Partida Rol por web

Saludé a Mardodia como lo había hecho antes con el resto, con un leve asentimiento de cabeza.
Miro fijamente a Cassandra cuando nos comunica el paradero de su hermano. "Pensé que ya habría terminado...". De todas formas, no le di demasiada importancia, y seguí escuchando al resto.

Me giré rápidamente al ver llegar al joven con el armamento. Le eché un vistazo rápido al material que traía.
- Tampoco yo necesito nada -digo, recolocándome el escudo en la espalda. La verdad es que la armadura no me hubiera venido mal del todo, pero al decirlo Ela primero decidí dejarlo pasar. Realmente, tampoco me era necesaria.

- Estoy de acuerdo con Palandras. Deberíamos empezar a buscar por aquí hasta el anochecer, pues aún quedan algunas horas -digo, mirando al cielo. - Después me iré con Cassandra. Si no os importa, claro... -digo, dirigiéndome a los dos que iban a viajar a la Ciudad de la Tierra, más para escucharlos que buscando su aprobación, pues pensaba ir con ellos pensaran lo que pensaran.

Observo como todos cambian de opinión rápidamente. Parecía que pensaban que era mejor idea no separarse y al final deciden hacerlo, no los entiendo muy bien. La opción de Cassandra tiene su lógica, pero mi instinto me dice que vaya a la tierra de los magos -Mardodia, yo voy contigo. A fin de cuentas fue idea mía ir a la Tierra de los magos. Mientras llega la noche si queréis echar un ojos por aquí, yo estoy dispuesta.

Por cierto, creo que no deberíamos desperdiciar las armas, aunque nos sobren a todos. ¿No vais a coger lo que queda? porque siempre puede ser útil en algún momento. Sino me llevo el hacha conmigo para hacer compañía a mi espada.

Bien, parece que ya tenemos claro como actuar al anochecer. Mientras tanto, me parece buena idea lo de investigar por la ciudad del fuego, a ver si vemos algo fuera de lo normal...

DÍA 1

Turno de noche

Os separáis para cubrir mas terreno, investigando la ciudad del Fuego. Cuando os reunís de nuevo, no hay ni rastro de Palandras ni de Ela, y por mas que los buscáis no aparecen ¿Que diablos ha pasado?

No ibais juntos pero a ambos os sorprendieron, especialmente a Ela que presentaba heridas recientes.

Los dos acababais de despertar y os encontrabais atados, en una sala oscura sin ventanas, imposible de identificar, mientras alguien os observaba...

Vaya, vaya - dijo con una amplia sonrisa - Parece que hemos atrapado dos pajarillos. La curiosidad mató al gato ¿Sabéis?

¿Y vosotros sois los que vais a detener al Mal? - se rió con ganas - Pocas posibilidad tenéis, me temo. Pero puedo ser misericordiosa. ¿Cuantos sois y cual es vuestro próximo movimiento? Si la respuesta me convence, quizás os libere.

Sacudí la cabeza para disipar mi atontamiento y escupí un poco de sangre a través de mi máscara. Estaba muy enfadado por haber caído en una trampa tan sencilla y el hecho de que aquella fulana me hablara así no ayudaba. 

Ante su pregunta solté una carcajada y la miré fijamente. -Estamos mi lanza y yo. Si me sueltas te mostraré mi próximo movimiento: rebanarte la puta cabeza.

Abro los ojos y miro a mi alrededor, me duele la cabeza y me siento desorientada. Todo está bastante oscuro. Intento fijar mejor la vista y consigo ver una sombra de lo que parece que es Palandras. Parece que no nos ha salido nada bien nuestra idea de investigar un poco por esta zona.

De repente oigo una voz femenina que se dirige a nosotros. -Menudo sarcasmo -pienso -pero no le falta razón, menudos salvadores estamos hechos...

Escucho como Palandras se dirige a ella antes de que yo pueda reaccionar -¡Dios mio! va a conseguir meternos en un lío peor que en el que estamos -pienso, y me dirijo a él -Creo que no estás mejorando la situación, ¡Palandras! ¡Cierra el pico!

Me dirijo depués a la mujer -¿Por qué nos habéis atacado? ¿Qué queréis de nosotros? No estamos más que él y yo...

Extrañada ante los sucesos que trajo la noche consigo, agarro más fuerte si cabe la empuñadura de mi espada, y separo ligeramente las piernas, adoptando una posición de combate.
- ¿Qué ha pasado? -pregunto, mirando a Cassandra y Mardodia. - ¿Habéis visto algo vosotras?

Confío en que Palandras y Ela sabrán arreglárselas independientemente de la situación en la que se encuentren, pero la verdad es que no estoy nada tranquila.
Me dirijo a Cassandra, con quien pensaba partir, junto con Palandras, a la Ciudad de la Tierra.
- Esto complica las cosas, sin duda. Y la verdad es que no sé si seguir buscando traerá algún resultado.
Hablando ahora para las dos mujeres que estaban allí, pregunto:
- ¿Qué hacemos, pues?

Un sonido apenas audible se escapa de mi barriga. Estoy empezando a tener hambre, y en el caso de que las cosas se pongan aún más feas no sería buena idea luchar en ese estado. Igualmente, hago caso omiso de las señales que emite mi estómago, y espero una respuesta por parte de las dos guerreras.

Ignoré por completo a Ela porque sino acabaría mandándola a la mierda. ¿Quién te crees que eres? No eres mi superior así que cállate la puta boca.

No comprendía como podía colaborar con aquella arpía que nos tenía maniatados. Intenté forcejear con las cuerdas para romperlas y así poder liberarme para romperle el cuello a aquella zorra. Después escaparíamos tras recuperar nuestras armas.

¿Creéis que soy idiota? ¡Claro que sois más! ¿Donde están?

La elfa os miraba, con frustración en los ojos.

Criticáis al Mal pero vosotros sois peores, tan necios, tan cegados por la Luz...

No tardó mucho en mostraros una espada llena de sangre.

Cassandra... Entregarme a Cassandra y no os mataré aquí y ahora. Lo habéis entendido ¿No?

¿Tenemos trato?

El Mal se nos ha adelantado... Les han atrapado, estoy segura... Y esto complica mucho las cosas.

Mardodia, Korina, tenemos que encontrarles antes de que sea tarde.

Es imposible que hayan salido de la ciudad. ¡Busquemosles!

Miro con incredulidad a la elfa, parece que se ha vuelto loca. -Mantén la calma, Ela. Mantén la calma. Piensa rápido qué puedes hacer... Sólo espero que Palandras no la ponga aún más nerviosa con uno de sus comentarios...

-¿Y qué quieres de Cassandra? ¿Si te la damos nos vas a dejar libres y devolvernos nuestras cosas? No lo creo -le contesto mientras le hago una seña a Palandras para que se de cuenta que intento ganar tiempo y no quiero negociar con esta loca.