Partida Rol por web

Et in Barcino Ego Origins

Preludio : Roger de Aquitania

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06/07/2010, 21:28
Roger de Aquitania

-Ajusticiadles – Roger se encoge de hombros – y cuando vuelva Fadrique, que se ocupe del funeral de Nuño y Ramiro tras mandar su visita a mi habitación. Vosotros intentad descansar esta noche, bien hecho – añade mientras abandona la sala y sube al dormitorio.

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06/07/2010, 23:05
Director

 

-Piedad piedad ...- claman los hombres, una sonrisa ladina baila en los labios de Fernando, sabes que cumplirá con sumo placer la orden tal vez incluso se entretenga un poco en cumplirla haciendo oídos sordos les das la espalda para dirigirte a tus aposentos, al llegar al pasillo escuchas los llantos de mujer tras una puerta.

Pied ... nunca más volverá a hablar, se ha hecho justicia. ¿Cuantas mortajas más serán necesarias antes de llegar a Barcelona?, en principio el viaje se tornaba tranquilo, todo ha sido acercarse a Barcelona y comenzar los problemas.

Pasada media hora llega Fadrique con una ramera, visiblemente alterada posiblemente haya visto los cadáveres de abajo, Fadrique tiene la cara arañada, la mujer un maratón en la mejilla, parece que han forcejeado.

-Domine- agacha la cabeza sin soltar a la mujer del brazo -siento las molestias, Martín me ha contado lo ocurrido ... me ocuparé de los cuerpos de los caídos, ¿puedo hacer algo más por vos?-.

La mujer vuelve a forcejear -soltadme cabrón, déjame salir de aquí-  Fadrique aguanta los golpes sin impasible.

Tu brazo se alarga haciendo presa en el brazo de la mujer,de un tirón la  atraes hacia ti, tu mano izquierda cierra su boca acallando sus gritos.

-No, dejadme solo- respondes dispensándolo. Tus colmillos se cierran clavan en la garganta de la mujer, los gritos cesan, ya no es necesario mantener la mano en su boca, el éxtasis la embarga.

Dos corazones laten descompasados "bom bom" "bom bom" poco a poco comienzan a latir al unísono, al poco la frecuencia de uno comienza a descender, poco a poco ... hasta extinguirse.

El cuerpo de la mujer se estremece con una sacudida, un suspiro, el último surge de sus labios, en brazos de la postrera muerte, descansa por siempre, la llama de su vida se ha extinguido, sin posibilidad de confesión de sus pecados, posiblemente vaya al infierno, un alma más un alma menos, que importa, la muerte está a la vuelta de la esquina, mal por ella.

El alba se acerca, una vez más te introduces en el enorme baúl, crack ... crack suenan tus huesos al descoyuntarse mientras ocupas el reducido espacio, la tapa se cierra, la oscuridad te acoge, acunándote hasta las puertas del reino de Febo.

A la mañana siguiente no hay rastro del posadero o su familia, los cuerpos de Ramiro y Nuño han sido retirados al igual que los asesinos y la ramera, tan solo las manchas de sangre reseca en el comedor dan fe de lo ocurrido anoche.

Fadrique deposita una bolsa de monedas en el mostrador, el honor es el honor, tal vez eso ayude a la familia a olvidar las molestias ocasionadas.

Los caballos son atados al carruaje, Fadrique viaja junto a ti como de costumbre mientras Fernando conduce el carro y Martín con el brazo en cabestrillo se sienta a su lado. Las horas pasan lentamente, Fadrique no dice palabra, no se atreve, no después de lo ocurrido.

El carro vuelve a detenerse, que pasará esta vez -domine hemos llegado- suena la voz de Martín

Al mirar por la ventanilla ves unas chozas a uno y otro lado, así como una pequeña iglesia Sant Pau del Camp, Fadrique abre la puerta desplegando la escalera para facilitar tu bajada.

Tranquilo avanzas hacia la modesta construcción, afuera te espera Alfonso, intranquilo mira a uno y otro lado.

-Domine- saluda al reconocer tu cara a la luz de la luna -me alegra volver a veros, espero que Nuño os haya puesto al corriente, he preparado alojamiento para vos y el resto de la comitiva, las puertas permanecen cerradas por la noche pero he sobornado a un par de guardias para que nos dejen pasar- añade en un susurro consciente de que ciertas cosas son mejor hablarlas a solas.

Dentro del carruaje, habláis sin tapujos, la noticia de la muerte de Nuño coge por sorpresa a Alfonso, simplemente no sospechaba nada, poco a poco comienza a atar cabos.

-Maldita sea ... como no pudimos darnos cuenta- pausa -disculpad domine, vimos a un hombre en varias ocasiones mientras velábamos por el hijo del comerciante, pensé ... pensamos que era un simple matón, alguien encargado de asegurarse que no dejará la ciudad, en ningún momento caímos en la cuenta de que éramos nosotros quién les importábamos ... pero ... ¿por qué? ... no lo entiendo-.

El carruaje vuelve a detenerse, estáis en frente de la puerta indicada por Alfonso Drassanes la llaman, Alfonso sale del carruaje, intercambia unas palabras con el guarda al otro lado de la poterna, un saco cambia de manos, la puerta se abre, el carruaje avanza, Alfonso vuelve a subir esta vez adelante.

El guardia ríe, la puerta se cierra, descorres la cortina para mirar a través de la ventana, ves a un anciano en la calle, su mirada se cruza con la tuya, sus rasgos te resultan conocidos.

"El guardián ha muerto ... la bestia se despierta ... el guardián ha muerto entre las sombras mora sus siervos ... en las sombras ... recuerda la bestia" las palabras suenan en tu cabeza, sacas la cabeza para mirar el lugar donde estuviese el viejo, no hay nadie, sufrirás alucinaciones.

El carruaje surca las calles empedradas produciendo el traqueteo característico, la arquitectura cambia, atrás queda la austeridad de la muralla romana, a juzgar por los edificios parece que os dirigís a la zona adinerada de la ciudad, varios palacios surcan la calle, poco más adelante cambia la situación, casas humildes pero de apariencia confortable dominan el paisaje

El carruaje vuelve a detenerse como hiciera otras veces, la puerta vuelve a abrirse y la escalerilla desplegada, un par de mozos aguardan para ocuparse de las monturas. La luz y el calor salen de una puerta entreabierta, arriba se lee posada el l´Escorço.

Al entrar un hombre os saluda presentándose -mi nombre es Carles Montagut dueño de este establecimiento, que puedo hacer por vos- al entrar Alfonso le reconoce excusándose -mil perdones noble señor, honráis mi casa con vuestra presencia ... vuestras habitaciones están preparadas, si lo deseáis podéis sentaros junto al fuego y comer algo, pasad ... pasad nobles señores- dice agachando la cabeza  en señal de respeto.

Tras asentir, los hombres pasan dejándose caer sobre las sillas, en espera de comida y bebida para olvidar las miserias del camino, Fadrique se dirige a tus aposentos para cerciorarse de que todo está correcto, mientras tanto Alfonso habla con el posadero, este asiente y  os conduce a una pequeña habitación a parte, unas cuantas sillas y una mesa es todo cuanto contiene, al rato vuelve con una jarra de vino y dos vasos dejándolos encima de la mesa, luego le da una llave a Alfonso, quién la introduce en la cerradura de la puerta cerrando girandola a su derecha, a todas luces está habitación parece estar reservada para cerrar negocios "delicados" proporcinando un bien preciado, la intimidad.

-Siento mucho lo ocurrido domine- dice dejándose caer sobre la silla -debimos estar más atentos, no soy digno de su confianza- pausa -al menos espero haberos echo un flaco favor, ¿os hablo Nuño del palacete?-.

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08/07/2010, 11:03
Roger de Aquitania

 

Al entrar en la posada Roger mira a su alrededor, sin apenas prestar atención al posadero, no más de la que merece. Si, posiblemente honra su casa. ¿No había otro lugar mejor donde alojarse?. Seguro que si, se ha fijado durante el trayecto, han atravesado lo que parecía ser la parte noble de la ciudad, tras ver a aquel extraño hombre, y la ciudad debería contar con establecimientos mejores que este.
 
Las palabras del viejo aún resuenan en su cabeza. ¿Sus palabras?. No dijo nada, en realidad todo está en la cabeza de Roger, que sacude un instante como para desembarazarse de semejantes pensamientos, producto de una pesadilla, si bien aquel anciano le resulta familiar. Pero mejor regresar al presente.
 
En todo caso, él no tiene porqué ocultarse en una posada como esta, al contrario. La ciudad es pequeña y tiene que estar vigilada, cuanto antes se sepa que un nuevo cainita ha llegado, mejor, no fuera alguien a pensar que viene de tapadillo para evitar ser detectado. No obstante, alguien que estuviera de paso no se molestaría en entablar ninguna clase de contacto o presentación al señor local. No para una o dos noches. Pero Alfonso lo ha hecho para no llamar la atención, que es lo natural.
 
