Partida Rol por web

— Adorable... - murmuró Hotaru cuando vio la última transformación. Aquel cerdito era precioso. Parecía un peluchito, y hablaba como un niño pequeño. La joven pasó de estar preocupada por Sven a querer acariciar a esa cosa tan blandita... Porque parecía blandita, ¿verdad?

— N-no parece peligrosa, Drago... - musitó Hotaru, indecisa. Además, quería saber qué hacía exactamente aquel ser ahí. Si llevaba tanto tiempo bajo tierra, sabría muchas cosas de las que habían pasado. ¡Y lo más importante! Era una cosita adorable.

— Oye, Rita... - la llamó, intentando imitar el sonido de su nombre tal y como se había presentado la criatura. — Nosotros también queremos salir de aquí. ¿Por qué no nos acompañas? No sabemos mucho de estas ruinas. ¡Serás nuestra guía! - exclamó, sonriente. Acto seguido miró a los mayores del grupo, como pidiendo permiso. — ¿Porfi?

Según el arco de Drago bajaba lentamente yo mismo me apartaba para dejar que lo vieran mejor- Si hubiera tenido un poco más de paciencia habría sido diferente... -recrimine un poco cuando Hotaru menciono que se habían asustado al verme inmóvil- Antes de que disparara la flecha ya me había liberado... al prometerle que le daría comida -pesé a leve deje de molestia en mi tono de voz no parecía realmente enfadado.

Cuando el pequeñajo... o pequeñaja, no lo tenía muy claro se volvió a transformar en otra cosa centré mi atención sobre la criatura. Al parecer el ser comparado con algo como un mímico era algo atroz para ¿Rita?, lo cual me saco una leve sonrisa, momentánea y fugaz. Mientras nos explica que su Maestro la dejo aquí hacía mucho, probablemente ya este muerto si vivió en la época de estas ruinas, y nos pidió ayuda para salir yo me centraba en sacar otra moneda más para dársela aprovechando para acariciarle la cabeza mientras se la comiera- Te ayudaremos a salir de aquí y puedes quedarte con nosotros mientras no tengas donde ir... -dije para acto seguida levantarla metiendo la mano por su tripita- ¿Te molesta si te llevo así? Porque en ese caso... -y la moví para dejarla sobre mi hombro- ...podrías ir aquí montada, aunque en esa forma a lo mejor es algo complicado -según hablaba caminaba hacia el hueco para volver con el grupo recorriendo el túnel de nuevo.

Por suerte o desgracia, aunque se deja coger, su porcino aspecto no favorece demasiado que sea llevado en el hombro, y la propia Rita le pide que lo lleve cogido entre sus dos manos en forma de lombriz (pidiendo que la barrera no la toque, así que cubriéndola por completo), lo que lleva a que finalmente salgan de esa sala.

Rita había aceptado las monedas de comida que le habían echado, y durante el camino del túnel, unas familiares nubes y una presión en las manos le obliga a abrirlas, revelando ahora el cuerpo de un minichocobo, que salta y avanza velozmente hacia una rendija que le resulta familiar a Sven, metiendo su pico y sacando la moneda que este había perdido antes, y enguyéndola.

- ¡Kué! -dice con alegría, andando por delante del chico hasta salir del túnel, donde lo espera... Y se sube a su cabello alborotado.

Notáis todos que las heridas causadas por Drago han ido desapareciendo, y en especial Sven, que es en relación a las monedas consumidas.

Una voz llega a vuestras mentes, acompañada de varios "kué" físicos.

- Soy Rita. Magimorfa. Me hicieron hablar como mujer. Pero no mujer. Yo... Sencilla. Dar objetos. Guardar. Dar metales raros. Curarme. Guardar. Usar para formas poderosas. Usar para... Cosas secretas hasta estar segura. -os indica, tras lo que se comienza a rascar las plumas del ala derecha con el pico- Avanzar. Salida al otro lado del cristal.

Si alguien le ofrece más monedas, la criatura los aceptará. Si se le intenta mimar, rehuirá ligeramente el contacto... Salvo los hasta 10 segundos que tarda en comerse una moneda, en los cuáles se deja hacer lo que sea.

