Partida Rol por web

No tenía idea de cuando era que pensará usar esa poción Pia. Lo que sí sabía era que estábamos en una batalla y que ella estaba herida, esperaba verla mejor luego de que se tomará esa poción. Afortunadamente así fue. Restaba ver al otro héroe caído, pero me pareció que eramos multitud. 

- Que alguien se quede con él, los demás, quienes estén en condiciones de batallar que lo hagan! - me dirigí hacía afuera, a la entrada del castillo.

Hacha en mano, estábamos rodeados de muertos vivientes, pero yo solo ataque a uno que estaba cerca y me retiré hacía atrás para volver a hacerlo sí hacía falta. Y vaya que sí hace falta....

Un espíritu aparece ante vosotros.

Hola, luchadores en pos del Bien, os deseo suerte en esta batalla que se avecina. Soy Daryia, una de las antiguas elegidas. Ante la cercanía del regreso del Mal Supremo, todo está en desequilibrio y hasta los viejos espíritus como nosotros andamos perdidos, sin rumbo, vagando por lo que un día llamamos hogar. Poco mas puedo hacer que dedicaros unas palabras pero lo he sentido, todos lo hemos sentido: Vuestra falta de unidad.

El Bien Supremo no escoge a los elegidos al azar. Alguien puede creer que no es digno por ser un pendenciero o por solo buscar venganza pero quizás ese sentimiento de venganza, ese anhelo por destruir al Mal, es lo que ha movido al Bien Supremo a escogerle, quien sabe. En todo caso, los elegidos deben estar unidos para triunfar y deben defender a los demás. No son superiores al resto, no están por encima de nadie, sirven a un fin mayor y solo unidos triunfaran.

Un elegido no es eterno, si alguien se desviase de su camino... el Bien Supremo tomaría cartas en el asunto. Al igual que os ha otorgado el poder, puede quitároslo, pues un elegido que se desvía de su camino, y de su propósito, puede resultar mas peligroso que un servidor del Mal Supremo.

No puedo hacer mas que deciros esto. Espero recordéis mis palabras o, de lo contrario, perderéis esta guerra...

Y, acto seguido, despareció.

Hay varios frentes abiertos y todos son importantes para ganar la batalla, o por lo menos, para sacar algo de ventaja ante el Mal Supremo.

Las Máquinas de Asedio: Las máquinas de asedio están tomadas por un grupo de enemigos en las afueras del castillo. Los enemigos las resguardan y hasta ahora, ningún hombre o soldado ha podido vencerles. Se dice que tienen entre sus filas a uno de los acólitos del Mal Supremo y que con su mágia ha podido detenerlos a todos.

El Lugarteniente Secuestrado: Uno de los mejores hombres del Rey Cail ha caído en una emboscada con el enemigo y ha sido secuestrado. La prioridad es rescatarle para que la batalla vuelva a los cauces naturales.  Es un hombre indispensable para ganar esta batalla.

Los Espías del Enemigo: Hay varios espías enemigos entre las filas del Rey Cail. Es importante encontrarles y destruirles antes de que sabotenen algo dentro del castillo o sigan pasando información al enemigo.

Son tres misiones secundarias que podréis realizar para ganar algunos bonos en la batalla final, si las completáis correctamente, claro está. El sistema para completarlas es sencillo, cada uno de vosotros elige, si quiere, claro que no es una obligación, una de las misiones. Cada una de ellas tiene su dificultad para completarla y entre más seáis más fácil será su resolución.

Una vez cada uno haya elegido una misión, hará en ese mismo post tres tiradas ocultas ( si no son ocultas no se contarán ) a saber: Una tirada de Iniciativa, una tirada de Ataque y una tirada de Inteligencia. Estás tiradas serán comparadas con una dificultad secreta de cada misión y si se supera, la misión será cumplida al 100%. Claro que las misiones tienen sus riesgos, y podéis negaros a realizarlas, sin embargo, la resolución de cada misión contiene premios personales y grupales, para la batalla contra el Mal Supremo.