Los ojos de Roger vuelven a mirar a su alrededor. Despide a Fadrique con un gesto y mientras éste sube a verificar su habitación y antes de entrar con Alfonso en la habitación privada, el Lasombra mira al posadero y señala a sus hombres, ya sentados en una de las mesas.
 
-Procura que no les falte de nada y tengan todo lo que piden, empezando por una buena cena y una buena habitación – se vuelve hacia ellos – aunque lo que mejor podéis hacer es descansar esta noche. Tiempo tendréis mañana para diversiones, aunque si estáis de humor... – se encoge de hombros y vuelve a mirar al posadero – Y si conoces algún físico de confianza, mándale recado para que venga y les examine.
 
Luego entra con Alfonso en la habitación y espera a que cierre la puerta de pié, mirando por un ventanuco que se abre a una sucia calle, como todas suelen ser. No puede decirse que, por ahora, la ciudad parezca gran cosa, si bien apenas ha visto nada. Pero ha escuchado el rumor de las olas y su olfato ha percibido el salitre del mar. Más tarde se acercará a verlo, la noche aún es joven.
 
-Tranquilo, Alfonso – dice levantando una mano tras sentarse a la mesa – Tanto Nuño como tu actuásteis bien. No es culpa tuya si ese negocio tiene otros interesados en adquirirlo puesto que parece bueno. En lo que respecta al hijo – se acaricia el mentón – en tanto el padre siga vivo y no herede, poco se puede hacer. No creo que el padre acceda a venderlo, pero si su enfermedad se prolonga siempre se pueden arreglar las cosas para que cambie de opinión.
 
-En cuanto a tu pregunta – continúa el Vampiro, asintiendo con la cabeza – algo llegó a contarme Nuño sobre un viejo que ha fallecido y dejado sus bienes a los criados ¿no es así?. Bien, veremos si la casa me conviene – se encoge de hombros – pues no todo es cuestión de precio. No me importaría demasiado construir una nueva y a mi gusto, pero no voy a pasar un par de años, como poco, viviendo en una posada – y aquí no conoce a nadie que pueda ofrecerle su hospitalidad.
 
-Arregla las cosas para que pueda visitar la propiedad mañana, una hora después del anochecer – le indica a Alfonso y poco después frunce las cejas un instante, pensando – y mira de contratar a un par de hombres para que vigilen... y protejan al hijo del comerciante. Si necesitas más dinero, me lo dices.
 
Aunque la casa sea de su acomodo habrá que hacer alguna reforma, buscar algún mueble que le agrade, contratar criados... Y luego el negocio. ¿Qué sabe él de eso?. Bien, seguramente los empleados del comerciante querrán mantener su puesto de trabajo, eso será una ayuda. Pero ¡cuánto trabajo por delante!. Si tal fuera posible, le dolería la cabeza ante la perspectiva de todo esto.
 
-Alfonso mencionó a dos hombres, un tal Aitor y otro que se llama... – rebusca en su memoria – D’Aguilar. No sería uno de ellos el que vistéis alrededor del hijo, espero – porque eso sería más problemático.
 
-Primero aquella extraña tormenta y luego el ataque en la posada. Si tengo un competidor, he entrado con mal pié en la ciudad, y desde luego éste, sin duda otro Cainita, es demasiado poderoso para organizar todo esto e incluso saber mi ruta y fecha de llegada a Barcelona. Pero en la ciudad hay muchos comerciantes, ¿Qué importa otro más si hay para todos?. También es posible que alguien no esté interesado en tener otro Magister por aquí. ¿Por qué?. ¿Para que el Príncipe no cuente con otro apoyo?. ¿Se atreve alguien a disputarle el trono?. Muy antiguo tendría que ser, y muchos sus aliados. En todo caso, más pronto o más tarde, todo sale a la luz, aunque sea a la luz de las velas.

Notas de juego

Muy buen post, en serio. Solo un detalle, para futuras referencias: Roger no mata cuando se alimenta salvo situaciones excepcionales (estar famélico o en frenesí). Cosas de su moralidad, pero tampoco tiene mayor importancia.

Sobre la tormenta y el ataque, obvio a propósito que Roger piense que alguien sepa a que va a Barcelona, pero o lo hago así o no llega nunca a Barcelona. La razón es muy sencilla: Roger consideraría evidente que lo han descubierto, y un espía descubierto antes de llegar al lugar de la misión ya está quemado, por lo que lo lógico sería volverse a Madrid y decir que ya lo han visto venir y que mejor manden a otro. Es la misma razón por la que Roger mandó matar a la parejita superviviente y no los interrogó, por si acaso los tiros van por ahí. Te lo digo porque no quiero que pienses que estoy ignorando el tema porque sí, o que Roger es tonto, aunque las posibilidades son infinitas.
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08/07/2010, 15:49
Director

Notas de juego

Gracias :), no des nada por sentado aún.

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09/07/2010, 03:09
Director

Alfonso toma la frasca quitando el tapón que aprisiona el rojo néctar, fruto de la tierra y sudor de campesinos vertiendo su contenido primero en tu copa y luego en la suya, el apagado brillo metálico de la copa es sustituido por el rojo del borgoña, de olor afrutado, parece un caldo decente ... al menos lo bastante para una posada, a tu memoria viene la última vez que bebiste vino ... en la víspera de la batalla que daría lugar a la toma de Beziers, junto con tus vasallos y compañeros de armas

-Por la victoria- brindasteis ... amarga fue la copa que te tendió el destino ese fatídico día, ¿pero cambiarias algo de poder volver atrás en el tiempo? ... de ser así ¿el qué?, poco podías hacer empujado a un mundo de violencia con la violencia como único medio para resolver la disputa,no solo se trataba de vuestras creencias.No, ahora lo sabes a ciencia cierta, los Trencavel erais un obstáculo, amasasteis demasiado poder y erais un obstaculo para vuestro rey y para el Papa, tan solo podía haber una doctrina tan solo podia haber un señor en Francia.

Es curioso que apenas un año atrás otro rey y otro Papa iniciasen un conflicto similar con la Orden de los Templarios como blanco, todo por el maldito oro ... todo por el poder, "ser rey a cualquier precio" recuerdas la cita de tu querido amigo Luís Ambrosio Montçada.

Mientras tanto, sediento por el camino y la conversación Alfonso da un sorbo de su copa -mis disculpas domine- dice interrumpiendo tus cavilaciones devolviéndote al aquí y ahora,  un hilillo de vino escapa de la comisura de sus labios, no recorre demasiado trecho, pues con el dorso de la mano detiene su avance secándola.

-D´Aguilar y Aitor el Vasco- masculla pensativo -poco sabemos de esos dos, en especial del último, es un hombre discreto y temido, todo cuanto tenemos de él son rumores de taberna, parece ser que es bastante temido no es para menos según dicen controla los bajos fondos- dice bajando la voz - en cuanto al primero le hemos visto en las lizas siempre compite en la última hora de los días nublados y al anochecer, porta armadura negra, su blasón es el de un águila bicéfala, según dicen es un caballero originario de Valencia- su cabeza niega tu última afirmación -no hemos visto a D´Aguilar en compañía del hijo del comerciante, no puedo afirmar nada sobre el Vasco pues no conozco su rostro-.

Las últimas palabras de Alfonso te alivian en parte como un bálsamo a un herido, pero en el aire queda la identidad de los atacantes de la posada, ¿quién estaría detrás?, ¿guardaría alguna relación con el hijo del comerciante?.

-Mañana por la mañana tomaré medidas para asegurar la seguridad del hijo del comerciante, por el momento dispongo de suficiente dinero para pagar un par de matones, esos siempre sobran y son asequibles- sonríe lacónico -sin embargo si tenéis algo en mente más ... discreto o seguro serán necesarios más fondos- se encoge de hombros.

-De paso haré los preparativos para que podáis visitar la propiedad del difunto- dice tras dar otro sorbo más de su copa -¿una hora después de anochecer?, no creo que haya problema alguno están deseosos de vender- asiente -Nuño y yo echamos un vistazo a la propiedad, me atrevo a decir que será de vuestro gusto, los criados venden la propiedad con todo cuanto contiene por una minucia, el palacio en cuestión se encuentra calle abajo, junto con al resto de propiedades de la nobleza barcelonesa, por desgracia los comerciantes han tomado la plaza, un contratiempo menor dado el precio asequible- añade pasando el dedo por el borde de su copa.

La frasca a medias, la copa de Alfonso vacía, sin embargo tu copa permanece inalterable ... llena en su plenitud, según quién símbolo de ventura y soberanía, la realidad es bien distinta ... el único liquido capaz de llevarte a los labios es la sangre, la sangre de pecadores y malhechores suele ser tu alimento aunque a falta de ella echas mano de cuanto tienes, Dios te libre de caer en la tentación de beber del inocente.