Conforme se explica mis sospechas sobre Rita se alejan, es una criatura curiosa pero no parece peligrosa. Aun así los demás le dan de comer nuestro botin con mucha alegria

-ejem, nosotros también necesitamos el oro. ¿os acordais?-

Hotaru intentó en varias ocasiones acariciar a aquella bolita de plumas, pero en todo momento la criatura rehuía sus mimos, haciendo que la jovencita suspirara decepcionada. Tras dos o tres intentos le quedó claro que aún no se fiaba de ellos, y solamente Sven parecía ser lo suficientemente de fiar para poder ser su medio de transporte. Se rio cuando vio a aquel chocobito encima de su pelo. ¡Hacían una pareja tan graciosa!

— ¿Cristal? ¿Qué cristal? - preguntó Hotaru, curiosa. ¿Se referiría a algún tipo de geoda subterránea con cristales preciosos? Si era así, le extrañaba que nadie hubiera llegado antes a ella. Al menos hasta que cayó en la cuenta de que era un lugar oculto por barreras mágicas e ilusiones. Así normal que no fuera fácil acceder al lugar. Habían tenido mucha suerte... o muy mala suerte, según cómo se mirara. Para ella al menos había sido buena suerte porque habían encontrado a Rita.

— ¿Quién era tu maestro, Rita? - preguntó al poco, queriendo saber más sobre la extraña criatura. — Podemos intentar preguntar cuando volvamos al pueblo, quizá alguien lo conozca.

- Cristal azul. Templo del agua, este. De los maior. ¿No haber visto maior? Maestro es maior importante. -responde él.

A todos os suena haber escuchado hablar de los maior... Historias que han trascendido de "tiempos de antes del hombre". Mal pronóstico, porque no os suena ningún asentamiento de esta gente... Claro que tampoco en vuestra retirada aldea tenéis acceso a las mejores fuentes de información del mundo.

Al final terminé saliendo del túnel caminando detrás de lo que parecía una cría de chocobo en miniatura, siguiendo a esta con la mirada cuando salta hasta mi pelo para quedarse ahí y que la llevé conmigo el resto del camino. Lo cual provoca que me tensé mucho y caminé de una forma muy... "recta" al querer evitar mover demasiado la cabeza para darle algo de estabilidad a Rita.

- Venga Drago, apenas son unos míseros guiles* no pasara nada -le dije moviendo un poco la mano para quitarle importancia- Además ya tenemos donde dormir y que comer, no nos hace falta mucho más ¿no? -mi visión de la vida desde luego era una muy simple, quizás por eso mismo era raro ver que mi padre me diera dinero.

Por otro lado Rita nos explico un poco mejor lo que era o que podía hacer... aunque no la entendí muy bien sobre a que se refería, es decir, comía metal y se curaba al hacerlo ¿no? Y podía hacer más cosas con lo que se comía según lo que fuera ¿no? De cualquier manera lo acabaríamos viendo si pasábamos más tiempo con ella. Mientras siguiéramos hablando yo comencé a caminar rumbo al cristal ese, si nos había dicho que detrás había una salida entonces no veía razón para quedarnos quietos aquí en lugar de conocerla mejor fuera al aire libre. Cuando Hotaru pregunto por el maestro de Rita le lanzó una mirada rápida de reprimenda y escuchar que ella hacía mención a los... major esos solo hizo, que alzara una ceja tomándome varios segundos para pensar de que me sonaban hasta finalmente encender la bombilla y volver a mirar hacia Hotaru negando con la cabeza.

Las palabras de Rita, no obstante, dejaron a Hotaru un poco desubicada. — ¿Un maior? ¿Esos no eran gente como súper antigua e importante? - preguntó, sin darse cuenta de la mirada de reproche de Sven. La criatura no parecía estar mal, y de hecho quería hablar más con ella, conocerla un poquito.

— El templo del agua... Suena a algo bastante mágico. ¿Y un cristal azul? - Hotaru, ahora más centrada en la información y la historia en vez de en intentar acariciar a Rita, comenzó a reflexionar sobre lo que estaban aprendiendo. En sus libros de historia antigua había menciones a los cristales, así como a ciertos templos especiales que se construían para atesorar diversos poderes importantes. ¿Sería este uno de ellos? Eso sí que sería una sorpresa. ¿Cómo estaba un pueblo no muy conocido lindando con un importante monumento arqueológico de decenas de siglos, si no más? No tenía mucho sentido.

— Hace tiempo leí sobre unos cristales grandes que usaban los Guerreros de la Luz para luchar contra el mal. ¿No sería increíble encontrar algo así en las profundidades de un misterioso templo antiguo? - comentó ella, medio en broma. No pensaba que hubiera algo tan impresionante, ni de lejos, pero soñar era gratis. Rita era lo más extraordinario que encontrarían aquel día, seguramente.

