Partida Rol por web

Hace algunos años. El primer día de Fiorette en el Jardín.

Una mujer con el pelo negro cómo el ala de un cuervo te lleva de la mano por los pasillos del Jardín. Te ha dicho que se llama Raine pero tú no le has respondido ya que da algo de miedo, parece una de esas brujas de las que se habla en los cuentos.

A medida que avanzáis por aquel lugar no puedes evitar asombrarte; el Jardín es muy bonito, está lleno de zonas ajardinadas, todo el mundo lleva unos uniformes superchulos y te alegra comprobar que también hay muchos niños de tu edad, alguno de ellos te dedica un gesto burlón.

La pelinegra te conduce con grandes zancadas por un pasillo donde reza “Dormitorios”. Te toca trotar a veces para mantener su ritmo cargada con una maleta con tus cosas hasta que finalmente llegáis frente a una puerta con el número 98.  

Hace algunos años. El primer día de Fiorette en el Jardín.

Esta será tu habitación de aquí en adelante, hasta que te gradues cómo Seed o cumplas los 21- Te dice mientras abre la puerta y te empuja suavemente, invitándote a entrar. La habitación posee dos dormitorios, un cuarto de baño y una sala común. Una sorprendida niña con una buena mata de pelo rojo se pone tiesa al veros entrar.

Tómate el resto del día para instalarte e ir conociendo esto. Mañana a las ocho empiezan las clases, el instructor Boneyard suele pasar a recoger a los pequeños a las nueve y media- Dice cómo recitando un manual de instrucciones memorizado y mil veces repetido- Las alumnas de octavo curso pasan todos los días a las ocho, te prepararán el desayuno, te ayudarán a vestirte y con cualquier cosa que necesites pero te aconsejo que empieces a valerte por tí misma.  

Yuki es tu compañera de habitación. Ella lleva varios años aquí y sabe cómo va esto, también te ayudará a adaptarte ¿Verdad?- Inquiere mirando a la niña pelirroja que se apresura a asentir exageradamente con la cabeza. 

Bien, pues bienvenida al Jardín- Dice a modo de despedida -Sed buenas- Añade antes de cerrar la puerta dejándote a solas con aquella desconocida.

Hace algunos años. El primer día de Fiorette en el Jardín.

La chica te sonríe felizmente y se te acerca corriendo - ¡Hola! ¿Cómo te llamas? Yo soy Yuki. ¿Te has quedado sin papás? No te preocupes. Yo llevo aquí desde siempre - Te dice hablando atropelladamente, dándote un montón de información antes de que puedas ni responderle. – La supervisora Raine es un hueso, pero en el fondo es buena. Esto te va a encantar, ya verás. Seremos super amigas ¿Si? Yo suelo dormir en el dormitorio de la izquierda, pero los dos cuartos son igual de sosos. Podemos ir cambiando si quieres.

Por cierto, acabo de apuntarme al Comité Organizador del Festival Estudiantil. ¿Te interesaría participar? Podríamos presentarnos juntas. ¡Será superguay!

Hace algunos años. El primer día de Sally en el Jardín.

Una mujer con el pelo negro cómo el ala de un cuervo te precede mientras camináis por los pasillos del Jardín. Te ha dicho que se llama Raine pero tú no le has respondido ya que da algo de miedo, parece una de esas brujas de las que hablan los que conocieron la guerra.

A medida que avanzáis por aquel lugar no puedes evitar asombrarte; el Jardín es muy bonito, está lleno de zonas ajardinadas, todo el mundo lleva unos uniformes superchulos y te alegra comprobar que también hay mucha gente de tu edad, y muchos niños más pequeños, alguno de ellos te dedica un gesto burlón cuando pasáis por su lado.

La pelinegra te conduce con grandes zancadas por un pasillo donde reza “Dormitorios”. Te toca trotar a veces para mantener el ritmo de sus grandes zancadas, mientras cargas con una maleta con tus escasas posesiones, no es muy grande, aunque en comparación a tu tamaño parece enorme, aún así la llevas sin mucha dificultad.