 

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09/07/2010, 18:21
Roger de Aquitania

 

La habitación queda inundada del acre olor del vino, hasta tal punto que Roger casi se marea. Solo que un Vampiro no se marea o, al menos, no lo hace simplemente por esto. Sin embargo hay cosas que si pueden alterar los espíritus de los inmortales, como son los recuerdos que este olor evoca, recuerdos de un pasado lejano, de días felices. Si, días, pues hubo una época en la que el Lasombra caminaba bajo la luz del sol, y tenía una vida, una familia, amigos y parientes cercanos...
 
Pero todo aquello pasó, arrastrado por las hordas de Amalrico y el transcurrir de los años. Ahora no son más que añoranzas de un tiempo que no ha de volver. ¿Cuántas batallas y guerras le quedan por ver?. ¿Cuántas caídas de grandes casas, de dominios y reinos?. ¿Cuántos hombres más verá morir y cuantos lo harán por su propia mano y voluntad?.
 
-No te disculpes y bebe tu vino – señala Roger. Si, que beba, él que puede hacerlo – que parece bueno.
 
Roger, por su parte, bebe ahora de otra fuente, que son los labios de Alfonso y las palabras que brotan de ellos. Bien, si esos dos son Cainitas, mejor si nada tienen que ver con el negocio, otros querrán frustarlo. O tal vez solo toparon con una banda de ladrones en busca de un buen botín. En todo caso idiotas, es posible que les hubiera ido mejor de asaltarles en el camino, lejos de cualquier población, pero el destino de cada cual solo lo conoce Dios y éste decidió que aquellos hombres lo encontrasen en una posada de Terrassa. Aunque uno escapó. ¿O fue tan solo que los llevó hasta ellos y, hecho su trabajo, desapareció en la noche?.
 
-Puesto que no tengo intención de alternar ni hacer negocios con ese tipo de gentes, ningún problema debería tener con ese Aitor – se encoge de hombros – y en cuanto al otro – sonríe con ironía - ¿de modo que es uno de esos caballeros que busca su fortuna en las justas? Más le valdría probar su acero en el campo de batalla, y sin duda más riquezas y gloria sacaría de ello – pero es un alivio saber que nada tienen que ver con el hijo del mercader.
 
-No quiero un par de simples matones. De esos se encuentran a patadas y por doquier – sacude la cabeza – Busca algo mejor y pide a Fadrique lo que necesites para pagarles – instruye Roger – aunque no nos vendría mal tener algunas de esas gentes por aquí, al menos durante unos días, ya que hemos perdido a tres hombres por el camino. Si, mañana, una hora después de anochecer – añade cambiando de tercio – Veremos si es pues de mi agrado. No me importa demasiado la presencia de mercaderes allí siempre y cuando la zona sea noble y tenga por vecinos a personas de tal clase.
 
El capitán se levanta y arregla las ropas. El trayecto ha sido muy corto, si se tiene en cuenta las jornadas anteriores, no merece la pena cambiarse de ropa.
 
-Ve ahora a ver a Fadrique y pídele lo que necesites – le indica mientras camina hacia la puerta – y dile de mi parte que lo tenga todo dispuesto para cuando llegue, en un par de horas – gira la llave y abre la puerta – Luego haz como gustes, únete a Fernando y Martín o retírate a descansar.
 
Roger cruza a grandes zancadas la posada. A un gesto suyo sus hombres, que se habían levantado dispuestos a seguirle, vuelven a sentarse y pronto desaparece de su vista, en cuanto sale al exterior. Aunque estuvo en un par de ocasiones en la ciudad, cuando era el escudero de su tío y señor, no conoce Barcelona, pero para satisfacer su deseo tampoco es necesario. El olor a salitre y el lejano rumor de las olas lo guían, sin pérdida ni extravío alguno, hasta el mar, dejando atrás las antiguas murallas romanas.
 
Al llegar y entrar a la ciudad se fijó en un edificio, todavía en obras, cuyo fin parece ser la construcción de navíos, pero queda al sur, fuera de las murallas nuevas, junto al puerto de la ciudad al pié de la montaña. Habían varias naves atracadas en él y ahora vé otras fondeadas frente a la ciudad y al norte, cerca de una isla. A uno y otro lado se ven las murallas, parecen de reciente construcción, pero no llegan a cerrar el perímetro, quedando abiertas al mar. El mar...
 
Como un manto de oscuro terciopelo se extiende frente a él en toda su gloria, amplio e insondable, calmo y misterioso, quedo y quieto, como una doncella que guarda grandes secretos, unas aguas bien distintas de las que bañan las costas del sur. Este es el Mediterráneo, no un bravío océano. Durante unos minutos camina ensimismado, dejándose arrullar por el murmullo del agua al romper contra la orilla, envuelto en los mil y un olores que desprende. Recoge su capa en el brazo y se acerca a veces, como un niño que juega con un nuevo juguete, dejando que las olas acaricien sus botas, los piés hundiéndose un poco en la movediza y húmeda arena.
 
¿Qué no daría él por ver cambiar de color estas aguas, ahora oscuras, pero azules y verdes cuando los rayos del sol la iluminan?. Mas es un deseo que no verá cumplido, tan solo un sueño, otro más. Levanta los ojos al cielo y vé otro manto oscuro, este plagado de estrellas. Cuando era niño las conocía por su nombre e intenta hacer memoria, llamarlas. Embarcado en estas inocentes tareas transcurren los minutos, inexorables, implacables, el tiempo no perdona y ha llegado hasta el extremo norte de la muralla. ¿Cuánto falta para amanecer? Menos de dos horas, quizá una hora y media. Ya ha visto cuanto quería ver y ahora regresa, despacio, hacia la ciudad, desandando el camino, todavía disfrutando de este pequeño placer.
 
Si, Roger comprende que tantos hermanos de su clan compartan la pasión por el mar. ¿Cómo resistirse a él?.
 
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10/07/2010, 18:51
Director

Alfonso asiente dando por entendido tus ordenes, de un trago apura su copa, luego toma la frasca con la diestra y sale en pos tuya para sentarse junto a Fradrique, quién en estos momentos disfruta de una merecida cena.

Al verte es el primero en levantarse, a una seña tuya vuelve a tomar asiento al igual que el resto de los hombres.

Al salir a la calle te inunda una amalgama de olores, el salitre de la playa, mierda de caballo, los olores que salen de la cocina de la posada, ciertamente Barcelona huele diferente a Toledo, la mezcla de olores da su seña a la ciudad. Calle más abajo un nuevo matiz se añade al conjunto, el olor de los acomodados, el olor de la nobleza ... .

Un anciano camina calle arriba con un muchacho que carga con un pesado maletín, sus ropas manchadas de sangre seca, delatan su profesión ... un físico, matasanos los llaman otros, adormilado camina calle arriba, al pasar a tu lado ambos te saludan con un gesto de cabeza añadiendo un -dios le guarde noble señor- tus ropas hablan por si solas.

El olor a salitre comienza a ser cada vez más intenso, vas en la dirección correcta, poco a poco las calles cambian, atrás quedan los palacios y palacetes de la gente adineradas, el olor a caballo y perfumes es sustituido por el olor del mar y el pescado.

Matones de saldo y esquina, marineros, putas en busca de clientes deambulan por el barrio, los primeros acechando en las esquinas, los segundos armando gresca tambaleándose por las calles, alguno con una de estas últimas bajo su brazo.

Una puta se acerca a ti, descarada te enseña un pecho - por dos croats puedes mamar de él cuanto quieras- atrás queda la puta descarada, tal vez en otro momento ... tal vez.

Guiado por el sonido de las olas, sirenas tentadoras con la promesa de un momento de paz sigues adelante, a contra corriente de los marineros tan ansiosos por llegar a tierra,las piedras del camino son sustituidas progresivamente por la arena de la playa, tus pies se hunden al principio dejando pequeños hoyos a tu paso, huellas al final de tu trecho fruto de la tierra mojada por el agua y espuma del mediterráneo.

El mar, olor a sal, cantos de sirenas, en infinita paz, abajo muy abajo no llega la luz, la temida luz ... el mediterráneo ... Mare Nostrum, a lo ancho y largo del negro mar de sombras gobernáis, algo en vuestra sangre os atrae a él tarde o temprano.

Las estrellas brillan arriba en el cielo, dispuestas en el cielo reconoces al Cazador, Orion llamados por otros ... no demasiado lejos una mota rojiza brilla, Marte ... Dios de la guerra ... siempre hambriento de sangre.

 

-Ha tenido todo un detalle al ahorrarme ir a buscarle- suena la voz de un hombre a tus espaldas, al volver la vista ves a un hombre de complexión media, alto de cabellos morenos, nariz prominente y tez blanca, tranquilo avanza hacia ti  -mi nombre es Aitor, alguacil de Barcelona- dice situándose a tu lado -¿quién sois vos y qué os trae a Barcelona?- dice con tono hosco yendo directamente al grano .