¡Había funcionado! No entendía nada, pero la idea del dinero... ¡había funcionado! Si es que... ¡lo bueno de ser humana y elfa a la vez es que se te pega la originalidad de los primeros y la intuición de los segundos! ...O algo así... Huh... un poco de potra también había sido... ¡pero que no se enteraran de eso los compañeros! Usualmente Selene habría también querido abrazar y agarrar y achuchar a Rita, pero no le quedaban monedas y además, había quedado pensativa y meditabunda al oir las palabras de Rita..."Los Maior... súper antiguos e importantes, sí... una raza más antigua aún que los mismos elfos... que no es poca cosa..." murmuró Firyawen pensativa. Todos habían oído historias de ellos, pero no más que cuentos y leyendas... ¿estarían estas ruinas construidas por ellos? ¿Por los Maior? ¿Y este lugar se llamaba: Templo del Agua? Frunció un poquito el ceño y bajó la mirada mientras seguía a Sven y escuchaba a Hotaru reflexionar sobre el cristal. Lo que decía tenía sentido... encajaría con las piedras mágicas, y con los grabados que vieron antes... Este lugar era demasiado importante para que unos críos como ellos cuatro estuvieran explorándolo... y aunque la aventura y la diversión prometían, su lado más maduro la avisaba de que, de verdad, más les valía salir de este lugar cuanto antes...

Frunzo el ceño cuando Sven dice eso de los Guiles -esos miseros guiles son nuestro únicos míseros guiles, yo quiero comprarme algunas cosas antes de ir de aventuras en serio, y así no voy a poder-

"hierbas curativas, pociones antiveneno, tal vez una armadura mejor, puntas de flecha de plata.... demasiadas cosas y muy poco dinero"

Pero no parece que los otros piensen en eso y los sigo el último algo malhumorado, aunque la historia de Rita es curiosa, cuando Hotaru dice lo que sabemos de los Maior asiento, ¿cuanto tiempo ha estado aqui encerrada?

-¿Guerreros de la luz? en los cuentos siempre surgen para luchar cuando se alza el mal, estamos en una epoca muy tranquila para eso-

La respuesta sobre lo que sucedió con los Maior deja a Rita pensativa, aunque enseguida las quejas de Drago la hacen mover las alas como queriendo parecer mosqueada, lo que resulta incluso ligeramente tierno con esa forma.

- ¡No necesitar guiles si no bruto! -replica ella, con molestia, aunque luego cuando sigue hablando de esos suministros, la magimorfa se queda pensativa- Poder comer esas cosas de aventuras. Pociones. Tiendas. Panaceas. Entregar cuando necesarios. Solo gritar qué necesitar. Si he comido, puedo dar... Aún algunas cosas dentro. -indica, revoloteando al suelo y entonces hace algo curioso... un gesto como de regurgitar, aunque lo que sale de su boca es un haz de luz.

De las seis monedas que se ha comido*, no sale ni una, pero sí que veis como una ligera distorsión en el aire, que después se va a convertir en una cola de fénix, una ultrapoción y dos panaceas. Es fácil que a más de uno los ojos le hagan chiribitas, puesto que son artículos bastante caros salvo la cola de Fénix, aunque no tenéis ni idea de cuánto.

Al poco de mostraros y dejaros ver los productos, a menos que alguien ponga oposición, se los vuelve a comer de nuevo, sin miramientos.

- Cosas ya comidas saber peor. Ew. -dice ella, con cierto disgusto.

Tras esa escena que os levanta el ánimo, continuáis camino con Rita de nuevo en la cabeza de Sven, pero acercaros al cristal resulta no obstante más... perturbador. Hay algo que resuena en vuestro interior conforme avanzáis hacia él, hasta que unas palabras se forman em vuestras mentes, nítidas.

Niños elegidos...

El fin se aproxima...

¿Podrán vuestros corazones soportar la carga?

¿O el mundo llegará a su fin en este ciclo...?

"¡No! ¡Pero no te los comas otra vez!" exclamó agarrando a Rita y sacudiéndola de los nervios, y parando inmediatamente. "Uy. Lo siento, me dejé llevar." para acto seguido depositarla delicadamente de vuelta sobre la cabeza de Sven y le dio una reverencia de disculpa (a Rita, no a Sven).