Finalmente llegáis frente a una puerta con el número 101.  

Hace algunos años. El primer día de Sally en el Jardín.

La niña de tu misma edad, más o menos permanece unos instantes en silencio.

_{Em....   mi cuarto es el de la derecha.... el de la izquierda está vacío -} Dice tan bajito que apenas le oyes. Te mira a la cara pero cuando nota que la estás mirando agacha la vista rápidamente al suelo. - _{Soy Alex.  Bienvenida.}

Hace algunos años. El primer día de Gared en el Jardín.

Una mujer con el pelo negro cómo el ala de un cuervo que le llega hasta la altura de la rodilla te precede por los pasillos del Jardín. Te ha dicho que se llama Raine pero tú no le has respondido ya que da algo de miedo, parece una de esas brujas de las que se habla en los cuentos.

A medida que avanzáis por aquel lugar no puedes evitar asombrarte; el Jardín es precioso, está lleno de zonas ajardinadas, todo el mundo lleva unos uniformes superchulos y te alegra comprobar que también hay mucha gente de tu edad, y muchos niños mucho más pequeños, alguno de ellos te dedica un gesto burlón.

La pelinegra te conduce con grandes zancadas por un pasillo donde reza “Dormitorios”. Te toca trotar a veces para mantener su ritmo cargado con una mochila con tus escasas posesiones, no es muy grande, aunque en comparación a tu pequeño cuerpo parece enorme.

Finalmente llegáis frente a una puerta con el número 198. 

Hace algunos años. El primer día de Gared en el Jardín.

Menos mal- El chico respira aliviado cuando la mujer cierra la puerta mostrando lo que ocultaba en la espalda; un muslo de pavo a medio comer. - Lo he mangado de la cafetería- Dice como explicación.- Estos son peores que mis tíos. Quieren que coma verduras ¡Verduras! ¿Te lo puedes creer? Si me llega a pillar la supervisora...  -De repente corta su monólogo como si se acabara de dar cuenta de algo.

Ups, perdona ¿Quieres un poco?- Te dice ofreciéndote el muslo con una gran sonrisa - Por cierto soy Momo.

Hace algunos años. El primer día de Ional en el Jardín.

Una mujer con el pelo negro cómo el ala de un cuervo que le llega hasta la altura de la rodilla te precede por los pasillos del Jardín. Te ha dicho que se llama Raine pero tú no le has respondido ya que da algo de miedo, parece una de esas brujas de las que hablan los cuentos.

A medida que avanzáis por aquel lugar no puedes evitar asombrarte; el Jardín es precioso, está lleno de zonas ajardinadas, todo el mundo lleva unos uniformes superchulos y te alegra comprobar que también hay mucha gente de tu edad, y muchos niños mucho más pequeños, alguno de ellos te dedica un gesto burlón.

La pelinegra te conduce con grandes zancadas por un pasillo donde reza “Dormitorios”. Te toca trotar a veces para mantener su ritmo cargado con una mochila con tus escasas posesiones, no es muy grande, aunque en comparación a tu pequeño cuerpo parece enorme.

Finalmente llegáis frente a una puerta con el número 226.

Hace un par de días, Jardín de Balamb

Dios, qué harto estoy de esas jodidas normas.

Que si Brisa estás prohibida. Que si tengo que dejarla en el garaje o en la zona de entrenamiento. Que les den, joder. 

Suspiro. Estoy en el baño, cepillándome los dientes. Me acerco al espejo: Tengo una cara de dormido que no puedo con ella. Joder. Vuelvo a mirar a la ducha. Hay vapor en toda la habitación, porque me acabo de duchar y tengo la costumbre de ponerme el agua ardiendo. Empiezo a hablar en alto, para que me escuche Momo. Lo desperté cuando me levanté porque soy el más riguroso con los horarios y lo despierto todos los días. Qué irónico.

