Partida Rol por web

Ered Nimrais, más allá de las Montañas Blancas

Cap. 3: El viejo camino

Cargando editor
28/06/2019, 17:53
Leofred

Turno 311

El ambiente era tan tenso que casi se podía cortar con un cuchillo. Incluso afectaba al carácter de Leofred, normalmente más alegre y dispuesto a relajar los ánimos con pequeñas chanzas, pero en aquél momento no se atrevió con ninguna broma. Fueron unos incómodos minutos hasta que finalmente volvió Freagulf, y con él los mozos y todas sus monturas.

Por fin todos respiraron tranquilos, aunque se notaba que nadie estaba satisfecho, las muestras de desconfianza por ambas partes habían sido demasiadas. Se notaba que Bernard se alegraba de poder librarse de ellos, y tal cual estaban los ánimos para el bardo el sentimiento era mutuo.

- Gracias por todo. - se despidió Leofred por última vez del guardes, ya sobre su montura y todos sus pertrechos, y con la mula bien atada a la silla del caballo. - Aunque se me antoja una despedida agridulce; tal vez la próxima vez resulte en un encuentro más agradable para todos. -


Tras aquello esperó a que se hubieran puesto en camino, prudentemente alejados de los oídos de Bernard y sus guardias, antes de preguntar a Freagulf por su tardanza. - Buen rato hemos estado esperando, creía que Bernard perdía su color de la preocupación, y poco le ha faltado a Bjorn para desmayarse entre tanto gruñido. ¿A qué se ha debido? -

Cargando editor
28/06/2019, 20:22
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 311

Una mueca de alivio asomó a las caras de la mayoría cuando Freagulf estuvo de vuelta con las monturas. Edan suspiró, nada de lo que acababan de vivir era normal a ojos del muchacho, desde la desmediada reacción de Gwalin, hasta la negativa del Guardés a entregarles las armas, pasando por la injustificable demora de los mozos en traer las monturas.
Habían estado esperando un tiempo mas que valioso y aunque al mercenario le hubiese gustado oir una explicación por parte de los sirvientes o del propio Bernard de semejante retrasó, no dijo palabra. Larrid tampoco parecía interesado en conocer los detalles y el Guardés no mostraba interés por requerir de sus empleados una respuesta, de modo que para no empeorar el ya de por si viciado ambiente que reinaba en el patio, lo dejó pasar.

Esperó su turno para recoger su arma y comprobó que todas sus cosas estuviesen en orden antes de montar y prepararse para partir.
Cuando pasó al lado de Bernard le saludó con una leve inclinación de cabeza. El rohir dudaba que nada de lo que pudiera decir, lograse mejorar las cosas.

Antes de girarse, volvió su cabeza hacía Larrid, y esperó a que sus miradas se cruzasen. Edan suponía que a esas alturas el guía de la comitiva ya habría tratado los temas pendientes con el Guardés, de no ser así, dudaba que ahora pudieran conseguir ninguna de la ayuda que habia previsto de sus guardias. Sin embargo, si se había mostrado diligente en esa tarea, el trato ya estaría cerrado y no habria razón para que dos partes de bien no cumpliesen con su palabra.
A ojos del Rohir, se trataba de un trato que beneficiaría a ambas partes. Si por alguna razón su misión fracasase, los orientales terminarían pasando por su granja. Y si 8 hombres de armas preparados para la guerra no habían podido detenerlos, sus 4 guardias y unos imberbes y holgazanes, (dicho sea de paso), mozos de cuadra, tampoco lo harían si aquellos salvajes decidían tomar por la fuerza la granja...
Y Edan daba Fe de que lo harían. A poco que los orientales explorasen la zona, darían con los caballos. Y en caso de no haberlos conseguido ya, no dejarian pasar semejante oportunidad en su desesperada y precipitada huida hacia el sur.

Todavía esperó un rato, allí sobre su montura, acariciando su costado y levantando la vista de cuando en cuando, esperando ver aparecer a alguno de los guardias viniendo de los establos, dispuesto para unirse a la comitiva. Después dió media vuelta y se dirigió a la entrada. En silencio lamentaba que aquel estúpido malentendido hubiese arruinado la posibilidad de pasar al lado de la yeguada de la granja. A Edan le hubiese encantado ver en persona aquellos magníficos ejemplares de los que Bernard presumia durante la comida.

Notas de juego

Edan saluda cortésmente y se pira sin dexir ni mu. Pero se fija en si Larrid ha podido conseguir algo de lo que le sugirió; vease:
Una lanza para Edan.
Un guardia para ayudarnos con los orientales.

