Partida Rol por web

Aura intenta distraerla, la chica la mira y es evidente la molestia que siente por el examen médico del taru-taru, pero lo resiste, Tempi también podría ver las cicatrices en la espalda de la dhampiro, marcas inequívocas de latigazos, algunos muy profundos, otro, más simples rasguños que cruzaban su espalda justo por debajo de sus omoplatos, como si quien le daba esos castigo sabía donde debía marcar la piel de Euphemia.

La semi elfa hablaba y hablaba, Euphemia terminó apoyando su cabeza en el pecho de Aura mientras ella seguía hablando y Tempi revisaba sus huesos. Al final, mencionan algo de enamorarse y Tempi sale con que había otro afortunado con eso, Euphemia ladeó su cabeza y le lanzó una asesina mirada al pequeño, tenía la mirada oscura, solo por el dolor y de haber estado bien, le hubiera dado una colleja por metiche, pero era un hecho, todo el mundo sabía que le gustaba Renall, y su abuelo también, eso la estremeció y volvió a ocultar su rostro en el pecho de Aura.

— Si te refieres a Renall,  estás muy equivocado, y aunque no lo estuvieras, eso jamás va a pasar, nunca, yo no le convengo y a él parece gustarle también la idiota con plumas — el dolor hacia que se pusiera más mal genio, lo que era decir bastante pero luego le agradecería que no preguntara más sobre cómo se lastimó y esperaba que no mencionara a Renall otra vez, saber que en cualquier momento le dan la orden de matarlo la tenía realmente mal. Aunque no tan mal como se pondría después.

Tempi empezó con la curación de magia sacra, pocas veces la habían usado en ella y las veces, no la había lastimado, pero no había estado expuesta tanto tiempo a ella como en ese momento. Primero vino el crujir de sus huesos, lo que resistió con dignidad aunque al final soltó un pequeño gemido, pero la magia debía seguir, el golpe había sido violento y los huesos tardaban en arreglarse, pero el dolor comenzó a ser más y más intenso hasta que la hizo soltar un gemido de dolor y lágrimas de sus ojos, supo de inmediato que aquella magia reaccionaba a su naturaleza demoniaca y el ardor era insoportable. 

Euphemia apretó los brazos de Aura, y terminó soltando la toalla que descubrió su torso desnudo, el ardor, realmente quemaban sus huesos y llegó al punto que si bien no se quejaba cómo podría hacerlo, terminó desmayándose en los brazos de la semi elfa, exhausta del dolor que había sentido por la curación, incluso más que el dolor del golpe que se había hecho. 

La reacción de Tempi ante los halagos me hace soltar una risita algo infantil. Es quien mejor saca esa faceta mía, quizás por su apariencia aunque probablemente sea el mayor en edad de todos los del grupo.

- Vaya, vaya, parece que lo has pensado, pillín. -le comento a él, aunque con las palabras de Euphemia, añado- ¿Y qué es eso de Renall? Como he estado de un lado para otro, no me he enterado. Vaya, vaya. -comento con diversión, mirando a Euphemia y soltando un instante su mano para darme dos toques en el lateral de la nariz, gesto internacional de que le guardo el secreto- No has dicho que no te guste. -le indico con diversión, mientras vuelvo a tomar su mano.

Después viene la sanación y con ella el desmayo de Euphemia. El buen humor se torna una cara de gran preocupación, y comienzo a llamarla por su nombre.

- Euphemia, ¡Euphemia! Reacciona. -le digo con preocupación, y mirando alrededor, se me ocurre preguntar algo- Tempi, vi en un libro que le daban un poco con agua a alguien que se desmayaba, ¿funciona eso? -pregunto, señalando con la cabeza al grifo.

Ruby hablaba, pero él se estaba haciendo más un lio con sus palabras, que soluciones aportaba. A veces le pasaba con ella esas cosas: Hablaba rápido usando palabras que él no conocía y acababa por tener ciertas dificultades en seguirle. Porque el termino "regar la oreja" se le escapaba, y a él no le hacía ninguna gracia que alguien le echara agua en las orejas.

Pero por suerte, la segunda aprte de sus explicaciones arrojó algo más de luz. Asintió con la cabeza a sus palabras, descubriendo que ella tenía más en común con él de lo que imaginaba. Además, aquel consejo de su viejo amigo le gustó. Y quizás él mismo debería plantearse ciertas cosas como le estaban recomendando ellos dos al elfo.