Tranquilo deja de observarte, esperando tu respuesta mientras observa el mar, el negro mar, lejos los barcos anclados se mecen suavemente con al ritmo de las mareas, la espuma del mar sube y baja en una constante cadencia, cada vez más lejos de vuestros pies ... la marea baja poco a poco.

 

Notas de juego

No le has escuchado llegar a Aitor hasta que te habla.

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10/07/2010, 23:55
Roger de Aquitania

 

Roger sigue disfrutando del rumor del mar, de las olas rompiendo suavemente contra sus botas, de la oscura bóveda celeste que corona el cielo y se funde con el negro mar, allá en el horizonte, como si ambos, cielo y agua, fueran todo un mismo ser. Sin embargo sabe que su momento de paz terminará pronto.
 
No lejos de él se ven algunos marineros empujando sus barcas al agua, preparados para comenzar con la rutina diaria: salir al mar, pescar, volver, ir a la lonja a sacar lo que puedan por el fruto de su trabajo y mal mantener a su familia. Mientras las madres, esposas e hijas quedan en el hogar remendando las redes, ya demasiado viejas pero no hay dinero para comprar unas nuevas, en el fuego una cazuela de barro con un guiso de pescado, en los labios oraciones para que los hombres vuelvan, para que no haya temporal, para que traigan algo de dinero a casa y puedan comprar harina y aceite.
 
Más allá se encontrará con los mismos con los que se cruzó hace un rato. Matones, rateros, asesinos a sueldo por un puñado de monedas, ladrones de poca monta, borrachos y rameras. Lo mejor de la sociedad reunido alrededor de varias calles y sus tabernas. Pero en todas partes es lo mismo, la vida es dura, muy dura, y algunos toman el camino que, piensan, es el sencillo, y que maldecirán mil veces antes de morir de una mala puñalada, alguna enfermedad producto de su vida desordenada, o ajusticiado por la autoridad local.
 
La marea, siguiendo los designios de la luna, baja. Curioso espectáculo éste de ver como el oscuro manto se retira, piensa Roger, que de nuevo se detiene. Ya se ven un par de barcas adentrándose en el mar y a punto está de retomar su camino cuando escucha la voz a sus espaldas. Una extraña sensación le atenaza el estómago, como si hubiera recibido un suave golpe en él, como la ansiedad de todo soldado cuando sabe que ha llegado el momento de la batalla y que ya no hay vuelta atrás.
 
Está girando la cabeza cuando ve al extraño avanzar hacia él, por ahora tranquilo, hasta ponerse a su lado y mirar también al frente.
 
-También ha sido un detalle por vuestra parte venir hasta aquí – responde Roger igualmente tranquilo - pues de ese modo me habéis evitado que tenga que vagar por las calles esperando encontrarme con alguien que pueda indicarme adonde encaminar mis pasos.
 
-De modo que Aitor el Vasco es el alguacil del Príncipe. Si, es rudo como los hombres del norte. Buena prisa se ha dado en localizarme, o tal vez me esperaba, quien sabe. Si efectivamente controla los bajos fondos... las noticias vuelan y pronto le habrán ido con la nueva.
 
-Es un honor conoceros, señor – discretamente le examina mientras inclina levemente la cabeza, oajalá supiera algo más de él – Mi nombre es Roger Berenger de Poitiers, pero me llaman Roger de Aquitania, Chiquillo de Godofredo de Narbona, del Clan de la Noche, llamado Lasombra – y con eso, considera que ya le ha proporcionado suficiente información por ahora.
 
-En cuanto a que me trae a Barcelona – Roger sonríe un poco – no estoy de paso, si a eso os referíais, siendo mi intención establecerme aquí. Más no soy yo quien tiene la última palabra, sino el Señor de la ciudad, si a bien tiene aceptarme en su corte.  
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12/07/2010, 17:54
Director

El vasco sigue mirando al frente, escuchando el rumor de las olas, de haber escuchado tus palabras no da muestras de ello,tomandose su tiempo para responder. A lo lejos ves la pequeña barca de los pescadores, afanándose por entrar en el ancho y negro mar.

Con un grito lanzan sus redes al negro tapiz, la fría brisa sigue soplando, arena y sal, sudor y sangre, ¿qué pensará el vasco?, para tu alivio rompe el silencio, su mirada fija en el mar ... siempre en el mar.

-Nadie me encuentra a menos que así yo lo desee- responde con tono gélido -habláis con tino Roger de Aquitania, chiquillo de Godofredo,pues es el príncipe en última instancia quién tiene la última palabra ... entretanto- pausa - permaneced localizable ... ¿donde os hospedáis?- su cara se gira mirándote ahora de frente.

Posiblemente sepa donde encontrarte, a fin de cuentas ha dado contigo rápido ... muy rápido, entonces ¿por qué preguntará?. Su mirada se mantiene fija esperando tu respuesta. Una vez contestas el vasco asiente quedo.

-Permaneced allí hasta que seáis debidamente presentado a su alteza ... después podéis haced lo que os plazca, entre tanto no cacéis aquí, en el Barrio Real o el Barrio Honrado, no matéis al alimentaros y evitad todo trato con la iglesia y sus representantes ... estáis avisado- enuncia con tono monótono -¿habéis comprendido cuanto os he dicho?, ¿tenéis alguna pregunta?- pregunta inquisitivo enarcando una ceja.

 

Notas de juego

Contesta lo que quieras, te recuerdo que la posada donde estas hospedado se llama L´Escorçó. Lo siento hoy no doy para más :(.

 

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12/07/2010, 23:04
Roger de Aquitania

 

Roger conserva en todo momento su paciencia y su temple. No obstante no puede evitar que su rostro se ensombrezca un poco.
 
-Estúpido engreído. Nada se de vos, y sospecho que poco querré saber en el futuro. ¿Qué nadie os encuentra salvo que vos lo deseéis?. Cualquiera puede ser encontrado, aunque sea en el infierno.
 
-Por el momento me alojo en una posada llamada L’Escorço – contesta con el mismo entusiasmo que el alguacil – pero seguramente eso ya lo sabíais. Ignoro en que barrio queda, pues acabo de llegar. Allí podréis localizarme o dejarme recado.
 
Lo cierto es que, aunque no sea así, el vasco parece más interesado en mirar esas negras aguas que ahora se retiran, que en la respuesta que pueda darle el Lasombra.
 
-Antes lo tildé de rudo, pero grosero y sin maneras también son adjetivos para calificarle. Sin embargo no es asunto mío, en lo que a mi concierne puede sentarse en la orilla y esperar al amanecer.
 
El alguacil vuelve a hablar y el recién llegado a Barcelona le escucha. Algunas de sus palabras le sorprenden y enarca una ceja mientras inclina la otra pero solamente durante un par de latidos de un corazón humano, pues pronto deja caer la ceja levantada.
 
-Avisado quedo – responde Roger, ahora un poco más frío – y tomo nota de los barrios que mencionáis. No los conozco, pero a Dios gracias mi orgullo no me impedirá preguntar a los residentes. Si, he comprendido perfectamente todo lo que habéis dicho – prosigue – Hasta un niño de cortas entendederas lo habría hecho y hace ya algún tiempo que yo dejé la infancia atrás.
 
El Lasombra deja transcurrir unos segundos antes de continuar.
 
-Pero no termino de colegir si este aviso – añade entrecerrando un poco los ojos – se refiere al comportamiento que debo tener hasta que el Príncipe me reciba o son leyes en este reino, siquiera privativas de esta ciudad. Tengo por norma respetar los dominios de los otros Vástagos y rara vez mato al alimentarme o por otro motivo, si bien en ocasiones resulta necesario o inevitable.
 
Roger vuelve a hacer otra pausa, ínfima pero lo suficiente para ser notada.
 
-Puedo comprender que si otro vástago tiene su... ¿refugio? ¿o intereses? entre el clero desee mantenerlos en exclusiva – dice encogiéndose de hombros, como si no le importase – Ahora bien, sucede que soy cristiano y pensaba que el Reino de Aragón, como mínimo, era un reino cristiano y por tanto se respetaba a los creyentes. Es más, tenía por cierto que también los cristianos eran respetados en esta ciudad - resulta difícil adivinar, incluso para el que así habla, si se encuentra sorprendido, ofendido o molesto – Más si tenéis la bondad de confirmarme que está prohibido a los cainitas de esta Corte tener trato con la iglesia puedo aseguraros que poco trabajo os daré, ya que pocas serán las noches que pase aquí. 
 
-¿Y que dírían a esto en Madrid y Toledo?. ¿Puede ser que, en verdad, los cainitas aragoneses hayan abandonado a Dios y a Su Iglesia?. ¿O no son más que las pretrencionsas palabras de un alguacil vanidoso?.

Notas de juego

No te agobies en responder, ya sabes que si puedo soy de hacerlo pronto ;)

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14/07/2010, 19:44
Aitor

 

Su cara cambia, la mano deja de abrirse y cerrarse, tornándose en un puño, de pronto el alguacil es más imponente ... más intimidador, su ceño fruncido estrecha sus pequeños ojos arrugando su entrecejo.

