Partida Rol por web

La mejor de la suerte. dijo mientras las despedia. Nos veremos.
 

Se quedo mirando a la joven sonriendo. Primera vez que me encuentro tan cerca de alguien de la nobleza. dice un poco riendo mientras toma la cerveza que habia ofrecido antes Andreus. En serio te parece seguro informar tu relacion con el rey? pregunto curioso a la joven.

-Mientras me convierta en objetivo de puñales y maldiciones, nadie más saldrá herido. Es mi deber para con mi pueblo, sacrificarme por él.

Vadia y Thenidiel parten rumbo a la ciudad del Agua, mientras que el resto se quedan.

Día 2

(Turno de día)

Las sombras acechan

Llega la mañana siguiente sin mayores contratiempos. Y hasta los mas escépticos comienzan a pensar que eso de la llegada del Mal podría ser cierto. Cada vez hay mas violencia y muerte en los caminos, y no parece tratarse de simples criminales...

Sombras, todo el mundo dice que se trata de las sombras. Primero los gigantes ciegos parecen abandonar las Tierras Sombrías sin motivo aparente y ahora las sombras cobran corporeidad y aniquilan todo tras su paso...

Lo peor de todo, es que las sombras están en todas partes...

Los guardias de todas las zonas del mundo no paran de repetir que lo mas seguro en el día de hoy es no salir de sus hogares*

-Parece que las fuerzas toman posiciones.Deberíamos investigar la ciudad. Dacen ¿Cuento con tu ayuda? En cuanto estés listo deberíamos registrar la ciudad.

Le espero mientras se pertrecha antes de lanzarme a las calles, prefería contar con alguien que pudiera auxiliarme.

Al escuchar las charlas de los demas viajeros, me doy cuenta que todo se esta volviendo mas peligroso. Ademas ahora los rumores del resurgiendo del mal supremo se volvian una realidad para muchas personas y Dacen sin otra explicacion en su mente estaba dispuesto a creer.

Claro cuentas con mi ayuda, vayamos al establo en busca de mi caballo y investigemos un poco la ciudad. comento sin miedo, despues de todo sabia que quedarse quietos no serviria de nada.

Una vez subido a su caballo, empezaron la busqueda.

Talashia y Dacen no parecen ser muy buenos investigadores y no logran encontrar nada que les pueda resultar útil.

Sin embargo, la joven Talashia no puede evitar tener una especie de mal presentimiento, como si alguien o algo los observase...

Ambos se encuentran nuevamente en la taberna, junto al, actualmente, silencioso Andreus.

Dos nuevas personas llegan a la taberna de la ciudad de la Tierra.

-Dacen... deberíamos haber preguntado a la gente, o algo. Hacer turismo está bien, pero no me parece el momento más adecuado. Además...estoy segura de que alguien nos estaba vigilando. 

Sonrio grande. Ha sido nuestra primera pasada Talashia, lo haremos mejor la proxima. dijo animando a la chica, era una ciudad demasiado grande y talvez algo de turismo les servira para la proxima. 

Se puso serio cuando escucho que los vigilaban. supongo que no viste quien era? o si esta en esta taberna? Pregunto acercandose para susurrar la segunda pregunta.

Entro con calma en la taberna y miro a mi alrededor, calibrando a la gente del lugar. Hubiera preferido que me acompañara la joven curandera y no el pequeñajo verde, pero la suerte no se encontraba entre mis virtudes. Ignorando a mi acompañante accidental, me acerco al grupo que destaca por encima de los parroquianos por su clara pinta de aventureros.- Saludos, o mucho me equivoco o sois foraneos igual que yo. Mi nombre es Plandir ¿Cómo andan las cosas por aquí? Espero que más calmadas que en el pais de los magos...- Mientras hablo, hago un gesto al tabernero para que me sirva una copa de vino.
 

-Bienvenido al reino meridional, te encuentras en la Ciudad de la Tierra, bajo el Gobierno del Rey Cail. ¿Venís de la ciudad de los magos?- me giré hacia mi compañero arquero, con cara de sorpresa.- Nuestra intención era acumular víveres para viajar allí, tal vez usted no pueda aportar algo de la información que queríamos encontrar allí. Mi nombre es Talashia, y este es mi compañero Dacen. El de la mesa del fondo es Andreus, un mercenario, no está con nosotros, por si lo queréis contratar. ¿Que os trae por aquí?