Había estado procrastineando ese mecanismo de autosinceridad, quizás por mero hecho de miedo al rechazo. Así que siguió callado hasta que escuchó a Ruby hablar de jugar con la gente. Y chasqueó los dedos -algo que le había enseñado Ruby- y la señaló. Para que viera que él estaba atento a las cosas que ella le enseñaba también, añadió. - Estás hablando de la "friendzone". Para que veas que estoy atento a cuando me explicas cosas "que lo petan". - hizo las comillas con los dedos, señalando que "que lo peta" no eran unas palabras de su vocabulario, si no introducido en clases... posiblemente de Ruby también.

Pero se volvió hacia Eladamri cuando comenzó a hablar. Y no necesitaba ser un genio para deducir que a quien se lo había dicho era a Aura, y que esas eran las causas de que estuvieran mosqueados. Y no los frenazos que había pegado conduciendo.

- Pues en parte es un alivio - pensó como reflexión propia, antes de escuchar las palabras del elfo. Aquello le hizo mostrar una hilera de dientes de forma intimidante. Lo que él intentaba enseñar como una sonrisa, claro. - Seguro que me he sonrojado, pero por el pelo no se vé. - bromeó, señalandose la cara.

- Pues claro, somos amigos. Los amigos se apoyan, se tienen cariño, no se juzgan unos a otros, se ayudan y se saludan por el movil por las mañanas. Yo también te tengo en gran aprecio. - acabó confirmando, asintiendo con la cabeza. - Me alegra verte más animado. Cuando necesites ayuda, ya sabes que puedes hablar con nosotros. - dijo, echándole el brazo por encima a Ruby.

Se alegraba de ver a Eladamri más sereno y animado. Había sido un acierto subir a hablar con él, y también había sido un logro que una patata social como él se diera cuenta de que su amigo necesitaba un cable. Después del día anterior, aquel día parecía mucho mejor y más animado en todos los sentidos.

- Eh, yo no he dicho eso, no tergiverses mis palabras.- Respondió divertido a Aura con fingida molestia. No quiso añadir más en relación a Renall, al menos por ahora, aunque una vez más dudaba de las palabras de Euphemia.

El buen ambiente que había en el baño desapareció de sopletón cuando la dhampir perdió la consciencia. - No, el agua no sirve para nada, tampoco intentar despertarla.- Tempi intentó mantener la calma, todo debería estar bien si actuaban como era debido. - Ponla boca arriba, con la cabeza mirándote y un poco inclinada hacia atrás.- Cuando su amiga la tuvo en esa posición tomo la muñeca de Euphe y la tomó el pulso, también comprobó su respiración. Se tranquilizó un poco al ver que parecían estables. - Que mantenga la boca abierta para que no deje de respirar, y levanta sus piernas unos 45 grados.- Suspiró aún algo nervioso. - Solo hay que esperar, llamarla por su nombre puede ayudar pero no debería tardar más de un minuto en despertar.

Tras unos pocos segundos callado se llevó la mano a la cara. - L-Lo siento, sabía que podía doler pero no esperaba...- Sorbió los mocos, por un momento la situación le había superado y sus ojos vidriosos daban buena cuenta de ello. - Lo siento. - Dijo una vez más limpiándose los ojos con la manga

Confiando en sus conocimientos mucho más que en los míos, hago exactamente lo que me dice atendiendo a cada guía que me da, asintiendo a cada una de ellas y ejecutándolas con tanta precisión como soy capaz. La sigo llamando con voz suave mientras tanto, y al ver la reacción de Tempi, mi gesto se tuerce un poco con pena por verlo así, y extiendo una mano hacia su mejilla.

- Eh, pequeñín, ya vale. -le digo con compasión al verlo así- No has hecho nada malo, la has ayudado con lo que ella quería. Volverá en sí, no te preocupes. -tiro de él un poquito, inclinándome sobre el cuerpo de Euphemia dado que cada uno estamos a un lado de ella, para darle un beso en la mejilla al taru taru.

Tras eso le dedico una pequeña sonrisa para darle ánimo.

Una vez con todos listos la yeniente hace un último llamado y todos abordan el camión sin problema alguno.