Cargando editor
29/06/2019, 04:54
Director

RESOLUCION TURNO 311

 

Freagulf, el guardia y los mozos, habían aparecido con los caballos, aunque se habían demorado demasiado. La cara de reprobación con que miró el guardes a los muchachos llevaba un cierto cariz de desprecio, seguramente se habían ganado una buena bronca.

Los animales estaban cargados con todos los pertrechos con los que habían llegado, no parecía faltar ninguno. Solo cuando las riendas fueron entregadas, y los guardias se pusieron en una posición defensiva alrededor de Bernard, fue cuando las puertas del armero fueron abiertas. Dos de los hombres de armas de la casa fueron los encargados de ir sacando las armas poco a poco. Su dueño se acercaba a por ellas para recogerlas y después iban montando en sus respectivos caballos.

Algunos se despedían con educación de Bernard, agradeciéndole sus atenciones. Otros sencillamente guardaron silencio o emitieron un corto y seco gruñido que el guardes no se molestó en tratar de comprender. Finalmente, todos estaban ya listos para partir de nuevo, dejando atrás las comodidades de la granja. Larrid también se despidió, justo antes de dar la orden de marcharse. El guerrero le dirigió unas agradables a su anfitrión, e incluso le pido disculpas. Éste pareció aceptarlas, aunque no impidió la partida.

Dejaron atrás la granja, volviendo sobre sus pasos, y recorriendo de nuevo la serpenteante pista que los llevaba a la ruta principal. Comentaban lo ocurrido, y descendían ocupando las mismas posiciones que habían llevado durante la mañana. Disponían aun de algunas horas hasta que llegase la noche, y tenían que apresurarse en avanzar lo máximo posible. Cuando llegaron al camino se dejaron de cháchara, y aumentaron el ritmo considerablemente. Repitiendo el ritmo y cadencia de paso que los había llevado hasta allí, lograron recorrer un buen trayecto hasta que la luz del sol comenzó a recomendar detenerse. No sabían cuánto les quedaba aun hasta Caras Gwildor, su objetivo por el momento.

 

 

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 312

► No consiguen el arma extra de Edan, si es más directo, quizás Larrid pueda aclararle algo.

► Llega la noche. Para determinar el lugar de acampada, que alguien haga una tirada de 1d100 para determinar el lugar, a más valor, mejor campamento.

 

► Resolución del próximo turno: martes 02-07-19

Cargando editor
29/06/2019, 10:12
Ional

Turno 312

Ional se montó en su caballo y cabalgó junto a sus compañeros, volviendo al camino que les habían dejado para acercase a la villa donde habían comido. Mientras cabalgaban recordaban la trifulca que Gwalin había montado con el guardés, pero ahora recordándolo de forma más relajada y cómica.

Maese Gwalin, si no le llega a decir nada Larrid, se queda con el brazo del guardés. Menos mal que al final apareció Freagulf con los caballos y todo se calmó.

El joven siguió caminando hasta que la luz del día fue menguando. Era hora de buscar un lugar en el que hacer el campamento y descansar. Nuevamente harían guardias durmiendo al lado de una hoguera.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Vaya, hoy no dormimos muy bien, sorry.

Cargando editor
29/06/2019, 16:08
Grimbeorn

Turno 312

De vuelta en el camino y con la hacienda a sus espaldas, Grimbeorn no disfrutaba exactamente del trayecto a lomos del caballo. Se iba acostumbrando, pero aun se encontraba en ocasiones haciendo equilibrios sobre la silla para dar con una postura cómoda.

- No tiene sentido que nos ensañemos ahora con lo que ha ocurrido allí atrás. Seguramente, maese Gwalin tuvo sus razones para temer algún peligro y quiso recuperar sus armas para hacerle frente. No sería conveniente rechazar las experiencias que haya podido vivir y que le han preparado para desconfiar de ciertos signos. - El animista terció en la conversación mientras se escoraba hacia un lado en la silla y, acto seguido, corregía aquella postura con un movimiento brusco en dirección contraria.

Las horas pasadas hasta que el sol comenzó a ponerse le parecieron eternas, montado y al paso que marcaba Larrid. El soldado parecía ansioso por querer recuperar el tiempo perdido con Bernard y, por ello, las conversaciones habían sido mínimas y el trote frecuente. Agradeció la señal de alto aunque se abstuvo de hacer comentarios sobre la idoneidad del lugar que el montaraz había señalado para descansar. Tan pronto como hubo atado y descargado su caballo, se dirigió hacia el soldado.

