Partida Rol por web

No me moví con la suficiente rapidez porque cuando lo hice y finalmente caminé hasta la ventana, me encontré frente a nuestro misterioso visitante, cargando al muchacho. Ambos nos quedamos mirándonos, él seguramente, valorando lo que debía hacer a continuación.

Podía jugármela e intentar cerrar la ventana con rapidez, y también intentar detenerlo, aunque él estaba armado y yo no. Le miré a los ojos directamente, intentando discernir lo que pretendía hacer. Si de verdad lo único que quería era evitar que el chico hablase, le habría bastado con matarle allí mismo y no necesitaba agarrarlo y llevárselo, por lo que no era tan sencillo como aquello y algo me decía que no constituía un peligro inmediato.

Pero tampoco convenía mover al muchacho, debido a sus heridas.

Así que negué con la cabeza y me acerqué a él, hasta colocarme justo a la altura de su rostro, a punto de que nuestros labios casi pudieran tocarse.

-No sobrevivirá. Déjalo -le susurré, mientras colocaba una mano sobre el brazo del desconocido.

No me sentía en peligro, aunque si al final era solo una sensación mía, tampoco tenía demasiado que perder.

Mut (35MM, S.A., 60PV): Sueño profundo.

Nienna (*35MM, S.A, 32PV): Se acerca lentamente a Sargan

Axe (*10MM, S.A.*, 50PV): Sueño profundo.

Musgoverde (10MM, S.A., 42PV): Está en duermevela.

Sargan (5MM CE, 50PV): Coge el chico. Nienna está en el jogón de al lado, así que se tiene que dar cuenta.

Gariac (5MM Cu, 35PV): Esperan al otro lado de la ventana.

Amadar (0MM CE, 35PV): Esperan al otro lado de la ventana.

Optas por una decisión arriesgada, aunque la verdad es que cualquier decisión lo parece. Lo importante es que dé los frutos que deseas.

El hombre no se espera eso y en sus ojos por un momento ves el brillo de la confusión, casi toda su cara va cubierta con la capucha y apenas ves su rostro. Se trata de alguien alto, que viste ropas oscuras.

- ¿Jefe? - Alguien habló al otro lado de la ventana, en la calle. Y eso lo hace reaccionar, intuyes una sonrisa maliciosa y sin darte la espalda camina retrocediendo hasta la ventana. 

La confusión parecía haber hecho suficiente mella como para que ambos nos quedásemos parados, valorando nuestras opciones. Quizás él no se esperaba que ni siquiera intentara detenerle, o por lo menos, no por la fuerza, pero eso no pareció durar porque inmediatamente, una voz procedente de fuera rompió aquel instante de desconcierto y con una sonrisa, reanudó su marcha hacia la ventana.

En ese momento supe que no iba a detenerse, así que me lancé hacia él para detenerle.

-¡ALARMA, SE LLEVAN AL MUCHACHO! -grité, mientras me abalanzaba sobre él para intentar arrebatarle al muchacho y lanzarle por la ventana con un empujón.

Supongo que no lo pensé demasiado, que podía haber gritado mucho antes y también, podía haberle seguido una vez saliese. Por otro lado, quizás aquel muchacho no fuese tan inocente como creíamos y formase parte, más que de los atacados, de los atacantes.

Pero solo con un segundo para decidir, lo único que podía hacer era intentar detenerle como fuera.

Algo te había dejado con sueño ligero y finalmente algo te acabó por despertar, una frase de la que escuchaste solo la segunda parte, pues te despertaste a mitad.

...SE LLEVAN AL MUCHACHO! -

Un grito que parecía provenir del salón, en el piso de abajo y te pareció que la voz era la de Nienna.

Musgoverde no encontró muchas plantas que le fueran de utilidad pero sí logró capturar a una víbora venenosa a la que logró extraerle el veneno. Consideró vender aquel hallazgo pero no encontró a nadie que le diera un precio que considerara justo así que por el momento se guardó el botecito con el veneno. Con la serie de eventualidades por las que estaban pasando últimamente no le vendría mal contar con algo así por si las cosas se torcían mucho.