Salvo por Euphemia que se veía más pálida de lo normal, todos se veían como recién salidos del jardín de Lyz.

El viaje fue un tanto lento y pausado hasta que salieron de la ciudad, luego el camión cogió velocidad constante.

Dos días duró vuestro viaje hasta las montañas, una vez allí deciden acampar a un par de kilómetros de la frontera, la teniente organizó tres patrullas para peinar la zona:

Grupo 1: Darius, Aura y Ruby

Grupo 2: Kiel, Isabeau y Droniel

Grupo 3: Eladamri, Kain y Tempi.

Los demás se quredan a montar el campamento.

Grupo 1, tomen el terreno alto, aseguren aquella colina y averigüen si hay alguna clase de emboscada al otro lado del camino, no quiero sorpresas por parte de nuestros clientes.

Grupo 2, tomen aquella dirección y aseguren aquel camino auxiliar, instalen trampas y alarmas improvisadas para evitar que intenten tomarnos por sorpresa mientras descansamos, es prioritario que cubran cada centímetro del camino pues es nuestro punto ciego y la zona más expuesta del campamento.

Grupo 3, les toca el camino principal, revisen si hay tránsito extraño o poco común en la zona, les será fácil hacerlo, sólo busquen terreno elevado y mantengan vigilancia distante por la próxima hora y media.

Los demás a camuflar el camión. Tienen sus órdenes cadetes ahora en marcha. - dice Sasha en tono militar mientras empieza a montar el campamento.

Tenía que reconocer, que aquellos tres últimos días habían sido más que reveladores para mi. Y es que, desde que siguiera a Darius a aquella azotea a la vuelta de su misión nada había sido como antes.

Aún seguía dando vueltas en mi cabeza a aquellas palabras que había pronunciado y, a decir verdad, llevaba desde entonces sintiendo que algo había hecho "click" en mi interior y, recientemente habia llegado a la conclusión de que quizas habia llegado el momento de dejar de dar consejos al resto y empezar a mirarme un poco más a mi misma, y a mi situación actual.

Aquellos dos días de viaje habían pasado bastante rápido la verdad, y habia dedicado mucho tiempo durante aquel trayecto a pensar en mi pasado, en mi presente, y en cómo quería que fuera mi futuro. Quizás por eso, cuando Sasha dijo que Aura, Darius y yo iríamos en el mismo grupo me sentí satisfecha.  Por un lado, porque esta vez sí que Mey parecía haber contado conmigo y no me había dejado esperando mientras el resto se lo pasaba bien. Por otro, porque quizás en aquella ocasión sin que podría tener una conversación algo más profunda, algo que llevaba necesitando ya durante semanas.

Y es que, por mucho que quisiera fingir que nada me afectaba, mis recientes revelaciones unidas a aquellas heridas del pasado que parecían negarse a cicatrizar del todo, parecían estar pasándome factura, aunque me esforzaba muy mucho en ocultarlo..

La cuestión es que ahí estaba yo ahora, tras asentir a las órdenes de Mey, iniciando la marcha hacia aquella colina que debíamos asegurar, con una media sonrisa en los labios- Que bien, por fin algo que no implique sentarse y esperar... - reconoci, ensanchando aquella sonrisa, claramente contenta con la mision- ¿Has puesto el movil en silencio? Que no quiero que nos pase como aquella vez que el movil empezo a sonarte cuando estabamos en aquel arbusto escondidos, ¿te acuerdas? - pregunte a Darius, riendo a carcajadas al recordar la escena. Ahora me reía, pero casi nos crujen aque día...

- Que pasó con la chica Renall? Vaya, parece que alguien ha estado hacienda un poco de ejercicio! Se te ve bastae bien guapo! Parece que ha regresado de nuevo teniente con los chicos! .. ¿Cuales son las indicaciones? - Le dijo Isabeau a Renall después de que le ha silbado y un momento después se cuadra con la teniente, cuando le indique acerca de los uniforme busca alguno que pueda ocupar con una abertura para o diseño para las alas o si no existe busca el mas apropiado a su tamaño para adecuarlo tan pronto sea possible en la casa de seguridad que ocupan por el momento

A Darius le gustaba conducir. Se había ofrecido a todos los turnos posibles para llevar el volante, más de los recomendables incluso. Pero le había hecho gracia eso de llevar el camión y poner la música que él quería. También le gustaba gritar a los demás conductores, sacar el puño por la ventanilla o indicarles a los demás lo mal que conducian cuando lo hacían mal. Todo con mucho respeto, por supuesto.

