Partida Rol por web

El orco soltó una larga y muy sonora carcajada tras las palabras del goblin, y tardó un rato en recomponerse. -¿Pero tú me has visto bien? ¡Destripé a mi padre con mis propias manos para hacerme con el liderazgo del clan! Remordimientos dice...¿quién es el tonto? Te recuerdo que tu "compañera" como la llamas soltó las palabras "El Mal Supremo triunfará" o algo parecido al morir...así que ya debes ser bastante tonto para no saber nada de lo que te rodea. Al menos eres consciente de lo que ya dijiste: que tienes esa tendencia maligna en tu interior. Dime...con lo poco que sabes, ¿cómo sabes que esa influencia maligna de tu interior no te poseería llegado el momento clave? Es obvio que no podemos arriesgarnos. Además, ¿de qué te quejas? Milyia suelta eso al morir y tú te abalanzas sobre Raehnmi para vengarla...y dices que no sabes nada del Mal Supremo. Bah... -entonces el gran orco se alejó del goblin dándole la espalda y negando con la cabeza.

Estaba escuchando la conversación entre el recién llegado y el Orco, Y caí en la cuenta de que o el orco estaba dando información falsa o aquí me faltaba gente muerta.

Perdonad que os interrumpa, has dicho que su compañera había muerto, pues yo no la veo por ningún lado. 

-Sí...y no es la única. He destrozado a Abaliv, el paladín renegado, y su cuerpo desapareció ante nuestros ojos. Además el mismo Mano Larga murió una vez antes de ésta, cayó a un río de lava encerrado en una caja. ¿Alguien podría sobrevivir a eso? No, pero tuvimos que matar al goblin aquí presente en combate, tiempo después de lo de la caja. Demasiadas cosas sin explicación...Hachazos, gritos, sangre, muerte, victoria, conquista...¡Hay demasiadas cosas fáciles de entender para andarse con tanta confusión! -el orco gritó hacia los cielos del Reino de los Muertos, indignado, como quejándose ante alguna entidad omnipresente y todopoderosa...sin entender él mismo lo que hacía.

Uriel apareció de nuevo ante vosotros.

Aquí no vienen todos los fallecidos, tan solo las almas errantes, aquellas que creen que no han acabado su cometido en el mundo y se aferran desesperadamente a la vida.

No es habitual que pase esto, pero una gran batalla está a punto de librarse y eso hace que la magia flote en el ambiente.

Ah, la magia, tan poderosa y a la vez tan desconocida...

Riora se había mantenido en silencio, cabizbaja sin ningún halo de esperanza, ni la llegada de Mano Larga hizo que su interés o su determinación afloraran. Continuaba sentada, encogida cuando Uriel de nuevo apareció, y de nuevo la sangre si esque aún corría por su cuerpo o alma, o lo que fuera que conservaba en ese lugar empezó a hervirle.

- No dudo que aquí Braka es igual al maldito goblin que me dió muerte, os llenais la boca con vuestra lucha con el mal supremo pero no sois más que déspotas que no dudan en quitar de enmedio a quienes no son de vuestro agrado. ¡Sois basura! ¡Y tu, Uriel! Prometiste una segunda oportunidad, una prueba o un juego o como te plazca decirlo para recobrar nuestras vidas... Y yo pregunto... ¿¡Donde está esa segunda oportunidad!? Tengo claro que los diablos no cumplen con su palabra, pero... ¿Ni siquiera la palabra venganza te dice nada? Si tanto te gustan los juegos, deberías encontrar interesante la posibilidad de ver hasta donde pueden llegar las ganas de perseverar de un mortal, más aún cuando pretende aceptar el juego en el que se ha visto involucrado pese a no desearlo.  Así que Uriel, dame la oportunidad de hacer pagar a los que me han metido en esto el precio conveniente, y si, tu estás en la lista, !Pero antes de ocuparme de ti hay otros que deben sentir mi ira!

Me encogí de hombros. -Ciertamente después de que Abaliv dijera que estas en el lado de los malignos tu carácter a cambiado Braka. Sobre mi condición. Si lo se es porque Milyia me lo dijo. La única que no tenia miedo a decir lo que pensaba por eso me agradaba. Que importa lo que ella quisiera, eso no implica que yo vaya a hacer lo mismo. Es mas e estado luchando contra ese deseo de mi cuerpo desde que lo supe. Y no se mucho mas al respecto. Ademas tu mismo has dicho que cuando esto termine acabaras con los humanos, porque no te agradan. ¿Eso no es ser maligno?-¡Toma ya boca de calamar!

-Y por cierto, te repito que yo no morí en la tierra de los enanos. Su dios me dio una oportunidad expulsandome de allí, porque sabia que no había echo mal. Y así acabe en ese lugar desolado donde tu amiga oscura mato a mi compañera sin miramientos y vosotros quisisteis mi muerte, después de insultarme claro, tenéis una mala costumbre de insultar. Esa es la verdad pero que importa, seguramente ni me creas...