Levanto el tarro de cerveza en forma de saludo al sujeto que se les acerco. Saludos. dijo sonriendo amistosamente.

Se queda escuchando en segundo plano escuchando la conversacion de ambos y sonrie alegre a su compañera, cuando parece que Plandir nos facilitara algunas cosas. No sabemos como es en la ciudad de los magos, pero estos dias se puede sentir una tension en este lugar. Como si fuera a pasar algo muy pronto.  le informo aunque sabia que no era necesariamente una gran informacion.

Estaba desanimado, esperaba continuar viaje con la curandera y el gigante verde, pero solo se unió a mi el tipo de rojo. En fin menos daba una piedra, ademas por suerte en la ciudad de la tierra también había caras nuevas y seguro que de habilidades dispares. Como hiciera mi escudero, mas bien acompañante, yo también me acerque a los parroquianos.

-¡Hola! Yo soy Mano Larga y venimos justamente de allí-Ofrecí mi mano callada a aquella curiosa pareja mientras mis ojos se clavaban en el mercenario, seguro que ese tipo era tan fuerte como el orco que quedo en la anterior ciudad.

-Pues las cosas no están muy bien allí, veréis.-Me adelante a la explicación de Plandir, sin duda la mía seria mas justa con todos.-Los magos eran celosos de dejarnos movernos por sus tierras, en cuanto llegamos no recluyeron en una taberna al cuidado de uno de los magos mas famosos y poderosos del lugar, Julius no se que... El caso es que no podíamos hacer otra cosa que dialogar, hasta que un par de gigantes nos atacaron en la taberna.-Espere a ver las reacciones en sus caras.

-Pero nosotros no tememos a nada y nos abalanzamos sin miedo contra ellos, algunos con mas suerte que otros.-No pudo evitar mirar a mi acompañante.-Y tras un par de mamporros, un hechizo de llamas del mago acabo con la amenaza.-Y para que fueran testigos de nuestra verdad, de la espalda solté el arma del gigante.-Eh aquí la prueba.-Lo admito la sostenía con dificultad, pero era un tesoro muy preciado.

-Después de eso el mago no fue muy amable la verdad y nos pidió que nos marcháramos al amanecer. Así que él y yo lo hicimos pero supongo que los otros dos tentaron a la furia del mago. A saber que les habrá dicho al no moverse de allí. A y por cierto, dicen que el tiempo no es bueno o algo por el estilo, que se acercan malos tiempos y que todo es mas peligroso. ¿Sabéis algo de eso?-Terminar con una pregunta hacia ellos les hacia participe de la conversación, así de astuto era.

-Disculpad mis modales.- Les dedique a cada uno una reverencia y le ofrecí mi mano al que parecía un goblin.- Tiempos oscuros se avecinan sí. Tenemos conocimiento de que un hechicero oscuro pretende invocar a Morgarion. Pretendíamos pedirle información a los magos...Aquí aparecieron sombras, como hechas de pesadilla, al matarlas toda su obra desapareció.

Me sentía frustrada, no estaba consiguiendo avances en mi tarea, pero no podía permitirme ceder a la presión. 

-Julius, decís, ya tenemos a alguien a quien preguntar cuando vayamos allí. De todas formas no habéis respondido por qué estáis aquí.

No puedo evitar mirar parpadeando de asombro a Mano Larga mientras dá su explicación. Era asombrosamente fiel a lo sucedido, con lo que quizá había subestimado el pobre intelecto del goblin. Bueno era saberlo.

Recuperando la compostura, me giro hacia la chica que nos está hablando.- Como bien dice Mano Larga, no creo que obtengais mucha información de los magos. Son muy recelosos con los extranjeros, y es cierto que nos tuvieron metidos en una posada hasta que decidimos largarnos de allí. No se si obtendreis algo de ellos, pero si deseáis intentarlo, os deseo suerte.- Tomando otro largo sorbo de vino, pregunto a ambos.- ¿Y ese tal Morgarion, quién és? Por la expresión que poneis, parece alguien digno de preocuparnos...

Miro al hombre vestido de rojo con incredulidad.

Largo rato.

Parpadeo confusa.

Cuando la petrificación se desvanece alcanzo a hablar.

- El dios creador de todas las razas cuyo tiempo de vida es eterno, el dios que por el rechazo de su madre pretende destruirlo todo. En otras palabras, el ser que encarna el concepto del Mal Supremo.