- Maese Larrid, antes de asignar guardias o ir a dormir, quizás queráis hablar con el grupo. No es preciso ser duro. Estoy seguro de que la gente entenderá vuestro punto de vista si lo exponéis de forma sosegada. - El norteño empleó un tono conciliador aunque no entró en detalles acerca del quid de la cuestión que debiera tratar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejo una tirada de Cocinar, por si hay posibilidad de preparar algo caliente para la cena.

Cargando editor
30/06/2019, 02:19
Gwalin

Turno 312

Gwalin se separó del resto y esperó a que le dieran su arma. En ese mismo momento Freagulf se aproximó con  los caballos. Todo estaba en orden por lo que el veterano enano se sintió bien y descansó su mente.

Al montar notó que todos le miraban, pero él era un enano, estaba acostumbrado a que le miraran y pensaran que era diferente, cosa que le traía sin cuidado, pero parecía que todos se obcecaban con mirarle, y eso si que no le terminaba de gustar al guerrero, pero hizo caso omiso y cabalgó ajeno a sus miradas lo que quedaba de jornada. Solo consiguieron sacarle el típico gruñido, - gruñía Gwalin al sentirse obsrevado,  que viniendo de éste no sabían si era del guardés, del caballo, de la misión o de algo más profundo.

-Grrrrmmmmmm.

Al final se quedó en su montura sin decir nada, observando el camino.

Cuando fue hora de montar el campamento, el enano ayudó a montarlo y se propuso para hacer la primera guardia. No es que se sintiera más suelto que el resto, es que necesitaba dejar atrás el día y es era una buena ocasión de reflexionar mirando a las llamas de la hoguera mientras pensaba en lo ocurrido y los demás dormían.

Cargando editor
30/06/2019, 04:45
Larrid

Turno 312

 

Larrid había permanecido muy poco hablador durante todo el viaje, aunque su enfado fue mitigándose a la par que la luz del sol desaparecía.

Mientras preparaban todo, Grimbeorn le sugirió al soldado unas palabras respecto a lo ocurrido.

- No Grimbeorn - Le dijo amable - No es mi tarea hacer que os comportéis como gente civilizada - continuo apesadumbrado - Tan solo diré que no habrá oportunidad de que vuelva a suceder, ni aunque esta se nos presente ante nosotros - No quería ser duro - Disfrutad del aire fresco y el manto de estrellas, de la hoguera y el tacto de la hierba pues no volveremos a aceptar las comodidades de la civilización - sentencio categóricamente.

- Ional, Freagulf, vosotros descansareis esta noche - informó antes de continuar montando las tiendas y preparando el campamento

Cargando editor
01/07/2019, 15:45
Grimbeorn
Sólo para el director

Turno 312

El animista hizo una señal para ir con Larrid aparte. El soldado llevaba razón cuando decía que no era labor suya encargarse de que se comportasen con educación. Grimbeorn era consciente de que, en aquellas tierras, él mismo podía ser considerado "salvaje" conforme a las convenciones sociales dominantes. Pero no era aquello lo que le preocupaba realmente.

- Entiendo ese punto, maese Larrid, y no esperaba que hicieras nada al respecto. - El norteño hablaba en voz queda, para asegurarse de que nadie más les pudiera escuchar. Al fin y al cabo, si Larrid decidía no actuar al respecto del asunto que le quería plantear, no tendría mucho sentido sembrar discordia en el grupo. - Me refiero a la cuestión del liderazgo. Edan, por ejemplo, lleva un tiempo molesto o disgustado por algo. O Freagulf, que se ha levantado y ausentado sin decir nada durante la estancia en la granja. Si hiciera lo mismo en mitad del viaje o durante una situación comprometida, como un combate, nuestra situación podría resentirse. A la vista que de Agranil os confió la dirección de esta comitiva y empresa, tal vez puedas hacer algo al respecto. - El animista se encogió de hombros ligeramente, dando a entender que a él no se le ocurría nada más, salvo hablar con ellos. Pero si Edan o Freagulf se negaban a dialogar con él, tampoco tenía mucho con que intentar redirigir semejante situación.

Cargando editor
02/07/2019, 00:03
Leofred

Turno 312

El ánimo no mejoró demasiado una vez se alejaron de la villa que amablemente les había recibido. Leofred no lograba deshacerse de la sombra de inconformidad y descontento que le acosaba por haber abandonado al guardes de aquella guisa. Estaba acostumbrado a viajar en solitario, y aunque no siempre dejaba una buena impresión al menos se sentía satisfecho con una cruda indiferencia. Saber que Bernard recordaría su breve estancia con suspicacia, celo y malos humos se sentía como un picor imposible de rascar, del que el bardo tardaría un buen tiempo en olvidarse.