El grupo continuó por el pasillo hacia donde decía Rita había un cristal... y donde también debería estar la salida. Conforme más se acercaban por el pasillo hacia aquella luz azul brillante, mayor se hacía la sensación... incómoda, perturbadura... y más se fruncía el ceño de Firyawen, que en silencio cabizbaja con el rostro tapado por sus frondosos cabellos empezaba a preocuparse cada vez más y más. Hasta que escuchó aquellas voces en su cabeza y levantó la mirada con gran sorpresa. Miró a sus compañeros para asegurarse de si estaban oyendo lo mismo que ella y a juzgar por sus reacciones, eso parecía.

"El fin... ¿del mundo? Habéis oído lo mismo que yo, ¿verdad?"

"Esto... esto está mal... tengo un mal presentimiento de todo esto..."

Levanto una ceja un tanto extrañado ante lo dicho por Drago, también levante la vista con la pataleta de mi nueva amiga, si realmente quería hacer ahorros en base a los pocos guiles que conseguíamos matando goblins se iba a morir de viejo antes que salir de aventuras "de verdad"- Entonces deberías pedir trabajo en el pueblo, porque con esto vas a tardar muuuucho tiempo en conseguir tal cantidad -puse ambas manos detrás de mi cabeza mientras le hablaba- ¿Recuerdas cuando hicimos una lista con el kit básico de aventuras? El total ascendía a unos setecientos cincuenta, y nosotros hemos conseguido hoy... -levante la vista para hacer las cuentas durante un segundo- seis guiles. Con diez días tan productivos como este conseguiríamos dinero para una poción.

Me sentía un poco estúpido tratando de convencer a alguien para no ser tan agarrado con el dinero pero es que realmente no veía el problema por darle cuatro o cinco guiles a Rita. Luego ella misma explico que no había problema ya que podía... ¿vomitar las cosas que se tragaba? Pude ver como salían varias cosas de la nada frente a ella- Eres como un bolsillo pero más útil y más mona -comenté emocionado a la vez que Selene quería evitar que guardara las cosas de nuevo- Esas cosas son suyas Sele, deberíamos dejar que ella decida que hacer con ellas -le dije a la chica mientras se disculpaba.

Cuando continuamos el camino no tardo en pasar algo raro, muy raro, ya era la segunda vez que una voz surgía en mi cabeza siendo ajena a mi. Y ya de por si era una cosa lo suficientemente peculiar con que ocurriera una vez, pero el mensaje que nos dejo... Mi vista se focalizo prácticamente por completo en la luz que veíamos ahora mucho mejor que antes y continué andando en silencio, ahora algo más... "ausente".

Gruño disgustado por la actitud de Sven y Rita

-Precisamente porque hoy ha sido un día malo hemos de ahorrar. Además esos setecientos cincuenta se han de conseguir poco a poco, una vez mejoremos nuestro equipo un poco empezaremos a ganar dinero mas rápido- no se ni para que vuelvo a explicar lo mismo de nuevo, Sven no parece comprender el concepto y Rita me distrae explicando noseque

Y entonces demuestra de que habla mostrandonos unos objetos bien caros, me quedo boquiabierto y sin reaccionar cuando se los vuelve a guardar

-uhh, vale, sirves también para guardarnos las cosas, pero no habra cosas si te comes todo nuestro dinero- pese a la sorpresa de ver lo que guarda dentro eso no quita que yo tengo razón

Pero entonces oigo una voz en la cabeza, y se ve que los demás también la oyen

-creo que si Selene- le respondo mirando alrededor con nerviosismo, igual hay alguien gastandonos una broma

— ¡Sele! - gritó Hotaru, viendo cómo zarandeaba a Rita para que devolviera las cosas. Afortunadamente se dio cuenta pronto y se disculpó, aunque Sven parecía un poco mosqueado todavía por el gesto. — No sería su intención, seguro que ha sido un impulso... - intentó justificarla, a pesar de que le había dado penita también Rita. Entonces empezó otro fuego por otra parte. — Ya conseguiremos dinero, Drago. Salimos de aventuras para divertirnos... ¿no? Eso es lo más importante, que estemos todos juntos y felices - murmuró finalmente, agachando la cabeza. 

A pesar de lo que pensara con anterioridad, finalmente sí resultó que había un cristal mágico en aquella cueva, por eso de las voces en su cabeza. Hotaru dio un respingo y comenzó a temblar al escuchar aquella información, que no auguraba nada bueno. ¿Significaba eso que eran elegidos? ¿Elegidos para qué, y por quién? Ellos eran personas normales y corrientes, no héroes de leyenda.

