Partida Rol por web

Finalmente, el grupo decide avanzar de frente, y cuando llegan a la bifurcación que da a mano izquierda, se encuentran con un derrumbe. Hay una zona por la que fácilmente pueden mirar y ver otro cofre del tesoro, con aspecto también desgastado, pero mejor conservado que el anterior. Probando al principio, notan que si intentan atravesar ese agujero, aunque sea con una mano, no funciona, pero cuando intentan atravesarlo con un objeto inanimado, si... Aunque sería básicamente imposible abrirlo con cualquier objeto.

Si esa barrera mágica antipersona se extiende por todo el derrumbe, además del peligro y el cansancio que supondría quitarlo, no lograrían nada, así que de querer conseguirlo, habría que emplear otro camino...

Por otro lado, más adelante, ya comienzan a ver que hay una puerta con unas escaleras ascendentes, y lo que sea que empite el resplandor emana de ahí.

Lo del derrumbe con una barrera mágica hace que me rasque la cabeza extrañado. Es una casualidad muy rara, y si no es una casualidad parece una tontería el esfuerzo de hacer un derrumbe ahí.

En fin, el caso es que hay unas escaleras que suben hacia la luz, tal vez la salida. Aunque desde lejos no me di cuenta del tono azulado, un poco raro

-supongo que no hay mas alternativas-

Miro por el agujero el cofre al otro lado, ¿tal vez con una cuerda podriamos enlazarlo y hacerlo pasar por el agujero?

-cuando volvamos traemos cuerdas-

Mientras avanzaban por el camino, la luz cada vez iba estando más cerca. Pronto se encontraron con aquel desvío y derrumbe. Al principio Hotaru no le prestó mucha atención; era normal que en un lugar tan inestable cayeran rocas y tierra. Sin embargo, al ver el cofre tras el mismo la cosa cambiaba. Cuando alguno de los otros intentó atravesarlo, se dio cuenta de que aquello no era otra cosa que una barrera mágica.

— Qué extraño... Si hay una barrera mágica es porque alguien la ha puesto ahí a propósito - comentó Hotaru, acercándose a la misma. No parecía haber nada inusual en aquellas piedras, pero al posar la mano encima sentía instantáneamente un rechazo. No obstante, vio que cualquier otra cosa que no fuera su cuerpo atravesaba la barrera sin problemas. Intentó recordar sus estudios. Estaba segura de que en alguno de todos aquellos libros que le habían hecho leer se mencionaba algo acerca de esa clase de barreras...

Continuamos nuestro camino sin mucho más contratiempo, al parecer no había mas señales de monstruos por los alrededores así que aproveche mientras seguía al grupo para limpiarme la poca sangre que me quedaba en la cara, no es que pudiera hacer mucho tan solo con las manos pero un poco mejor estaba. Tras avanzar un poco llegamos a otra bifurcación aunque en este caso no había elección sobre donde ir ya que un derrumbe cortaba el paso casi por completo en uno de los caminos.

El resto se acercaron a ver entre las piedras que había al otro lado, deje que el resto miraran antes que yo pero en cuanto me asome un poco y vi el cofre intente colarme sin dudarlo chocándome con toda la cara contra una barrera invisible... aunque seguí insistiendo un rato como si pretendiera atravesar la barrera con la cabeza. Hasta que segundos mas tarde llegué a la conclusión de que no iba a ser posible tras lo cual me retiré unos pasos colocándome la ropa y con cara de entender muy bien el tema- Ya veo, es una potente barrera que no permite que absolutamente nada la atraviese -mientras decía eso varias piedras pequeñas caían atravesando la barrera a mis espaldas- Absolutamente nada, deberíamos seguir avanzando hacia la luz a lo mejor otro pasillo lleva al cofre.

Decidís pararos a investigar la sala con esa misteriosa barrera. Hotaru se centra en la barrera, notando algo curioso: el derrumbe es algo externo. No hay piedras al otro lado de la barrera. Lógicamente, no tarda en sumar dos y dos en que eso no tiene sentido, y es entonces cuando se fija en que las propias piedras del templo tienen algo mágico, habiéndose evitado el paso de lo que tiene esta propiedad.

Por otro lado, Sven, que ya antes había pensado en esta posibilidad, resulta fijarse en algo especial en la pared, a pesar de que lo difícil del ángulo había evitado que Drago lo viese. Hay una abertura como para que pase un niño de unos 10 años de pie en el lateral que menos a la vista os queda... Precisamente un túnel de tamaño adecuado para que pase un goblin...