-Otra vez la "Señorita Leonhart" ha encerrado a Brisa en la zona de entrenamiento. ¿Por qué tiene que ser tan cascarrabias? Encima de parecer que tiene un palo clavado en el culo, es una sargento y marimandona. ¿Sabes que te digo? Que le den. No me interesa su jodida vida. Uuuuy papi te fuiste y no te encuentro, y ahora tengo que joder a todo alumno que vea por ahi. Bububububu... Todos los que estamos en Balamb estamos jodidos ¿Sabes? 

Esta chaqueta me encanta. Me coloco la capucha negra. Creo que la gente se huele cuando estoy concentrándome para hacer algo porque es característico en mi este gesto antes de meterme en algún problema o hacer algo muy estúpido. Realmente estúpido.

- Me voy a meter en líos. Pero si esa cree que me va a controlar, lo tiene claro ¿Sabes?

Oigo una especie de zumbido a mis espaldas.

-¿Momo...?

Roncando a pierna suelta, el muy cabrón. Joder, vaya compañero me tocó.

-Vaya tela...

Salgo con las manos en los bolsillos de la sudadera. Sonrío levemente, mientras abro la puerta. Es una puerta digital. Pulso un par de botones en una consola lateral. Al salir de la habitación, y tras un par de segundos, empieza a sonar una alarma, y a alguien muy agitado que empieza a maldecir.

-¡Te lo tienes merecido, por sopas, que eres un sopas!

Nanana.... Oh, dios, ya se me ha pegado esa nueva canción del grupo de Sally. En serio, que voy a vomitar. ¿Qué cojones me pasa?

Estoy caminando como si fuese un niño bueno. Un par de guardianes, estudiantes, algunos padres de visita. Si, el momento perfecto para entrar. Ayer le birlé al guardián de la zona de entrenamiento una copia de la llave. Hoy la voy a usar, y me voy a dar una vuelta con Brisa, que es el día libre. 

Me deslizo cuando nadie me ve. Por dios, a veces soy tan confiado que creo que un día moriré por gilipollas metiéndome en un problema con el que no pueda lidiar.

Paso la tarjeta por la puerta. Esta da un pilotito verde y se abre. Sonrío, miro hacia los lados, y entro silbando.

Otra vez esa jodida canción. Pero, que demonios, esta vez la disfruto. De hecho canturreo un rato mientras me aferro a Brisa.

La abrazo como si fuera un gran amigo al que no veo hace meses.

-Oh, te echaba de menos, amiga. Ahora salgamos de aquí ¿Si?

La pongo en marcha mientras la suelto de una altura considerable. Ésta se estabiliza y el sonido característico de su campo magnético se activa.  Me subo de un salto y piso el acelerador. Salgo por la puerta a toda velocidad. Esta vez, cuando paso por donde los guardianes, estoy en un deslizamiento vertical con Brisa y salto, haciendo que Brisa gire sobre sí misma. En el momento curvo mi cuerpo para colocarle en el cuello el colgante con la tarjeta de la sala de entrenamiento. Ya he ganado metros, se perfectamente como escapar. Creo que es lo que mejor se me da en la vida. Escapar. De los castigos, de problemas, de personas...

-YAAAAHOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Grito mientras me aproximo a la entrada del Jardín. ¡Es día libre por fin! Y la estirada se va a enfadar mucho. Creo que me gusta verla enfadada.

Y creo que a ella le gusta ponerme a prueba con estas mierdas.

¿A que me está usando? 

No, tio, no me voy a amargar por ese jodido pensamiento. Hoy es mi día. ¡Aire! ¡AIRE! Siento la adrenalina recorrer mi cuerpo. Qué subidón.

No hay nada mejor que entrar en un sitio donde no se supone que debería estar a primera hora de la mañana. Me siento en la cima del mundo. Mi sonrisa es más grande que el estúpidamente ridículo hueco del pasaje donde hay que meter la tarjeta para salir del Jardín.

