Partida Rol por web

Riora deja el Reino de los Muertos.

-Perdí a todos y cada uno de los miembros de mi clan, Plandir el Rojo. Si supiera resucitar a los muertos lo habría hecho ya, pero no es el caso. Sin embargo tengo tal propósito como prioridad, y el sabio Julius me desveló que hay una forma antes de morir...pero no le dio tiempo a decirme cuál, expiró antes. Y...él no está aquí, ahora que me fijo.

Un momento...¿Esa se ha ido? ¿A dónde? ¿Al verdadero Más Allá? ¿O ha resucitado? Hum...si logro encontrarla lo sabré, pero lo veo poco posible...

Baesa llega al reino de los muertos...

Cuando el orco vio aparecer a Baesa se extrañó más todavía. -¿Baesa? ¿Has...muerto? ¡Ja! Ahora sí te interesaría conocer el método para resucitar a alguien, eh? Bueno...aun así no creo que perder a una curandera sea positivo para la supervivencia. ¿Qué te pasó?

Un monje me ha freido con sus rayos...

Dacen llega al reino de los muertos...

Dacen observa con terror su pecho antes de darse cuenta que no sintio el dolor, aunque rapidamente se da cuenta porque. Habia muerto y le habia fallado a la joven. Se sento deprimido en el suelo antes de darse cuenta de la presencia de los demas.

Braka, Baesa, Plandir. nombro a los que conocia. Que es este lugar?

-¿Un monje? Qué raro...Dacen éste es el lugar entre el mundo de los vivos y el Más Allá, donde algunos de los recién muertos vienen. O eso creo. El hecho es que yo soy el único aquí que sigue vivo...o eso parece. Por lo que si tienes información importante te agradecería que la compartieras, algunos seguimos luchando ya sabes... -dijo el orco con ironía en la voz.

No, no sabia... dijo mirandolo serio. Si es asi te advierto que no vayas a Los Montes Milenarios. Los monjes en ese lugar han sido corrompidos y una hechicera poderosa a quedado como dueña del templo. le informo rapidamente levantandose animado mientras se acercaba al orco.

Talashia ha conseguido lo mas valioso en ese templo, asi que no hay necesidad de ir. miro a los demas. Se donde se encuentra ella, pero no creo que deba contarlo.

Como te encuentras vos? pregunto verdaderamente interesado. No es necesario que me cuentes todo, pero me gustaria saber si estamos tan mal como parece.

-Agradezco tus palabras, humano. Efectivamente la situación es muy mala, pero cuatro de nosotros acabamos de...avanzar en nuestra empresa de forma insólita, y probablemente tengamos una posibilidad. Deséanos suerte. -finalizó el orco con una sonrisa ladina, de desafío hacia la adversidad que se hallaban todos enfrentando.

Riora y Pispantorín llegan al reino de los muertos...

-¡Pispas, no! ¿Qué diantres haces aquí? ¡Tú no deberías estar aquí! Maldita sea... -Braka se acercó al pequeño goblin y le puso una mano en su hombro. -Lo siento por ti. Al menos puedo verte y seguir vivo, pues por alguna razón estoy aquí sin haber muerto. Cuéntame amigo, ¿qué te pasó? -entonces se volvió hacia la mujer que llegó por vez segunda. -Necesito saber cómo conseguiste salir de aquí, cómo fue, qué hizo falta...y porqué estás aquí de nuevo después de disfrutar de una segunda oportunidad.

Riora tardo unos minutos en reaccionar, había vuelto a los Yermos, eso lo tenía claro, pero todo había ido demasiado rápido. vMiró a Braka y negó con la cabeza.

- Por un simple acto de libertad, es lo que tiene que los que se supone son aliados, solo vivan para joder. Cambiando de tema, fue cosa de brujerías, un colgante me permitió caminar entre los mundos rompiendo así un vínvulo vital que tenía con cierto sujeto, el resultado al final fué peor que el remedio. Ni puedo volver a hacerlo, ni puedo aportar nada en ese tema.

Finalmente se giró hacia Pispas.

- Quizá si tienes otra oportunidad, aprendas a analizar mejor la situación.

Doy unos pasos hacia Dacen.- Vaya, curioso sitio para volvernos a encontrar ¿eh?.- Muestro una sonrisa irónica mientras prosigo.- Al final parece que necesitabais vos más protección que vuestra señora ¿no es cierto?.- Acto seguido le sonrio amigablemente.- No me tengais en cuenta el comentario, es que morirme me pone de un humor de perros... ¿Y Talashia continúa su epopeya? Me alegra oirlo, por mucho que os sorprenda. Parecia una dama llena de recursos. Imagino por lo que decís que permanece oculta...

Suer... le estaba a punto de dar suerte, cuando empezo hablar con una orca que al parecer habia revivido. La escucho atento y resoplo desanimado al escuchar el metodo. El colgante lo tenias de antes o lo encontraste aca? pregunto interesado, queria volver para ayudar a Talashia.

