Partida Rol por web

27 de Marzo, 1982 - Residencia de los Hoffman Villa Ganga, Isla Shuriken

 Una noche espesa y sin estrellas, producto de la contaminación visual en la zona urbana, cayó sobre aquella ciudad. Eran las primeras horas de un nuevo día. A diferencia de días anteriores, donde los rayos del sol dieron la bienvenida a los agentes o la neblina los cubrías.

 La misión avanzaba, de una forma u otra. La forma en la que avanzaba no era algo en lo que se pusieran de acuerdo los agentes, y era evidente con las interacciones que todos habían tenido con los habitantes de la Isla, que jugaban un rol cada vez más importante en toda la historia.

El Negro lentamente fue despertando por la presencia de varias personas a su alrededor; de hecho, ahí mismo se encontraba absolutamente toda la familia reunida; desde el padre hasta el hijo más pequeño de todos. El agente había terminado por dormir encima de la mesa de la cocina y estos estaban desayunando.

-¿Puedes pasarme la margarina?... Por favor. -Dijo el muchacho alargando la mano por encima de la cabeza de El Negro- Muchas gracias. Estas tostadas están muy ricas...

Pasando la margarina, puesto que no podían usar mantequilla por cuestiones religiosas, se encontraba Sadie Hoffman, alargando también la mano con aquel sub-producto vegetal para que su marido pudiera huntar sus tostadas de desayuno. En efecto, todos estaban en la mesa a su alrededor comiendo como si nada.

-Esa máquina de tostar es una auténtica maravilla. -Exclamó bastante alegre por cómo habían salido las tostadas- Y... creo que el señor está despierto. -Comentó deteniendo la conversación.

El pequeño Ezra Hoffman, oculto tras el cuerpo de El Negro de la atenta mirada de sus padres se entretenía usando el tenedor para en vez de pinchar las rodajas de zanahorias hervidas que le habían puesto para que tuviera una dieta más equilibrada desde principios de día, pinchaba la pierna de El Negro.

-¿Se despertó?. -Preguntó asustándose, escondiendo el tenedor detrás de su espalda- Hola, Seño.

En efecto, El Negro se había despertado. Algo que no alarmó en absoluto a ninguno de los progenitores y al parecer tampoco a ninguno de los niños -salvo el revoltoso del tenedor-, pero aún así, parecían comportarse de una extraña manera, demasiada tranquila para tener a un hombre desconocido durmiendo sobre su mesa de la cocina.

-Pues si estás despierto, toma rápido el desayuno y nos vamos ya. -Dijo el hombre apurando su taza y tomando una tostada mientras pasaba el bebé que tenía en brazos a su mujer- Nosotros somos la primera línea de defensa que tienen los ciudadanos de Isla Shuriken para comunicar sus palabras de la manera más elegante posible.

Aquel niño menor fue pasado con cuidado y delicadeza de las manos de su padre a las manos de su madre, las cuales lo aceptaron con mucho amor y cariño. A pesar de ello, el pequeño bebé no parecía querer quedarse en brazos de su madre, sino que quería permanecer un ratito más con su padre, por lo que alargó los brazos.

-Pa... pa... -Dijo entre balbuceos. Aunque sus súplicas solo fueron respondidas con una caricia y un beso en la frente por parte de este.

Entre sueños de barrios chinos con té y comida china, monos llenos de pulgas, e ir desnudo por una cárcel... mi último recuerdo antes de despertarme de mi sueño era... más bien una pesadilla.

 ¡¡¡¡¡  !!!!!

Pero afortunadamente todo era un sueño. Y yo seguía en mi traje vestido, y comían entorno a mi cuerpo tumbado en la mesa de la pequeña cocina-salón-comedor-dormitorio improvisado. No había shushi ni palillos. Aunque el tenedor en la pierna dejaría marca en el traje.

Me incorporé balbuceando -Babjg..ghbah?... ah.. digo.. perdón. Buenos días. Sí... eso... sí.  Cuanto antes mejor. Gracias por el desayuno.

Comí rápido lo que preparó la mama Kosher tal y como me dijo el marido y me preparé para estar listo cuando quisiera partir. -Necesita ayuda con algo?

Aquella mujer respondió ante el ofrecimiento de ayuda por parte de El Negro con una sonrisa, al parecer se sintió halagada por la buena voluntad que tenía un invitado obligado a dormir encima de la mesa de la cocina. Aún así, esta sabía que no hacía falta que el ayudara.

-No, todo está bien. -Dijo mientras recogía sus cosas- Los niños me ayudarán a recoger lo demás. Tened cuidado allá afuera. He escuchado que puede haber atasco en la salida de Villa Ganga.

Y con todo listo y un beso de despedida por parte de Elijah Hoffman hacia su mujer; el hombre se encuentra completamente preparado para lo que sería un largo viaje y, probablemente, uno plagado de peligros y problemas, pero cómo solventarlos tan solo El Negro podría decirlo.

-Muy bien, todos listos. -Comentó mientras recogía la bolsa de trabajo que se encontraba encima de la encimera de la cocina- Pues tengo aparcada abajo la furgoneta. Así que, cuando antes nos vayamos, antes volveremos.

Y con esto, aquellos dos hombres bajaron hasta el garaje en donde se encontraba aparcada una pequeña furgoneta de reparto del servicio de correos. Aquella furgoneta no era tan pequeña como para que estos estuvieran incómodos, pero claramente sí era lo suficientemente estrecha como para no tener demasiada libertad.