— Quiero irme a casa...

Ahí estaba. Refulgente como un amanecer azul. Unas escaleras de aspecto intemporal, adornadas con relieves en sus bordes, marcaban el camino hasta el magnífico cristal que se yergue ante vosotros. Algo de valor incalculable, por supuesto, pero que también es evidente que no se moverá del sitio. Una poderosa magia lo mantiene flotando frente a vosotros, con la escalinata subiendo a una plataforma en forma de aro, en cuyo centro está el magnífico monolito.

Al otro lado divisáis otra escalera, seguramente la que Rita dijo que os conduciría a la salida, y también veis cuatro magníficas columnas, una en cada esquina de la cuadrada sala.

Jóvenes...

Nuestro tiempo se agota.

Que la bendición de los cristales

Caiga sobre vosotros.

Una luz surge a vuestro alrededor, imbuyéndoos, y antes de que entendáis lo que sucede a continuación, vuestras ropas cambian.

Sven se ve cubierto por una armadura pesada en todo su cuerpo, sorprendentemente sin verse abrumado por el peso. Una espada y un escudo surgen a su espalda, aunque su arma no desaparece.

Hotaru siente algo más ligero, una túnica blanca con capucha la cubre y un libro canalizador de magia está ahora colgado de su costado, sujeto de un cinturón de cuero.

Rita hace un kuido* de pánico y pega un picotazo a la mano de Selene, más doloroso que dañino (aunque no demasiado de ninguna de las dos cosas), pero es bien cierto que la semielfa la interrumpe.

- ¡Pero oye!¡Soltar a Rita! -dice muy ofendida.

No obstante, la disculpa de Selene hace que todo quede en resoplar por sus fosas nasales y volver a su idea de "recomer" eso. Mientras tanto, seguís la discusión y, cuando se apoya de nuevo en Sven, mira a Drago y le responde:

- Tú no entender. ¿No aventurero? Aventureros aventurarse. Demorar es forma de no hacer. -replica ella, muy pagada de sí misma y cruzando miradas con Drago.

​​​​​​

Ahí estaba. Refulgente como un amanecer azul. Unas escaleras de aspecto intemporal, adornadas con relieves en sus bordes, marcaban el camino hasta el magnífico cristal que se yergue ante vosotros. Algo de valor incalculable, por supuesto, pero que también es evidente que no se moverá del sitio. Una poderosa magia lo mantiene flotando frente a vosotros, con la escalinata subiendo a una plataforma en forma de aro, en cuyo centro está el magnífico monolito.

Al otro lado divisáis otra escalera, seguramente la que Rita dijo que os conduciría a la salida, y también veis cuatro magníficas columnas, una en cada esquina de la cuadrada sala.

Jóvenes...

Nuestro tiempo se agota.

Que la bendición de los cristales

Caiga sobre vosotros.

Una luz surge a vuestro alrededor, imbuyéndoos, y antes de que entendáis lo que sucede a continuación, vuestras ropas cambian.

Sven se ve cubierto por una armadura pesada en todo su cuerpo, sorprendentemente sin verse abrumado por el peso. Una espada y un escudo surgen a su espalda, aunque su arma no desaparece.

Hotaru siente algo más ligero, una túnica blanca con capucha la cubre y un libro canalizador de magia está ahora colgado de su costado, sujeto de un cinturón de cuero.

Selene, para bien o para mal, recibe algo mucho más sencillo: una túnica de artista marcial con unos guardabrazos flexibles que le permiten mover las manos correctamente y así golpear con facilidad, así como una cinta en su cabeza para evitar que el pelo se le meta en los ojos.

Finalmente, el atuendo de Drago también es bastante sencillo, prendas que permiten moverse de forma rápida y sigilosa. Aunque conserva su arco, también aparecen un par de dagas en su cintura, así como notar otros en varias zonas más de sus ropas.

Una leve preocupación os invade por las pertenencias que han desaparecido, pero sin duda el resto de la situación resulta aún más acuciante, por lo que dejan de importar demasiado cuando escucháis las siguientes palabras en vuestra mente.

Niños elegidos...

El tiempo escasea.

En vuestras manos queda mi poder.

Buscad los otros cristales.

Llevad el mundo a su estabilidad

O a su destrucción.

Yo os nombro...

Guerreros de la Oscuridad.

Tras esas palabras, notáis que el brillo del cristal empieza a perder intensidad rápidamente.