Pero tiene un límite de tiempo.

Tenéis hasta el Viernes a las 23:59 para realizar la selección de misión y las tiradas. El sábado tendréis la resoloción de las mismas.

¡Así que, a discutir y a elegir misiones!

NdM: Cabe aclarar que completar las tres misiones al 100% equivale a un GRAN premio :D

- Antes que os lancéis a atacar, tenemos varios frentes que atender. La entrada del castillo, por ahora, está bien defendida, sin embargo, hay otros problemas que deberemos de resolver antes de que la lucha se decida. - Dijo el Rey. - Necesitamos vuestra ayuda para ello. -

-Padre, conozco el castillo y a sus habitantes, me quedaré para comprobar que nadie nos está saboteando.- La joven se separó del cálido brazo de su padre.- Si alguno de los otros elegidos decide acompañarme, creo que es nuestra mejor opción, antes que lanzarnos al campo de batalla.

Iba a seguir atacando, pero resultaba obvio para mí que no tenía lugar en ese entierro. Me retiro de la entrada, pero antes noto el espíritu, por lo visto Pispas puede perder sus poderes, tal vez eso le ocurrió, solo espero que los recobre y pronto.

Cuando ya estoy adentro con los demás, el Rey habla, parece que sigue necesitando de nuestra ayuda, es probable que no pueda hacer nada solo, eso demuestra que no importa que posición social tengas, solo eres un hombre.

- Aunque estoy a favor de la unidad, para ganar esta guerra debemos hacer pequeños grupos y abarcarlo todo. Por ello yo iré  a por las maquinas de asedio. Y demás esta decir que quien quiera acompañarme esta más que invitad@ - 

La aparición del espíritu de la antigua elegida del agua me sorprende, ya que mi atención se encuentra centrada en Pispas y su reciente desvanecimiento. Asiento a sus palabras, es algo que tenía claro, ahora espero que el resto haga caso de lo que ha dicho, y formemos el grupo cohesionado que debemos ser, si en verdad queremos vencer al mal supremo.

Gracias por aparecer y aconsejarnos Daryia – murmuro al verla desaparecer ante nuestros ojos.

Tras eso, el rey Cail nos informa de los diferentes frentes que tiene abiertos, escucho y pienso en cual puede ser nuestra mejor opción para lograr los tres objetivos y poder levantar el asedio, Me paso la mano por la barbilla y me decido a hablar con un plan en mi cabeza.

- Lo primero es valorar quienes pueden tener más opciones de conseguir los objetivos. Yo os propongo mi idea, y podemos discutirla si consideráis que puede mejorarse. Creo que ahora mismo, las dos personas que deberían encargarse de los espías del enemigo deben ser Pía, Palandras, ella como experta en el arte del latrocinio creo que puede averiguar con mas facilidad quien puede ser un espía y cuenta con un buen guerrero como es Palandras para garantizar su seguridad y acabar con ellos, si el asunto se complica en exceso.Para el lugarteniente secuestrado había pensado en ti Rendam junto con Talashia, Maxra y Manfrost, eres el protector de una elegida y puede que de una futura elegida, y creo que contigo estarán más protegidas, que si cada uno se encuentra cumpliendo una misión diferente. Me imagino que si el hombre del rey ve que eres tú quien le va a rescatar confíe más que si vamos unos desconocidos. Y por último para las maquinas de asedio - miro a Ela antes de seguir - Pispas, Rufus, Cassandra, Ela y yo. Creo que yendo dos elegidos con su protectora tenemos muchas más posibilidades de acabar con las maquinas y con el acólito. Espero vuestras opiniones.

Poco a poco la consciencia vuelve a mi, y me encuentro caído en el suelo, con varios de mis compañeros a mi alrededor. Sacudo la cabeza, mareado mientras mi cuerpo parece empezar a reaccionar a los estímulos externos, a pesar de lo cual lo hace de forma lenta y progresiva.