Aparcó el camión donde la Teniente le indicó, y después indicó que dejaría las llaves puestas en la guantera por si alguien tenía que moverlo. Tras recoger sus cosas y dejar que Dayka se subiera al hombro, asintió a las órdenes de la Teniente antes de ponerse en marcha.

Había pasado aquellos dos días repartiendo el tiempo entre tres cosas fundamentales: Cantar a pleno pulmón -para desgracia de sus compañeros-, hablar con aquellos que decidían ir con él de copiloto -y de paso, ponerse al día de muchas cosas- y por último, comerse la cabeza dándole vueltas a todo lo ocurrido los días anteriores.

Tenía muchas cosas que aclarar. Era el clásico "mientras te preocupes de los demás no tendrás que hacerlo de ti mismo", pero después de aquellos dos días, debía poner orden a su casa mental. Fuera como fuera, aquel no era el momento ni el lugar de estar dándole vueltas a nada. No solucionaría nada con seguir pensando sobre lo mismo, y lo peor de todo era eso mismo: Aquella excusa le había servido para procrastinear indefinidamente sus asuntos.

Fue Ruby la primera en abrir la boca, a quien miró de reojo mientras hablaba. - Bueno, patrullar es como hacer guardia. Tampoco es mucho más... interesante. Debo reconocer que después de la batalla del otro día... el cuerpo me pide más. Aunque solo sea entrenamiento físico ¿Sabeis? - desvió la mirada de Ruby a Aura, para incluirla en la conversación, y después hacia el frente.

- Mira si hay algún peligro. - Le pidió a Dayka, mientras esta daba un par de fuertes aleteos antes de emprender el vuelo, alzándose en el aire para tomar una posición priviligiada desde la cual buscar amenazas. PEro la pregunta de Ruby le hizo pararse un momento y sacar el movil. - Argh, cierto. Siempre se me olvida... Nos metimos en un buen lío por las notificaciones del SeeDBook. - Puso el móvil en silencio, mientras comenzaba a reir. - Ahora que lo pienso, durante la infiltración al campamento de los elfos tampoco lo tenía en silencio... Pues aun suerte ¿Os imaginais? - comentó, mientras retomaba la marcha.

a los pocos instantes, quizás a los segundos, Euphemia reaccionó, abriendo los ojos y volviendo de lo que ella creyó había sido solo un pestañeo, pero se encontró en el suelo, con la cara de los chicos asustados, y Tempi sollozando. El rostro de Euphemia fue la de confusión, preguntado sin hablar qué había pasado, pero cuando logró recordar qué había pasado, se dio cuenta que se había desmayado.

— tra-tranquilos... — aún se sentía adolorada y mareada — me... me dolió demasiado... fue la magia sacra— respirando agitada, se sentó y tomó la toalla para cubrir su desnudez — estoy... maldita, tengo un demonio encerrado en mi cuerpo... por eso me dolió tanto tú magia, Tempi— alargó su mano y acarició su mejilla, si mano era helada, todo su cuerpo lo era — el demonio te odia, desea que te mate, pero no lo haré, le hiciste daño y disfruto eso — lucia cansada, como si hubiera librado una gran batalla. 

Euphemia buscó nuevamente apoyarse en el pecho de Aura mientras intentaba recuperarse sin ser muy consciente de lo que les había dicho, pues era obvio que en ninguna otra circunstancia les hubiera contado que estaba maldita y que quizás su alma se pierda en el infierno. Ayudarían a vestir a la chica y se terminarían de vestir para salir, la dhampiro no se soltó del brazo de Aura.

Estaba con Aura y Tempi, salieron los tres de la casa de seguridad y Euphemia lucia realmente cansada, abatida más bien. Iba tomada del brazo de la semi elfa, y cuando escucha a Isabeau hablarle a Renall, elogiándolo, ella se queda detenida y lleva su mirada hacia el chico, encogiéndose de hombros como si hubiera pensando en decir algo pero se hubiera arrepentido en el acto; sigue caminando para subir al camión, manteniendo un profundo silencio, que se mantuvo la primera parte del viaje, en donde se acurrucó en uno de los rincones y durmió gran parte de ese día, conservando una actitud distraída y cansada el resto del tiempo. 