Lo he hecho mil veces. Desactivo el turbo. Dejo que la punta reforzada del turbopatín golpee el suelo, y activo su redireccionador frontal. Brisa salta haciendo una pirueta mientras empiezo una carrera. Activo la salida con mi tarjeta. Salgo corriendo y salto. Y es ahí cuando vuelvo a tener el contacto de mi amiga. El acelerón es considerable y tengo que estabilizarme con una pierna. 

-¡Eso siempre es una pasada, joder!

Si, hay gente que me está mirando pasmada. 

Si, hay alumnos de nuestra clase que saben que no debería tener a Brisa hoy. Si, está la señorita Leonhart entrando. 

Si, le estoy haciendo el corte de manga mientras le muestro la lengua y me alejo a toda hostia. 

Que te jodaaaaaaaaaan

Hace un par de días, Jardín de Balamb

Con la moto aparcada en el pórtico, la camisa interior de color blanco nuclear, unas chapas militares colgando del cuello, la chupa de cuero negra y las gafas de espejo tengo pinta de rebelde sin causa. Y aunque todo ello sea impostado, hasta la postura de macarra apoyándome en la moto…  el hecho es que funciona. Un grupito de tres chicas me ríen las gracias mientras yo hablo y hablo de mi vida gesticulando exageradamente, dejando que con cada movimiento se vea el carísimo reloj de marca que adorna mi muñeca izquierda, o la cadena de platino que adorna la derecha. Yo hablo y ellas me ríen las gracias. Estoy en mi salsa.

En eso estoy cuando escucho un característico zumbido que me hace dejar de hablar con las tres gracias para prestarle atención al inconfundible chico rubio. A parte de las clases, conozco a Gared de haber coincidido algunas veces de fiesta en Balamb saltándonos el toque de queda. Lobo no come lobo.

Al ver su salida y la peineta a la instructora me río sin poder evitarlo -Chiflado- Digo entre risas. Las tres chicas lo miran pasmadas y cuchichean escandalizadas por la peineta que le ha hecho a “la bruja”. Supongo que esa es la principal diferencia entre él y yo, ¿Hay que saltarse las normas? Claro, en eso coincidimos, pero yo nunca provocaría alegremente a “la bruja”. Saltarse las normas es más divertido si no te pillan. Aun así debo admitir que Gared me cae bien.

-¿Te has perdido Rubio?- Le digo con confianza cuando se acerca con ese chisme volador suyo de tecnología esthariana  -La biblioteca está por el otro lado. -Añado continuando con la broma.

En un principio no tenía pensado ir a ningún sitio, mi compañero de cuarto está demasiado pesado últimamente con el examen de Seed, que cada vez está más cerca y la verdad es que el pobre tiene razón, casi a regañadientes he quedado con ir con él para ir a cazar uno de esos dinosaurios del área de entrenamiento, pero que me crucifiquen si tengo ganas de ir y la presencia de Gared es el incentivo que necesitaba para escaquearme. 

¿Hacemos una escapada a Balamb? – Afirmo más que pregunto con una sonrisa cómplice en la cara.  Adivinando cual será su respuesta saco el móvil y le escribo un mensaje rápido de disculpa a Ciel, pidiéndole de paso que me cubra si llego un poco tarde esta noche. -Se va enfadar – Pienso sintiéndome un poco culpable, aunque se pasa enseguida.

Lo siento chicas, pero el deber me llama. - Me despido de ellas mientras me pongo el casco de la moto. Realmente ninguna de ellas me interesa lo suficiente como para llevarla conmigo a Balamb. Dos giros de muñeca y el motor de Fenrir ruge atrayendo más miradas, como si el show de Gared no nos hubiera puesto en el punto de mira de todos los que entran o salen a estas horas.

