Partida Rol por web

Este es un mensaje genérico para explicar el funcionamiento de esta escena.

Bienvenid@. Esta sección será la sección personal de tu personaje. Nadie sabrá tu historia o lo que sabes (O no) hacer, a menos que tu mism@ lo digas in-rol. 

La partida en gran parte se basa en el misterio, en que un recuerdo de una persona puede llevar a otro recuerdo de otra persona que está vinculada con el anterior. Es por eso que es clave intentar no comentar nada sobre la historia del personaje mas que en lo necesario o mas que lo que se sepa dentro de la propia partida.

Procedamos a explicar la razón de esta escena, es muy sencillo: Debido a que los fragmentos de historia pueden ir y venir, y que la historia no se va a mostrar pública, colocaremos aquí la historia del personaje que recuerda, esos "Fragmentos", que en primera instancia son meramente narrativos, pero que en un futuro incluso pueden dar bonificadores a las pocas tiradas de dados que necesitamos. Pero, sobre todo, como se dice en el sistema, serán meramente narrativos.

Así pues, en vuestro primer post en esta escena, debéis colocar la historia que recordáis del personaje, así como su nombre, si lo recordéis.

Tras ello, en el avance de la historia, podéis encontrar mas fragmentos de memoria, e incluso completar las memorias que ya teníais. 

De esto trata Fragments. De una aventura por recordar, la lucha por recuperar los fragmentos perdidos de la memoria, de discernir qué sucede, envuelta en acción e investigación.

Así que este será el centro neurálgico de cada personaje. Podemos decir que este es el "Cerebro" de cada uno de vuestros personajes.

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---Introduzca sus fragmentos aquí.

Se miraba al espejo.

Hacia un par de semanas, ella no era más que otra joven citadina. Pero ahora era algo más. Mirada su cara. Su reflejo llegaba como una bruma... difuminado por el vapor de la regadera abierta. No se distinguían bien sus rasgos, solo cabello rojizo alborotado y un par de ojos verdes.

Algo la hacía mirarse de esa forma, como queriendo traspasar el cristal. Como queriendo encontrarse a si misma.

Como si tuviera una crisis existencial...

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Se dejó caer de rodillas, pero no por agotamiento, sino por incertidumbre. Había corrido por tres días enteros, sin atreverse a mirar atrás, ignorando la sed que le quemaba la garganta, la sangre que bajaba por su rostro, todo por miedo de que si se detenía la atraparan y mataran, como había hecho con los demás.

Sollozos salieron de su garganta, y aunque llovía en el cielo, creyó por un instante que ya no podría llover en su rostro. Un ligero temblor recorría la tierra, o mejor dicho, su tierra, su mundo. Increíble, había estado tratando de aguantar las lágrimas durante esos horribles tres meses, solo por orgullo. Se había jurado no llorar frente a otros, frente a sus amigos, frente a ella, y ahora que por fin estaba sola ya no podía.

— ¿Por qué?

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En su frenesí después de golpearla la aventó con una fuerza terrible que la hizo atravesar la ventana. Se habían seguido oyendo gritos afuera, pero por miedo a que la volviera a buscar apretó los dientes, cerró los ojos, y esperó.

- Que se largue… por favor… que se largue… - imploró mientras trataba de ignorar el dolor.

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No supo cuantas horas pasó, todo por el dolor, cada vez más insoportable, que la hizo sumirse en sí misma. Le habían dicho que iba a ser doloroso, pero en todos sus diecisiete años nunca sospechó que se sentiría tan…

Todavía sentía adolorida la mandíbula, pero no estaba mejor del resto de su cuerpo, casi podría jurar que la había arrollado un tren. Aun podía sentir como se le había abierto la cadera, como casi dejaba la vida en esa cama de hospital. Y aun así no dejaba de sonreír.

Solo que estaba tan entumida que apenas podía recordar que era eso que la tenía tan feliz.

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Sintiéndose atrevido se subió a la mesa a bailar con ella. En lugar de sorprenderse, la joven se acerco a él. Sus pupilas dilatadas revelaban que había ingerido drogas, pero lejos de alertarlo eso lo atrajo más.

Y ella se dejó guiar, mirando con aire soñador el lugar y la gente. Le escuchó reírse pero se sentía en un caleidoscopio, viendo máscaras fingiendo ser rostros pasar y sintiendo las vibraciones del volumen de la música con tal fuerza que por un momento sintió que podría tocarlas alzando la mano.

Podía sentir su excitación, y pasó su lengua por el cuello del joven, sacándole un gemido…

Hipnotizado, aun sin creer su buena suerte, la siguió hasta las zonas privadas del antro.

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Aceleraba lo más que podía, intentando rebasarlos, pero era inútil: ya la habían rastreado. Podía sentir el miedo agolparse a su garganta, a veces reemplazado por la furia. Furia al pensar en quien la había puesto en esa situación.

Traición.

Había traicionado su familia entera. Había traicionado el injusto código de las leyes que le obligaron a obedecer por años. Fue por una buena causa, lo sabía, y por eso es que podía calmar su consciencia. Pero ahora ella no era la traidora.

Ella era la traicionada.

Otro coche se atravesó y antes de que pudiera frenar ya había chocado. ¡Maldición! Volteo encontrándose conque comenzaba a cerrarse un cerco a su alrededor. Miro a todos lados, y vio un callejón cerca, apenas cruzando la calle.

Con algo de suerte...

Sin esperar más salió corriendo del vehículo, atravesando la calle aun a pesar de los gritos del dueño del otro auto. Corrio sin detenerse hasta no estar dentro del callejon donde vio una escalera para incendios. Rápidamente trepó una de las rejas, veloz gracias a la adrenalina, hasta llegar a la escalera, a la cual llegó con la fuerza que le daba la desesperación.

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— ¿Por qué?

Miro al cielo llena de odio, de dolor, de rabia.

— ¡EXIJO QUE ME EXPLIQUES PORQUÉ!

Entonces ella golpeo el suelo con los puños. Una, dos, tres, mil veces continuo golpeando, confundiéndose sus golpes con los truenos. Se levanto de golpe, y mientras un rayo ilumino su fisionomía desencajada, un trueno retumbo por toda la carretera mientras ella gritaba en un solo alarido todo el dolor, el odio y la rabia que la quemaban.

— ¡TE ODIO! ¡TE ODIO! ¡TE ODIO!

Cargando...

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.

.

Carga completada.

¿Donde estaba? Era... Una especie de conducto de ventilación o algo así. LLevaba un artefacto muy extraño en la mano, como una especie de dispositivo que serviría para algo.

Recordó la infraestructura en su interior, recordó una terminal que desbloqueó con suma facilidad. Recordó salir del lugar, ver las paredes blancas.. ¿Era la prisión Dedalo? Si, no había duda.

Recordó escuchar disparos, oír al fondo de un pasillo, a alguien gritar. Era... ¿Era Realtik? ¿Y John?

A su lado.. A su lado estaba Natzumi, no había duda.

Escuchó cómo la llamaban ellos.

Por primera vez escuchó alguna manera de referirse a ella.

Verónica.

Aquel nombre le sonaba de mucho. ¿Serían aquellos realmente sus pensamientos?

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Recuento de memorias actualizado.

Recuerdo parcial: Uso de terminales desbloqueada.