En ese momento mis orejas se agudizaron al escuchar al angel y la mujer que hablaba con ella.
-¿Una segunda oportunidad? Que tengo que hacer.-¿Poder salir de aqui? Esa si que era una buena noticia.

Por todas las victorias...¿es que no podéis quedaros muertos? Una cosa sí es cierta: Abaliv es todo un elocuente, casi me hace plantearme a mí mismo mi propia identidad...¿pero sabes qué, Mano Larga? Solo tuve que recordar la desaparición de mi clan a manos de una sierva del Mal como tú, Abaliv, Milyia y otros, para recordar quién soy y porqué hago lo que hago. Y sí, cuando esto acabe volcaré mis esfuerzos en conquistar las ciudades humanas, por supuesto que no soy ningún paladín de pacotilla, pero antes necesito recuperar a los míos, y antes me vengaré de ese Mal Supremo...Y en cuanto a tu amiga muerta, ¿ser una sierva del Mal totalmente devota y acompañarnos con bastante silencio como lo hizo en el reino de los enanos, eso es no tener miedo a decir lo que pensaba? No, era una cobarde, como tú y tantos otros. ¿O acaso nos dijiste en algún momento la verdad? No, negaste ser siervo del Mal, cuando en realidad llevas su mácula en tu interior por mucho que te resistas. No lo intentes goblin, tu elocuencia deja mucho que desear. -dijo sonriendo ampliamente.

-No me considero siervo del mal, por el simple echo de que tu o ella lo dijera. Yo no mate a nadie nunca. Nunca mentí y nunca lo haré. Lo siento si no lo comprendes pero eso lo que hay Braka. ¿O acaso por tener una marca de nacimiento ya estoy condenado? Si se ve que sois muy elocuente.-tonterías y mas tonterías, esperaba mas saber que decía el ángel que seguir escuchando al orco, que ni siquiera nos ponía en situación de lo que pasaba fuera, de que servia tener un contacto con los vivos si este hablaba mas de su pasado que del presente.

Riora se puso en pie miró a Braka un instante con algo más que asco reflejado en su rostro y se acercóa a Mano Larga.

-Ni lo intentes, si es como los demás defensores del bien todopoderoso y sagrado, el viejo chiflado en otras palabras, no tienes nada que hacer. La primera vez que pisé este lugar fue para dar muerte a un asesino, cuando volví y traté de recuperar las pertenencias que habían sustraido a mi cuerpo sin vida, solo recibí amenazas. Estaba ligado a uno de ellos, al goblin, cuando no soportaba más el yugo al que me sometían decidí acabar con todo, yo moriría, pero mi esclavista también, no contaba con que su viaje durara tan poco. Como ves son unos perfectos hipócritas, hablan mucho del bien pero pasan a cuchillo a quienes les conviene, dejando a un lado los puntos en común del sujeto para cebarse en lo que no es de su agrado. Bien supremo... Como encuentre a vuestros muertos me mearé en ellos, si es que este estado me lo permite.

>> Ya estoy harta, si al diablo no le interesa hacer nada lo haré por mi misma, si Braka ha tendido un puente entre los mundos, y yo misma fui capaz de atravesar uno, apuesto a que hay otros en algún lugar. Voy a encontrarlos y llevaré a cabo mi venganza.

Dicho esto se alejó de los presentes con paso resuelto, buscaría uno de esos puentes, no... Encontraría uno de esos puentes, tarde o temprano, y si tardaba siglos daría caza a los descendientes de los que la habían llevado a esta situación, al fin y al cabo, la sangre derramada sería la misma.

La situación podía mejorar, o eso había indicado el tal Uriel. Trago mi ira y espero a que nos indique que gestas debemos superar para poder retornar al mundo de los vivos.

Aunque tarde, reparo en Mano Larga, mi antiguo (aunque breve) compañero. Me acerco a él y le dedico una breve sonrisa.- Hola Mano Larga, siento que tú también hayas fallecido. Estaba ensimismado en mis pensamientos y no te he dicho nada ¿qué es lo que te pasó?

Asentí y con razón a todo lo dicho por esa mujer, hasta el momento que se marcho. ¿Como que puentes entre los dos mundos? ¿Se podía encontrar algo así? -Esper...-Alce la garra aun sentado cuando una voz conocida llego a mis puntiagudas orejas. Era Plandir ni mas ni menos.

-¿Vaya caperuzo que haces aquí? A cierto me dijeron que moriste.-La verdad es que hasta ahora no había reparado en él, de echo en nadie de los presentes, aunque era a él, al único que conocía realmente.