-Si quieres perder más dinero podemos volver a poner a prueba tu Brisa contra mi Fenrir. Digamos…  ¿1000 gils para el ganador? - Le reto haciendo rugir el motor de mi moto de última gama. Lo mejor de Industrias DiVale en tecnología. - Sería un Esthar versus Galbadia.  

Hace un par de días, Jardín de Balamb

Este Vinz.. No he sabido nunca muy bien cómo tratarlo, si acercarme de más a él, o alejarme. Es de ese tipo de personas a las que te sientes atraido por carisma, pero que sabes que esconden algo, y joder, cuando alguien esconde algo, o me llama fuertemente la curiosidad (lo suficiente como para meterme en la boca del lobo) o trato de que no me la de. Y siempre estoy en esa línea.

Medio jardín lo ama. El otro medio lo odia. Va con una fachada genial que se le nota a la legua pero algo de él es real. 

Siempre acabo cayendo en mi curiosidad. Qué le voy a hacer: Alguien como yo siempre se ve atraido por el peligro y la adrenalina.

-Mira, tio, la última vez me ganaste por un jodido centímetro.

Le recrimino, mientras lo remarco con un dedo. 

-Así que no me jodas. Además, sabes que no tengo tanta pasta. ¿Crees que Brisa se mantiene sola? Y yo no tengo la fortuna de papi, cabronazo. Ya podrías regalarme dinero por el solo hecho de competir contigo y haberte ganado taaaantas veces.

Estoy muy orgulloso de haberlo hecho. Tiene un pedazo de moto que llega a unas velocidades increíbles. Pero la maniobrabilidad de Brisa me permite hacer cosas que él no puede realizar con Fenrir. Si hay algo que valoro de él es que parece liberarse cuando monta. En eso somos tremendamente parecidos.

-En serio, no tengo nada de pasta. Peeeero

Me acerco un poco mas a la tubería de escape de la motocicleta

-A tu querido Fenrir le haría falta una buena puesta a punto. Digamos que si me ganas, pongo a Fenrir a punto sin gasto para ti. Y si gano yo...

Sonrío levemente mientras miro al cielo. ¿Me he ruborizado por un segundo? ¿Qué demonios me pasa? Vuelvo en mí muy rápido.

-Mira, si gano yo dejas en paz a la que tu y yo sabemos de la biblioteca. ¿Se entiende o qué? Y.. Bueno un par de consejos no me vendrían mal.

Mira, voy a dejar de mirarlo porque me estoy poniendo nervioso. 

- Ahora vas a ver el nuevo motor limpio de Brisa, tío. ¡Es mucho mas potente y encima se recarga por luz y viento! Es imposible que se quede sin energía. ¿A que mola?

Además, como siga mucho aquí y a la bruja le de por volver a por mi, la vamos a tener. Y a mi me van a cruzar la cara dieciseis veces y media.

-¿Te despides ya de tu club de fans? ¿Por favor?

Pongo los ojos en blanco. Que tío, de verdad. Y yo tonto perdido por una chica super tímida de clase. Es que no se puede ser mas idiota, de verdad.

Hace algunos años. El primer día de Fiorette en el Jardín.

El viaje en el tren fue rápido y sin escalas, Fio contemplaba con una expresión ausente los paisajes que iban cambiando, a medida que se aproximaba al jardín de Balamb. El viaje en dirigible fuera de Winhill fue breve, y corto, el viaje en tren se habia extendido un poco pero era confortable. No sabía que se iba a encontrar, pero sabía que sería muchísimo mejor que lo que dejaba atrás.

Al llegar al lugar, una muchacha que sin duda debía tener una edad similar a la de Esmengarda la llevaba de la mano, al principio, había tenido por principal reflejo safarse de aquel movimiento, pero la chica tenia manos suaves y cálidas, se ruborizó un poco y avanzó en silencio poniendo atención a lo que la chica le decía, por el camino se toparon con varios niños, uno de ellos le hizo señas burlonas, Fiorette se enderezó cuan alta era en su aún pequeño cuerpo, su cabello largo y lacio, caía como una cascada sobre su espalda, miró con frialdad al niño, y jalándose el parpado del ojo, le sacó la lengua a manera de respuesta, después se recompuso, y levantó la barbilla, caminando como una pequeña monarca, detrás de la muchacha de cabellos negros.