Finalmente alcanzaron un buen lugar de acampada, o al menos eso confiaba Leofred, que despreocupadamente solía refugiarse tras la primera roca, árbol o colina que encontraba las pocas ocasiones en que le alcanzaba la noche en los caminos. Aquella tarde ya había tocado y cantado un poco, e incapaz de concentrarse en sus tareas habituales terminó dándose un breve paseo por las cercanías en busca de algo de madera seca y matojos para la hoguera.

- Una mala noticia para nuestros doloridos muslos, ahora que no tenemos navío que nos lleve río abajo. - se lamentó al enterarse de que no habría más paradas en pueblos o villas, al menos hasta llegar a Caras Gwidor. - Al menos aún tenemos las monturas y la comida de Grimbeorn, que por cierto huele deliciosa ¿Qué has preparado esta vez, viejo bribón? -

Cargando editor
02/07/2019, 06:24
Hallfrid

TURNO 312

Luego de abandonar la villa, el joven campesino volvió a centrar su atención en el camino que tenían por delante, y ya no volvió a pensar en lo ocurrido. La inmensidad del terreno por el que pasaban era abrumadora, como también el misterio que la rodeaba. De modo que el maravillado muchacho no le costó demasiado entregarse simplemente a escrutar con renovados bríos las inmediaciones, a la vez que procuraba afinar su oído para detectar movimientos en la lejanía.

El muchacho era un hombre sencillo, que prefería viajar ligero de espíritu. Y no permitía que la duda o la angustia le oprimieran el corazón por mucho tiempo, si podía evitarlo. Sobre todo, cuando había tanto mundo por conocer.

Por supuesto, incluso alguien con tan poca experiencia como él en los misterios del camino había podído notar que la despedida no se había dado en los mejores términos. Y que el abrupto cambio de talante en el otrora servicial Bernard solo podía entenderse como un final lamentable para aquel fortuito encuentro.

Sin embargo, para Hallfrid aquel triste episodio ya había quedado atrás. Y aunque quizás les tocase lamentar en un futuro la pérdida de aquel posible aliado, había demasiadas cosas de las que ocuparse como para seguir perdiendo tiempo y esfuerzo en algo que no tenía remedio.

Por ello, en cuanto divisaron un lugar para acampar, el novicio guerrero se dispuso a recorrer la zona en busca de madera para el fuego, silbando alegremente una tonada que creía haber escuchado de su camarada Leofred en los días previos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejo una tirada de Percepción para ver si puede conseguir algo de leña, y también para saber si hay signos de movimiento de seres vivos por la zona.

Cargando editor
02/07/2019, 23:59
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 312

Se hacía tarde y Edan permanecía sumido en sus pensamientos, dejandose llevar por su montura como la mente cansada se deja llevar por los sueños.
Su cabeza se encontraba pérdida, no ya en el incidente de la granja, que el Rohir habia olvidado por completo, sino en el cada vez más próximo encuentro con los orientales.

Cuando por fin se detuvieron se ofreció a ayudar a Hallfrid a buscar algo de leña, y más tarde le preguntó a Grimbeorn si necesitaba que le buscase algunas bayas o hierbas para condimentar la cena. El bosquimano se habia erigido en el cocinero del grupo, algo que no se le daba nada mal y Edan queria agradecerle aquel servicio a su manera.

Una vez terminadas las tareas, se reunió alrededor de la hoguera con sus compañeros y después de la cena saco su baraja de naipes y ofreció algo de diversión a aquellos que quisieran acompañarlo. La noche era fria, pero despejada, y al calor del fuego la sensación era agradable. No se trataba de las estancias de Bernard, pero no todas las comodidades se reducen a un buen asiento y licores de lujo. Allí tenian sus armas y la naturaleza era en parte su hogar, no un lugar impostado del que tuviesen que recelar. Allí podian ser ellos mismos, al menos de un modo más auténtico que en la granja de caballos y eso proporcionaba una especie de comodidad muy diferente a la material que resultaba difícil cuantificar.
Amigos o simples compañeros de trabajo, la mayoría habian luchado hombro con hombro y Edan podía aseverar que algunos de ellos habian puesto su vida en peligro para ayudarle. De algún modo eso significaba algo, algo que no carecía de importancia.

