Tranquilo niño, afloja un poco, aun nos sirve como escudo.- dijo John con serenidad.- Yo me acuerdo del camino, es por alli.- aseguro y señalo con decision a la derecha mientras miraba la reaccion de aquel tipo. Ese tipo les iba a ayudar quisiera o no. Si estaba en un error veria algun gesto de triunfo en el, una sonrisa o diria alguna tonteria descojonandose de ellos... entonces tomarian el otro camino y listo. No obstante si el tipo se acojonaba porque John aseguraba acordarse del camino y habia acertado, ese tipo se acojonaria un poco mas al creer que John recordaba realmente el camino y seria un indicativo perfecto de que estaban en el camino adecuado.
Fuera lo que fuera John tenia la sensacion de que solia hacer ese tipo de cosas en la vida que no recordaba, dar la impresion de que era mas listo o mas fuerte sin ser verdad. Solo tenia que mantener su cara fria y carente de expresion, fijarse muy bien en las reacciones de Phil y los guardias.
Phil endurece el gesto cuando John dice que es por allí. Su propia humanidad lo había delatado, o eso parecía.
Maldecía por lo bajo que esto pasara el día en que iban a perder toda la memoria.
Se quedó muy quieto, esperando que así, Realtik y John lo dejaran vivir. Sobre todo este último, que está empezando a ahogarlo. Entonces grita.
-¡Dejadme en paz! ¡NO SABEIS NADA! ¡NADA DE LO QUE CREEIS SABER ES CIERTO!
Dice, muy agitado, perdiendo los nervios y llevándose las dos manos a las esposas que tiene en su cuello, apresándolo. Parecía un desesperado grito, mas que una frase real.
John se permitio una carcajada. Hizo un gesto para que sus compañeros lo siguieran. Mantenia una fachada de tranquildad, como si supiera que estaba haciendo o paseara por esos pasillos cada dia.
- Realtik, mantenlo con vida, aun lo necesitamos... venga, andando.- dijo al grupo con el taser en la mano y dedico unas cortas palabras a Phil.- Algunos tenemos la cabeza mas dura de lo que parece y si se, al menos tres cosas. La primera es que me alegraria el dia verte muerto, la segunda es como salir de aqui y la tercera imaginatela, capullo.
Realtlik tenía un hambre visceral, y no por apetito. Era más bien sed. Si, la de venganza por las torturas de todas las personas que la habían sufrido. Y el chivo espiatorio estaba entre sus manos. Pero contendría la necesidad ... por un tiempo.
- No preocupes hermano, será como dices. Lo mantendré con vida, y cuando ya estemos fuera de aquí, también daré paso al pacer que deseas, y yo necesito. ... Pero eso no desquita que de cuando en cuando este gusano sufra ... un poquito. Ese respiro se lo dio para dar rienda suelta a su maquiavélica necesidad de responder con la misma moneda. La tortura. Y lo tenía entre sus manos para inflingirle un dolor controlado y pasuado, a placer. A placer re Realtlik.
Ese "poquito" fue acompañado por una presión contundente y repentina sobre las cadenas que amordazaban sus muñecas, pero atenazagan un frágil cuello. Un indefenso cuello. Un sangrante cuello. Solo duró un instante, pero si no surgía el efecto esperado (toses, angustia y dolor) se repetiría con algo más de intensidad y duración.
Ya estoy online de verda. Iré mirando todas las partidas que tengo, que son unas pocas.
- No se si vosotros os acordais de algo. En mi caso, el odio a este hombre deben haberlo borrado, así que no comprendo porqué tanta inquina.
Si había alguna forma de salir de ahí, la encontraríamos entre los cuatro. ¿Y si unos tienen fragmentos que otros no? ¿Y si nuestra mente es como un puzzle? Cada uno tiene una parte del todo, pero por separados no podremos hacer nada mientras que juntos....
¿Por qué concretamente nosotros cuatro? ¿Por qué nadie más se movió?
- ¿Alguno de vosotros sabe por dónde está la salida? - pregunté finalmente. Yo solo sabía entrar...