Tras aquello no hubo ninguna novedad. Se retiraron a descansar en la posada y todo estaba tranquilo hasta que un grito rompió el silencio de la noche. Musgoverde tenía un sueño intranquilo y ligero, por lo que se levantó como un resorte en cuanto escuchó la voz que creyó atribuirle a Nienna. Rápidamente alertó a los otros.

-¡Aprisa, aprisa! ¡Algo pasa!

El anciano corrió hasta la ventana y la abrió para asomarse y echar un vistazo a la calle. Intentó que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad de la noche para tratar de localizar cualquier sombra sospechosa y aguzó el oído.

Fue un tiempo agradable pues, aunque sin dejar de lado las preocupaciones y misterios que teníamos por delante, pudimos disfrutar de un tiempo relajado, paseando y callejeando por la ciudad.

de vuelta en la posada, descansando ya, podía imaginarme a mi familia en mi hogar. Con todo lo vivido, aún seguía pensando en su casa como mi verdadero hogar, y un sentimiento punzante de desasosiego por el tiempo que llevaba lejos, atenazó por un instante mi corazón.

Intenté conciliar el sueño, y las brumas de la oscuridad me atraparon en sus redes.

Los gritos de Musgoverde fueron los que me alertaron. Algo sucedía, y me levanté a verlo como un resorte. La última vez que algo así pasó, Nienna y el muchacho misterioso entraron en nuestras vidas. 

Esperemos que ahora fuese algo igual de agradable... Por si acaso, cogí mis armas.

-¿Qué sucede, qué has visto? - pregunté a Musgoverde.

De un brinco salto de la cama aún medio adormilado tras escuchar la voz de Musgoverde y verle en la ventana con mis ojos entrecerrados todavía.

- ¿Un ladrón? - alcanzo a preguntar mientras cojo mi espada corta por si el ladrón o alguien está por aquí, aunque al abrir del todo los ojos veo que estamos solos en la habitación. 

Mut (35MM, S.A., 60PV): Se levanta y coge la espada

Nienna (*35MM, S.A, 32PV): Agarrar y retener al muchacho

Axe (*10MM, S.A.*, 50PV): Se levanta y coge sus armas

Musgoverde (10MM, S.A., 42PV): Se levanta, se asoma a la ventana y observa

Sargan (5MM CE, 50PV): Va a sacar al muchacho por la ventana.

Gariac (5MM Cu, 35PV): Se acerca a la ventana

Amadar (0MM CE, 35PV): Se acerca a la ventana

Os levantáis rápido alertados por la voz de Musgoverde. Un poco desorientaos por la rapidez, Mut y Axe agarran dos de sus armas. 

Axe se encuentra sin la armadura puesta, pues no es normal dormir con ella. Si quiere ponérsela le va a costar algo más de tiempo. 

El animista que parece un poco más despejado, corre a la ventana y se asoma a ver que pasa.

Ahora los tres despiertos escucháis una voz masculina y grave que viene de abajo - ¡Mierda, ayudadme!

Efectivamente como comenta Mut en vuestra habitación no hay nadie más, el jaleo parece proceder de la planta baja.

Se sientes con los sentidos afinados pese a acabar de levantarte.

Al asomarte ves que estamos en plena madrugada, cielo despejado, Ithil en cuarto decreciente. Por lo que la luz es escasa.

Ves que abajo en la calle, dos figuras encapuchadas se acercan a la ventana que da al salón, por el momento parece que aún no se han percatado de que observas desde una ventana de arriba.

Escuchas sonido procedente de la ventana de abajo, por lo que esta debe de encontrarse abierta. Escuchas un forcejeo. Un gemido, jurarías que del muchacho malherido. Y luego esa exclamación de un hombre que no reconoces, por lo que debe de haber alguien más dentro del salón.

El encapuchado parece confiado, os observáis mutuamente, pero el hombre quizá pecó de exceso de confianza.

Como si leyeras su mente, te abalanzas hacia adelante justo cuando comienza a girarse para sacar al muchacho por la ventana, pero consigues agarrar a este del brazo sano.

Primera misión cumplida tienes un agarre. Lucháis por el muchacho tirando de él. El extraño parece un fuerte, pero tú también lo eres. El muchacho gime, pero es un pequeño mal que seguro que compensa que no caiga en manos del otro. 