Con inusitada calma comienza a hablar con un tono que hace el anterior cálido como el mediodía en Julio -maese Roger de Aquitania, ¿supongo que no tendrá por costumbre insultar a sus anfitriones?- su mirada terrible cae sobre ti mirando directamente a los ojos - tal vez he entendido mal ¿está acusando a su alteza, mi sire por añadido junto con el resto de su corte de no ser buenos cristianos? ... obviamente no se ha tomado la molestia de visitar la catedral en construcción- una sonrisa cruza su cara pero está desprovista de todo afecto -parece que después de todo teneis necesidad de unas aclaraciones ... "extras"-.

El vasco vuelve a mirar al frente perdiendo su vista en la lejania, disfrutando del olor a salitre y el negro manto del mar, resignado suspira, volviendo a hablar de mala gana.

-Desconozco de donde provenís o como se hacen las cosas allá donde moraseis con anterioridad, pero aquí en esta ciudad se respeta la ley de Caín-.

De nuevo gira su cuello para mirarte a la cara-¿habéis oído hablar de la Fraternita Vera Lucis?- tu cara responde antes de que tu lengua -por vuestra cara entiendo que no ... son cazadores de vampiros entre otras cosas, están infiltrados en la iglesia y en la nobleza local-.

-como entenderá no deseamos llamar la atención más de lo necesario por culpa de cualquier ... ignorante- hace un alto sosteniendo la mirada en ti - con la afluencia de nuevos cainitas los indicios de nuestra presencia aumentan, y yo me encargo de castigar al infractor- dice con sonrisa torcida - y disfruto con ello ... así que joven magister ¿decidme que tengo delante mía? ... ¿qué clase de cainita tengo delante de mis ojos?-.

 Paciente mantiene su mirada, esperando tu respuesta ... qué será, la arena parece negra como la ceniza ... las sombras se alargan ... la luz de las estrella mengua ,una nube tapa a la luna ocultando su cara, la fria brisa del mar sopla levantado una fina cortina de arena a vuestra espalda.

Vuestras huellas en la orilla del mar desaperecen, ocultando que alguna vez estuvisteis en aquel lugar, bajo el manto del cielo estrellado y con el negro mar como testigo, la barca ha desaparecido de vuestra vista, tal vez porque todo se ha tornado más ... oscuro.

Notas de juego

Ha costado ... ha costado escribir esto, Aitor es más cabrón que bonito ... tela, lo bueno es que no se molesta en disimularlo.

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14/07/2010, 22:15
Roger de Aquitania

 

-Ni por asomo sigo tales hábitos, no insulto ni a mis anfitriones ni a mis huéspedes, y les presto la debida cortesía y en la justa medida, según la recibo – contesta Roger, cuyos ojos se entrecierran todavía más – aunque haya anfitriones que gusten de insultar y despreciar a sus huéspedes. Aunque sean hermanos.
 
-Y, si así es el Chiquillo, no puedo esperar mucho más del Sire. Si ni siquiera se ha tomado la molestia de educar a su progenie y lejos de ello le dá motivos para desplegar semejante arrogancia, orgullo y vanidad, en lugar de refrenarla, como un buen cristiano haría. O un buen Sire, puesto que nació antes de Jesucristo, bajo un panteón de dioses paganos y robados a otros, y difícilmente será un verdadero cristiano. Pero si un cainita no puede ser un buen Sire, ¿puede acaso ser un buen Príncipe?. Hete aquí una pregunta cuya respuesta me gustaría encontrar.
 
“De tal palo, tal astilla”, dice el pueblo. “Por sus obras les conoceréis”, dicen las Sagradas Escrituras.
 
Si ambas máximas son ciertas, el Lasombra ya ha tenido más que suficiente para hacerse una somera idea de cómo son las cosas en Barcelona. Ahora no le extraña que pensaran en él para enviarlo a estas tierras, cualquier otro Vástago de su edad mandaría al infierno a este Magister, a su Sire y a toda la Corte, especialmente si el otro Vástago fuera también Lasombra. El mismo Roger no está seguro de no hacerlo.
 
-A nadie acuso, solo escucho vuestras palabras y respondo a ellas – prosigue – Tal vez si vos hubiérais escuchado las mías, sabríais que como ya he dicho en dos ocasiones, acabo de llegar a la ciudad, por lo que difícilmente puedo haber visitado la catedral – pausa un momento – lo que tampoco puedo hacer, pues está prohibido. ¿No es así?. Pues dijísteis que no podía tenerse contacto alguno con la iglesia. De donde yo vengo, que es Toledo, no solamente se respetan las Leyes de Caín sino las de Dios, y el Príncipe se asegura de ello pues es el primero en mostrar su reverencia a la Santa Cruz y alentar a sus vasallos a que hagan lo propio.
 
Roger se encoge de hombros a la mención de la asociación de cazadores. Es decir, ¿es mejor esconderse que luchar contra ellos?. Oh y también mencionó a la nobleza. ¿Tampoco puede alternarse con ella?. ¿Acaso se limitan aquí a controlar los bajos fondos y a tratar con ladrones y prostitutas?.
 
Con los brazos cruzados sobre el pecho, todavía sujetando en una mano el extremo de su capa para que no se empape, acunado por las sombras que se ciernen sobre ellos tras ocultarse la luna y entre las que todo Magister encuentra acomodo, retrocede un paso e inclina la cabeza aunque solo lo mínimo y que dicta la cortesía y buena educación de la que el otro vampiro carece.
 
-Vuestra explicación, sin embargo, no ha contestado a la única pregunta que os hice – dice Roger – O es posible que lo haya hecho en su plenitud, pero de un modo demasiado sutil para alguien que no posee una elevada inteligencia como la de otros cainitas que hacen buena gala de ello. Dios os guarde, esperaré vuestro mensaje – añade mientras retrocede otro paso y comienza a dar la vuelta, pero se detiene un momento antes de continuar su camino de regreso a la posada.
 
-Por cierto que no he olvidado vuestra pregunta – señala soltando la capa, pues ya está sobre la seca arena – Pero ¿qué sentido tendría responder cuando vos ya conocéis la respuesta, o créeis conocerla?.
 
Roger termina de dar la vuelta y se aleja, caminando por la playa hacia la ciudad.
 
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16/07/2010, 19:17
Director

El Vasco turce el ceño, al escuchar tu respuesta ... claro que no es más que un ojo por ojo y diente por diente, la antigua ley de Talion aplicada tal cual, más esta vez no contesta ... simplemente sonríe, sobre todo cuando mencionas tu procedencia conocerá a Polanco ... muy posiblemente, ¿quién no conoce al caballero de Toledo?, brazo de la cruzada ... compañero y rival de Tercio Bravo a la par que uno de los servidores más famosos de Silvestre Ruiz ... Silvestre Ruiz ... ¿sospechará algo el taimado Aitor?.

-Que Dios os guarde maese Roger- responde a tu despedida, tus palabras suenan lejanas, bajo el rumor de las olas ¿las habrá escuchado? -las cosas nunca son lo que parecen- te llega su voz a tu espalda.

Atrás queda el Vasco, una brisa de aire marinera sopla de nuevo, pegando tu capa a tu espalda, tus pies se hunden en arena desandando el camino de vuelta.

El rumor de las olas son de nuevo sustituidos por la música de las gentes de Barcelona, la arena por la piedra del camino ... curioso caminas por el resto del barrio, llegados a un punto las putas, los chulos y marineros desaparecen, silencio y quietud reinan en el lugar, grandes construcciones custodiadas por guardias bien armados se alzan en el pintoresco paisaje, almacenes, los almacenes reales ... , dejando atrás los almacenes y su custodia te topas con los drassanes o astilleros, madera y esqueletos de barcos, el olor a brea te hace arrugar la nariz.

Una pequeña capilla completa el barrio, al pasar junto a ella, sientes el conocido escozor de la santidad, Dios es grande y mora incluso en los lugares más humildes, añadido al escozor la sensación de ser vigilado de cerca, ¿Aitor? ... ¿quién sabe?.

Desandas lo andado, dejando el vulgar barrio para continuar con tu trayecto esquivando a putas, matones y marineros.

-Cuidado con el alguacil joven magister- suena a tu oido al volverte no ves a nadie, no ha sonado en tu cabeza ... a sonado en tu oreja, casí pudiste sentir el aliento,puede que no veas al sujeto, pero el olor a podedumbre prevalece, un olor que no fuiste capaz de oler, una palabra te viene a la mente ... "nosferatu" , tu cabeza gira a uno y otro lado buscando a aquel que susurra en las sombras, no ves nada salvo un mendigo sentado en el suelo con las piernas abiertas apoyado junto al muro, su mirada se cruza con la tuya, consciente de tu presencia clama -una moneda para un pobre ciego-.