Escuchó las ultimas indicaciones de aquella muchacha, era realmente bonita, y Fiorette la contemplaba boquiabierta, tenía mucha seguridad, algunas francamente la horrorizaron, cuando se fué Fiorette se quedó de pie, como clavada en el suelo, contemplando el lugar, y a la muchachita parlanchina que se encontraba frente a ella, mirándola como si fuera una especie de mutación entre Chocobo y Mallboro. No estaba acostumbrada a una plática tan efusiva y llena de alegría, incluso con su hermana, el entrenamiento consumía gran parte de su tiempo y salvo momentos especiales, podía charlar brevemente con ella.

Fiorette sacudió su largo cabello negro con un elegante movimiento, y levantó una ceja en dirección a Yuki antes de añadir. -Se ha ido...pero...¿a valernos por nosotras mismas?, que no hay sirvientes en este lugar?. Bueno, creo que como primer paso, sería bueno comenzar a buscar nueva servidumbre.- miro con malicia a Yuki, y luego a su alrededor, analizando con cuidado la estructura del lugar, era austera pero acogedora, lanzó un suspiro, mientras sus manitas jugueteaban el borde de su falda en encaje, luego vio a Yuki, y como si un foco se encendiera en su cabeza, se aproximó a ella rapidamente. La observó de pies a cabeza como un bicho raro, de hecho en algún momento, se puso de rodillas, y con dedos rápidos sujeto y frotó la tela de la falda de la chica pelirroja que tenía frente a ella, lanzó un búfido de decepción y se levantó nuevamente.

-Esa tela de tu uniforme es áspera y barata...es que aquí no saben lo que es lino, encaje, terciopelo?, en mi familia nuestros sirvientes vestían de seda oscura, y en los días festivos se les permitía usar un bonito lazo rojo, exactamente del color de tu cabello...por cierto, deberías de cepillarlo un poco de las puntas.- Fioretté cogió un mechón del cabello de aquella niña parlanchina y lo enroscó en su dedo, era suave como la seda, pero maltratado, le hacia falta un buen acondicionador. "En fin, no me queda otra que acostumbrarme a esto...al menos es mejor que lo que tenía en casa."  No tenían servidumbre, era una mentira, provenían de una familia rica, pero las actividades de su clan, ponian nerviosos a las personas que trataban con ellos, y básicamente, tras contemplar los inmensos poderes que sus padres tenían, la servidumbre huía alarmada, ninguno habia durado más de un mes; pero la primer defensa de Fiorette en aquellos momentos, era darse una imagen de pequeña majestad, para impresionar a los que la escuchaban.

Pero entonces el comentario de Yuki, hizo que la "defensa" de Fiorette se rompiera. "Papá...mamá", su rostro se ensombreció, apretó sus puños con fuerza sobre el brocado de su elegante falda negra, y clavó la mirada firmemente en el suelo, cuando habló su voz se escuchaba como un flan. -No...no tengo padres, ellos...yo...ellos murieron por mi culpa...yo...yo los maté.- Un par de gruesas lágrimas escurrieron por sus ojos, y Fiorette levantó sus brazitos rápidamente para limpiarlas y secarse el rostro, -Esto...esto es impropio,re...recuerda que una reina no debe perder la corona nunca.- terminó la chica entre sollozos, respiró profundamente haciendo aspavientos, e intentó serenarse, levantó el rostro y su barbilla, hechando para atrás la amplia cortina de cabello negro. Le sonrió con cortesía a Yuki, sujetó los bordes de su falda, y le hizo una reverencia, como si Yuki fuese un miembro de la realeza. -Fiorette Gulbahar...puedes tomar el cuarto que gustes, solo quiero que el mio tenga una ventana con vista al mar, o a algun jardín- Luego le tendió la mano a Yuki y la saludó con un gesto cortés.