¿Que cojones ha pasado? - Pregunto arrastrando las palabras - ¿Porqué estoy en el suelo? - Me levanto rápidamente y al hacerlo trastabillo y casi me caigo, mis movimientos son torpes y vacilantes. - Creo que estoy mareado, muy mareado, y eso que no he podido beber una cerveza decente en días. Aunque, por alguna extraña razón, creo que mi conexión con toda esta mierda de ser un Elegido y mi Elemento ha aumentado de alguna forma.

Cuando me despierto el Rey Cail está explicando la comprometida situación de la Ciudad, los diferentes frentes de batalla a los que se enfrentan los defensores y los problemas que hay, si bien no estoy en condiciones para pelear, si que no tengo problemas para escuchar.

En estos momentos la Ciudad de Fuego se encuentra inmersa en cuatro frentes de batalla en los que podemos ayudar: Defender el Castillo, liberar las máquinas de asedio de la Ciudad de las manos del Enemigo, liberar a uno de los mejores hombres del Rey y buscar espías dentro de la propia Ciudad, que son los que están boicoteando la Ciudad desde el interior.

Cuando el Rey termina su exposición, ya estoy en condiciones de poder moverme, por lo que comienzo a andar en dirección a Pia, manteniendo las manos lejos de las armas.

Debemos decidir como actuar. Pero lo primero es lo primero. - Digo con mi habitual voz aguda. - Lady Pia Lanis, lamento profundamente el haberla juzgado de forma erronea. - Hago una profunda reverencia antes de seguir. - Me he equivocado al juzgaros tanto por vuestras compañías como por los actos de terceras partes. Os ruego que me disculpéis. Eso sí, espero que sepáis comprender que si pierdo algo, os preguntaré a vos en primer lugar.

Después me acerco a Ela y al llegar a su altura comienzo a posar todas mis cosas en el suelo del Salón del Trono. Finalmente me quito la armadura metálica que llevo puesta y la deposito pieza a pieza, con sumo cuidado a sus pies. Al finalizar, tras alisar y colocar de la mejor forma que puedo, los harapos y la ropa raída que tengo, hago una reverencia y digo:

Lady Ela, sois tanto mi protectora como mi guía por el buen camino. Y tengo la sensación de que eso ha atraído hacia vos la indeseada atención de cuantos enemigos y monstruos nos hemos ido encontrando. Esta armadura que os entrego, recuerdo de nuestra visita a la Torre del anciano Fladnag, es mucho mejor que la de Cuero que llevais y os servirá de ayuda en el combate que se avecina. - Termino con una breve reverencia y me pongo la Armadura de Cuero que llevo entre mis cosas para no quedar completamente desprotegido.

Después de recuperar todas mis cosas, y de comprobarlas para estar seguro de que no me falta nada, me giro hacia los demás antes de decir:

El Rey ha dicho que la defensa del Castillo está asegurada. De los tres frentes se que sólo voy a ser útil en los dos primeros. - Me encojo de hombros. - Yo soy un Guardián de la Caravana, sólo se pelear. Lo de buscar espías lo deberíais hacer aquellos que sois más listos que este puto goblin, ya que yo sólo sirvo para patear culos y romper cabezas.

Escucho las diferentes propuestas para dividirnos antes de decir:

Personalmente me es indiferente, tanto el ir a liberar las máquinas de asedio, como el ir a liberar al oficial prisionero. - Digo encogiéndome de hombros - De todas formas, tengo la sospecha de que el mago que dirige a las tropas del Puto Malsu que están vigilando a las máquinas de asedio, va a ser el puto cornudo de Orion, que se nos escapó por las plumas de Sufur en la Torre de Fladnag, y me gustaría ir a presentarle mis respetos. Pero antes...

Me pongo en una postura erguida, relajado, con los brazos estirados a lo largo del cuerpo con los manos abiertas. Cerrando los ojos, agacho la cabeza mientras mis orejas se estiran hacia atrás y, apretando los puños, comienzo a respirar de forma lenta, mucho más lenta, hasta que es casi imperceptible. Poco a poco las piedras que forman mi escudo de roca van acelerando hasta convertirse en un borrón a mi alrededor, un borrón que parece atraer todo el polvo que hay a mi alrededor, formando una pequeña nube que gira a gran velocidad.