 

Notas de juego

Dejo a tu elección hacia donde te dirigues, es decir si vas hacia la posada o deambulas un poco más por la ciudad, de ser asi, dime hacia donde vas a menos que pidas indicaciones a alguien para llegar a tal o cual barrio.

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16/07/2010, 23:28
Roger de Aquitania

 

Roger no se detiene ni gira la cabeza, ni siquiera para decirle que él no es ningún Maese, simplemente continúa caminando por la playa hasta que por fin llega a una especie de camino, no adoquinado pero si de tierra y gravilla, en el que sus pies dejan de hundirse y resulta mucho más fácil y cómodo pasear. Lo malo es que con el nuevo y mejorado camino llega también la “civilización”, y lamentablemente ésta poco tiene que ver con hombres y mujeres “civilizados”.
 
El Lasombra apresura el paso, deseando dejarles a todos ellos, a sus voces, sus palabras vulgares y olores que hieren el sentido del olfato atrás, mejor cuanto más rápido, del mismo modo que dejara atrás, hace unos minutos, al Alguacil. Ciertamente no serán muchos los Vástagos que deseen instalarse en la ciudad con semejante individuo para darles la bienvenida, cualquiera con un poco de sentido común y otro tanto de afabilidad buscará un lugar mejor para asentarse.
 
Al pasar junto a una pequeña capilla cambia de dirección y se acerca a ella, deseoso de prender un par de cirios y rezar unas breves oraciones... pero no, en esta ciudad no se puede entrar a una iglesia. Casi le dan ganas de reirse ante tamaño desatino, o de llorar frente a semejante prohibición, a todas luces un insulto contra la cristiandad. Si así son las cosas tendrá que habilitar una capilla en su futuro hogar, si es que se llega a instalarse en la ciudad. Ese palacio del que le han hablado ¿contará con una?.
 
-Para la mayoría de los nobles es una cuestión de prestigio poseer una capilla privada. Si así fuera me evitaría la molestia de tener que levantar una, y además no tendría que buscar un sacerdote para que la consagrase. Porque con tan absurdas leyes resultaría difícil llevar uno a mi hogar. Oh, Señor... ¿qué diría Luis si supiese de estos desatinos?.
 
Raptada su mente por estos pensamientos sus pasos le alejan de la capilla y se sobresaltar al escuchar las palabras susurradas por ¿quién?. ¿Un Nosferatu, un Hijo de Malkav? ¿Hay aquí Assamitas?. Pero no, el olor delata al leproso, no han sido palabras soñadas o imaginadas como cuando llegó.
 
-Cuidado tendré, os agradezco el consejo – dice en voz baja, quizás al aire pues a nadie encuentra, salvo a un mendigo suplicando limosna. Roger saca su bolsa y busca unas de monedas de cobre, pero cuando está por entregárselas se detiene y añade más.
 
-Tomad. Estas para vos – dice poniendo en su mano varias de las monedas – y estas para que más tarde entréis en cualquier iglesia y encendáis un cirio por mi.
 
-Ya que a mi me está vedado hacerlo. Probablemente no lo haga pero ¿qué importa, si es la intención lo que cuenta?.
 
Al llegar a la posada observa que sus hombres, a juzgar por las rameras que se sientan sobre sus rodillas, incluso las del herido Martín, y los juegos que se traen entre manos, han aprovechado la noche a su manera. Con un gesto les indica que sigan a lo suyo y se retira a su habitación, pues pronto amanecerá, lo siente en su sangre. Antes de acostarse aún aprovecha para leer un poco, hasta que el letargo diurno se apodera de él y se lo lleva consigo a un tranquilo, reparador y bien merecido descanso. 

Notas de juego

Editado: Se me olvidó. Roger se queda en la posada hasta que vayan a por él, va a full de sangre así que puede aguantar sin alimentarse. Lo de visitar el palacio y todo eso lo aplaza hasta que tenga claro como está el patio por aquí.

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18/07/2010, 13:31
Cneo Escipión

 

El olor acre de la suciedad y mortandad te hace arrugar la nariz tan pronto de acercas al pobre desdichado, el mendigo estira su mugrienta mano tomando las monedas al rezo de -Dios os bendiga hermano-, luego responde a tu petición -encenderé un sirio por vuestra alma inmortal- las monedas caen sobre la mano del hombre, "clic" "clic" suena al entrechocar entre ellas.

Tranquilo, con tu conciencia tranquila por tu buena obra te marchas hacia la posada, al echar un último vistazo sobre tu hombro, ves que el mendigo no está, muy rápido ha de moverse el mendigo para abandonar el lugar sin dejar rastro en tan poco tiempo.

Tras deambular un poco por las calles, encuentras el camino a L´Escorço, allí te esperan tus hombres, de buen humor, con el estomago lleno, y fulanas para amenizar su animo taciturno, una justa recompensa dadas las tribulaciones del camino.

Al verte Fadrique te sale al paso desatendiéndose de las caricias de la fulana -domine- agacha la cabeza -¿puedo hacer algo por vos?-tu cabeza gira a izquierda y derecha negando, tras pensarlo unos segundos vuelves -dile a Alfonso que aplace la visita de mañana-.

Los días pasan, uno ... dos ... tres, los hombres juegan a las cartas, beben, comen y disfrutan de cuanto la ciudad puede ofrecerles, más Fadrique y Alfonso se muestran taciturnos, su señor no sale ... recluido como un prisionero espera y espera en la taberna, un lugar poco apropiado para él.

Más no pierdes el tiempo, Alfonso cumple con tus ordenes y procura nuevos hombres a tu servicio, tras entrevistarlos brevemente acoges a unos y despides a otros, pronto muestran que son dignos de confianza, Alfonso sabe elegir bien ... . En cuanto al hijo del comerciante te informan que goza de salud, tu intercesión o mejor dicho la de tus hombres procura que así siga, sin embargo la salud del padre empeora por momentos, pronto se reunirá con su creador.

Al cuarto día recibes visita, una visita más que esperada pero en cierta manera desagradable, como el demonio en busca de un alma se presenta Aitor "el vasco", Fadrique le anuncia manteniéndose luego en un discreto segundo plano, Aitor le mira por encima del hombro con desprecio mientras se quita sus negros guantes, entonces despides a Fadrique.

-Su alteza desea que me acompañéis a fin de tener una entrevista privada con vos- enuncia monótono.

Obviamente aceptas, que otra cosa puedes hacer, echando tu capa sobre los hombros sigues al alguacil recorriendo las calles de la ciudad, el paisaje cambia, más siempre hay una constante, la antigua muralla romana, tras cruzar una puerta custodiada llegáis a una pequeña plaza, en ella ves la catedral en construcción, un palacio al que se accede por unas escaleras, y algunos edificios colindantes.

Al llegar al palacio dos guardias se echan a un lado, los solitarios pasillos os reciben amplificando vuestras pisadas, finalmente llegáis a una pequeña capilla, allí ves a un hombre de mediana edad, de rodillas frente al altar, el alguacil se para, más que un hombre parece una estatua vestida de negro, tranquilo se levanta y enciende un cirio, entonces repara en vosotros dos, con un gesto de su mano os pide que os acerquéis.

-Bienvenido Roger de Aquitania, chiquillo de Godofredo- dice estirando su mano, hacia adelante, mostrando la palma ligeramente hacia abajo, tal como hiciera tu viejo amigo Luis Ambrosio Montaçada -gracias alguacil, podéis volver a vuestros quehaceres- dice despidiendo al taciturno alguacil.

-Sire- agacha la cabeza y se marcha girando sobre sus talones.

-Bien ... tengo entendido que deseáis residir en mi ciudad y que venís de Toledo, me extraña que mi joven hermano Polanco no se haya tomado la molestia de de proveeros de una carta de recomendación, ¿acaso lo contrariasteis?- añade enarcando una ceja -tengo entendido que sois buen cristiano por lo que dudo que sea este el motivo de disputa para con Polanco, me entristece saber que albergáis dudas sobre la fe de vuestros hermanos en esta ciudad, decidme ¿me han informado mal?-

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18/07/2010, 14:15
Roger de Aquitania

Notas de juego

¿Ahora me sales con lo de las cartas, cuando te las estuve pidiendo y me decías que nada, que no hacía falta? Pues mira, Roger va con cartas hasta las cejas y aun asi la respuesta que se va a llevar Cneo va a mandar a tomar por saco todo lo roleado y mi personaje, porque es mío y hará lo que me de la gana, ya que no me dejas otra salida. Y ya que no puedo jugarlo, pues me lo cargo yo mismo, ni te esperas por donde va a salir. Aquí es imposible jugar porque se haga lo que se haga para no darte motivos para joder, harás trampas para eso, para joder se tome el camino que se tome. ¡Que visión, que Cneo sabe que Roger no lleva cartas sin haberle preguntado siquiera!