- Este hombre es el culpable de las torturas, de que no recuerdes muchas cosas, de que tu mente sea un paseo en la niebla, un deambular por un espacio negro, sin arriba y abajo, sin este u oeste.
Aprobechó para descargar su odio contra él.
- Este hombre nos ha robado algo que es totalmente nuestro. NUESTROS RECUERDOS y encima está ganando dinero con ello. Es un criminal, hasta el punto que los violadores están un peldañó mejor considerados que este desalmado. Por eso no irá al infierno, porque no hay castigo suficiente para el. Por mi podría vivir toda la eternidad, pero sufriendo. Y habían pocos sufrimientos peores que morir asfixiado, por lo lento, angustioso y doloroso, así que le proporcionaría un poco de esa redención que necesita.
- ¡Joder Realtlik! Pones dolor de cabeza, con explicarle que es un hijo de puta ya valia, no es cuestion de ponerse poetico ahora.- dijo John intentando que pareciera que sabia que hacer.
- Y si.- dijo respondiendo a la chica asiatica, aunque realmente no tenia ni zorra idea.- Me acuerdo de como entramos, a tiros concretamente, y se como salir. Como ya he dicho tengo la cabeza muy dura.
- Déjalo, es que la justicia es una forma de poesía – afirmo mientras me acerco a aquel hombre. No sé de donde lo he escuchado (o pensado) antes, pero son palabras que me suenan familiares.
Lo miro de frente, sin disimular mi desprecio, aun y sin saber porqué esta sensación, pero si algo sé de verdad es que me hizo mucho daño. Nos hizo mucho daño.
- No recuerdo mucho, pero creo que si lo suficiente como para ayudar, tú nos guías. – le sonrío, una mueca que por primera vez después de mucho tiempo me sale espontáneamente aquí.
Los chicos empiezan a caminar hacia el lugar por el que Jhon les había dicho, mientras el pasillo seguía una línea recta, hasta que se encuentran con una parte del pasillo que cambia: Ahora, el suelo es transparente, igual que todo su alrededor. Podían ver la enorme instalación, unas extrañas cápsulas y máquinas, alrededor de una mas grande.
Doblando una esquina, unas escaleras que lo llevan hacia un piso inferior: Como una ala de instalaciones aparentemente científicas, o algo parecido.
Todo parece extrañamente vacío. El azul se apodera del lugar, acompasado del blanco, y los cristales desaparecen de nuevo.
El problema mas evdente resultan aquellos aparatos que cuelgan del tejado: Cámaras. No había duda de que estaban vigilados, pero en aquel caso, aquella primera cámara estaba hechando humo, hundida. Alguien de los reclusos que escaparon antes que ellos había hecho un buen trabajo. La seguridad debía estar ocupada, pero era raro que no escucharan ningún sonido.
Tras salir un poco ahogado de allí, el hombre, nervioso, observó el ala, y comenzó a sudar levemente. Trataba de mantenerse elegante, con clase, imponente, pero ya poco de eso quedaba en la moral de un hombre que empezaba a creer de verdad que iba a morir.
El pasillo que ahora tenían delante daba hacia unas escaleras que descendían, al aire libre, en una especie de hangar mucho mas grande que aquellas habitaciones.
-JAJAJAJAJA- Rió, desquiciado, mientras intentaba liberarse -¡Estáis yendo mal! ¡Jamás saldréis de aquí! ¡JAMAS!
Es un alivio ver la cámara estropeada, pero esto sigue siendo angustiante. No me gusta la combinación de colores, y más aun, no saber para qué son estas máquinas.
- ¿Estás seguro de hacia dónde nos estas llevando? – le pregunto al grande, tratando de imaginar cómo podríamos salir por aquí.
Me mantengo cerca de ellos, sabiendo que en la unidad estaba la verdadera fuerza. Que si nos separábamos éramos perdidos.
Una risa desquiciada me hace volver la cabeza. Bastante, ya he tenido suficiente: me acerco a él, estrujándolo del mentón y agarrándolo fuertemente de la cara.