El Citroën H​ fue un vehículo comercial ligero producido por el fabricante de automóviles francés Citroën entre 1947 y 1981. Durante 34 años se fabricaron 473.289 unidades en total, en las fábricas de Francia y Bélgica. La mayoría de ellos fueron vendidos en Francia, Bélgica y los Países Bajos. Cabe destacar que, en el Reino Unido, no fueron vendidos con el volante a la derecha, sino que se mantuvo el modelo original con este a la izquierda. Se caracterizaron por cuatro versiones diferentes: Furgón convencional, Plateau Cabine, plataforma abierta asimilable a una pickup con o sin pared divisoria de la cabina, Bétaillère concebida más para actividades agropecuarias, y chasis cabina carrozable a voluntad del cliente.

Tanto "El Negro" como Elijah Hoffman se subieron al Citroën H​ y durante las primeras horas de la mañana avanzaron fuera de "Villa Ganga" por la carretera rodeada de jungla de Isla Shuriken, una isla oriental en donde vieron el aburrido paisaje por la ventana.

A medida que "El Negro" y Elijah Hoffman avanzaban por la carretera rodeada de densa jungla en la misteriosa Isla Shuriken, el ambiente en el Citroën H se volvía cada vez más tenso. Los rayos del sol apenas lograban filtrarse a través del espeso dosel de árboles, creando patrones de luz y sombra en el interior del vehículo.

La carretera serpenteaba a través de la jungla, llevándolos más profundo en la isla. A medida que avanzaban, comenzaron a notar señales extrañas: árboles tallados con símbolos enigmáticos, piedras colocadas en formaciones peculiares y rastros de algo más grande en juego.

Elijah miró de reojo a "El Negro", cuyo rostro estaba imperturbable, pero sus ojos reflejaban una mezcla de determinación y preocupación. Elijah decidió romper el silencio, sabiendo que estaban en esta situación juntos y necesitaban trabajar en equipo.

-¿Te preocupa algo?. -Inquirió el hombre mientras trataba de iniciar una charla informal al respecto- Estoy seguro de que la futura parada militar para inspeccionar quienes salen de Villa Shuriken que hay en mitad de la selva no será ningún tipo de problema. ¿Tienes tu documento oficial de identidad encima?.

Me había pasado la primera parte del viaje intentando no pensar en mi último sueño. Sí, el sueño sobre "shushi sobre Negro", cual interpretación artística de intercambio cultural. Y es que cuanto más rato pasábamos en silencio en ese vehículo amarillo más me acordaba de un extraño y pequeño detalle... que iba afinando cada vez más en mi mente...

Y más...

y más...

...???

¿Una cabra y su cría?!
¿¿¿¿¿   ????
!?!?!?!?!?!?!

Pero las palabras del Sr.Hoffman me sacaron de mi ensimismamiento tras el último flash final, que olvidé de inmediato...

-Eh...- jJEMm.. -carraspeé mi garganta regresando a la realidad de la tumultuosa carretera. ¿me preocupaba algo? casi todo era preocupante desde que llegamos a la isla!! - Eh... no, bueno, es que no había visto esta zona de la jungla todavía con todos estos árboles tallados con símbolos enigmáticos, piedras colocadas en formaciones peculiares y rastros de algo más grande. ¿Sabes de qué se puede tratar?... - y entonces me pidió sobre mi documentación.

Había pasado de ser arrestado a ser babeado, a ser desnudado, y a ser militarizado, y de ahí a ser pirateado y luego trajeado. ¿En qué punto perdí mis papeles? - ...pues ahora que lo dices... creo que me la he olvidado en mi otro traje... o se me habrá caído en el contenedor de basura donde me encontró su mujer... 

Aquel comentario hizo que Elijah Hoffman frenara en seco, haciendo que todo el pasaje, cartas, paquetes y bolsas que se encontraban en la parte trasera del camión salieran despedidas hacia adelante, golpeándose contra la pared que separaba la parte de almacenaje con la parte del conductor y pasajero.

-¿¡Qué!?. -Exclamó, mostrando cierta preocupación por una vez- Pues si no tienes identificación va a ser complicado que nos dejen pasar. Incluso pueden llegar a detenerte... y yo no puedo retrasar mucho más la entrega de cartas, es mi deber. Así que será mejor que busques una solución.

Al igual que las cajas que había en la parte traseras, Balu también salió despedido golpeándose contra la luna delantera, al parecer este mono se había colado también en el lugar solo para escapar de las manos de los niños. Pero al parecer su destino era seguir siendo la punch-line de todo.

-Hyuk... -Se quejó mientras se recostaba sobre el salpicadero.

Elijah Hoffman tenía razón. Tanto si casi me rompía la nariz como si no durante el frenazo en seco. Lo cual hizo sonar al mono cual "Hyuk!" al estamparse. ¿el mono nos había seguido hasta aquí? El mono!

-El mono tiene razón!! ah, digo, y usted también claro. Sí, tiene razón... debo encontrar el modo para no retrasar más su... esto...entrega de cartas. .. ... ... ir para atrás a buscar mi identificación va a ser mucho más lento y complicado... 

En mi desesperación por no abandonar el vehículo miro la parte trasera... - No tendrá por ahí atrás una caja grande donde me pueda tapar para evitar más retrasos innecesarios?.