Partida Rol por web

Estoy demasiado mareado y cansado para poder pensar con claridad. - Digo sin separarme de la columna. - Yo iré a donde me digáis y mataré a quien se ponga por el medio, pero hoy no me pidáis mucho más.

-Gys tus directrices siempre nos han traído triunfo, pero considérame entre los que van al asedio, porque no tengo intención de cambiar de opinión. Sobre todo porque estoy por demás confiada de que Pia y Talashia con quien deseen ir están más que capacitadas para el trabajo de espionaje - luego respondo a cuanto Rendam dijo - te agradezco, pero considera a quienes tengan más empatía para los actos heroicos -  señalo a Cassandra Evert. 

De la idea inicial cada vez queda menos, pero tal como es el agua toca adaptarse y amoldarse a cualquier situación que se de. Maxra parece estar decidida a lanzarse contra las máquinas de asedio, por lo que seguimos sin poder cerrar ninguna misión. Echo un vistazo a mi alrededor, casi todos los que nos encontramos en la sala somos guerreros, salvo nuestro compañero pato Rufus, que sinceramente aún no se ni como catalogarlo ni de lo que puede llegar a ser capaz de hacer.

- Entiendo que nada de lo que digamos o hagamos te va a quitar la idea de ir a destruir las máquinas de asedio - respondo a las palabras de Maxra y me quedo mirando al pato - Rufus, se que llevas con Pispas desde el principio, pero ¿Estarías dispuesto a ayudar a Talashia y a Pia en su búsqueda de los espías y dejar por unas horas al bueno de verdosín? Creo que puedes ser más útil en esa misión que el resto de nosotros. 

- Para el resto de misiones quedamos ocho, dos grupos de cuatro me parece apropiado ya que nos vamos a internar en las lineas enemigas, y vamos a necesitar bastante fuerza para poder entrar y salir con ciertas garantías de éxito. Maxra ha elegido las máquinas de asedio, Rendam ira a rescatar al hombre de confianza del rey Cail. Cuento con que Cassandra y Manfred vayan cada uno a una misión diferente, por lo que nos queda decidir que dos van al grupo de las máquinas y que dos van a ayudar a Rendam a rescatar al lugarteniente - termino diciendo mirando a Pispas, Palandras y Ela.
 

Parece que el susto que nos ha dado Pispas acaba en nada y se levanta aunque algo aturdido. Aún no domina del todo sus nuevos poderes y eso parece que le consume demasiada energía.

Ante todos comienza a deshacerse de su equipo y dice que me cede su armadura ya que otorga mayor protección. Intento llevarle la contraría, pero conociéndole no va a hacerme caso en esto. Bastante que consigo que en lo importante vaya poco a poco centrándose, así que a regañadientes y cuando acaba de colocarse la nueva armadura cojo la que ha dejado en el suelo -Gracias Pispas, aunque sabes que no estoy de acuerdo, pero por una vez seré yo la que te haga caso.

Sin tiempo para mucho más llega la noche y tanto Fladnag como el rey Cail nos informan de que hay que pasar rápidamente a la acción si queremos resistir los ataques del Mal. Tres misiones importantes se nos encomiendan y debemos organizarnos. Rápidamente todos empiezan a hablar y a querer organizar los grupos, pero como siempre nadie consigue ponerse de acuerdo. He decidido dejar de organizarlo todo, he tenido de sobra en el pasado y no ha servido más que para discusiones, así que iré donde me considere más útil.

Por una vez estoy de acuerdo con Talashia y me parece una gran idea que sean ella y Pia las que se ocupen de la tarea de encontrar a los infiltrados en el castillo -Talashia y Pia me parecen muy buena opción como encargadas de encontrar a los espías enemigos, alguien más podría acompañarlas.

Pispas y Gys deberíais quedaros en el castillo y ocuparos de las máquinas de asedio, os traje aquí para manteneros a salvo de los peligros del exterior y no creo que debáis alejaros del castillo, pero obviamente sois libres de ir donde prefiráis.

En cuanto a mí... -miro a Palandras, que aún no sabe muy bien qué hacer -creo que sería útil en el rescate al lugarteniente y acompañaré a Rendam y me gustaría que nos acompañases, Palandras ¿qué te parece?