-No tengo idea de que es un festival estudiantil...¿que sabes acerca sobre si en este lugar enseñan a ser invocadores?.- se acomodó el cabello largo sobre un costado, y entonces un nuevo foco mental se encendió en ella...Apretó su larga cabellera con furia, y la miró con desdén. -Hay algun salón de belleza aquí adentro...no soporto más este nido de cockatrices en mi cabeza.- le dijo refiriendose claramente, a su larga y hermosa cabellera azabache.

Hace algunos años. El primer día de Ional en el Jardín.
 

*En todo momento permaneci en silencio, asintiendo con la cabeza a todo lo que me decia la supervisora, despues de observar todo el camino el ambiente y los paises bonitos que contenia el jardin me fui alegrando mas, parece que estaba cumpliendo un sueño, sali de ese sitio oscuro que llamaban orfanato... las cuidadoras de alli no me trataban bien asi que esta chica aunque da un poco de miedo no puede ser peor que las otras "brujas" que nos cuidaban.

Cuando llegue a la habitacion vi a un chico mas o menos de mi edad, sonrei cuando lo vi y salio un saludo timido ya que la rpesencia de la supervisora todavia me intimidaba, cuando cerro la puerta me calme entonces sonrei un pocos mas y le dije...

Menos mal... ya se ha ido esa mujer... da un poco de miedo no??*Hice una pausa y a continuacion continue...

Soy Ional, de donde vengo... era mucho peor de lo que veo asi que no hay problemas, dormiremos los dos en esta habitacion?? Si, estoy seguro, tu y yo seremos amigos..., me podras ayudar un poco a conocer.. todo esto... es muy grande el jardin verdad?? donde yo le.. quiero decir me dijeron que era un sitio grande pero no esperaa tanto...

Hace un par de días, Jardín de Balamb

La chica de la biblioteca ¿Eh? Jajaja, está bien, me parece justo – Respondo aceptando la apuesta  - Si anda, vámonos, antes de que la supervisora te cruja. – Digo lanzando una última mirada hacia la entrada del pórtico, por la que va entrando y saliendo gente. No parece que vaya a venir ningún conocido, al menos de momento. Quizás más tarde se animen a venir, siendo finde, seguro que hay mucha gente del Jardín en Balamb. 

Estoy pensando que si te gano tal vez invite a salir a esa chica de la biblioteca ¿Quién sabe? A lo mejor acabamos en el rincón secreto… o en un hotel – Le pincho, aunque no sea cierto que piense hacer tal cosa, pero su desconcierto me sirve para hacer rugir a Fenrir y acelerar sacándole varios metros de ventaja. Observo divertido su reacción por el retrovisor, sin pisar a fondo a pesar de mi triquiñuela, tentándole a que inicie la persecución.

Hace un par de días días, Balamb

-¿Qué? Serás...

No me esperaba el truco, el maldito bastardo ya me está sacando ventaja. Joder ¿No hay honor estos días o que?

Además, recordándomelo de nuevo... Ya me cuesta a mi no estar pensando de más en una chica, como para que encima venga este a provocarme.

-¡Vamos allá! Ahora si que verás cómo se hace.

Pico dos veces con la punta del pie el suelo. Entonces, flexiono mis piernas y doy un pequeño salto sobre Brisa, apoyando el peso en la pierna izquierda, que golpea el impulsor de la parte posterior de Brisa. Ésta reacciona con una velocidad sorprendente. Consigo enderezar el turbopatín mientras bajo mi centro de gravedad. El viento golpea mi cara, y sonrío. No hacemos esto por las recompensas.

Bueno, a lo mejor yo sí. 

Un poco, quizás.

Es que siempre me comporto como un gilipollas delante de ella y tengo que cambiar eso...