Ya en el campamento, luego de dos días de viaje, los grupos de vigilancia se hicieron y la dhampiro se quedó con las ganas de salir, pero su hombro seguía molestando, de tanto en tanto, llevaba su mano a su hombro derecho para masajeado. Ahora, tendrían que esconder el camión y montar las tiendas, la chica se quedó apoyada en el costado del vehículo, cruzada de brazos y aguardando que el resto de sus compañeros se desperdigaran por el lugar. Aún estaban peligro y había que ser cautos, así que comenzó a bajar las tiendas del camión. Llevaba dos dias sin ser lo odiosa que generalmente era, sino que manteniendo silencio y apartada del grupo en la medida de lo que él mismo viaje le permitía. 

Dayka ve un puente colgante más adelante, el mismo que conduce a un viejo mirador en lo alto de la colina según.

Dayka los conduce hasta el lugar sorteando varios obstáculos de forma sencilla, el viejo puente les facilitará mucho el viaje hacia el mirador o tal vez no....

Bueno compañeros, ya oyeron a la teniente, a moverse,  tenemos trabajo que hacer y lo mejor es que nos pongamos a ello lo más pronto posible porque no me fío ni un pelo del cliente. - le digo a mi grupo mientras echona andar en la dirección indicada.

Tras haber salido de la casa, ya con el nuevo uniforme perfectamente arreglado, la ayudo con gran paciencia a llegar al camión y tomar asiento. De paso, le dedico un pequeño saludo a Ruby, a quien antes no había respondido por el repentino secuestro de Euphemia, y de paso otro semejante a Renall e Isabeau, a los que solo había visto de lejos antes.

Durante el viaje, en el que tomo algunos momentos charlando o jugando ya sea con Darius, Euphemia, Tempi, Ruby, Renall o Dayka (lástima no disponer de un momento a solas con Isabeau o Sasha, aunque también les dedico algún instante de conversación cordial mientras avanzamos a ellas y todos los demás que me hablen, salvo Kiel). Aunque me anoto mentalmente no volver a jugar al calientamanos con Ruby.

Cuando finalmente bajamos del camión, me estiro y me muevo para recuperar algo de agilidad, frotándome las partes más entumecidas, y cuando Sasha da las órdenes, suspiro y asiento con decisión.

- Sí, Teniente. -replico simplemente, antes de ir a hacer nuestro trabajo.

Tras echar a andar con ellos, comienza la conversación entre los tres. Desde luego, no tenía ninguna queja sobre el orden de los grupos, aunque me da algo de pena el Al-Bhed por lo que le va a tocar aguantar, entre la inconsciente y la ratita. Ante lo primero que dicen, asiento con firmeza y respondo:

- Sí, lo entiendo bien... Tras toda esa adrenalina, casi tres días encerrados en un camión, todo mi cuerpo dice que me hace falta movimiento. -siempre he sido muy activa, Darius bien lo sabe, así que estoy tan necesitada de moverme como él.

La batallita que cuentan me hace mirarla con curiosidad y luego a Darius. Parece que han tenido de compartir bastante en ese mes. Eso me da algo de envidia, pero acallo esa vocecita de manera bastante rápida y efectiva.

- ¿Te vas a volver un adicto a las redes, Darius? -le pico un poco- ¿Acaso estabas con nuestra estilosa vaquera y tenías que hacerlo saber? -le pregunto con una sonrisa pícara y divertida.

Cuando Dayka nos conduce por el camino, señalo el puente desde la lejanía e indico:

- Mirad, quizás nos sirva de atajo... -comento mientras nos acercamos, y cuando estamos a unos metros me adelanto, sujetándome al poste del puente si no veo nada raro para mirar a la garganta que salva, aprovechando mi visión de elfa (bueno, casi) para ver si hay algo aguardando en ella o por las cercanías en el bosque.

Antes de partir, no obstante, le digo una cosa a Sasha.

- Disculpe, teniente, antes de ir a eso... ¿Dispondría de un minuto para hablar? -pregunto.