Había una cosa muy peligrosa que hacer en una situación como esta, estando dentro de unas ruinas con barreras, derrumbes, monstruos campando y el desconocimiento sobre como salir del lugar, una cosa tremendamente imprudente e irresponsable... quitarle la vista la vista de encima al más descerebrado e imprudente del grupo, que en este caso no era otro que yo mismo. Y es que en cuanto vi el pequeño hueco en la pared que debían haber hecho los goblins para poder moverse por las ruinas, lo primero que hice fue asomarme por el para comprobar que efectivamente podía colarme por este si me agachaba un poco e iba con cuidado, así que como no podía ser de otra manera sin avisar previamente a nadie, ni plantear la posibilidad para debatir entre todos si valía la pena correr el riesgo o siquiera si era sensato ya estaba caminando por el pequeño túnel esperando salir al otro lado de la barrera y aparecer con os brazos en jarra como todo un héroe para recoger el contenido del cofre.+

Parecia decidido que iriamos a ver la sala del brillo azul, pero supongo que debi pensarmelo mejor, antes de que me de cuenta Sven se está colando por un camino de tamaño goblin

-Sven¡¡, vuelve aquí- siseo procurando no levantar la voz -incluso si logras pasar estarás solo, es demasiado peligroso-

No siendo capaz de seguir* bien al gateante Sven, que al ser el único en darse cuenta de la conexión les había tomado la delantera, Drago ve que la única forma de apoyarlo es ir a la abertura del derrumbe, donde su arco sería efectivo.

Por otro lado, Sven sí se encuentra a un goblin en el túnel, pero... Es uno que justo está terminando de formarse. Esa visión no es ajena, cómo la piel verdosa aparece distorsionada en el aire, incompleta y formándose como si de un puzzle se tratase. Atina a sacar la espada e, irónicamente, el terreno le da toda la ventaja ante el descerebrado ataque de la criatura, siendo tristemente aburrido para el chico: al no poderse mover bien ninguno, él pone la espada hacia el frente y el goblin trata de avanzar, sin hueco para esquivar, por lo que prácticamente sin hacer nada, la criatura termina muriendo y desvaneciéndose en unos segundos (cuando acaban de aparecer, siempre es así de rápido). No obstante, el botín (un solo gil, para no variar), rueda antes de que se apañe a guardar su espada, y se pierde en una grieta de la pared, demasiado lejos para que sus dedos lo alcancen.

Sin más incidentes, en cualquier caso, logra llegar a la sala del cofre, yendo sin dudas a abrirlo... Y encontrándose con que este abre los ojos. Desde el otro lado del derrumbe también lo veis, y aunque no tiene el aspecto más agresivo del mundo (quizás por ser un cofre o el primero que veis...), a todos os suena la palabra "mímico".

Sven parece haberse quedado congelado delante de la criatura... Aunque al poco esta desvía la mirada a la bolsa de Sven, los "restos" de los monstruos matados.

El chico se encuentra incapaz de moverse, no obstante, hay algo extraño en la mirada de esa criatura. Quizás no sea el más avispado, pero hay algo "no monstruoso" en esos ojos. No obstante, es perfectamente capaz de saber que es esa criatura la que lo ha paralizado.

Una voz suena en su cabeza, sonando ligeramente infantil y absurda.

- ¿Maestro? -pregunta primero, sonando a algo inteligente- No, tú no maestro. -afirma, perdiendo parte de esa idea de inteligencia- Eso, ¿comida? -pregunta, mirando la bolsa de las "arduamente" ganadas monedas de esta expedición.

Sven parecía haber ido tras algo, aunque Hotaru no se había dado cuenta en un principio. Se asomó al agujero poco después, solo para ver cómo el chico había caído en una trampa... una vez más. Chilló al presenciar la transformación del cofre en mímico, algo que era inusual para las personas normales pero, por otra parte, común entre los aventureros.

— ¡Sven, sal de ahí antes de que te robe... o algo peor!

Poco podía hacer por ayudarlo, pero esperaba que por una vez hiciera caso en lugar de enfrentarse a la criatura. Si tenía que hacer apuestas, lo más probable es que no fuera así, pero guardaba una pequeña esperanza de que por una vez tuviera algo de sentido común. Era mejor perder un par de guiles que perder la vida... ¿no?

No hay manera de detener a Sven claro, y el como de costumbre no escucha a nadie.

Así que me coloco al otro lado del derrumbe apuntando con mi arco por el agujero, al menos tengo un buen ángulo.

