Partida Rol por web

No te preguntare y te seguire como a una buen lider. respondio contendo y miro al goblin por su respuesta.

Me muestro sorprendido cuando la mujer me revela su título, y enfundo de nuevo mi arma cuando ella retira su lanza. Un poco contrariado, hago una leve inclinación de cabeza.- Desconocía vuestro título señora, u os hubiera tratado con más respeto. Provengo de noble familia, y comprendo perfectamente vuestra afectación. Pero entended que un hombre se altere cuando le acusan y le apuntan con una arma. Sólo pretendía defender mi honor, y volvería a hacerlo sin importarme ni temer lanzas o magia del fuego alguna.- Miro de reojo al hombre que me apuntaba hasta hace momentos con su arco.- Eso también va por vos.- Luego me giro hacia Mano Larga.- Bueno, parece que esta pequeña comitiva se ha disuelto tan rápido como se formó. Así que tomaré mi camino. Entendería que te marcharas con ellos, pero si te apetece venir conmigo, serás bienvenido.- Al final había empezado a tomarle cariño al estrafalario goblin...
 

-Perfecto caperuzo rojo.-Le sonrie enseñando los dientes.-Mejor tener la compañía que no le importe viajar conmigo a molestar con mi presencia a otra, ademas ellos van aun sitio que ya hemos visitado. ¿Que te parece ir a la ciudad del fuego?-Pregunte presto sin un segundo que perder.

-Mejor moverse pronto, algo me dice que vamos a pasarlo mal si no nos vamos ya.-Miro de reojo al mercenario.

Esta es la carta que le dejo en el bolsillo.

Cita:

Pero esa mujer merecía una respuesta de mi parte.
-Perdón a veces se me olvidan los modales que tanto necesita la gente.-Me lleve la mano a la espalda, algo me picaba.

-Como acabo de llegar de allí, no me apetece mucho volver tan pronto, aunque seguramente no tarde en volver, me quede con ganas de poder ver mas de esa ciudad. De todas formas si veis a la curandera o al verde, saludarlos de mi parte, son buena gente, seguro que hacéis buenas migas, bueno puede que el orco no... pero la chica si. Sea como fuere, seguro que nos volvemos a encontrar, con esa habilidad tuya para revivir y esa percha como guardaespaldas... Tenéis mucha suerte.-Empezaba a tener envidia de la niña, por lo que deje de hablar y me despedí de ellos, enérgicamente.
-¡Hasta pronto! ¿Nos movemos Palmir?.-No entendía tampoco de protocolos, por lo que no estaba seguro de como tratarla por eso de su titulo, pero seguro que decir adiós o hasta pronto era valido para cualquier tipo de clase social.

Plandir, Dacen, Talashia y Mano Larga se van de la ciudad.

Vadia llega a la Ciudad de la Tierra.

Hola de nuevo. Parece que volvemos a encontrarnos. Vaya solitario que se ha quedado esto ¿eh?

-Hola Andreus. ¿Qué ha pasado? ¿A donde se han ido Talashia y Dacen?

No me ha quedado muy claro. Parece ser que se han ido tras la pista del Mal, dijeron algo de unos magos o no se que...

En todo caso, creo que las cosas se van a poner feas. Tengo un terrible presentimiento - y por primera vez, el mercenario parecía algo asustado.

Día 3 Turno de día - EVENTO ESPECIAL

De repente, el ambiente comienza a llenarse de una preocupante neblina y todo parece estar mas oscuro a pesar de ser de día. Escucháis los gritos de la gente pero no les veis, tan solo estáis vosotros dos, rodeados de sombras. Pero no os atacan. De entre ellas surge una figura mas imponente, un caballero oscuro.

Su arma emite un brillo que jamás habíais visto. Sin duda, su estocada podría ser mortal. No hay preguntas, no hay conversación, el tiene un propósito y vosotros buscáis la supervivencia. No hay mas que decir.

Sin dudarlo, se lanza contra Vadia con fiereza, ante la impotente mirada de Andreus.

X, haz una tirada de esquivar a dificultad 9.

El caballero oscuro se dirije hacia mi sin prestar atención a ningun otro estimulo de alrededor. En ese instante siento miedo, un miedo que me paraliza, hay algo en el que no deja que me mueva. Veo como alza su arma contra mi lentamente y como descargar la estocada. Veo como la punta de su filo se acerca hacia, pero soy incapaz de moverme.

La espada del caballero oscuro atraviesa a Vadia. Un golpe certero que hace que la vida se escape de ella para siempre, cayendo su cuerpo inerte contra el suelo.

Andreus lo intenta pero poco puede hacer contra ese ser, que lo despedaza con facilidad, para después desaparecer.

Sin embargo, algo en el interior de Vadia se activa de nuevo y se despierta sobresaltada, sin heridas de ningún tipo. Sin Puede sentir cambios en su interior. Se trata de el Mal mas profundo, que la consume por dentro...

Noche 3

El Mal está entre nosotros. Ha llegado.

"Un portal se ha comenzado a abrirse en algún lugar de este mundo, un portal de dónde saldrán las más horribles criaturas comandadas por el Hechicero Oscuro. Y ese día, que será pronto, todas las criaturas, humanos y no humanos, hombres y mujeres, elfos, enanos, gnomos, patos con gafas, sufrirán el mayor de los tormentos. Ese día llegará pronto, cuando los dos soles alumbren la mañana." Busterini Campironi, Acólito de Tercer Grado, Orden Oscura.

La noche ha llegado, sombría, oscura, fría. El viento azota los pueblos y las ciudades y la gente, como desde hace algún tiempo, se esconde en sus casas, cerrando puertas y ventanas, atrancándolas desde dentro para que nada ni nadie pueda entrar en ellas. Sólo se pueden ver patrullas de guardias caminando por las calles desoladas, alumbrados con antorchas o con lámparas de aceite.

Pero se puede ver el miedo en sus rostros.

La noche ya está aquí, y ni siquiera los bardos se han dignado a escribir alguna canción sobre ella. Esta noche no. Los recientes acontecimientos, los asesinatos, las apariciones, les han metido el miedo en el cuerpo. Temen por sus vidas y aunque no lo digan entre acordes, saben muy bien que esta noche los asesinatos se seguirán produciendo. Tal vez, mañana por la mañana, alguien no despierte.

Y en una noche, que parecía tranquila, el Mal volvió a atacar. Esta vez no con simples Sombras o Espectros, fáciles de vencer, sino con los monstruos más horribles que un hechicero pueda crear con su maligna magia oscura: Lores No Muertos del Abismo™.

Dos de estas criaturas aparecieron en la Ciudad de la Tierra, con sus armas preparadas para sembrar el Caos y la devastación. No tenían consciencia más que la de su maestro Hechicero, y su único mandato era hacer que todo ser viviente en la Ciudad de la Tierra muriera y que sus almas sean consumidas para engrosar las filas de su Señor.

Al ver a los Lores descuelgo mi arco, cojo una flecha del carcaj y la pongo en la cueda. Tenso el arco y disparo contra el que está más cerca.

Uno de los Lores retrocede al recibir uno de tus flechazo en el pecho, pero el otro te ataca con fiereza.

El segundo de los Lores ataca con tal rápidez que no consigo esquivarlo.