Levanto la cabeza poco a poco y abro los ojos, unos ojos que ahora brillan con una luz blanca y refulgente. Con un grito me agacho y lanzo una serie de 11 puñetazos contra el suelo. Con el impacto de cada puñetazo el suelo a mi alrededor se agrieta, las baldosas se rompen y los cascotes se levantan del suelo levitando y formando una espesa nube a mi alrededor.

Después, mediante una serie de puñetazos y patadas hechos desde mi posición sin moverme del sitio, voy señalando a todos mis compañeros, desde Cassandra a Talashia. Según lanzo cada golpe, la nube que hay a mi alrededor se va disgregando y se ve proyectada hacia cada uno de ellos, cuando parece que los cascotes los van a golpear de forma irremediable, estos cambian su trayectoria y comienzan a girar en torno a ellos, de forma aleatoria al principio, de forma más coherente según pasan los segundos, hasta que lo hacen de forma similar a como gira a mi alrededor mi propio escudo de piedra.

Cuando termino, vuelvo a quedarme quieto, con los ojos cerrados y la cabeza agachada, para poder calmar mi respiración, y recuperar la compostura. Cuando lo hago, levanto la cabeza y abro los ojos, que vuelven a ser normales.

Espero que esto nos sea de utilidad en este día para nuestras misiones. - Digo con una débil sonrisa mientras me tambaleo un poco por el esfuerzo, por lo que busco el apoyo de una columna donde me apoyo para descansar y recuperar fuerzas.

Sonreí aliviado al ver a Pispas levantarse, al parecer recuperado. Su truquito del escudo me coge por sorpresa pero es bien recibido. -Gracias amigo verdoso.

Las palabras de Gys me cogieron un poco por sorpresa, pues no esperaba que me dejara fuera del grupo. Me sentó como una patada en el culo pero no dije nada, agradeciendo que mi rostro estuviera oculto por mi máscara. -Si ese es el cometido que tenéis pensado para mi, lo llevaré a cabo. -dije sin inmutarme, cogiendo mi lanza en mis manos y mirando a Pia. -Cuando quieras ratera. Tu dime quienes son que yo les saco la verdad a golpes. -Quería la sangre de mis enemigos... quería verlos a todos muertos bajo el filo de mi lanza.

Me cruzo de brazos mientras escucho las palabras de Gys. Tuerzo el gesto pero asiento levemente. - Umh, tienes razón, Gys. Talashia, Maxra, Manfrost... acompañadme a rescatar al lugarteniente de Cail, por favor. Es cierto que no dudará si ve que somos nosotros los que vamos a ayudarle. -

Veo como se desenvuelven los acontecimientos de los últimos minutos. Al parecer antes de la lucha quedan muchas cosas por resolver que serán tan importantes, o incluso más, que la propia batalla final. Una antigua elegida ha venido a aconsejarnos, pero no tengo muy claro por qué opción decidirme y aún estoy ligeramente preocupada por pispas cuando cada uno comenta repartir al grupo como buenamente le apetece. Casi estoy a punto de protestar, sin embargo ese es el momento que elige el verdoso para recuperarse. Involuntariamente una sonrisa viene a mi boca, que trato de disimular al ver que realmente se dirige hacia mí. Insegura de sus decisiones, me quedo con la espalda pegada a la pared y claramente alerta hasta que abre la boca. Sus palabras me crean un evidente regocijo, me he ganado el título de lady e incluso se inclina educadamente ante mí. Finalmente hace un comentario acerca de la desaparición de sus cosas que me vuelve a arrancar una sonrisa que ya no soy a disimular.