- Solo que si nosotros salimos entonces tú tampoco…
- Peliroja ¿Recuerdas alguna vez en la que yo te fallara?.- pregunto el hombre sin preocuparse por aquella risa de loco, bromeando con su carencia de recuerdos. Estaba seguro que era por ese lugar, no habia desvios o escaleras antes por donde haberse perdido. Habia seguido una linea recta y aunque estuviera cometiendo el mayor de los errores el grupo necesitaba algo de confianza, no podia mostrarse con dudas llegados ese punto crucial.
Tampoco podian dar la vuelta o disculparse y volver a la fila, despues de todo el follon que habian causado. Se giro y tomo la mano de Veronica apartandola de la cara de ese tipo.- Veronica, cielo... no toques mierda que luego te olera mal la mano.- le pidio con una sonrisa.- No caigas en su juego, esta cagandose encima y solo intenta despistarnos o separarnos, son trucos sicologicos. Antes confiabas en mi, aunque no lo recuerdes... nos has seguido porque en el fondo sabes que somos un equipo.- aseguro aunque realmente no tenia ni puta idea de si eso era verdad, se lo estaba inventando sobre la marcha pero usaba un tono que hacia pensar que estaba convencido absolutamente de ello.
Todo esto pensando para si mismo:
Ni ella, ni yo, ni nadie. Ni siquiera tú mismo. Era el pensamiento que recorría la espalda de Realtlik. Además, mientras ligaba con alguien que parecía haber sido su esposa, aprovechaba a estrangularlo lenta e inexorablemente. Ahora no lo observaban, ahora no le diría nadie que no le arranque la cabeza. E incluso, ahora que el hombre grandote no le protegía, tenía que decidir salvarse por si mismo. Además, que se lo dijese Jhon a la cara, o en la postura que estén, era una forma de que él mismo lo reconociese, y por tanto pudiera luchar. Ahora era el momento. Mientras la pelirroja y el grandote hablaban. Justo para poder arrebatarle el poco valor e integridad que Jhon le había regalado.
Veamos si tengo suerte y le hago vomitar.
La tensión crecía en sus brazos, pero su rostro luchaba por no simular ni sensación ni movimiento alguno. Sus hombros se tensaban, pero su rostro inexpresivo, hacía de carabina a la parejita.
¿Equipo? ¿Jugaremos al tenis o al ping-pon?
Que romántico (aprieto otro poquito más a ver) y bonito (un poquito más contra mi, a ver si eso le "motiva") los tortolitos (¡¡¡revienta ya hijod...!!!) enamorados.
No pronuncia ni media. Ni si quiera un bufido por el esfuerzo. Era su momento de venganza (bueno, uno más, y no el último) y si le descubrían no podría saborearlo plenamente.
Si veo que me da golpecitos pidiendo clemencia o se empieza a desmayar, paro.
Ellos si parecían conocerse, pero yo no les conocía de nada. Además ¿qué pintaba alguien como yo, que claramente parecía de otra cultura, con alguien como ellos?
Si mal no recordaba (y no recordaba mal) no nací en un sitio donde los ojos eran almendrados. Provengo de otro lado, pero ¿por qué terminé aqui?
- Deberíamos volver....
Pero ni yo misma sabía lo que decía.
Haruka
Haruka venía a mi cabeza una y otra vez. Y atesoraba ese recuerdo como el más poderoso
Conforme el resto avanzaba, Realtik se apartó un poco del grupo quedándose mas rezagado. El hombre parecía totalmente tranquilo, mientras Phil cada vez se ponía mas y mas rojo, y las venas en su cuello y su frente se pronunciaban con intensidad.
En el frente, donde ahora podían verlo todos (Puesto que a pesar de los esfuerzos, Realtik había seguido avanzando, eso si, un poco menos que el resto) Podían ver la nueva sala al descubierto.
Y por primera vez en mucho tiempo... Sintieron el sol en sus cuerpos.
Escena cerrada. Sigue en el Capítulo 1: Las alas de Ícaro.