Miro enojado a Palin cuando le hablo en un principio, pero luego relajo el rostro. Es una joven muy ionteligente, mas que yo por eso sigue en su epopeya. Me aparte un poco de su lado para conseguir un poco mas de ayuda pero ya vez como termine.

Desde mi lugar en aquel sitio vi volver a la Orca, sin duda tu sitio estaba aquí entre los muertos.

Y al escucharla relatar que su revivir fue debido al medallón, salieron de mí unas palabras que normalmente no hubiera pronunciado pero creo que se las debía.

Y no querías ponértelo, sin duda tu ignorancia te ha matado.

Volví a cruzarme de brazos escuchando las palabrerías de cada uno que estaba en el lugar. 

- Vi al monje y supo que era de los malos... sii aquella situacion no pintaba bien, algo me decia que tenia que poner a prueba mis conocimientos y percepcion pero no se que me paso (*) y recuerdo que se aparecieron figuras del pasado, porque estaba la princesa replica de la actual diciendo que veniamos del futuro, ahi me perdi...

Me despierto en otro lugar y me levanto tambaleante. Lo primero que oigo es el bozarrón del gran Braka Bagim, el Señor de la Guerra orco que conocí en La Ciudad del Agua.

¿Braka? ¿Que haces tu aquí? Lady Ela me dijo que seguías vivo. - Entonces me explica su extraño vínculo con el más allá. - La perdida de tus hermanos te ha unido a este reino, es una lástima pero al menos hay una cara conocida y de confianza con la que poder hablar. Eso si, me temo que ya no podremos tomarnos esa última cerveza, y lo siento. - Digo con tristeza mientras mis orejas se caen por la pena. - En cuanto a lo que me ocurrió, lo puedes ver aquí. - Digo señalando a Riora. - Si estoy aquí es debido a que esta cabeza hueca no piensa, sólo se preocupa de si misma y de nada más, y lo único que le importa es su orgullo y ser el centro de atención, igual que las adolescentes egocéntricas y alocadas. - Mi voz baja con tristeza – Había averiguado quien exterminó a mi clan y estaba luchando contra ellos junto a un buen grupo, un grupo unido hasta que llegó ella y se dedicó a insultar y provocar a todo el mundo, lo peor de todo es que no es una acólita del Enemigo, al menos no como ese. - Digo señalando a Z. - Ese es directamente un asesino y un “Servidor del Mal”, pero ella en su inconsciencia, es aún más peligrosa. Aún sabiendo que tengo una poderosa y útil habilidad contra los “Servidores del Mal”, que adquirí en La Nación de los Magos cuando os fuisteis todos, prefirió atacarme y morimos los dos ya que ella es portadora de una maldición que la vincula a quien le haga algo durante la noche, el primero fue Z, que como asesino que es intentó matarla, y el segundo he sido yo, que por mirar en su interior quedé vinculado. Por eso ellos llegaron juntos antes, y por eso ahora hemos llegado nosotros juntos. Cuando me canse de oír sus provocaciones y de ver como el resto del grupo se callaba y la dejaba hacer para que a mi no me pasara nada, le advertí que lo dejara, pero ella prefirió seguir y cuando la amenacé me ataco, yo la maté, ya que como guerrera deja mucho que desear, y al matarla yo morí también.

Después echo una ojeada a mi alrededor y saludo a Dacen y a Baesa con un gesto de la mano y con la mirada triste:

Me apena mucho veros aquí. La última vez que os vi ibais camino de los Montes Milenarios, junto a Lady Talashia, Maese Weispell y Ragkrul, el orco con sangre de gigante; en busca del Templo Milenario para buscar consejo y la forma de encontrar y unir a los elegidos. - Digo con tristeza y con algo de nostalgia. - ¿Cómo habéis acabado aquí? ¿Están bien Lady Talashia y Maese Weispell? Ha sido en combate o ha sido un asesino como Z.

Miro a los demás antes de continuar:

A Glardom y a Zorin los vi morir a manos de una Drémora mientras combatíamos contra el Enemigo y sus servidores en el exterior de la Torre del Hechicero Orion, que parece ser que es quien comanda los No Muertos que ya han asolado La Ciudad de la Tierra, La Nación de los Magos y La Ciudad del Fuego, aunque el castillo del Rey Cail todavía resiste. - Me giro hacia ellos y les hago una reverencia. - Lo siento mucho, no pude llegar a tiempo de salvaros.

Miro a Plandir antes de decir:

Lady Talashia os llamó “noble guerrero” en La Nación de los Magos, para mi eso es suficiente para al menos tener en consideración vuestras palabras y vuestros actos.

Finalmente me giro hacia Korina antes de decir:

Creo que vos caísteis en Las Tierras Sombrías, antes de mi llegada, aunque me temo que no tengo muchas referencias sobre vos. Por ahora os concederé el beneficio de la duda.