Las manos del rohir centellearon a la luz de las ascuas y los naipes empezaron a volar y voltearse. Sus manos parecían acostumbradas al juego, aunque no especialmente hábiles, sin embargo y quizas por primera vez desde que se conocieron alla en la Rosa de los Vientos, sus compañeros fueron testigos de como el joven sonreía...probablemente no era la primera vez que lo hacía, pero si la primera en que podian leer la alegría en su rostro. La luna se reflejaba en sus ojos verdes con cada pase de mano. La noche caia y el humo del hogar ascendia entre los árboles. La hora de los hombres se acercaba.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ayudo a Hallfrid y a Grimbeorn.
Tambien dejo una tirada por si se requiere.

Cargando editor
03/07/2019, 04:32
Director

RESOLUCION TURNO 312
 

 

Apuraron el día, la luz del sol apenas alumbraba ya el cielo, cuando tuvieron que elegir un buen lugar donde pasar la noche. Tuvieron que conformarse con una explanada libre de rocas, y carente de arboleda alguna donde resguardarse. No era un buen lugar, pero tampoco tenían tiempo para buscar algo mejor.

Mientras Freagulf e Ional revisaban los alrededores, les tocaba descansar y ya habían establecido ese hábito, los demás comenzaron a montar tiendas y acomodar el campamento. Hallfrid y Edan reunieron algo de leña para la hoguera, y Grimbeorn comenzó a preparar uno de sus guisos. Hallfrid había aprovechado su recolecta de madera para tratar de encontrar algún signo de actividad animal en la zona. Solo encontró algunas huellas viejas de algún tipo de canido y de pequeños roedores. El bosquimano se había autoproclamado cocinero oficial, y lo cierto es que no se le daba nada mal. Sus compañeros estaban encantados de que fuese él el que se ofreciese.

Larrid, por sugerencia de Grimbeorn, hablo cuando todos estuvieron reunidos alrededor del fuego. Les comunicó calmadamente que no le había gustado lo ocurrido, sin mencionarlo directamente, pero asegurando que no volvería a disfrutar de un descanso bajo techo. Estaba algo enfadado aun, pero trataba de disimularlo.

Mientras la comida terminaba de cocinarse, el animista quiso hablar Larrid, lo llamó aparte para hacerlo. No estuvieron mucho, enseguida volvieron con los demás. Llegó la hora de organizarse y Larrid distribuyó de nuevo los turnos de guardia. En su cabeza ya tenía un sistema, usado habitualmente donde había servido y que estaba dispuesto a usarlo con aquel grupo. Freagulf e Ional descansaban, el primer turno seria para Leofred y él mismo. El relevo seria para Hallfrid y Edan, mientras que el enano y Grimbeorn realizarían la última guardia. Ya estaban encontrando una pauta, en la que se seguía el mismo orden, corriendo los turnos día a día.

Después comenzaron a cenar. El plato era sencillo, patatas, carne y algo de verduras, todo bien condimentado. Pero era tan simple, como delicioso, y todos lo degustaron con avidez hasta saciarse. Ya con la tripa llena Edan invitó, baraja en mano, a jugar una partida como “sobremesa”. Paso un rato hasta que llegó la hora de dormir. Cada uno, fue retirándose a descansar, dando comienzo a las guardias.

La noche pasó con total tranquilidad. Las guardias se sucedían sin ningún problema, sin duda estaban tan a desmano de la civilización que nada ni nadie perturbaba aquel lugar. Tenían que aprovecharlo, porque todos pensaban que en adelante no tendrían más noches así.

Las noches eran frían aun en esa época del año, y eso se hacía notar aún más cuando la luz desaparecía. El fuego se avivaba cada poco y servía para paliar la sensación de frio. Pero el día llegó, el sol comenzó a despuntar y calentar con su luz la mañana. Sobre las ascuas tostaron algo de pan, y lo acompañaron de manteca y vino especiado para entrar en calor. Después recogieron todo, les llevo un buen rato hacerlo, y se prepararon para ponerse en marcha.

También como parte de la rutina que empezaba a imponerse, los que habían realizado la primera guardia serían los que abrirían la comitiva. Todos comenzaban a acostumbrarse a aquellas pautas.

 

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 313

► Edan propone un juego de cartas. Aquellos que estén dispuestos, que me lo digan en el off, y abrimos una timba que se desarrollará entre la cena y el comienzo de las guardias.

► Retomáis el viaje, estáis todos montados en los caballos y listos para partir.

 

► Resolución del próximo turno: viernes 05-07-19

Cargando editor
03/07/2019, 04:33
Larrid

Turno 313

​- Antes de marchar - llamo la atención a todos, ya subidos en las monturas - Quiero explicarles una cosa - su mirada se cruzó con la de Grimbeorn.

- Ya se ha dicho antes, y no lo repetiré mas - hizo una pausa - Se hará lo que yo diga, y nada mas - aseveró - No quiero que os marchéis por vuestra cuenta - dijo mirando a Freagulf por irse a los establos.