El encapuchado abre los ojos con sorpresa cuando le consigues arrebatar al muchacho, has ganado.

Pero sus sorpresa pronto se transforma en enfado - ¡Mierda, ayudadme! - Sin duda que se dirige a los que hay afuera. Uno de ellos se asoma, quizá con la intención de entrar adentro.

Tienes al muchacho en tus brazos, pero ahora te superan en número y además tienes las manos ocupadas.

Logré agarrar al muchacho por el brazo, justo cuando el misterioso hombre iniciaba su huida a través de la ventana. No resultó difícil cogerlo a tiempo, pero retenerlo para impedir que escapase, ya era harina de otro costal. Aún así, no parecía esperárselo, por lo que aproveché la ocasión para hacerlo y tirar de él.

Sin embargo, había más gente abajo, más del que había oído seguramente, y rápidamente hicieron amago de entrar en la habitación.

-No... pienso... soltarle -le aseguré, sin dejar de tirar para intentar volver a introducirle en la habitación, mientras gritaba de nuevo pidiendo auxilio -. ¡AYUDADME, DEPRISA!

Sabía que si no llegaba nadie, no tendría nada que hacer, pero de ninguna manera iba a rendirme tan pronto, sin explicaciones, sin saber si lo perdía, a aquel muchacho le sucedería algo o no.

Pero también era consciente de que como entraran, me vería obligada a soltarle y luchar.

Escucháis la voz de Nienna en el salón de abajo - ¡AYUDADME, DEPRISA!

-¡Se llevan al muchacho! - Les susurró a sus compañeros tras echar un vistazo por la ventana y volver a guardarse dentro de la habitación para evitar que le vieran los dos que había abajo.

-Hay dos tipos ahí fuera. Debe haber alguno más dentro. Id a ayudar a Nienna, yo entretendré a los de fuera. - Musgoverde cogió su arco y acercó el carcaj a la ventana, tomó una flecha y la colocó en la cuerda. Se colocó apuntando a los extraños pero sin asomarse al exterior para evitar que le vieran, solo la punta de la flecha asomaba ligeramente en la negrura de la noche.

Musgoverde no disparó inmediatamente, se tomó su tiempo para apuntar. No era muy buen arquero, por lo que necesitaba concentrarse. Soltó el aire despacio y tensó la cuerda.

Antes de bajar, me cuelgo mi espada corta a la cintura y cojo mi carcaj y mi arco mientras le digo a Axe.

- Yo te cubro desde la escalera mientras atacas.... - dicho esto y tras colocarme bien el carcaj salgo hacia la escalera para descender rápidamente hacia la planta baja y entablar combate. Nienna está en peligro y también el chaval. Debemos actuar rápida y eficazmente.

Era urgente, y el grito de Nienna no dejaba lugar a dudas: ¡No había tiempo que perder! Mi armadura estaba cerca, pero ponérmela hubiera supuesto un grandísimo retraso.

Como llevaba en mi mano mi martillo de batalla, encomendé mi alma a los dioses, y bajé las escaleras. Mut me cubría, y también Musgoverde con su arco.

Había que evitar a toda costa que se llevasen al chico. ese repentino interés por alguien en tan mal estado de salud significaba que sus palabras podían ser importantes.

Bajando las escaleras grité:

-¡OS VAIS A ARREPENTIR! -para amedrentar a quien estuviese atacando, además de despistarlos y favorecer la defensa de Nienna.

Bajé en guardia con el martillo y el escudo, preparado para golpear.

T4

Mut (35MM, S.A., 60PV): Sale para la escalera y presencia la acción, con el arco en mano y la espada en la cintura.

Nienna (*35MM, S.A, 32PV): Retrocede con el muchacho

Axe (*10MM, S.A.*, 50PV): Baja las escaleras con martillo y escudo en mano.

Musgoverde (10MM, S.A., 42PV): Carga y apunta a uno de los enemigos del exterior.

Sargan (5MM CE, 50PV): Embraza escudo, espada ancha y se dispone a atacar a Axe

Gariac (5MM Cu, 35PV): Entra por la ventana y con el bastón se prepara para atacar a Nienna

Amadar (0MM CE, 35PV): Saca estrella arrojadiza y apunta al chico.