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18/07/2010, 14:28
Director

Notas de juego

No se la has mostrado ni nada al alguacil. Pero bueno ... de todas formas, ¿cual es el problema?, no te han dado carta por una explicación bien sencilla, ¿cuando envias un espía lo envias recomendado?, piensa un pelin hombre, que no te ha mandado a tomar por culo ni nada por el estilo ,te ha preguntado indirectamente por tu relación con Polanco.

No llevas carta alguna ni de Polanco, ni de Montaçada, vas con tus dos cojones castellanos. De verdad, no me lo veas todo como un puteo, puteo será cuando salga en plena noche el sol y te quemes, o someras gilipolleces, que por desgracia algunos lo hemos sufrido, o te digan sí sí, eres tal y luego no sepan ni en que consiste.

A mi me parece que teneis mucho miedo ... y a cualquier cosa que puede resultar jodia, os lo tomais a mal porque pensais que os va a enmarronar, vamos a ver Mateu, que tampoco es dificil cojones, ¿segun tu historia estás aceptado o no en Barcelona?,  a menos que te cages en el principe e intentes matarlo, estarás en Barcelona, tan solo un poquito de sentido ¿no?.

Un saludete :).

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18/07/2010, 16:21
Roger de Aquitania

 

Durante cuatro noches, con sus cuatro días correspondientes que, naturalmente, el Vampiro pasa en el obligado letargo diurno, Roger espera un mensajero de Madrid, o Toledo, mensajero que nunca acaba de llegar. Una misiva que le informe de lo que debería haber sido informado, sobre el Vástago que tiene que supuestamente tiene que vigilar, sobre la ciudad y lo que puede encontrar, sobre las presuntas faltas cometidas por el Príncipe de Barcelona. Mas todo lo que obtiene es silencio y ningún correo llega a sus manos.
 
El Lasombra reza con mayor fervor que nunca, reza para que sus sospechas no sean ciertas, para que sus hermanos no le hayan abandonado y traicionado, para que la llamada de Cneo no llegue, pero Dios desoye sus oraciones y finalmente recibe la llamada. En silencio, ofreciendo la misma conversación que le es ofrecida, transita por las calles hasta llegar al lugar de la cita, que seguramente no es la corte sino... ¿Una capilla?. ¿Piensa que así le engañarán?. En cuanto entra, Roger se santigua. Hay un hombre arrodillado, pero pronto se levanta y se vuelve hacia ellos.
 
Mira al hombre que se le dirige y saluda, suponiendo que es el Príncipe pues no se toma la molestia de presentarse, aunque su identidad queda confirmada al oir la respuesta del alguacil. Pero Roger esperará la partida del vasco para saludar y hablar. Hace primero una profunda reverencia, que debería ser suficiente. Ante otro Príncipe y en otra situación habría hincado la rodilla en el suelo, mas no lo cree necesario, no tras la conversación que va a mantener.
 
-Gracias, Alteza – responde Roger al incorporarse y quedarse a solas con el Príncipe – No os han informado mal, pero si a un cristiano se le dice que no puede acercarse a una iglesia, ¿qué otra cosa puede pensar, sino que está entre paganos e infieles? - hace luego una pausa y sacude la cabeza, cambiando de tercio – Es posible que, bajo otras circunstancias, hubiera deseado instalarme aquí, esta tierra me es más cercana de aquella en la que vivía cuando era humano, y ya no deseaba seguir viviendo en Castilla, adonde me trasladé a la fuerza y donde luego permanecí por costumbre. Mas no es este el caso.
 
Una pausa precede sus siguientes palabras.
 
-Ignoro la forma por la que sabéis que no llevo las pertinentes cartas de presentación de mi antiguo señor, aunque de haberlo querido podría haber traído conmigo otras de buenos amigos, antiguos compañeros de armas – continúa hablando, tranquilo, el Lasombra – del mismo modo que ignoro que daño hice al Príncipe Eliazar o a sus... amigos, o de que forma les he podido contrariar -señala, refiriéndose a los Amici Noctis – tras pasar un siglo al servicio de mi Clan, de nuestro Clan, yo y mi espada. Pero así ha sido. Aunque la razón, no me llamo a engaño, es que soy totalmente prescindible, pues no soy nadie, y a alguien había que sacrificar.
 
De nuevo se hace una pequeña pausa.
 
-No, Alteza, yo no he venido a esta ciudad a comenzar una nueva vida, sino que me han enviado para que me destruyáis. ¿Por qué? – Roger se encoge ligéramente de hombros - Solo me cabe pensar que de ese modo tendrán una razón para acusaros de algo, pues ya sabéis cuales son los dictados que rigen a los Magistri: que un Magister no puede dar muerte a otro sin el permiso de una Corte de Sangre. Mas no me preguntéis porqué desearían librarse de vos, pues no tengo ni la más somera idea de ello. 

Notas de juego

¿Y tu me pides sentido? Aquí tienes sentido, no le has dejado otra opción a mi personaje, actúa con todo el sentido del mundo sintiéndose abandonado y por tanto traicionado. Roger no tiene porque enseñarle nada al alguacil, que no es el príncipe. Y cuando mandas a un espía a alguna parte le preparas bien y le das toda la información que precisa, mírate cualquier película de guerra o de espías. ¿Darle cartas? Entre otras cosas es casi lo obligatorio en estos tiempos, hasta en Mascarada lo es, no dándole cartas lo que resulta es ser sospechoso y tu además te aprovechas de ello, creas la situación idonea para joder y luego la sacas. ¿Qué has hecho con Roger? Pues como si a un soldado raso le dan una navaja suiza, lo sueltan en medio de Vietnam del Norte en el 73 y le dicen que tome Saigón. Absurdo ¿verdad? Yo juego para pasármelo bien, y te aseguro que si le van con tonterías y situaciones sin sentido a mi personaje no me lo paso bien, y llevo tres semanas o más aburrido de morirme, pero aguantando y posteando lo mejor que puedo.

Si, según mi historia Roger estaba aceptado en Barcelona, pero como espía. Ya que no es un espía ni lo podrá ser nunca tal y como llevas las cosas, veremos en que circunstancias se queda Roger en Barcelona, si es que se queda, y por ahora está jodidilla la cosa, en juego porque como ves la tortilla ha dado la vuelta (no es culpa de Roger, sino de los inútiles de sus jefes que no tienen dos dedos de frente, y este príncipe tampoco parece mucho mejor), y off juego porque casi me has matado de aburrimiento. Según te lo montes, Roger se quedará en Barcelona o hará lo que tiene que hacer y dicta el sentido común: irse a Francia con su mentor y montarse una nueva vida en alguna ciudad, como si fuera su Chiquillo y borrando la anterior. Eso es sentido.
 
Te pongo como ejemplo a ti mismo: en Sangre Negra te quejabas porque los que llevaban antiguos eran unos inútiles que no sabían jugarlos, y luego te fuiste porque a tu arconte no le hacían las debidas reverencias. Yo solo aspiro a jugar, pero a jugar bien, con ese sentido que reclamas, y a pasármelo bien. Nadie firma un contrato con sangre cuando se une a una partida, y en ésta el máster pedía buena narrativa, cumplimiento de plazos y esas cosas, y yo lo he hecho más que a rajatabla, aunque no sirva de nada. A cambio el máster ofrecía diversión y no cumples, o crees que lo haces, pero este jugador no se divierte, que casi se muere de asco entre hablar con criados/humanos, o hablar consigo mismo en viajes o paseando (o sorteando bromillas imposibles), o con vaciletas chuloplayas que se creen lo más, aunque ya me he dado cuenta de que todos tus vampiros o son Caín, o no te dejan ni contestar, o no aportan nada, o ni dan una conversación aceptable. Lo siento, pero es así.

 

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19/07/2010, 17:49
Cneo Escipión

En silencio escucha tus palabras, ningún reproche sale de sus labios... su cara es una máscara de absoluta ¿tranquilidad?, una estatua intemporal... frío, lejano... calculador.

-Vaya... me entristece oír vuestros reproches hacia la forma de proceder, más creedme que es por el bien de los nuestros, en Cataluña a diferencia del resto de reinos, tenemos ciertos... problemas con un grupo de mortales, algunos de ellos son "dotados" por así decirlo..., la Fraternita Vera Lucis no es un asunto que pueda tomarse a la ligera-.

El hombre hace una seña para pedirte que le sigas saliendo de la capilla para volver a los intrincados pasillos, tras girar unas cuantas esquinas llegáis hasta una puerta custodiada, los guardias se retiran abriendo la puerta y cerrándola tras vosotros.

Al entrar ves una gran estancia, una chimenea encendida, un escritorio repleto de cartas, sillas alrededor de una pequeña mesa con un ajedrez dispuesto, al fondo ves una panoplia, en ella reside una antigua armadura con grabados en el pectoral, un espada corta y un yelmo emplumado, su diseño parece romano.

En el suelo ves un mosaico, cubriendo las frías paredes algo más "moderno", tapices que representan batallas, el sol en lo alto, armaduras como las que ves en la panoplia relucen a la luz del sol, una sombra cae sobre los enemigos abatidos, rápidamente reconoces a la figura principal del tapiz, es el mismísimo Cneo, príncipe de Barcelona y señor de Aragón.