Y menos mal, cuando el "cofre" empieza a moverse Sven parece quedarse paralizado, debe ser alguna clase de trampa

-creo que no puede moverse- le digo a Hotaru mientras apunto cuidadosamente y disparo una flecha certera

Las palabras de Drago llegaron tarde desde luego ya que me encontraba ya lo suficientemente metido en esto como para no ceder en mi empeño de llegar al otro lado, por lo que haciendo oídos sordos seguía avanzando por el túnel como podía. Un poco mas adelante me encontré una visión que en alguna otra ocasión también había podido vislumbrar, pero nunca tan de cerca, como la misma existencia de un ser parecía formarse frente a mi, era como si siempre hubiera estado ahí tan solo que el resto del mundo no lo supiera y ahora estuviera recordándolo por lo que este aparecía desde la nada formándose poco a poco, era fascinante... No como el "combate" que libre contra esa misma criatura, sabía que eran bastante ineptos en cuanto a tomar decisiones por lo que simplemente con colocar la espada frente a mi cerrando cualquier vía entre él y yo basto para que este se viera empalado y desapareciera, dejándome el resto del camino tranquilo. Siendo el único inconveniente el perder aquel gil que se fue rodando entre las piedras, tampoco le di mucha importancia sinceramente.

Al salir de nuevo a algo un poco más abierto vi que efectivamente estaba al otro lado, en cuanto giré la cabeza vi el cofre al que casi corrí para abrir lo más pronto posible solo para quedarme completamente quieto frente a este al hacerlo, durante un breve instante hubo una expresión de preocupación pero esta se desvaneció dejando paso a la curiosidad... al menos hasta que escuche la cuerda de un arco tensarse y pudieron verme como luchaba contra lo que me afectaba para poder moverme.

No lo iba a negar, cuando vi que se trataba de un monstruo por un momento me asalto la inseguridad y casi iba a luchar con todo por librarme de la parálisis pero cuando crucé miradas con él todo eso desapareció, entendí al instante que no estaba en peligro, ambos nos mirábamos fijamente, en mis ojos la curiosidad y en los suyos algo que no lograba descifrar.

Entonces la voz llego a mi mente, me resultaba muy sorprendente, realmente me encontraba maravillado, nadie me estaba hablando y estaba seguro de que mis oídos no estaba escuchando nada pero aún así esa voz estaba ahí y tenía la completa certeza de que era perteneciente al mímico. ¿Maestro? repetí mentalmente después de él, no parecía ser algo con un inteligencia muy alta, como yo por ejemplo, pero al menos podíamos comunicarnos con normalidad. ¿Qué comida? Ah, debe referirse al dinero... Claro, es un cofre al fin y al cabo, voy a dárselo no es mucho e igual le gusta- Toma...* -traté de decir pese a no poder moverme, pero antes de poder seguir y terminar de hablar escuche el inconfundible sonido de la cuerda de un arco al tensarse, era Drago seguro, mire de reojo como pude para confirmarlo, ¡No, le va a hacer daño! Debo ponerme en medio. Intente librarme de la parálisis por la fuerza para interponerme en el disparo pero era imposible.

Firyawen se quedó de brazos cruzados y ojos cerrados mientras pensaba un plan en voz alta. "Hum... quizá atar una cuerda a una flecha... o tal vez lanzar la cuerda desde lejos..." hasta que claro, escuchó cómo Sven se metía dentro del agujero. "¡Noo! ¡Que vas a hacer que el suelo se desmorone otra vez! ¡Nada de activar trampas mágicas! ¡Me lo prometiste!" exclamó intentando meter el brazo para agarrar la pierna del joven pero éste ya se había escurrido para adentro.

La sucesión de acontecimientos desembocó en un Sven atrapado por un mímico que pronto querría comérselo... A Selene se le ocurrió un plan loco para salvar a Sven. Bueno, no uno, dos. El primero era tirarle una piedra a ver si se despertaba y salía corriendo antes de que el cofre se lo comiera. El segundo se le ocurrió cuando oyó a Hotaru. Sal de ahí antes de que te robe... antes de que te robe... "¡Es un cofre! ¡Los cofres contienen tesoros! ¡A lo mejor el cofre prefiere comer dinero que carne!" era una idea loca, estúpida, e infantil. Seguramente no funcionaría, pero Selene tenía que intentarlo. Tomó una de las dos moneditas que tenía de cuando Sven repartió el nuevo botín y se lo lanzó a la cabeza a Sven a través de la barrera. Con suerte la moneda golpearía a Sven y caería cerca, y el cofre se la comería en vez de a su amigo...

El cofre abre mucho los ojos ante lo dicho por Sven, sin percatarse del ataque, y las acciones se suceden de forma compleja. El disparo de Drago era muy bueno, por eso logra impactar a pesar del cambio que sucede... Y es que donde estaba el cofre aparecen unas volutas de humo, estando en el centro de las mismas un moogle con la esfera de la cabeza de color dorado. La flecha, por desgracia, le impacta desde el lado atravesándole ambas alas y clavándolo en la pared de al lado al encajarse la flecha en una rendija.

- ¡Ay!¡Bruto! -se queja el moguri, pero de repente vuelven a haber volutas de humo y ¡ya no hay moguri!