Finalmente me giro hacia Riora y me río:

Para ser alguien que dice que no le gusta la brujería, ni la magia, no dejas de hacer uso de ella, por lo que veo. Y por cierto, la situación estaba analizada perfectamente. - Digo con frialdad - Eres una carga para cualquier grupo, un incordio para los demás y si viviste tanto tiempo fue por que los demás no querían que yo sufriera por tu culpa, por eso cuando viste que todos nos íbamos a los Montes Milenarios, en lugar de irte a otro sitio, como llevabas cacareando desde hacía un rato nos acompañaste. Sabes que en cualquier otro grupo te matarían en cuanto abrieras la boca, por eso intentaste seguir molestando en un grupo en el que no te harían nada y por eso te lo advertí, yo no fui el primero en atacar, y tú me atacaste a sabiendas de que mi habilidad era muy útil contra los tipos como él. - Digo señalando a Z. - Pero lo único que te importa a ti eres tú misma y por eso querías morir, para que se volviera a cortar el vínculo que nos unía. Eres peor que los acólitos del Enemigo, al menos ellos creen en lo que hacen, tú sólo lo haces por estupidez y orgullo.

Me giro de nuevo hacia Braka antes de decir:

Por lo demás, tengo algo muy importante que comunicarte, y es algo de vital importancia. Ya hemos identificado a algunos de los asesinos y “Servidores del Mal” que pululan estos días por Umbría. El primero es Abaliv, el mago que conocimos en Ciudad del Agua; el segundo es su hermano Adaeric, que como Abaliv es un renegado de la Orden. Sospecho, y mucho, de Maxra, la gnoma que conocimos en la Nación de los Magos y que tanto empeño tenía en que todos nos fuéramos a La Ciudad del Agua, ya que hemos notado que cuando una ciudad se queda sin “heroes” es atacada por el ejercito de No Muertos, así es como descubrí a Abaliv, cuando me negué a irme de La Ciudad del Fuego e insistí en avisar a la Orden y al Rey. Por fortuna para mi, en ese momento tenía a mi lado a Sufur, un clon de Rufus que logró salvarme in extremis y teletransportarme a Las Tierras Sombrías, donde llegué a tiempo de luchar contra Orion y sus secuaces. Y por último, se que Adaeric iba acompañado por una tal Pia, lo que me hace sospechar también de ella, pero sin pruebas de ningún tipo.

Me giro hacia los demás, antes de decir:

Me importan poco vuestros problemas y vuestros objetivos. Pero sinceramente, creo que lo mejor que podemos hacer ahora mismo es poner en claro todo lo que sabemos o sospechamos, para ver si Braka, o algún otro si logra salir de aquí de alguna forma, pueda avisar a los que quedan en Umbría de quienes son los verdaderos enemigos. Estoy seguro de que entre todos podremos reducirlo y concretar nombres.

De repente, y sin que pueda tan siquiera despedirse, Pispantorín desaparece del reino de los muertos.

Riora miró a Z.

- ¿Mi estupidez? Fuiste tu el que me dió la gran idea de usar el colgante, cosa que jamás hubiera hecho en otra situación, tu mismo firmaste tu sentencia de muerte, yo solo tuve que vociferar a los cuatro vientos que eres un sucio asesino. Pero, si, ahora me arrepiento teniendo en cuenta como se me pagó el entregar al matarife que se cargó a Korina.

Riora escuchó al trasgo negando con la cabeza y sonriendo.

- Veo que pese a estar muerto conservas to don para tergiversar la verdad a tu antojo, es más creo que hasta tu mismo te crees las sandeces que sueltas. Bien sabes que si Gys hubiera entregado lo que no le pertenecía no hubiera tenido necesidad de amenazar para que se me diera lo que era mio. Tu en lugar de aconsejarle, pese a saber que era cierto y procurar un entendimiento, solo despotricaste, empezaste a dártelas de importante con el "No te atacan por que no me quieren muerto". Aprende quienes son tus enemigos, y no te enfrentes a quien ya ha estado en los Yermos. Todo lo demás, vejaciones, y ataques, solo reparábais en mis formas que distan mucho de las furcias que visten falda y se exponen como mercancia para que un burgués adinerado las compren. Hablas de luchar contra el mal, pero solo luchabas contra ti mismo, parece que te crees muy listo, pero lo único que has hecho ha sido suicidarte. No tu no atacaste primero, pero tendrías que saber que prefiero la muerte a la esclavitud. Y con un grupo que simplemente tiene intención de humillarme, mientras se besan el culo unos a otros, no me arrepiento de lo que hice, y lo volvería a hacer. Sois peores que los agentes del mal, ellos almenos no se llenan la boca con la justicia o hacer el bien para luego marginar a quien no les sigue el juego. Si en lugar de decir, "Si escucharas a los demás sabrías donde está Braka" me lo hubieras dicho de buenas a primeras, no os hubiera seguido, hablas de mi como una rata, pero tu no eres más que una cucaracha.

Riora se alejó del grupo que había allí formado y se tumbó con las manos tras la nuca, no podía hacer nada, casi añoraba la época en la que debía huir de los cazarrecompensas.