En otro tapiz ves lo que parece una carga de caballeros, frente a ellos los moros, desprovistos de armadura, con sus cimitarras desenvainas.

Por último y no menos importante, las estanterías... repletas de códices y pergaminos, algunos parecen tener muchos muchísimos años, tal vez centurias.

-Bienvenido a mis aposentos, aquí podremos continuar hablando con más... tranquilidad- añade haciendo un gesto para que tomes asiento en una de las sillas de la pequeña mesa frente a la chimenea encendida -veo que habéis reparado en mi pequeña colección- sonríe.

-Como vuestros superiores os informado mi nombre es Cneo Escipión, prelado de Puvlio Escipión, conocido como Escipión el Africano... fui el primer romano en poner pie en la península, gracias a mis méritos en la toma de Iberia me gane el abrazo de Montano, mi sire... - pausa -a pesar de ello nunca he caído en la soberbia de hacerme llamar señor de Iberia, como algunos más jóvenes se atribuyen- sentencia haciendo alusión a Silvestre Ruiz, sire de tu preciado amigo Luís Ambrosio Montçada.

Tranquilo toma asiento frente a ti, mirándote directamente -parece que Aitor tenia razón después de todo, sois más de lo que parecéis- comenta distraído.

-Ya que os habéis sincerado conmigo... haré lo propio para con vos, Quid pro Quo- añade -más que una sapiencia digamos que el se trata de una corazonada, pues entiendo que lo habríais mencionado al alguacil, un detalle nimio- dice haciendo alusión al asunto de tu carta de presentación -creedme despues de tantos años uno se acostumbra a ciertos detalles sin importancia y en los detalles subyace lo importante-.

-Por vuestras palabras me temo que no conocéis exactamente el proceso que engloba un Tribunal de Sangre... permitid que os ilumine- dice cambiando de tema.

-Se dice que este rito fue instaurado por el propio LaSombra, al igual que la creación de los amici noctis, nuestro Padre, era conocedor de la anarquía que traería las disputas originadas por nuestra ambición ... pues ante todo somos ambiciosos. Por ello para recompensar a los audaces y limar el clan de pusilámines, permitió que aquel que mostrará pruebas de incompetencia de un hermano más cercano en la sangre a su persona pudiese cometer amaranto, con el permiso del tribunal, la fecha y la forma en que se haría serían dictadas por el tribunal-

-Vos, hacéis mención al asunto del Califa de Granada, quién, entupidamente dio muerte al embajador enviado por Silvestre Ruiz- corrige con tono pedagogo -per se no era necesaria una Corte de Sangre, como vos la llamáis, ante todo somos civilizados y eliminar un embajador amparado por salvoconducto no lo es, diferente habría sido de eliminarlo en el campo de batalla... pero se extralimito, así de simple- dice encogiéndose de hombros.

-Si yo os diese muerte ahora mismo, no ocurriría nada, pues no sois un embajador ¿verdad?- sonríe taimado -tranquilo joven... nada más lejos de mi intención,  pero recordad que nosotros en especial los antiguos respetamos las leyes de Caín, un príncipe se reserva el derecho de eliminar en su territorio a aquellos que vulneren las tradiciones, independientemente de su linaje o edad, ningún amici en su sano juicio tomaría esto como una falta-.

-Bien, os agradezco el tiempo que me habéis ahorrado, tengo asuntos más importantes que dedicar atención a un joven magíster con aires de grandeza y mucho por demostrar.... No es que desapruebe la traición, siempre y cuando sean por motivos justos, así que ahora os pregunto, ¿por qué habéis traicionado a los vuestros?- pregunta curioso.

 

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20/07/2010, 01:15
Roger de Aquitania

 

-Ergo, efectivamente, en esta ciudad a los cainitas cristianos les está vedado practicar su religión – contesta Roger mientras le sigue por los pasillos. En Castilla, esto, no se consentiría. En realidad en ningún reino cristiano seería admisible. ¿Tanta edad y tanto supuesto poder, para esto?. ¿Cuándo tantos y tantos cainitas han muerto y seguirán haciéndolo en defensa de la cruz y sus ideales?.
 
Al entrar en la habitación no presta más que una simple mirada a su alrededor, la que otorga el hábito de examinar cualquier lugar que le es ajeno, aunque el Príncipe, orgulloso, la confunde con admiración o similar, otra muestra más de orgullo. Es probable que en otras circunstancias se hubiera deleitado, o no, con la belleza de este tapiz o aquel códice, pero no es eso lo que ha traído aquí esta noche. Con un además rechaza sentarse, prefiriendo permanecer en pié. Luego empieza a hablar y hablar... y como dice el refrán popular: Quien tiene boca se equivoca, y el Señor de Aragón lo hace y varias veces. Roger sacude un par de veces, lentamente, la cabeza.
 
-Mis antiguos superiores, no me informaron, sino que se limitaron a decir lo que ya sabía, vuestro nombre y dominio... cualquier vástago de Iberia o más allá conoce, al menos, esos datos, pues el Reino de Aragón no es un mísero pueblo lejano y desconocido, así como cualquiera que sepa algo de historia conoce el papel de los Escipiones en ella y puede suponer, por el devenir de los acontecimientos, que los Celotes no son muy apreciados por vos – contesta encogiéndose un poco de hombros – En cuanto al tema de las credenciales, no es costumbre en las cortes que conozco el mostrarlas sino al Príncipe mismo, pues a ellos van dirigidas. En todo caso y como mucho, caso de que el alguacil pregunte si se poseen, se le dirá que si o que no, pero no se le entregarán a quienes no han sido destinadas.
 
-De donde yo provengo, los Tribunales de Sangre funcionan de una forma, y no necesariamente los Amici tienen que ver en ello – continúa, tranquilo, el Lasombra – pero, a mi parecer, no tiene sentido que discutamos por esto ni por ninguna otra cosa. En cuanto a los hechos que os referís, y con vuestro permiso, os diré que Ermengol, el embajador Lasombra que mencionáis, nada tuvo que ver con el Califa de Granada, o al menos no directamente y no fue a él ni el asesino ni a quien se culpó – Roger inclina la cabeza - En Murcia había un sultán, nosferatu por más señas y de nombre Yasar al-Nahyan, que fue destruído a continuación de Ermengol y por la misma mano: la del Assamita Al-Aziz y los suyos, que eran sus vasallos. Nada tuvo que ver en esto un Tribunal de Sangre pues no fue un Lasombra el que vilmente lo asesinó. Conozco bien la historia porque cuando llegó la hora de la venganza yo estuve entre los que sitiaron y tomaron Murcia y otras villas vasallas*.
 
Vuelve a encogerse de hombros, en un gesto de incomprensión, pues así se siente en verdad. No consigue comprender nada, ni que hace aquí ni que habla este Vástago sentado frente a él. Debería haber continuado su camino, ¿por qué no lo hizo?. Maldita sea, porque esperaba un mensajero que nunca llegó. Lo que llegó fue la llamada del Príncipe, a la que no debió acudir, pero no tenía otro remedio. Y para recibir... ¿Qué?. ¿Insultos?. Si bien dicen que insulta quien puede, y no quien quiere.
 
-Tribunales de Sangre o no, si quisieráis matarme, nada os impide hacerlo, aunque no haya cometido ningún crimen ni vulnerado ninguna ley – naturalmente nada se lo impide salvo su conciencia, si la tiene – Si, ambos tenemos asuntos que atender, yo solo vine a advertiros. Creedme o no o haced como os plazca con la información que os he proporcionado – o que ha intentado proporcionarle pero por la que el Príncipe no ha mostrado el más mínimo interés, demasiado ocupado en otras cosas.  
 
-Yo ahora marcharé con mis más que conocidos aires de grandeza – ¿Que puede responderse a esto cuando Roger siempre ha sido considerado por los suyos como alguien totalmente carente de ambición, y cuando incluso la progenie de su alteza piensa y actua como si fuera el mismísimo Caín? De tal Sire, tal Chiquillo - aunque nada tengo que demostrar, ni a mi mismo ni a nadie, solo a Dios, a quien todos deberemos rendir cuentas. Mas a vuestra pregunta, tan solo puedo contestaros que yo no fui el traidor, sino el traicionado. Curioso, en verdad, que tildéis de traidor a quien os avisó, cuando son otros los que os acusan a vos de traición – Roger hace una reverencia y dá dos pasos hacia atrás, en dirección a la puerta, entonces se detiene.
 
-No quiero molestaros más de lo que ya he hecho pero ¿me dejarán salir los guardias si abro las puertas para abandonar este lugar? – indica, señalándolas con la mano - o tenéis que instruirles primero para que me permitan hacerlo?. No quiero causar más transtornos de los que ya os he ocasionado.

Notas de juego

  * Véase la historia de Roger donde aparece el tema del embajador, la guerra en Murcia, etc.