Veis caer un gusano, herido, al suelo. La flecha era demasiado grande como para seguir "atravesándolo", así que simplemente está herido, con sus heridas brillando en un color dorado que se diferencia de los demás monstruos. Entonces las monedas de Selene llegarían a su posición, o más bien una de ellas, pues la otra ha pegado a Sven en la coronilla, y al caerle cerca, abre una boca antinaturalmente grande y la consume, aunque intenta esconderse detrás del pie de Sven... Pero con la vista puesta en la salida por donde el chico acaba de entrar.

Miro asombrado las transformaciones del mímico siguiendolo con una nueva flecha en el arco. Pero se ha transformado en un gusano demasiado pequeño y además se esconde tras Sven, si disparo lo mas fácil es dar a mi amigo

-Así no hay manera. Sven reacciona-

Frustrado sigo manteniendo el arco tenso y una flecha lista por si la criatura se aparta y tengo un blanco claro.

Pero entonces caigo en que el bicho ha hablado, no es un monstruo sin cerebro, tal vez se pueda negociar con el

-eh tu, libera a nuestro compañero y no te haremos daño-

En uno de los forcejeos por fin me logró liberar, giro mi cuerpo hasta encarar a mis amigos y darle la espalda al mímico... Pero en lugar de huir corriendo o pelear comienzo a extender el brazo en dirección a por donde volaba la flecha llegando muy tarde como para hacer nada. La flecha lo clavo contra la pared cuando este de nuevo altero su forma a una más "amigable", lo seguí con la mirada por lo que no vi la monedas que me cayo en la nuca. La otra fue devorada por él tal como me imaginaba que querría, me agache para recoger la que chocó conmigo con cuidado de mantener mi cuerpo entre el mímico y Drago. Y se la di de comer con cuidado- Si tienes más hambre tenemos unas pocas más... Aunque no muchas -le dije en un tono levemente mas bajo del habitual y con calidez antes de girarme hacia el resto aún agachado y claramente impidiendo que vieran al mímico.

- ¿Podéis tranquilizaros un poco? Este mímico no es como el resto -buscaba rodear a la criatura con brazo mientras decía esas palabras... ¡Un mímico mascota! ¡Eso era super guay!

Todo sucedió demasiado deprisa como para que Hotaru pudiera siquiera procesarlo. Aquel mímico cambió de forma no una, ni dos, sino hasta tres veces. ¿Cuántas formas podría adoptar? Por otro lado, Drago no había dudado y había disparado con sorprendente puntería a través de ese agujero tan estrecho. ¡Era impresionante! Y Selene, siempre tan sabia... Había sido mucho más lista que nadie, y había dado con la comida favorita de aquella cosa.

— Ey, puede hablar... - dijo cuando escuchó aquella voz. Los monstruos no solían poder hablar, así que este tenía algo distinto. — Oye... No queremos hacerte daño, solo nos asustaste cuando le hiciste eso a nuestro amigo. Podemos darte más comida si quieres... - explicó, intentando que todo el ambiente se destensara. Odiaba cuando las cosas se ponían violentas, prefería resolver todo de una manera más pacífica, a ser posible.

— ¿Puedes decirnos qué haces aquí? Te prometo que no te haremos daño... Este sitio es muy extraño, caímos aquí de casualidad, pero está lleno de trampas mágicas y de barreras. ¿Sabes algo de esto?

- ¿Liberar?¿Cómo liberar?¿Estar capturado? -no, no hay ninguna voz emanando del gusano. Esas palabras parecen materializarse en vuestra cabeza.

Veis nuevas bolutas de humo formarse tras Sven, y el gusano, que había comido todas las monedas que le habían dado (4 hasta ahora), se acaba de transformar en una nueva criatura, que asoma un ojo desde detrás de Sven y mira con desconfianza al arquero.

​​​​​​*​​​​​​

- NO MÍMICO. -increpa, algo ofendido, aunque ahora sí que es "voz" y emana del cerdito- Mímicos torpes. Mímicos brutos. Mímicos solo parecidos a cofre. Rita* parecida a muchas cosas. No humanos, pero muchas cosas. -comenta, moviendo ligeramente sus jamones delante de Sven- Rita muy cansada... ¿Ayudar a Rita a salir? Rita útil. Comer metales. Expulsar metales si necesario. Y hacer otras cosas. -pide- Maestro dejar aquí hace tiempo. Solo comer goblins y serpientes hace mucho. -comenta con tristeza.​​​​

Sven insiste en cruzarse en mi linea de tiro, lo que es muy molesto, pero al menos parece que la conversación avanza de forma positiva. Si nos podemos fiar en esa criatura-cerdo

-mm, no me fio de esa cosa...- susurro para mis amigas aunque bajo el arco, no parece que vaya a haber mas pelea ahora mismo