- Quedas disculpado, amigo. Aunque te lo dijera en numerosas ocasiones parece que por fin has dado tu brazo a torcer.- Después escucho las palabras de Gys que, aunque con cierta lógica no me dejan satisfecha. - Lamento ser yo la que se oponga entonces, Palandras. No me parece que el reparto de gente en esta ocasión sea equitativo ni voy a alejarme en compañía de una única persona a la que aún no tengo encasillada con seguridad. Estaría más preocupada de mí misma que de la propia misión, y eso no ayudaría a nadie. Es más, parece que Lady Talashia está dispuesta a ayudar en mi tarea, y su conocimiento de las gentes del lugar y su rango nos daría cierta movilidad y posibilidad de hablar con la gente que, sin duda, no estará tan dispuesta a hacerlo con desconocidos. - Me quedo en silencio unos segundos mirando al resto de mis compañeros y añado al fin - No tengo problema ninguno en involucrarme en esta misión siempre y cuando seamos tres en el grupo, Lady talashia que ya ha elegido, mi propia persona, y un tercero que puede ser este... tipo -Lo miro de arriba a abajo - tan grosero que osa llamarme ratera en público sin que haya tenido noticia de mis robos en ningún momento.

-Yo no insulto, defino. -dije con simplicidad. La idea e ir con Talashia y esa tía no me hacía la más mínima gracia. -Rendam tiene que ir con su protegida. Si la... -la palabra "niñata" murió en mi boca. -...elegida del fuego elige ir contigo, Rendam os acompañará. -miré entonces a Ela, buscando consejo. -¿Tu que dices Ela?

Hago un gesto de reconocimiento hacia Pia antes sus palabras antes de decir:

Lo siento, Lady Pia, pero yo sólo me fío de aquellos que me han demostrado su integridad y de aquellos a los que leo su interior y veo que está limpio, o más o menos limpio. - Digo encogiéndome de hombros y sonriendo.

Sonrío en respuesta, quitando importancia con la mano a las palabras de Pispantorín. Al final iba a caerme bien el tipo verde. Era bruto como comer piedras... pero oigan, cada uno con sus gustos.

-No necesito la protección constante de nadie, he llegado hasta este punto por mi cuenta, Rendam puede tomar la labor con la que se sienta más comodo. No quita que le esté agradecida por el papel que ha desempeñado y las funciones que tendrá en el combate que habrá. Pero para estas tareas, no creo que necesite su vigilancia.- Miro con desdén a los que ya han hablado. Era obvió que pensaban más con los músculos que con el cerebro.- Por otro lado, deberíamos asignar más recursos a las misiones más importantes, bajo mi criterio, el contraespionaje y recuperar las máquinas de asedio. Recuperar a un secuestrado es algo noble, pero dudo que el Lugarteniente Ryan* sea indispensable. Además, ya he visto como cada vez que se intenta salvar a alguien, hay más perdidas que ganancias. Por mi parte estoy satisfecha de trabajar con Pia en una tarea que requiere más maña que fuerza. Además, podremos conocernos tomando el té con algunos de los interrogados.- Comento mientras le dedico una sonrisa a la aludida.

- Mi idea era una posibilidad de las varias que podíamos barajar, por eso os pedía vuestra opinión, lo importante es trazar un buen plan de actuación aunque tardemos un poco más. Solicitaste tener alguien más en tu grupo Pía, y se que confías en Maxra, si Rendam al final decide no acompañar a Talashia y Maxra acepta el ayudaros ¿estarías de acuerdo a que ella os acompañase a ambas? - pregunto a la ladrona - Si aceptáis y el resto esta de acuerdo, con eso quedaría una misión cerrada y nos quedarían las otras dos para ir decidiendo quien ira a cada una de ellas.

- Agradezco tu ofrecimiento Gys, pero habría que tener en cuenta lo que ella quiera también. - Digo agradeciendo las palabras amables de aquel hombre - Por mi parte estaré encantada de acompañar a Lady Talashia en la misión que nos acontece. Espero que sepamos desempeñar nuestra función adecuadamente. - Respondo mientras miro a la chica que me ha sonreído hace apenas unos segundos.