Escucho en silencio las palabras de Ela, ha decidido embarcarse en la misión que tiene como objetivo liberar al lugarteniente del rey Cail, por sus palabras prefiere que tanto Pispas como yo, nos mantengamos en el castillo o cerca y eso solo nos deja la misión de destruir las máquinas de asedio. Es misión complicada pero seguramente menos peligrosa que salvar al hombre del rey.

- Si eso, que Cassandra os acompañe. Suerte, nos vemos a la vuelta de la misión - digo con rostro sereno. Estarán bien. Me giro unos segundos después y camino hasta la columna donde se encuentra apoyado Pispas.

- Nos toca encargarnos de las máquinas de asedio y de Orión si se cruza en nuestro camino. ¿Estáis listos? - pregunto al piel verde y a la gnoma mientras comienzo a revisar mi equipo y las arma, llevando lo imprescindible a la lucha. Cuelgo mi espada corta el costado izquierdo, su sola presencia me calma antes de la batalla que se avecina, y termino cubriéndome con la capa de Behemoth, listo para la acción.

Sonreí al ver cómo Ela se pronunciaba, contando conmigo para la acción. Menos mal, si tengo que ir con esas dos se mascaba la tragedia. -Cuenta conmigo. ¿Que hay que rescatar? pues rescatamos. ¿Que lo que hay que rescatar ya no está? Pues matamos a los responsables y nos cobramos nuestra junta venganza. -le comenté con un tono sádico. Estaba ansioso por ver la reacción de Jilokasin al ver cómo la sangre de mis enemigos bañaban su hoja. 

Escucho los planes de los demás con atención, pero sin intervenir. Están hablando de cómo repartirnos para mejorar nuestras posibilidades de éxito y lo peligroso que puede ser el hacer una cosa u otra, los riesgos que implica y quien puede ser mejor para cada tarea.

Este tipo de decisiones no son lo mío, pienso con tristeza, siempre tuve a los ancianos y al Capataz de la Guardia que se encargaban de pensar por mi.

Sólo intervengo cuando mencionan a Rufus, para decir:

Recordad que Rufus es pato libre, por lo tanto puede ir y venir como y a donde quiera, no está sujeto a lo que yo haga o deje de hacer, o a lo que yo diga o deje de decir.

Finalmente la voz de la razón hace una nueva división del grupo y todo el mundo parece más contento con esta que con las anteriores. Pero hay una cosa que no me gusta y la digo:

Personalmente, creo que Manfrost, nuestro silencioso acompañante, debería acompañar a Lady Talashia, a Lady Pia y a Rufus, para aportar algo de músculo a la misión y para proteger tanto a Rufus como a ellas en caso de que se produzca una emboscada. Y para ser cuatro en cada grupo, creo saber quien podría venir con nosotros. - Me separo de la columna para girarme hacia Miranda Bliss: - Lady Miranda Bliss, Agente de la Mano Negra, ¿os gustaría uniros a nosotros para vengaros de esas cabezas cortadas? - Digo con una reverencia.

Viendo que conseguí cuanto quería y que Gys respeta mi decisión - Estoy lista a tu señal - le digo con una sonrisa algo parca por lo que vamos a hacer.

Rufus mira a Gys, algo disgustado.

¿Que dices de unos espías? ¡Este sitio es horrible! Ni una cerveza me han ofrecido desde que llegué...

Grazna por lo bajo y refunfuña sin parar.

Nada de esto tiene sentido, ni siquiera se que hago aquí. Puto verdosín, es todo su culpa. Mira que ser un elegido de esos... Si que puedo decir que lo he visto todo, si...

En fin, si, las acompañaré a buscar a los espías esos o lo que sea... Tampoco tengo nada mejor que hacer...

¡Por mis plumas, menudo lío!

Cassandra se situa al lado de Ela y Palandras.

Os acompañaré. Aunque todo se esté yendo al infierno, seguimos siendo miembros de la Orden de la Luz, de los pocos que quedan, sino los únicos, y debemos permanecer unidos.

¡Por la Luz!

El silencioso Manfrost asiente ante las palabras de Pispantorín y se sitúa al lado de Talashia, Pia y Rufus, sin decir ni una sola palabra, como viene siendo habitual.

Observó a Pispantorín unos segundos antes de responder.

No veo porque no, ya es hora de poner el punto sobre la i.

Te sigo, goblin.