- Ni que faltéis al respeto a nadie con quien nos crucemos - esta vez miro al enano por su comportamiento con el guardes.

- Tampoco que decidáis iros pese a que expresamente pedí permanecer a la espera - Ional era al que su mirada se dirigía, pues desoyendo sus deseos pretendió ir en busca del ailgratha.

- Se hará cuanto yo diga, y el que no lo acepte, podrá marcharse ahora sin que sea mal considerado por los demás - amenazó sin remilgos - Pero si continuáis, las cosas se harán como yo diga - dijo firmemente.

Tras las replicas, ordenó iniciar el viaje

Cargando editor
03/07/2019, 15:56
Grimbeorn

Turno 313

El animista se había levantado de mejor humor, gracias al sueño reparador en una noche que transcurrió tranquila. Fue un cambio digno de agradecer, si consideraba cómo habían pernoctado en anteriores ocasiones: el ataque de los anegados, la persecución de sonidos fantasmales en otra ocasión,...

Incluso la rutina de levantar campamento tras degustar un frugal desayuno empezaba a resultarle familiar. Tanto que, antes de darse cuenta siquiera, ya estaba a lomos de su montura, presto a continuar la marcha. Entonces Larrid habló. Cuando cruzó su mirada con el norteño, Grimbeorn supo que se referiría a lo que discutieron la noche anterior. Por eso mismo, permaneció en silencio hasta la última palabra del soldado. Luego, reflexionó.

Sin duda, había tratado el tema, tal como le sugirió. Pero la forma no terminaba de convencerle. Quizás es que estuviera acostumbrado a un liderazgo distinto y no entendía las maneras de la gente civilizada, pero el modo de dirigirse y ordenar de Larrid le pareció forzado. Casi como si no le quedase otra alternativa que guiar porque así lo habían dispuesto los esgarothianos. Empezaba a sospechar que el liderazgo debería buscarse en otro parte, en alguien a quien se le diera de forma natural, que inspirase a la gente sin tener que recordar que las cosas se habían de hacer porque lo ordenase así.

Mientras el resto reaccionaba a las palabras de Larrid, el animista les examinaba uno por uno. Freagulf había parecido capaz durante el encuentro con los seres en el islote, pero su aire taciturno y su tendencia a actuar de manera independiente le hacían dudar de su idoneidad para aglutinar al grupo e inspirar lealtad y confianza. Gwalin seguramente tendría la experiencia dada por años de longeva vida pero, si ya le resultaba difícil al animista comprender la naturaleza de los pueblos hildor civilizados, entender los entresijos de una cultura como la enana... Complicado saber si el enano estaría dispuesto a llevar el manto del mando, a juzgar por su ímpetu ante ciertas situaciones tensas. Hallfrid daba la sensación de estar fuera de su elemento, incluso más que el propia norteño lejos de su bosque; aparentaba tener una visión más abierta o, al menos, más simplista del mundo pero su juventud posiblemente dificultaría que los demás le tomasen en serio. Ional no parecía el tipo acostumbrado a dirigir y a ser seguido. En el mejor de los casos, podía pasar por alguien acostumbrado a valerse por sí mismo pero que, más tarde, acabaría por caer en la cuenta de que sus acciones podrían tener consecuencias para el resto del grupo. Leofred era afable y extrovertido pero le daba la sensación de que podía ser algo frívolo, lo que suscitaría cierta desconfianza en su capacidad para tomarse una situación en serio; pero, al menos, tenía un aparente don de gentes, algo útil para que actuase como portavoz de la comitiva en el mejor de los casos. Por último, estaba Edan. A pesar de los ocasionales momentos en que el rohir se animaba, la mayor parte del tiempo le daba la impresión de inseguridad, de no tener claro si su lugar estaba allí. De ser cierta esa evaluación, resultaría harto difícil pedirle que asumiera la tarea de dirigir a un grupo en el que ni siquiera sabía si debía estar.

- Será mejor que aprovechemos las horas de luz. Discutir esto parados, a lomos de los caballos, es incómodo y un desperdicio de tiempo. - En el ánimo de Grimbeorn no estaba el cortar por lo sano aquel tema. Todo lo contrario, le empezaba a parecer cada vez más acuciante. Pero también tenían que seguir a los orientales y cada instante perdido hablando allí, parados como estatuas, era un instante más de ventaja que les sacarían.