Me levante para saludarle y repare en que la mujer ya estaba lejos.
-Vamos a seguirla Plandir, puede que encuentre como salir de aquí y de paso me cuentas como acabaste aquí, con el resto de los callados.-Le estire del extremo de su capa mientras señalaba a Riora. si se tenia que buscar algo en concreto yo también buscaría.

Sin nada mejor que hacer, y habiendo desaparecido Uriel, me pongo en marcha dispuesto a acompañar a Mano Larga, la única cara amigable conocida de por aqui.- ¿Estás seguro, pequeñajo? No es alguien muy sociable, la verdad...Aunque tampoco tenemos nada mejor que hacer. Muy bien, vamos tras ella, a ver si damos con uno de esos puentes y logramos salir de aqui.- Luego miro con resignación al goblin.- ¿Preguntas como morí? Pues me salieron al paso desde un portal dos caballeros oscuros, y basicamente me partieron en dos. Fin de la historia ¿y a ti, que te pasó?.- De pronto me detengo un momento y me giro a los que quedan atras.- ¡Baesa! ¿Deseas acompañarnos? Sería un poco como en los "viejos tiempos".- Y dedico a la curandera una sonrisa.

Ragkrul llega al Reino de los muertos...

-Ragkrul...imagino que habrás caído a manos del legendario guerrero del Valle de la Desolación...si es así dime, ¿ha merecido la pena? Sea como sea vamos a echar en falta tu hacha en el combate final.

Abro los ojos. Braka. Niego con la cabeza.

-El mal, fue el que me derribó. La abominación conocida como Abaliv y sus secuaces aparecieron antes de que pudiese siquiera iniciar el combate. Y para mi desgracia, el infecto logró esquivar el que hubiese sido el golpe mortal contra él.

Hago una pausa, contemplando dónde me encuentro y buscando mis pertenencias de manera vana. Obsevo mi cuerpo, esforzándome por recordar o percibir si algo ha cambiado. La otra vida difiere mucho de lo que esperaba, pero quién sabe qué podría ocurrir ahora. Esperaba al menos ver a la Muerte.

-Dacen estaba con él, así como una tal Vadia. -Sigo hablando, sin otra cosa que hacer. Y entonces hecho a reir con fuerza. -Abaliv usó magia para derribarme, ojalá hubieras podido ver el rostro de sorpresa que puso al ver que volví a levantarme en lo que él esperaba era un impacto mortal. ¿Qué te ocurrió a ti?

Baesa estaba en un rincon sola sin hablar con nadie, no le quedaban ya lagrimas para dar rienda suelta a su tristeza y soledad, no tenia ganas de nada, quiza era asi como era la muerte pensaba ella, un lugar donde nadie se acuerda de ti y la nada impera, hasta que de repente, alguien grita su nombre, mira al origen de la voz y se levanta mirando de donde procede lentamente, y entonces, se da cuenta de que es Plandir. Camina hacia el como mareada, parece como perdida, y cuando le oye, le dice - ire contigo, pero a donde? aqui no hay ningun sitio a donde ir...

Al escuchar una nueva voz, me fijo en el resto de gente que hay aquí, reconociendo a algunos y en absoluto a otros.

-Baesa, sabed que vuestro cuerpo descansa en vuestra tierra de origen. No pensé que tendría oportunidad de decíroslo, pero tuvisteis un entierro digno de un guerrero. -Lo que no digo es lo que eso significa para mí. Un agujero cavado como se puede, tierra encima y pocas palabras de consuelo, la mayoría solo pensadas.

Braka sonrió con las palabras del otro orco. -Creo haberlo dicho en varias ocasiones, de todos modos lo diré una vez más: tengo la facultad de estar aquí en parte mientras sigo vivo. Entonces Dacen nos ha traicionado...Y esa tal Vadia...creo que fue ella la bruja que destruyó mi hogar...Sea como sea todos caerán.

Unas palabras de consuelo hacen brotas lagrimas de nuevo a Baesa, se gira y escucha el sonido del agua fresca en el desierto, sus ojos azules turquesas cristalinos se topan con los de una cara entrañable y amistosa, la de su amigo Ragkrul y rompe a llorar de forma sonora, tras acercarse al orco, sus lagrimas se deslizan por su rostro, desde el lacrimal contorneando su encantadora pero ahora palida mejilla, y recorriendo el ultimo tramo de su vida hasta la barbilla donde desaparece, abraza al orco lanzandose a sus brazos, luego, se separa - gracias Ragkrul, deseaba saber como fue mi final... creo que ahora descansare en paz a pesar de todo lo que hemos pasado... - despues se da la vuelta y se aleja caminando hasta desaparecer, una ultima mirada en Plandir con una sonrisa y la niebla la engulle.

Mano Larga desaparece del reino de los muertos...