entrego su arma al igual que el resto, y aunque en cierto modo se sentía desamparado sin ella, lo hizo de buena gana, anticipando la opipara comida y el calor del hogar que les esperaba.
Tomó asiento al lado de Larrid y siguiendo las recomedaciones de su anfitrión empezó a beber, con mesura eso si, pero ávido de saciar la sed y humedecer un poco la garganta, áspera por las inclemencias del camino.

Asistió en silencio a la reunión mientras escuchaba las preguntas y las chanzas de sus compañeros. Edan conocía su lugar. No era más que un mandado allí. En primer lugar no quería que cualquier opinión suya pudiese molestar al Guardés de alguna forma. Si algo había aprendido en su corta existencia era que los hombres de armas no siempre eran bienvenidos, y aquellos que hacian gala del lenguaje, eran a menudo tenidos por fanfarrones. Por otra parte tampoco queria decir nada que pudiese contradecir a Larrid. Nada sabia sobre las palabras que éste y Leofred habían cruzado con Bernard, y cualquier pequeña diferencia podría ser recibida con desconfianza.

Lo qué si hizo, fue llamar la atención a Larrid sobre los guardias. Aunque no eran muchos, sí iban bien equipados, y tan cerca de su objetivo, Edan se preguntaba si las posibilidades de Agranil les permitirian convencer a Bernard de que les prestase a uno o dos de aquellos hombres. Sin duda en la granja podrian prescindir de alguno por unos días, y para ellos un solo hombre podría hacer la diferencia en su encuentro contra los orientales.

Atendió a la respuesta de Bernard con cierta indiferencia. Sus palabras no le sorprendieron. A pesar del retraso que pudiesen haber acumulado, era impensable que los Orientales hubiesen llegado ya tan lejos. Todavía habrían de llegar al punto acordado, sin olvidar que Larrid habia dejado un hombre siguiendo el rastro de los orientales, si algo hubiese ocurrido, se habría adelantado para avisar...

Notas de juego

No sé exactamente que le habrá contado Larrid a Bernard, por eso no digo nada en voz alta.

Pero tal vez debería ponerlos al corriente de que hay orientales sueltos. Si nosotros fracasamos, posiblemente terminen pasando por su granja. Y eso podría ser un buen argumento para que nos cedan un guardia para que nos ayude.

Llamo la atención de Larrid sobre este tema. Y ya de paso le digo en bajo si puede preguntar a Bernard si me pudieran vender o canjear una lanza, para reponer la perdida.

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06/06/2019, 17:40
Ional

Turno 305

Iban a gozar de una buena comida caliente y un merecido descanso. Habían encontrado una granja donde Bernard, el guardés de la misma. Sus compañeros Larrid y Leofred se habían adelantado y ya hablaban con él.

Muy buenas, caballero. Es un placer encontrarse alguien por este camino tan desangelado. Veo que tiene guardias que custodian la granja ¿es que hay mucho ladrón por estos lares?

Luego el dunadan entró con sus compañeros a la estancia donde les iban a dar de comer. Se sirvió una copa de vino y escuchó a sus compañeros y al propio Bernard las conversaciones que llevaban.

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07/06/2019, 12:18
Hallfrid

TURNO 305

Hallfrid había dejado el casco y el escudo en su montura, junto con la lanza y casi todas sus otras pertenencias. Así que, cuando los guardias se acercaron para hacer cumplir la orden de su señor, simplemente les entregó la espada ancha que llevaba al cinto, y que hasta ahora casi no había desenvainado desde que saliera de su granja natal.

El inexperto guerrero también llevaba una daga ajustada en su bota derecha, difícil de identificar a simple vista por las recias grebas de cuero que la cubrían. Pero no hizo mención alguna a ello, más bien por puro descuido que por verdadera desconfianza.

Tras ello, simplemente siguió a sus camaradas al interior del lugar, observando todo con la misma maravilla que habría de evidenciar si estuviera atravesando los legendarios salones de Minas Tirith o cualquier otro palacio semejante.

Al llegar a la sala de banquetes, el joven campesino demoró algunos momentos en ocupar su asiento. Pues durante largos instantes se entretuvo recorriendo la sala, deteniéndose aquí y allá para contemplar los numerosos tapices que cubrían las paredes.

- Tiradas (1)

Notas de juego

No se si aplica, pero dejo una tirara de Percepción para conocer algunos detalles que puedan aparecer en los tapices. Quizás el escudo de armas de la casa, o referencias a otros señores de la región. Es más que nada por si a Hallfrid le suenan de algo.

Aunque tampoco es que conozca demasiado de Heráldica y esas cosas, recluido como estaba en una granja en las fronteras de Gondor.