Cargando editor
04/07/2019, 12:37
Gwalin

Turno 313

Gwalin hizo la última guardia, la que le tocaba junto con Grimbeorn. Puedo más leña en la hoguera y estuvo bastante tiempo contemplandola mientras pensaba en lo que había acontecido. Cada poco se levantaba y echaba una ojeado por los alrededores por si se la había escapado algo y luego volvía a su sitio sin decir nada. Esa noche estaba especiálmente callado y eso que el enano no era muy ducho en darse a las charlas, pero esa noche menos.

Cuando sus compañeros se despertaron ya habían preparado el desayuno. Más bien había ayudado a Grimbeorn a prepararlo, pero no le disgustaba echar una mano en la cocina siempre que se lo permitían. Como él decía "me gusta cocinar porque me gusta comer", acompañado de una buena palmada a su amplia tripa y una sonrisa de oreja a oreja.

Cuando acabaron recogieron el campamento, cargaron todo el material en sus monturas y se discpusieron a seguir camino. Pero entonces Larrid llamó su atención. Quería hablar con ellos.

Sus palabras fueron concisas y tajantes. No quería que ocurriera nada más en lo que quedaba de viaje hasta encontrarse con los orientales. Cuando éste clavó sus ojos en el naugrim, Gwalin lo aguantó estoico sin decir una palabra, ni siquiera salió el tan recurrido gruñido de su boca. No, simplemente asintió levemente y calló.

En el fuero interno del enano sabía que no había hecho nada malo. Solo había cogido a alguien del brazo para pedirle sus pertenencias en vista de que pudiera pasar algo y poder defender al grupo, que en las circunstancias en las que se encontraban era plausible que ocurriera. Ni insultó, ni daño, ni hizo ningúna cosa de la que pudiera arrepentirse. Pero sabía que él no dirigía el grupo y el líder era Larrid. Si él se sentía mal sería por alguna razón y eso lo admitía y aceptaba.

Si fuera un enano el líder me habría dado una palmada en la espalda. Y si hubiera sido en otra época, el guardés no tendría mis armas ni la de mis compañeros... mmmgggggrrrrrrrrrrrrrrmmmmmmm.

Tras un rato todos volvieron a montar en sus caballos y siguieron camino adelante. Gwalin seguía pensativo y callado, atento al pareje por lo que pudiera suceder.

Cargando editor
04/07/2019, 23:41
Leofred

Turno 313

La noche llegaba fría, pero el estofado caliente de Grimbeorn ayudó a pasar la peor parte. También el juego de naipes del rohir fue un agradable entretenimiento, y sobre todo sorprendió a Leofred, que no tenía a Edan por un habitual de ese tipo de divertimentos. Pasó un rato agradable junto a la hoguera intercambiando con él juegos de manos con las cartas hasta que llegó la hora de la primera guardia, y más tarde su turno para dormir al fin.

Llegó al fin la mañana siguiente, y hubiera sido más agradable de no ser porque finalmente Larrid les espetó todo lo que se había guardado la noche anterior, que no era poco, y les dejó a todo un poco turbados por el tema que casi parecía haber quedado atrás con el paso de la noche. Lo bueno era que por fin se ponían en camino y así tenían otras cosas en las que pensar que en fustigarse a si mismos por sus errores.

El grupo estaba más silencioso de lo habitual, especialmente el enano, a quien solo había escuchado gruñir desde que salieron de la villa, y el bardo decidió intercambiar su posición al frente durante un rato para poder hablar con tranquilidad, preferiblemente algo alejado de los agudos oídos de Larrid. - No te lo tomes tan a pecho. - comenzó su conversación con Gwalin, esta vez sin tantas formalidades como cuando se acababan de conocer. - Le preocupa la reputación que podamos adquirir mientras estamos a su cargo, pero no creo que nos guarde auténtico rencor por nuestro comportamiento. Además, ese guardes era tan asustadizo que un ratón de campo podría haberle hecho mojarse encima. - intentó esbozar una sonrisa, con la esperanza de que Gwalin también lo encontrara divertido. - El caso es que muchos hombres comunes no han convivido con enanos ni acercan a sentirse cómodos junto a uno de ellos, menos aún imaginarse a uno armado; y lo mismo podría decir del resto de la cuadrilla tan extraña que hemos reunido. Larrid lo sabe, y entiende que es más importante no atraer la atención sobre nosotros ni generar ninguna suspicacia, aunque a cambio tengamos que salir un poco escaldados con riñas como esta. -

Leofred había divagado sin pensar demasiado y no sabía si había logrado calmar la turbulenta mente del enano. Fuera como fuese, aquella conversación ocuparía su mente el resto de la mañana.

Cargando editor
06/07/2019, 00:11
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 313

Todo estaba dispuesto para retomar la marcha. La noche había transcurrido sin contratiempos. La deliciosa cena preparada por Grimbeorn ayudó a relajar el animo del grupo, y la timba a la luz de la hoguera resultó el colofón de una agradable velada. Al menos así lo había sentido el Rohir, quien a medida que los dias pasaban, se sentía más cómodo con sus nuevos compañeros.

Antes de partir, Larrid dió una pequeña charla al grupo. En realidad se trataba de una reprimenda, aunque Edan no pudo objetar ni una palabra a lo dicho por el guerrero. La reacción de Gwalin no había sido todo educada que cabría esperar por parte de unos invitados, y en menor medida podrían considerarse las actitudes de alguno de sus compañeros. Sin embargo, nada habia ocurrido, asi que Edan esperaba que el asunto se olvidase en aquella reprimenda.

Era importante que el grupo tuviese un Lider, y que el resto siguiese sus ordenes sin rechistar, en el islote del rio grande habian sido demasiado conscientes de ello. La falta de concierto casi les habia costado la vida. Pero para Edan, todavía quedaba un cabo suelto. Precisamente en el encuentro con los Mewlip, se había revelado otra importante carencia. El rohir no podía recordar ninguna orden directa de Larrid en aquel momento, tal vez, porque al igual que le habia ocurrido a él, habia sucumbido al hechizo de los monstruos...aquella situación provocaba una pregunta automática que el rohir verbalizó casi inconscientemente.
...¿y has pensado ya a quien deberemos seguir si resultas herido en combate como la última vez?

Era una pregunta inocente, pero que podría salvar sus vidas llegado el momento. Si habia ocurrido una vez, podría volver a hacerlo.

Cargando editor
06/07/2019, 01:10
Hallfrid

TURNO 313

El joven campesino aprovechó para investigar un poco el terreno mientras recogía leña para la fogata, tratando de darse una idea del tipo de criaturas que habitaban aquellos parajes. Le daba la impresión de estar a un mundo de distancia de su tierra natal. Y por ello estaba siempre ávido de conocer las maravillas que pudieran sorprenderlo.

Sin embargo, a poco de recorrer un poco, pronto se dio cuenta de que quizás no había llegado tan lejos como creía. Y que aquella región no se diferenciaba demasiado de su vieja granja. Tal vez no tuviera idea de como llamaban los mapas a esa zona, pero bien podría tratarse de la continuación de su querida Anórien.

Llegada la noche, el muchacho se apresuró a cobijarse en sus mantas para aprovechar hasta el último suspiro de descanso, si bien se lamentó por no poder sumarse a la partida que habían iniciado Leofred y Edan. Quizás cuando todo aquello terminara...

Luego de una guardia tranquila, y otro rato de intentar pegar los ojos, el muchacho volvió a acomodar sus bártulos para ponerse en marcha. Sin embargo, antes de volver al camino, Larryd los detuvo con palabras duras y autoritarias.

Hallfrid no estaba muy acostumbrado a recibir órdenes. Al menos, con aquel tono marcial que no admitía réplica. Y, ciertamente, no podía decir que le gustara. Pero entendía también la necesidad de coordinar las iniciativas de todos para no caer en el desorden. Así que simplemente asintió en silencio ante el reto destemplado, esperando terminar pronto con aquello para volver a iniciar la marcha.

Cargando editor
06/07/2019, 03:12
Ional

Turno 313

No había descansado mal pero tampoco podía echar cohetes. Si bien no había tenido que hacer guardias, el joven había dormido sobre alguna piedra que le había dejado marca en la espalda. Aun así se despertó, desayunó y ayudó a recoger el campamento para poder salir de allí cuanto antes.

Pero antes les esperaba la charla que Larrid les tenía preparado antes de salir.

Pese a que Ional solo quería ayudar a Freagulf entendía que Larrid le detuviera y le instara  a que permaneciera delante de la puerta esperando a que éste llegara con los caballos. El joven era impetuoso y quería ayudar a toda costa por eso se decidió ir en ayuda del rohir.

No lo haré más. Esperaré a que me lo ordenes para salir a investigar o a rastrear algo. Sé que la tarea del líder es difícil y si todos hacemos lo que nos viene en gana será un caos. ASí que asumo la culpa y pido perdón por intentar abandonar el grupo, aunque fuese por hacer una buena acción, para ver lo que estaba pasando con nuestros caballos y con Freagulf.

Cargando editor
07/07/2019, 08:25
Larrid

Turno 313

 

- No Edan... - se limitó a contestar algo turbado Larrid

No añadió más, se limitó a señalar el camino, dando así la orden de reanudar el viaje.